DIA 3. ESTATUA DE LA LIBERTAD Y DOWNTOWN ✏️ Diarios de Viajes de USA

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Cada día nos adaptamos mejor al horario y ya no nos despertamos tan temprano. Queríamos ir derechos a montar en el ferry de Staten Island, pero antes desayunamos en un Deli cercano al hotel. Nos gustó tanto que ya no buscamos ningún sitio más para desayunar en los próximos días. Las camareras y el cocinero eran latinos así que genial. Desde ese día, amor infinito al Bagel tostado with cheese cream.
Cogimos el metro y tuvimos que hacer un trasbordo para llegar a la terminal del ferry. Por cierto, el metro me pareció fácil de entender. Siempre hay que fijarse si vas al norte (Uptown) o al sur (Downtown) y buscar la línea que quieres con una letra o un número y su color. Como algunos trenes son Express y no hacen todas las paradas, antes de entrar mirábamos por la ventanilla del vagón si en el panel luminoso estaba el nombre de la parada que queríamos. Además, la mayoría de estaciones se llaman con el número de calle más cercano, por ejemplo 53 Av-St. Herald, o 7 Av. Si sabíamos la zona a la que íbamos nos bajábamos en esa estación y luego nos dirigíamos al punto exacto. Hay que saber que la numeración de las calles va de abajo a arriba, o de sur a norte. Es decir, cuanto más al norte más alto es el nombre-número de la calle. Y las avenidas van de Este a Oeste. Ojalá todas las ciudades tuvieran esta planificación!!!! Jajaja
Llegamos a la terminal del Ferry y al entrar se nos acerca un chico para ofrecernos tickets. Le decimos que no los necesitamos porque vamos a montar en el ferry gratuito y el insiste una y otra vez que eso no es posible, que ese ferry es para la gente de NY solamente. Nos damos cuenta de que nos quiere liar y le decimos que sí a todo pero que sólo queremos hacer unas fotos. Entramos a la estación y enseguida vemos la cola para el ferry, gratuito por supuesto. Montamos y nos ponemos en la parte de la derecha y atrás dispuestos a disfrutar del miniviaje. Es una pena que el día esté tan cubierto. Las fotos no salen tan bonitas como quisiéramos y no se ve el final de los edificios por la niebla. Aún así la experiencia de pasar junto a la estatua de la libertad es una pasada.
Bajamos del ferry y esperamos al siguiente de vuelta. Aprovechamos para fotografiar desde la otra zona y grabar el paso junto a la estatua de la libertad. Vimos que algunos ferris pasan más cerca que otros. Depende de la ruta que sigan.
Una vez en tierra buscamos la calle que nos lleve al famoso toro de Wall Street. Está frente al Museo de los Indios Americanos, pero tan rodeado de gente que sólo le vemos los cuernos de lejos. Es imposible sacarse una foto decente junto a él. Menuda marabunta!!!
Seguimos subiendo buscando la zona del 11 S. Notamos que hay mucha más gente aquí que por la zona que conocimos el primer día. Además, las calles son más estrechas y hay muchas obras, por lo que resulta más agobiante. Por fin llegamos a la zona de las antiguas torres gemelas. La plaza con las 2 “piscinas” nos encoge el corazón. Se hace difícil imaginar 2 rascacielos en el mismo lugar.
Buscamos la entrada del Museo de 11-S y nos disponemos a hacer la cola. A pesar de tener la Seightseen, no nos libramos de más de 1 hora de espera. En la taquilla nos dan los tickets, nos ponemos a otra cola para entrar y tardamos aun un rato.
Tardamos en recorrerlo lo que queda de mañana. Ya en las últimas salas vamos deprisa porque se hace pesado. Aunque es muy impactante todo lo que tienen, al final es dar vueltas una y otra vez sobre lo mismo.
Al salir buscamos algo de comer por las calles cercanas. Encontramos un ShakeSacks dentro de un centro comercial, en la última planta, y aunque hay mucha cola decidimos quedarnos y probar las famosas hamburguesas. Hoy estamos haciendo más cola que en todo lo que llevamos de viaje. Merece la pena por probarlas y poder comparar, pero no me parecieron nada espectaculares.
Después de comer seguimos visitando la zona, la iglesia de St. Paul y los edificios más representativos de Wall Street, la estatua de la niña... Tengo que decir que no me gustó mucho esta zona. Pensaba que iban a ser espacios más grandes, y lo encontré todo amontonado.

Queríamos subir al One World Observatory ese día (con la Seightseen) pero veíamos que la niebla en altura no desaparecía del todo. Nos acercamos a la entrada y allí nos confirmaron que la visibilidad era nula, así que continuamos nuestra marcha.
Entramos a dar una vuelta a Century 21 con la intención de cotillear, pero dado que los precios eran tan buenos cargamos con unas cuantas cosas.
Como nos sobraba tiempo, nos fuimos en metro a Times Square para dar una vuelta por allí otra vez. Se nos ocurrió probar suerte en el Suardust y ésta vez sólo esperamos 30 minutos y pudimos entrar a cenar. Mientras estábamos esperando de vez en cuando salía un camarero y buscaba gente para ocupar las mesas libres, podía pedir 2, 4 o más personas o sea que al final también depende de tener suerte y entrar antes que otras personas.
Nos sentaron arriba, pegados a la barandilla para ver perfectamente la planta de abajo. Nos es que estuviéramos incómodos, pero no fue el mejor sitio del local. Aunque la experiencia nos gustó mucho, no sé porque yo pensaba que las actuaciones eran más espontáneas, pero no. Vimos que repetían un espectáculo ya determinado. Mientras esperábamos en la calle vimos las actuaciones por la ventana sin oír las canciones, y una vez dentro se repitieron esas actuaciones. Aun así nos encantó.

Al terminar de cenar, cogimos el metro y directos de vuelta al hotel.

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