Se nos ha venido como un rayo esta maravillosa canción que aprendimos de Rosa León en nuestra infancia a la hora de realizar de titular este post, ya no solo por que nos hemos tenido que vacunar, si no por la relación padre-hijo respecto de las vacunas . Recuerdo que de siempre me han aterrorizado las inyecciones y éstas, las he asociado siempre a las vacunas. Tanto es así que uno de mis recuerdos de niñez de más intensidad, es el de verme a mí mismo metido en la taquilla de clase en P5 en la vacunación que hacían en el colegio . Y como que no solo se heredan las cosas buenas si no que también las malas, nuestro hijo mediano (al que aquí llamaré FlyDash) ha tenido por bien incorporar ese miedo a las agujas hipodérmicas.
Recordamos con cariño que en alguna cena en la que hablábamos del viaje a México, FlyDash comentaba que se venía si y solo si, si no tenia que vacunarse. Y le dijimos la verdad, que por lo que sabíamos no era necesario hacerlo, pero que en cualquier caso, si fuese así pues tendríamos que pasar por ello. Y se puso contento, no poco, si no un mucho , y los días pasaron y el tema se olvidó. No obstante, y en el devenir de los días, en el colegio la peque de una mamá cogió el sarampión (la tuvieron que ingresar y pasar varios días bastante enferma), lo que nos llevó a hacer la consulta al centro internacional. Así, se acercó solo uno de nosotros (puesto que no veíamos ninguna necesidad y era una consulta trivial) y nos tuvimos que acercar finalmente los nueve.
Ese mismo día nos vacunamos nosotros dos de: triple vírica por tres brotes recientes y graves en Nueva York de sarampión, fiebre tifoidea para México (la médico nos dijo que si estábamos de viaje y no era la típica estancia en el hotel de todo incluido era altamente recomendable) y antitetánica (ha de hacerse un recuerdo cada 10 años). También nos recomendó Tyorfan como antidiarréico como alternativa al Fortasec (tiene un mejor comportamiento que el más conocido) y Relek extra forte para los mosquitos (primero el protector solar y luego el Relek). Mientras hacíamos el camino de vuelta, ibamos mirando si existía una alternativa a la aguja para FlyDash y, aliviados, vimos que hay unos comprimidos que hace de las veces, así que ese mismo día en la cena comentamos el asunto. Flydash soltó una gran respiración de alivio acompañado de un “uf menos mal” y ahí se quedó la cosa. No obstante, con el pasar de los días nos fuímos informando más y no nos quedamos conformes con el grado de protección que ofrecía. Cometimos el error de anticipárselo a los abuel@s que se lo dijeron al niño, con lo que un día al volver del trabajo nos lo encontramos espatarrado en cruz, con un enfado morrocotudo en suelo del pasillo y llorando, diciendo que eramos unos traidores y unos mentirosos. Vaya papelón esto de ser padres!!! (ojo con no ser coherentes porque tienes auditoría en casa todos los días) . No recordamos exactamente como fue, la peque le decía por un lado, que no era para tanto, que solo era un pinchacito, el mayor que si lo otro. Por el otro lado, nosotros que con la salud no ibamos a jugar y que pasaríamos todos por ahí. Sea como fuere, después de cenar, la sonrisa le retornó a la cara, demostrándonos a todos la buena pasta de la que está hecho. Gracias FlyDash .
El día de la vacunación total (los abuel@s y nuestros tres hij@s) había mucha inquietud por parte de todos (los abuel@s también? Dios mío!), pero la enfermera lo hizo fenomenal con ellos tres. Nada más entrar, pimpam, sin tiempo para pensárselo, así que salieron los tres de rositas de la consulta con una gran prueba superada :#l( . Sin lugar a dudas, la cara de felicidad y el alivio de ellos al salir no se nos olvidará en la vida.
La triple vírica no nos ha producido efectos secundarios, y la de la fiebre tifoidea un dolor parecido al de cuando tienes agujetas por esfuerzo físico durante un par de días. Esta sensación no la hemos tenido todos, pero sí la mayoría. La antitetánica sensación de agujetas. En cualquier caso, totalmente tolerable.
El servicio público de vacunación internacional es gratuito (las vacunas tienen algún coste) pero con largas listas de espera (tres o cuatro meses en el mejor de los casos). Tuvimos que buscar alternativas privadas que nos dieron cita en la semana siguiente de solicitarlo. Nosotros lo hicimos en el hospital del mar de Barcelona, con un coste de 25€ por visita más 9 por vacuna. Nos pareció lamentable que entrásemos una familia de cinco en la consulta y nos cobrasen 5 visitas (cuyo contenido era idéntico).
Respecto del seguro de viaje, podemos decir que hemos preguntado a cinco aseguradoras y que en nuestra comparativa, hemos podido establecer que el valor diferencial entre las pólizas se establece en la “asistencia médica” (hospitalización, operación, etc). El límite elegido será el valor económico que no tengamos que pagar, por lo que a mayor cobertura de este valor, más sube la póliza de seguro. Así, hemos mirado en: IATI, AXA, ARAG, INTERMUNDIAL y MAPFRE, del que hemos elegido a IATI con el producto “Estrella Premium” con una cobertura de asistencia médica individual de hasta 500.000€ por persona. Las razones, además de las económicas, son las buenas referencias obtenidas a partir de la página de molaviajar.com (donde además podrás obtener un código promocional del 5% de descuento). El coste para los 9 ha sido de 934€, teniendo en cuenta que por cien euros más para todos (dentro de ese precio), hemos pasado de una cobertura de 200.000€ a una de 500.000€.
Recordamos con cariño que en alguna cena en la que hablábamos del viaje a México, FlyDash comentaba que se venía si y solo si, si no tenia que vacunarse. Y le dijimos la verdad, que por lo que sabíamos no era necesario hacerlo, pero que en cualquier caso, si fuese así pues tendríamos que pasar por ello. Y se puso contento, no poco, si no un mucho , y los días pasaron y el tema se olvidó. No obstante, y en el devenir de los días, en el colegio la peque de una mamá cogió el sarampión (la tuvieron que ingresar y pasar varios días bastante enferma), lo que nos llevó a hacer la consulta al centro internacional. Así, se acercó solo uno de nosotros (puesto que no veíamos ninguna necesidad y era una consulta trivial) y nos tuvimos que acercar finalmente los nueve.
Ese mismo día nos vacunamos nosotros dos de: triple vírica por tres brotes recientes y graves en Nueva York de sarampión, fiebre tifoidea para México (la médico nos dijo que si estábamos de viaje y no era la típica estancia en el hotel de todo incluido era altamente recomendable) y antitetánica (ha de hacerse un recuerdo cada 10 años). También nos recomendó Tyorfan como antidiarréico como alternativa al Fortasec (tiene un mejor comportamiento que el más conocido) y Relek extra forte para los mosquitos (primero el protector solar y luego el Relek). Mientras hacíamos el camino de vuelta, ibamos mirando si existía una alternativa a la aguja para FlyDash y, aliviados, vimos que hay unos comprimidos que hace de las veces, así que ese mismo día en la cena comentamos el asunto. Flydash soltó una gran respiración de alivio acompañado de un “uf menos mal” y ahí se quedó la cosa. No obstante, con el pasar de los días nos fuímos informando más y no nos quedamos conformes con el grado de protección que ofrecía. Cometimos el error de anticipárselo a los abuel@s que se lo dijeron al niño, con lo que un día al volver del trabajo nos lo encontramos espatarrado en cruz, con un enfado morrocotudo en suelo del pasillo y llorando, diciendo que eramos unos traidores y unos mentirosos. Vaya papelón esto de ser padres!!! (ojo con no ser coherentes porque tienes auditoría en casa todos los días) . No recordamos exactamente como fue, la peque le decía por un lado, que no era para tanto, que solo era un pinchacito, el mayor que si lo otro. Por el otro lado, nosotros que con la salud no ibamos a jugar y que pasaríamos todos por ahí. Sea como fuere, después de cenar, la sonrisa le retornó a la cara, demostrándonos a todos la buena pasta de la que está hecho. Gracias FlyDash .
El día de la vacunación total (los abuel@s y nuestros tres hij@s) había mucha inquietud por parte de todos (los abuel@s también? Dios mío!), pero la enfermera lo hizo fenomenal con ellos tres. Nada más entrar, pimpam, sin tiempo para pensárselo, así que salieron los tres de rositas de la consulta con una gran prueba superada :#l( . Sin lugar a dudas, la cara de felicidad y el alivio de ellos al salir no se nos olvidará en la vida.
La triple vírica no nos ha producido efectos secundarios, y la de la fiebre tifoidea un dolor parecido al de cuando tienes agujetas por esfuerzo físico durante un par de días. Esta sensación no la hemos tenido todos, pero sí la mayoría. La antitetánica sensación de agujetas. En cualquier caso, totalmente tolerable.
El servicio público de vacunación internacional es gratuito (las vacunas tienen algún coste) pero con largas listas de espera (tres o cuatro meses en el mejor de los casos). Tuvimos que buscar alternativas privadas que nos dieron cita en la semana siguiente de solicitarlo. Nosotros lo hicimos en el hospital del mar de Barcelona, con un coste de 25€ por visita más 9 por vacuna. Nos pareció lamentable que entrásemos una familia de cinco en la consulta y nos cobrasen 5 visitas (cuyo contenido era idéntico).
Respecto del seguro de viaje, podemos decir que hemos preguntado a cinco aseguradoras y que en nuestra comparativa, hemos podido establecer que el valor diferencial entre las pólizas se establece en la “asistencia médica” (hospitalización, operación, etc). El límite elegido será el valor económico que no tengamos que pagar, por lo que a mayor cobertura de este valor, más sube la póliza de seguro. Así, hemos mirado en: IATI, AXA, ARAG, INTERMUNDIAL y MAPFRE, del que hemos elegido a IATI con el producto “Estrella Premium” con una cobertura de asistencia médica individual de hasta 500.000€ por persona. Las razones, además de las económicas, son las buenas referencias obtenidas a partir de la página de molaviajar.com (donde además podrás obtener un código promocional del 5% de descuento). El coste para los 9 ha sido de 934€, teniendo en cuenta que por cien euros más para todos (dentro de ese precio), hemos pasado de una cobertura de 200.000€ a una de 500.000€.