¡¡WELCOME TO JORDAN!!
Éstas han sido las tres palabras que más hemos escuchado durante nuestra ruta, de algo más de una semana, por el extraordinario reino hachemita de Jordania.
Este viaje comenzó a fraguarse desde hace muchos años, quizás desde que era aún muy niño y mis padres me hablaron de un viaje que me parecía repleto de maravillas y aventuras al más puro estilo de Indiana Jones, nunca mejor dicho
No fue hasta el año pasado cuando tras una importante campaña de convencimiento con mi mujer al fin vi la luz para hacer uno de los viajes que más había deseado y que tanto se había resistido. En octubre, más de 6 meses antes del viaje, cuando compramos los billetes, me invadió una gran sensación de felicidad. Comenzaba entonces la labor de preparación del viaje, por nuestra cuenta como otras veces, aunque en esta ocasión no fue muy complicado porque el viaje ya lo tenía preparado
Unos meses más tarde se incorporaron al viaje nuestros más que amigos ya. Con la ruta definida, los hoteles y el coche reservados solo quedaba una última cosa por hacer, esperar a que llegase la fecha marcada en rojo en el calendario, el 26 de abril de 2019. Al menos eso creía yo...
Para poneros en contexto de cómo fui al viaje es necesario contar una historia previa. Como muchos otr@s juego en un equipo de fútbol con gente del trabajo. En mi caso somos muy malos, no malos de perder partidos y de vez en cuando ganar, no, somos malos de perder todos los partidos y además de forma abultada. Pues bien, justo el día antes del viaje teníamos el último partido de nuestra liga de la que ya sabíamos que íbamos a quedar últimos. Mi mujer me insistía que no fuese, que el partido era muy tarde, a las 10 de la noche, y además teníamos que preparar muchas cosas para el viaje y sobre todo que me podía pasar algo. Como no podía ser de otra forma no hice caso a mi mujer, aunque supiese que casi siempre, lleva razón.
- 22:00 pm: Comienza el partido
- 23:30 pm: Un servidor está en urgencias del Hospital porque al ir a parar un balón, soy portero, no se cómo se me ha doblado la muñeca y la sensación es mala, muy mala.
- 23:35 pm: Llamada a mi mujer para decirle que voy a llegar tarde a cenar
- 23:45 pm: Se confirma el diagnóstico. Tengo la muñeca rota, rotura del radio distal con desplazamiento.
- 23:46 pm: Ganas de llorar.
- 00:00 am: A menos de 14 horas de que nuestro vuelo saliese con destino final Amman, estaba tumbado en una camilla con cuatro médicos tirando de vendas atadas a mis dedos a punto de estallar, para reducirme la fractura y colocar el hueso en su sitio.
- 01:30 am: Después de conocer otra faceta nueva del dolor, de que me colocasen la escayola, radiografía para aquí y para allá y de que me diese casi un ataque al corazón cuando un médico insensible me dijese que así no viajaba ni de broma, conseguimos salir del hospital con un justificante en el que los médicos me decían que estaba apto para volar, aunque no las tenía todas conmigo ya que al leer en algunas compañías aéreas, como por ejemplo, Iberia, indican que en las primeras 48 horas tras colocarte el yeso, no está permitido volar. Afortunadamente en mi caso no hubo problemas y pudimos hacer el viaje y casi todo lo planeado, aunque debéis tener esta circunstancia en cuenta a la hora de viajar tras una lesión de este tipo.
Una compañera inesperada se sumaba a última hora al viaje...
Este viaje comenzó a fraguarse desde hace muchos años, quizás desde que era aún muy niño y mis padres me hablaron de un viaje que me parecía repleto de maravillas y aventuras al más puro estilo de Indiana Jones, nunca mejor dicho
No fue hasta el año pasado cuando tras una importante campaña de convencimiento con mi mujer al fin vi la luz para hacer uno de los viajes que más había deseado y que tanto se había resistido. En octubre, más de 6 meses antes del viaje, cuando compramos los billetes, me invadió una gran sensación de felicidad. Comenzaba entonces la labor de preparación del viaje, por nuestra cuenta como otras veces, aunque en esta ocasión no fue muy complicado porque el viaje ya lo tenía preparado
Unos meses más tarde se incorporaron al viaje nuestros más que amigos ya. Con la ruta definida, los hoteles y el coche reservados solo quedaba una última cosa por hacer, esperar a que llegase la fecha marcada en rojo en el calendario, el 26 de abril de 2019. Al menos eso creía yo...
Para poneros en contexto de cómo fui al viaje es necesario contar una historia previa. Como muchos otr@s juego en un equipo de fútbol con gente del trabajo. En mi caso somos muy malos, no malos de perder partidos y de vez en cuando ganar, no, somos malos de perder todos los partidos y además de forma abultada. Pues bien, justo el día antes del viaje teníamos el último partido de nuestra liga de la que ya sabíamos que íbamos a quedar últimos. Mi mujer me insistía que no fuese, que el partido era muy tarde, a las 10 de la noche, y además teníamos que preparar muchas cosas para el viaje y sobre todo que me podía pasar algo. Como no podía ser de otra forma no hice caso a mi mujer, aunque supiese que casi siempre, lleva razón.
- 22:00 pm: Comienza el partido
- 23:30 pm: Un servidor está en urgencias del Hospital porque al ir a parar un balón, soy portero, no se cómo se me ha doblado la muñeca y la sensación es mala, muy mala.
- 23:35 pm: Llamada a mi mujer para decirle que voy a llegar tarde a cenar
- 23:45 pm: Se confirma el diagnóstico. Tengo la muñeca rota, rotura del radio distal con desplazamiento.
- 23:46 pm: Ganas de llorar.
- 00:00 am: A menos de 14 horas de que nuestro vuelo saliese con destino final Amman, estaba tumbado en una camilla con cuatro médicos tirando de vendas atadas a mis dedos a punto de estallar, para reducirme la fractura y colocar el hueso en su sitio.
- 01:30 am: Después de conocer otra faceta nueva del dolor, de que me colocasen la escayola, radiografía para aquí y para allá y de que me diese casi un ataque al corazón cuando un médico insensible me dijese que así no viajaba ni de broma, conseguimos salir del hospital con un justificante en el que los médicos me decían que estaba apto para volar, aunque no las tenía todas conmigo ya que al leer en algunas compañías aéreas, como por ejemplo, Iberia, indican que en las primeras 48 horas tras colocarte el yeso, no está permitido volar. Afortunadamente en mi caso no hubo problemas y pudimos hacer el viaje y casi todo lo planeado, aunque debéis tener esta circunstancia en cuenta a la hora de viajar tras una lesión de este tipo.
Una compañera inesperada se sumaba a última hora al viaje...
No os voy a engañar, ha sido un viaje "diferente". Me ha costado acostumbrarme a no poder hacer el cabra, a conducir, a no poder siquiera abrocharme el botón del pantalón. Menos mal que estaba mi mujer, que con una infinita paciencia ha aguantado todos mis berrinches y me ha ayudado más de lo que cabría esperar.
A pesar de las penurias el viaje ha sido una maravilla. Jordania es increíble en todos los sentidos. Hemos visto cosas únicas, disfrutado de la comida como en pocos países nos sucede y la gente, salvo contadas excepciones, nos ha parecido hospitalaria y amable, con muchas ganas de enseñar su país y de que nos sintiéramos cómodos. Nos han puesto las cosas muy fáciles y eso hace que todo sume en un viaje extraordinario.
Por supuesto ha habido cosas malas, alguna decepción provocada por la lesión como no poder bucear en el Mar Rojo o hacer el Siq Trail en el Wadi Mujib y otras quizá porque nuestras expectativas eran muy altas, como por ejemplo la noche que pasamos en el desierto del Wadi Rum y que luego relataré, pero en general el viaje ha sido perfecto y aunque no soy de repetir destinos, a Jordania seguro que volveremos y por supuesto el día antes intentaré no jugar al fútbol
A pesar de las penurias el viaje ha sido una maravilla. Jordania es increíble en todos los sentidos. Hemos visto cosas únicas, disfrutado de la comida como en pocos países nos sucede y la gente, salvo contadas excepciones, nos ha parecido hospitalaria y amable, con muchas ganas de enseñar su país y de que nos sintiéramos cómodos. Nos han puesto las cosas muy fáciles y eso hace que todo sume en un viaje extraordinario.
Por supuesto ha habido cosas malas, alguna decepción provocada por la lesión como no poder bucear en el Mar Rojo o hacer el Siq Trail en el Wadi Mujib y otras quizá porque nuestras expectativas eran muy altas, como por ejemplo la noche que pasamos en el desierto del Wadi Rum y que luego relataré, pero en general el viaje ha sido perfecto y aunque no soy de repetir destinos, a Jordania seguro que volveremos y por supuesto el día antes intentaré no jugar al fútbol
Os invito a que viajéis a Jordania, un país que es mucho más que la ciudad rosa de Petra en el que podéis maravillaros con una de las ciudades romanas mejor conservadas del mundo como Gerasa, disfrutar de un atardecer en el punto más bajo de la tierra, el Mar Muerto o creeros que estáis en otro planeta al recorrer el desierto del Wadi Rum.
Os animo a que sigáis descubriendo Jordania conmigo, un país infinito
Os animo a que sigáis descubriendo Jordania conmigo, un país infinito