Teherán, visita fugaz a la capital ✏️ Diarios de Viajes de Iran

Llegó por fin el día del viaje y tras la mañana en el trabajo me fui directo a la T2 del aeropuerto de Barajas, de donde salía el vuelo con destino a Estambul a las 18:15. Turkish Airlines es una de las líneas aéreas que más me gustan tanto por el entretenimiento a bordo en las pantallas individuales como por la comida, que me parece de las más aceptables. El vuelo transcurrió con total normalidad y un par de horas después de aterrizar ya estaba volando rumbo a Teherán.

Llegamos alrededor de las 5 de la mañana o no mucho después de la hora prevista y tras pasar rápidamente los trámites de inmigración, me encontré con el conductor proporcionado por el Ferdowsi Grand Hotel para trasladarme de forma gratuita hasta él. Primero, no obstante, intenté comprar una tarjeta de móvil en Irancell, pero por ser mi primer viaje a Irán, el dependiente me informó de que no podía y que tendría que acudir a otra tienda de la ciudad. Desconozco qué problema tendría al hacer el registro.

Tardamos sobre una hora en llegar al hotel y por suerte pude hacer el check-in al momento.

La habitación individual VIP que me dieron era bastante grande, sin moqueta en el suelo, cama grande muy cómoda, 2 sofás y mesa pequeña, un escritorio pequeño, banco para poner la maleta, aire acondicionado, alfombra, armario grande, minibar gratuito, TV de pantalla plana, wifi, sandalias para el baño y zapatillas para la habitación. En el minibar no sólo había agua y algo de fruta, sino que me dejaron unos cuantos dulces típicos (luego por la tarde volvieron a hacer una reposición pastelera).
El cuarto de baño era occidental con una ducha normal, quiero decir, que no se inundaba el suelo. Había pulidor de calzado, cepillo y pasta de dientes, gorro de ducha, bastoncillos para los oídos, aparte del champú y gel.

En definitiva, que me gustó bastante y no la vi desfasada para nada. Casi que parecía una pequeña suite.

Me invitaron a tomar el desayuno (se sirve de 6:30 a 10:00), algo que no me esperaba, al tenerlo incluido solo para una noche. Es de tipo buffet y principalmente iraní. No me llamó demasiado la atención, pero no estuvo mal.

A continuación, como no tenía ni un rial, pregunté para cambiar en recepción. En principio cambiaban únicamente pequeñas cantidades y qué sorpresa me llevé cuando me dijeron que por un euro daban 150000 riales. ¡Pero si eso era el triple de lo que había visto por internet!. Por 10€ me dieron 1500000 riales. Como decía la recepcionista, mientras que estuviese en Irán podía ser millonario.

Como estaba cansado y no me apetecía recorrer los alrededores del hotel para visitar varios monumentos, accedí a una ruta en taxi que me propusieron en el hotel, por un total de 4000000 riales y al menos 6 horas. Después del subidón por el cambio favorable y llevando 2 horas en Irán, me pareció razonable. Lo que pedí incluir en la ruta fue lo siguiente:

- Palacio Golestán
- Torre Azadi
- Puente Tabiat
- Museo Arqueológico Nacional
- Joyas de la Corona

Oscureciendo antes de las 18:00 y con el horario de cierre de monumentos bastante limitado, no daba tiempo a más.

La visita al Palacio de Golestán comenzó lluviosa pero por suerte no duró mucho y sería casi la única vez que vería llover durante el viaje. La entrada a este monumento depende del número de dependencias a las que se quiera acceder. En mi caso pagué 620000 IRR y podía entrar a los siguientes sitios:

- Tahkt e Marmar
- Khalvat e Karim Khani
- Talar e Aineh
- Talar e Salam
- Talar e Adj
- Talar e Berelian
- Shams ol Emareh
- Emarat e Badgir

Y creo que algún salón más que se me pasó porque no iba muy pendiente de marcar lo que iba viendo ni mirando en el mapa que me dieron con la entrada.

El Palacio Golestán significa Palacio de las Flores y fue construido durante la primera mitad del siglo XVI, en época de la dinastía Safávida (siglo XVI-primer tercio del siglo XVIII). Posteriormente llegaría ser residencia oficial de la familia real durante la dinastía Qajar (1794-1925) y sede de recepciones reales durante la dinastía Pahlavi (1925-1979).

Tahkt-e Marmar significa “Trono de Mármol” y en el centro de dicha sala hay un trono hecho de mármol de la provincia de Yazd, pero lo que de verdad impresiona en la sala es la decoración con espejos, estucos, pinturas, grabados en madera, etc… No se puede dejar de mirar a ningún lado, porque donde quiera que pongas los ojos es una maravilla.

Adyacente está el Khalvat e Karim Khani, con una estructura similar al anterior y con un trono de mármol bastante más pequeño. En un lado se encuentra la tumba de un shah que reinó durante la 2ª mitad del siglo XIX (Nasser ol Din). Si en el salón del Trono de Mármol es la decoración con espejos, madera y estucos la que destaca, en esta sala es la decoración de azulejos en las paredes y bóveda, unos con flores y aves y otros con figuras geométricas.

Talar-e Aineh es el Salón de los Espejos y a ciencia cierta que los espejos son los elementos que destacan, tanto en pared como techo. La decoración se completa con lámparas, alfombras y sillones.

Talar-e Salam es el Salón de las Recepciones en el que el rey recibía recepciones de turistas y enviados procedentes de cortes europeas. Nuevamente es llamativa la decoración con espejos, escayola en los techos y paredes, los mosaicos del suelo.

Talar-e Adj es el Salón del Marfil y en su momento era utilizado como comedor y estaba decorado con los regalos que los reyes europeos presentaban a Nasser ol Din. Un par de enormes colmillos de marfil se sitúan a los lados de un enorme espejo con el marco de oro.

Talar-e Berelian o Salón del Brillante es impresionante también, con la decoración ¿de qué?, pues de espejos también, jaja, esta vez brillantes. ¡Menudos destellos! Hay candelabros, alfombras, jarrones, sillones, etc…

Shams ol Emareh es el Edificio del Sol y es una fusión de arquitectura europea y persa. La idea de este edificio vino al rey Nasser ol Din como resultado de las imágenes de cuadros que tenía de edificios europeos y quería una estructura desde la que pudiese contemplar una panorámica de la ciudad. Para variar, el interior brilla y mucho.

Emarat-e Badgir es el Edificio de las Torres del Viento, torres de las que hay un total de 4 y se utilizaban para que el aire más fresco circulase por el interior de un edificio. A la decoración mencionada anteriormente se une en este caso las vidrieras.

Entre cada uno de los salones que se visitan en el Palacio Golestan hay un jardín con árboles y un enorme estanque con fuentes que lo atraviesa.

Acabó mi visita a este palacio, que verdaderamente me sorprendió, puesto que no me esperaba tal derroche de ostentación.

La siguiente parada, en el centro de la ciudad, fue la torre Azadi. Este monumento con forma de Y invertida, se construyó en 1971 para conmemorar el 2500 aniversario de la fundación del primer imperio persa. La torre se encuentra en el centro de la plaza Azadi y para llegar a ella hay que cruzar todos los carriles de la carretera, en la que no hay ningún paso de peatones ni semáforo. Fue mi primera y estresante experiencia para cruzar las calles. Se puede subir por el interior de la torre para observar la obra de ingeniería y ver la panorámica desde lo alto, pero desafortunadamente los sábados está cerrada, así que me sobró mucho tiempo por allí sin nada que hacer, al haber acordado con el conductor que volviera en 45 minutos.

Seguidamente fuimos al puente peatonal Tabiat, una moderna obra de ingeniería con varios niveles que conecta dos parques y en la que hay varios bares. Según parece los iraníes suelen ir a pasear por la noche, aunque al mediodía vi relativamente bastante gente.

Sin parar ni para comer continuamos hasta el Museo Nacional de Irán. Consta de 2 museos diferentes, el Museo Islámico y el Museo de Arqueología, por el que se pagan distintas entradas. El que a mí me interesaba es el de Arqueología, que actualmente cuesta 300000 IRR.

La colección alberga grabados, capiteles y estatuas del período aqueménida, escaleras y escultura con cabeza de hombre y cuerpo de toro del tripylon (espacio que conectaba el Palacio de Apadana con el Vestíbulo de las 100 Columnas en Persépolis), maquetas de viviendas del Neolítico, cerámica de diferentes yacimientos arqueológicos.

El último lugar de la ruta fue para ver las Joyas de la Corona. La exposición está en el Banco Central, dentro de una cámara acorazada. El horario es restringido y un poco raro, porque es de 14:00 a 16:30. El precio de la entrada es de 200000 IRR. La colección, que fue reunida durante las dinastías safávida, Kayar y Pahlevi, es una locura, con todas las piedras y metales preciosos que hay (dagas, coronas, tiaras, el globo terráqueo, etc…). Me quedé todo loco.

No se pueden hacer fotos en el interior, así que para hacerse una idea hay que buscar en internet.

www.cbi.ir/page/2091.aspx
images.google.es/


Finalizada la ruta fuimos a varias oficinas de cambio, pero o ya estaban cerradas o no ofrecían más de 120000 IRR. Por suerte en el hotel me cambiaron 100€ a 150000 IRR, por lo que podía empezar ya millonario el viaje. Como estaba muy cansado por el viaje, me quedé en el hotel el resto de la tarde-noche y cené en el restaurante buffet. El precio fue algo así como 784000 IRR en total.