Éste era uno de los nombres que recibía la ciudad en el siglo XVII por los viajeros, puesto que aseguraban que habiendo viajado a Isfahan ya habían conocido la mitad de las maravillas del mundo.
Jueves 18 de octubre. Tras desayunar acordé desde el hotel una ruta en taxi con un conductor para visitar unas cuantas de estas maravillas. El precio establecido fue de 1000000 IRR. Para alguien que no tenga problemas de movilidad lo podría hacer todo andando excepto quizás ir al barrio de Jolfa.
En primer lugar fuimos hasta la mezquita Masjed-e Jameh. El precio de la entrada es de 200000 IRR. Acordé con el taxista estar de vuelta 2 horas después.
Jueves 18 de octubre. Tras desayunar acordé desde el hotel una ruta en taxi con un conductor para visitar unas cuantas de estas maravillas. El precio establecido fue de 1000000 IRR. Para alguien que no tenga problemas de movilidad lo podría hacer todo andando excepto quizás ir al barrio de Jolfa.
En primer lugar fuimos hasta la mezquita Masjed-e Jameh. El precio de la entrada es de 200000 IRR. Acordé con el taxista estar de vuelta 2 horas después.
Aunque las mezquitas de la plaza Naqsh-e Jahan tienen una decoración impresionante, fue la mezquita del Viernes la que probablemente más me gustó o llamó la atención por la variedad de estilos arquitectónicos que abarca a lo largo de 9 siglos, desde el período de la dinastía selyúcida (siglos XI-XIII) hasta la safávida (siglos XVI-XVIII).
El patio central, con una fuente de ablución en el centro, está rodeado por cuatro iwans, uno en cada punto cardinal.
Junto al iwan oeste está la sala del sultán Uljeitu, que alberga un mihrab de estuco con inscripciones coránicas. Al fondo la sala de Invierno.
Tras el monumental iwan norte hay un acceso a una sala de oración con múltiples columnas. Detrás está la cúpula Taj-al Molk, considerada la cúpula de piedra más bonita de Irán.
Accediendo por el iwan sur al santuario hay otra espectacular cúpula, de nombre Nezam-al Molk, rodeada también de salas de oración con columnas.
La mezquita del Viernes es la más grande del país, con 20000 metros cuadrados. Para llegar a ella se puede ir caminando desde la plaza Naqsh-e Jahan a través del bazar.
El siguiente lugar de visita fue el palacio de Chehel Sotun. La entrada cuesta 200000 IRR. Este palacio fue construido como un pabellón de recreo. El edificio actual es del siglo XVIII. Se accede por una terraza en la que hay un largo estanque con jardines a los lados, al fondo del cual está el palacio, con sus 20 columnas de madera.
El nombre del palacio, Chehel Sotun, significa 40 columnas. Esto viene del efecto óptico producido al reflejarse las columnas en el estanque.
Si hay algo que destaque por encima de lo demás en el palacio es el Gran Vestíbulo, por la profusión de los frescos que cubren sus paredes. Representan escenas históricas tanto del lujo de la vida en la corte imperial como de las batallas del período correspondiente a la dinastía safávida (siglos del XVI al SVIII).
En cuanto a los jardines, siguen el patrón de los jardines persas clásicos y están incluidos en el Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La siguiente parada, bastante próxima, era para ver el palacio de Hasht Behesht. Se encuentra en medio de un parque con abundancia de vegetación bastante agradable para descansar o pasear. Por supuesto había familias de iraníes haciendo un picnic. Estaba algo desorientado y no sabía hacia dónde dirigirme, pero afortunadamente 2 chicas jóvenes a las que pregunté me acompañaron hasta el palacio.
La entrada cuesta 200000 IRR. Se supone que en algún momento de su historia fue el más lujoso de los palacios de Isfahan, pero hoy en día está bastante deteriorado. No obstante tiene destacables artesonados de madera en el techo de algunas salas y cúpulas con decoración es estalactitas y frescos.
La última parada concertada era en el barrio de Jolfa, para visitar en primer lugar la catedral Kelisa-ye Vank, centro de la iglesia armenia en Irán. Fue construida a mediados del siglo XVII durante el período de la dinastía safávida. La entrada cuesta 300000 IRR, que da derecho a visitar la catedral y un museo.
El interior de la catedral está profusamente decorado con frescos de vivos colores, que representan entre otros, escenas de demonios y martirios.
El interior de la catedral está profusamente decorado con frescos de vivos colores, que representan entre otros, escenas de demonios y martirios.
Al museo no le hice mucho caso. La visita que hice fue bastante rápida porque aún no había comido. Destaca por su colección de evangelios y biblias ilustradas, que con las prisas no sé si llegué a ver.
Después de visitar la catedral armenia fue al restaurante Arc A, que está en la misma calle, en el barrio de Jolfa. Es como una cafetería más bien. Pedí lo siguiente:
- Yogur
- Fesenjan
- Agua
No estuvo mal, pero tampoco me entusiasmó. La cuenta fue de 544000 IRR (unos 3’4€).
www.tripadvisor.es/ ...vince.html
Me adentré muy ligeramente en el barrio de Jolfa, tan sólo para ir hasta la plaza de igual nombre, centro del barrio armenio. Está porticada por 3 de sus lados, con comercios en cada galería. El centro de la plaza está ocupada por un reloj de sol. Me sentí un ratillo en un banco para observar el ambiente.
- Yogur
- Fesenjan
- Agua
No estuvo mal, pero tampoco me entusiasmó. La cuenta fue de 544000 IRR (unos 3’4€).
www.tripadvisor.es/ ...vince.html
Me adentré muy ligeramente en el barrio de Jolfa, tan sólo para ir hasta la plaza de igual nombre, centro del barrio armenio. Está porticada por 3 de sus lados, con comercios en cada galería. El centro de la plaza está ocupada por un reloj de sol. Me sentí un ratillo en un banco para observar el ambiente.
Luego me fui a la búsqueda del Museo de la Música de Isfahan, cuya visita me había recomendado el guía de la excursión por los Kaluts. Me interesaba no sólo por ver instrumentos musicales tradicionales persas, sino por la posibilidad de asistir a alguna actuación musical, tal y como mencionaba la guía Lonely Planet. La entrada cuesta 500000 IRR.
La visita al museo se realiza de forma guiada. Justo cuando entré había un grupo haciendo la visita en francés y me dijeron que uniese a él, aunque fui bastante a mi aire porque no me enteraba de nada de lo que explicaban. El recorrido se puede dividir en 2 partes:
En la planta baja hay una exposición de diferentes instrumentos musicales iraníes, como pueden ser el setar, el tar, el santur o el kamancheh. La guía iba explicando cada conjunto de instrumentos y poniendo fragmentos de música correspondientes a ellos.
La visita al museo se realiza de forma guiada. Justo cuando entré había un grupo haciendo la visita en francés y me dijeron que uniese a él, aunque fui bastante a mi aire porque no me enteraba de nada de lo que explicaban. El recorrido se puede dividir en 2 partes:
En la planta baja hay una exposición de diferentes instrumentos musicales iraníes, como pueden ser el setar, el tar, el santur o el kamancheh. La guía iba explicando cada conjunto de instrumentos y poniendo fragmentos de música correspondientes a ellos.
En el sótano, siendo instrumentos tradicionales también, la exposición estaba organizada por instrumentos típicos de cada provincia iraní.
Cuando ya me iba, uno de los empleados del museo me dijo que si no me quedaba a la actuación musical, lo que fue toda una sorpresa porque pensaba que no iba a haber ninguna. Durante una media hora aproximadamente un grupo de músicos hizo un concierto con instrumentos tradicionales. Por esto sí que valió la pena realizar la visita al museo. Al final hasta me compré un CD.
Regresé hacia la zona de la catedral armenia y en el hotel Jolfa pedí un taxi que me llevase de nuevo hacia la plaza Naqsh-e Jahan (150000 IRR), lo más cerca posible de la entrada al bazar por el portal Qeysarieh. Me dejaron en una calle por la zona opuesta, así que me quedé con las ganas de acercarme. Aproveché eso sí para comprarme una miniatura con una escena de Isfahan en la tienda de Hossein Fallahi (www.miniatureart.org).
Estuve unos minutos en la plaza observando el ambiente que había, los monumentos iluminados, la fuente central activa. Luego ya me marché para el hotel a cenar y descansar.
El día siguiente, 19 de octubre, fue probablemente uno de los días más aburridos que tuve en el viaje por ser viernes. Sabía que habría monumentos cerrados y que el bazar lo estaría igualmente. No me di prisa por levantarme y desayunar y luego estuve un rato en la habitación decidiendo qué visitar, porque estaba algo desganado.
Regresé hacia la zona de la catedral armenia y en el hotel Jolfa pedí un taxi que me llevase de nuevo hacia la plaza Naqsh-e Jahan (150000 IRR), lo más cerca posible de la entrada al bazar por el portal Qeysarieh. Me dejaron en una calle por la zona opuesta, así que me quedé con las ganas de acercarme. Aproveché eso sí para comprarme una miniatura con una escena de Isfahan en la tienda de Hossein Fallahi (www.miniatureart.org).
Estuve unos minutos en la plaza observando el ambiente que había, los monumentos iluminados, la fuente central activa. Luego ya me marché para el hotel a cenar y descansar.
El día siguiente, 19 de octubre, fue probablemente uno de los días más aburridos que tuve en el viaje por ser viernes. Sabía que habría monumentos cerrados y que el bazar lo estaría igualmente. No me di prisa por levantarme y desayunar y luego estuve un rato en la habitación decidiendo qué visitar, porque estaba algo desganado.
Finalmente opté por ir hasta el hammán Ali Gholi Agha, para lo que tenía que coger un taxi, que me costó 150000 IRR. En cuanto a la entrada, el precio era de 200000 IRR.
El hammán es como un museo en el que hay varios maniquíes representando escenas cotidianas, al igual que en el de Shiraz. Decorativamente destacan los suelos de mármol, los frescos con escenas de caza y azulejos.
El hammán es como un museo en el que hay varios maniquíes representando escenas cotidianas, al igual que en el de Shiraz. Decorativamente destacan los suelos de mármol, los frescos con escenas de caza y azulejos.
Después pedí un taxi allí mismo para que me llevasen lo más próximo a la plaza Naqsh-e Jahan. El precio del recorrido fue mucho más bajo, de sólo 60000 IRR. Quise dejar propina pero el taxista me dijo que no, que la carrera había sido por el precio que marcaba.
Mucha gente estaba paseando por los alrededores de la plaza y me acerqué hasta la entrada del bazar principal, pero estaba cerrada. Al menos pude observar el portal Qeysarieh, con su magnífica decoración con frescos.
Mucha gente estaba paseando por los alrededores de la plaza y me acerqué hasta la entrada del bazar principal, pero estaba cerrada. Al menos pude observar el portal Qeysarieh, con su magnífica decoración con frescos.
En algunas de las calles del bazar situado alrededor de la plaza sí que había algunas tiendas abiertas, pero funcionaba todo a medio gas y no estaba el lugar especialmente concurrido. En cuanto me interné un poco más por las galerías del bazar vi que estaba todo cerrado y no había absolutamente nadie, así que preferí darme la vuelta, no vaya a ser que me desorientase.
A lo tonto se fue aproximando la hora de comer y decidí ir a comer al Traditional Banquet Hall. Por ser viernes había muchísima gente y tuve que esperar cerca de una hora hasta entrar. La decoración del restaurante es muy llamativa.
A lo tonto se fue aproximando la hora de comer y decidí ir a comer al Traditional Banquet Hall. Por ser viernes había muchísima gente y tuve que esperar cerca de una hora hasta entrar. La decoración del restaurante es muy llamativa.
Pedí lo siguiente para beber y comer:
- Pepsi
- Ensalada Shiraz
- Albóndigas de arroz con carne
No me gustó demasiado. Pagué 467000 IRR, o sea, 3€ aproximadamente.
www.tripadvisor.es/ ...vince.html
Tras comer, me fui andando hacia el hotel, porque hacía calor y estaba cansado. En la comodidad de mi habitación estuve pensando si ir a ver los puentes Khaju (Pol-e Khaju) y Si-o-Seh (Si-o-Seh Pol), para ver la arquitectura de estas obras de ingeniería y de paso observar el ambiente. Se supone que son lugares de reunión y esparcimiento de la gente una vez que se pone el sol. En las fotos que había visto por internet, se veían estos puentes sobre un río con agua y formaba una imagen de gran belleza. Esto ya no ocurre más, porque el río está seco. Entre esto, las pocas ganas que tenía de salir por la noche y que necesitaba ir y volver en taxi (y no me fiaba al ser un día de fiesta), al final no hice nada y me quedé en el hotel. Cené y se acabó.
En definitiva, que mi último día en Isfahan fue anodino y tremendamente mal aprovechado. Quizás más me hubiera valido buscar una excursión para salir de la ciudad.
www.tripadvisor.es/ ...vince.html
Tras comer, me fui andando hacia el hotel, porque hacía calor y estaba cansado. En la comodidad de mi habitación estuve pensando si ir a ver los puentes Khaju (Pol-e Khaju) y Si-o-Seh (Si-o-Seh Pol), para ver la arquitectura de estas obras de ingeniería y de paso observar el ambiente. Se supone que son lugares de reunión y esparcimiento de la gente una vez que se pone el sol. En las fotos que había visto por internet, se veían estos puentes sobre un río con agua y formaba una imagen de gran belleza. Esto ya no ocurre más, porque el río está seco. Entre esto, las pocas ganas que tenía de salir por la noche y que necesitaba ir y volver en taxi (y no me fiaba al ser un día de fiesta), al final no hice nada y me quedé en el hotel. Cené y se acabó.
En definitiva, que mi último día en Isfahan fue anodino y tremendamente mal aprovechado. Quizás más me hubiera valido buscar una excursión para salir de la ciudad.