Paros: fin de playa y el pueblo más bonito para decir adiós. ✏️ Diarios de Viajes de Grecia

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25 de Julio. Paros: Kolymbithres y Naousa.

Hoy decimos buenos días a Paros y también adiós a Grecia. La sensación es de mucha nostalgia, así que queremos aprovechar cada minuto de este último día. Nos dirigimos a desayunar y el bufet del Mannis Inn nos sorprende gratamente. Elegimos una mesa en la terraza, literalmente a los pies del mar. La playa de Piperi está tranquila ahora y se respira un ambiente muy agradable. El desayuno muy completo y rico: hay una plancha para hacer huevos al momento, además de ensalada, quesos variados y jamón; yogur, miel y mermeladas caseras, pan de muchos tipos, croissants y bastante bollería dulce y salada; a destacar el hojaldre de queso; por supuesto hay zumo casero y fruta, leche y café. Me sorprende gratamente el desayuno y el lugar, que invita a dar un paseo por la pequeña playa, y así lo hacemos.

No queremos entretenernos mucho pues la idea es ir a primera hora a la playa de Kolymbithres y sabemos que se llenará. Por suerte, la tenemos muy cerca del hotel y en 10 minutos en coche estamos allí, disfrutando de este lugar tan especial en total tranquilidad.

Son las 10 de la mañana y no hay nadie. Yo ya la conocía pero a mi hija le sorprenden mucho las formaciones rocosas que hay allí. Esos bloques enormes de granito, esculpidos con extrañas formas se han ido formando por la erosión producida por el viento y el mar a través de los siglos. Y hacen de esta playa un lugar especial. Es una pena que hayan puesto tantas sombrillas, pero encontramos una pequeña cala virgen y decidimos quedarnos allí. Según avanza la mañana, va llegando más gente a la playa y percibimos una sensación diferente a las otras islas, pues aquí hay muchos jóvenes.


Se nota que en esta isla hay ambiente nocturno, y se ven muchos grupos de chavales y menos familias. Por suerte, el lugar que hemos encontrado es pequeño y no se puede poner casi nadie a nuestro lado, lo que nos permite disfrutar de la tranquilidad que no hay en el resto de la playa de Kolymbithres. Por ello, decidimos quedarnos en esta playa y no complicarnos en buscar otras pues esto nos va a hacer perder tiempo y es lo que menos queremos en el día de hoy. La visita a la isla de Paros ha sido debida al buen vuelo de regreso y nos vamos a limitar a Naousa y sus alrededores.

Comemos en la playa el excelente hojaldre de queso del hotel, ensalada y yogur griego con miel muy rico. Estamos un ratito más allí y nos dirigimos al hotel para estar un rato en la piscina, parando antes a echar gasolina (15€) y tener el coche a punto para su devolución. A continuación, vamos a la habitación a dejar todo recogido y prepararnos para salir a pasear por Naousa.

Hacemos el mismo recorrido que ayer, parando en el restaurante Mare Nostrum a reservar una mesa para las 8. Son poco más de las 7 y tenemos tiempo de callejear por el interior del pueblo, que también es encantador. A las 8 está nuestra mesa preparada en Mare Nostrum, para la última cena, que es una de las mejores. ¿O es que la saboreamos al máximo porque es la última? Cenar en ese rincón viendo los últimos rayos de sol reflejados en las casas del puerto y los barquitos, no tiene precio. Qué maravilla…

Mare Nostrum: rollos de berenjena rellenos de queso feta, calamares al grill con verduras, copa de vino y zumo: 25€.


Para despedirnos, vamos a la zona de los bares a tomar un coktail. Nos sentamos en el Agosta, que tiene una parte que da al puerto y otra, atravesando el bar, con mesitas junto al mar, donde hoy rompen fuertemente las olas. Allí nos quedamos tomando nuestro último cóctel mientras hacemos un balance del viaje.

Milos, aún con el aumento del turismo después de los años, sigue siendo encantadora, muy completa y única. Esas playas, esos pueblos junto al mar y en la montaña, el castillo, tantos rincones escondidos y las puestas de sol… ¡lo tiene todo!

Kimolos, a pesar de su pequeño tamaño, guarda muchos secretos, playas maravillosas y una capital muy agradable y cuidada. Es una isla de las auténticas.
La visita a la isla de Poliegos es totalmente recomendable; una isla virgen totalmente que se puede visitar desde Milos o desde Kimolos. Hacerlo en el paso de una a otra y con el capitán Andreas fue sin duda un acierto.

Antiparos también ha presenciado el aumento de turismo, pero merece mucho la pena por sus playas del sur, su cuidada capital, sus cuevas y la visita a la isla de Despotiko, que es, sin duda, un gran secreto.

En Paros solo hemos visto Naousa y sus alrededores, pero nos ha encantado. Observamos algo similar a lo que vimos Naxos el año pasado, que estas islas se han puesto de moda y se han hecho más turísticas a lo largo de estos 10 años. Creo que son islas para visitar fuera de temporada alta si es posible, lo que permitirá disfrutar más de sus playas y pueblos. Aún con todo, la visita corta ha merecido mucho la pena para cerrar este viaje tan bonito.

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