Primer madrugón del viaje. A las 5 nos hemos levantado y a y media estábamos ya en la carretera. Hoy la idea es ver las lagunas altiplánicas y el valle de la luna.
El coche marcaba cero grados al salir del pueblo. Aun así hemos parado cinco minutillos a ver las estrellas, identificar las nubes de Magallanes y con la rasca que hacía poco más. La idea de madrugar es ver las lagunas altiplánicas sin gente y con lo poco que madrugan por estos lares no ha habido problema. Ha empezado a amanecer con un paisaje muy chulo.
Hemos hecho la primera parada en un mirador que da al salar de talar, continuando hasta bajar al mismo salar desviándonos antes en un mirador sobre el salar. El salar abajo con los flamencos, a los pies de unas montañas lisas y completamente grises y a nuestras espaldas las montañas nevadas, la estampa es lo más fotogénica de momento.
Del mirador hemos cogido un camino de tierra que sale de la carretera y baja hasta el salar. Sin duda el mejor tramo. Vamos totalmente solos con un paisaje vastísimo y un silencio absoluto. Hemos parado cada cinco minutos para echar fotos y asomarnos al salar hasta llegar a una cuesta bastante empinada que ahí ya me he cagado y nos hemos vuelto no vaya a ser que la líe con el coche.
Tras enganchar la carretera principal hemos continuado hasta otra laguna con vicuñas y flamencos. Después de la laguna he visto un cartel que señalaba un salar, nos hemos metido por ese camino y tras recorrer varios kilómetros entre montañas me he parado a mirar el GPS y casi que estábamos al lado de la frontera Argentina así que media vuelta.
Devuelta a San Pedro tocaba visitar las lagunas de Miscante y Miñiques pero nuestro gozo en un pozo. El acceso estaba cerrado. Una chica con uniforme nos ha dicho que está cerrado durante diez días por obras en el camino... estos chilenos son la leche. Cierran tres salares por los flamencos (que eso lo puedo entender) pero ¿cerrar esto por obras cuando debe ser un camino de tierra en plena temporada alta? Pues nada. Espero que lo dejen asfaltado y con farolas.
Después de la decepción hemos parado en un pueblo, Toconao, a comer unas empanadas para seguir hasta la laguna Chaxa. La laguna me ha gustado bastante. Es un salar lleno de flamencos y pajarillos con un paseo muy bonito. Eran las 14 horas y hacía un calor importante. Aquí en atacama pasas de la hipotermia a que te de una pájara del calor en minutos.
De la laguna hemos vuelta ya a atacama. La ruta de las altiplánicas ha estado muy chula pero es un poco paliza de coche eso sí. La vuelta desde la laguna Chaxa se me ha hecho pesadísimo.
Al llegar a Atacama, hemos pasado por el hostal a cambiarnos las botas y hemos ido al valle de la luna. Ayer hicimos la reserva para poder acceder por la tarde ya que de no hacerlo así solo pueden acceder los tours organizados.
El valle de la luna de momento es lo que menos me ha gustado. El paisaje está muy chulo eso es indiscutible. Tiene un par de miradores muy espectaculares, y las dunas y las formaciones rocosas tienen fotos para aburrir. Lo malo es que tras venir de las altiplánicas, en las que no nos hemos cruzado con nadie, llegar aquí y verte rodeado de gente por todos lados como que agobia y resta encanto. Además que se visita rollo borrego. Tienes que seguir la ruta y sólo puedes para en determinados puntos que ellos consideran de interés. Algunos de esos puntos en realidad están bastante forzados porque ya me dirás tu qué interés tienen lo que llaman “las tres marías” que son tres formaciones rocosas que si no es por el bombo que le dan la gente ni repararía en ellas. Habría mínimo 100 personas ahí. Incluso gente que ha llegado en bici desde San pedro... eso sí que es una ideaca con el palomo que cae, pobreticos.
Tras recorrer los miradores, hemos ido al mirador desde el que se supone que se ve el atardecer. Una duna muy chula y llena de gente... la gente al final se ha ido yendo aunque llegaban otros tantos. Viendo que quedaba una hora para el atardecer y que en el cielo no había ni una mísera nube hemos cogido los bártulos y para el coche, con nubes el atardecer debe ser precioso pero sin nubes un atardecer desmerece.
Ya en San pedro nos hemos pegado una ducha y hemos dado una vuelta por el pueblo. El ambiente está guay pero el pueblo es tan pequeño que con una bolsa de pipas te da para cuatro cinco vueltas. Hemos comprado algo para cenar en el hostal y para comer mañana y fin del día. Mañana toca día duro y hay que estar descansados
El coche marcaba cero grados al salir del pueblo. Aun así hemos parado cinco minutillos a ver las estrellas, identificar las nubes de Magallanes y con la rasca que hacía poco más. La idea de madrugar es ver las lagunas altiplánicas sin gente y con lo poco que madrugan por estos lares no ha habido problema. Ha empezado a amanecer con un paisaje muy chulo.
Hemos hecho la primera parada en un mirador que da al salar de talar, continuando hasta bajar al mismo salar desviándonos antes en un mirador sobre el salar. El salar abajo con los flamencos, a los pies de unas montañas lisas y completamente grises y a nuestras espaldas las montañas nevadas, la estampa es lo más fotogénica de momento.
Del mirador hemos cogido un camino de tierra que sale de la carretera y baja hasta el salar. Sin duda el mejor tramo. Vamos totalmente solos con un paisaje vastísimo y un silencio absoluto. Hemos parado cada cinco minutos para echar fotos y asomarnos al salar hasta llegar a una cuesta bastante empinada que ahí ya me he cagado y nos hemos vuelto no vaya a ser que la líe con el coche.
Tras enganchar la carretera principal hemos continuado hasta otra laguna con vicuñas y flamencos. Después de la laguna he visto un cartel que señalaba un salar, nos hemos metido por ese camino y tras recorrer varios kilómetros entre montañas me he parado a mirar el GPS y casi que estábamos al lado de la frontera Argentina así que media vuelta.
Devuelta a San Pedro tocaba visitar las lagunas de Miscante y Miñiques pero nuestro gozo en un pozo. El acceso estaba cerrado. Una chica con uniforme nos ha dicho que está cerrado durante diez días por obras en el camino... estos chilenos son la leche. Cierran tres salares por los flamencos (que eso lo puedo entender) pero ¿cerrar esto por obras cuando debe ser un camino de tierra en plena temporada alta? Pues nada. Espero que lo dejen asfaltado y con farolas.
Después de la decepción hemos parado en un pueblo, Toconao, a comer unas empanadas para seguir hasta la laguna Chaxa. La laguna me ha gustado bastante. Es un salar lleno de flamencos y pajarillos con un paseo muy bonito. Eran las 14 horas y hacía un calor importante. Aquí en atacama pasas de la hipotermia a que te de una pájara del calor en minutos.
De la laguna hemos vuelta ya a atacama. La ruta de las altiplánicas ha estado muy chula pero es un poco paliza de coche eso sí. La vuelta desde la laguna Chaxa se me ha hecho pesadísimo.
Al llegar a Atacama, hemos pasado por el hostal a cambiarnos las botas y hemos ido al valle de la luna. Ayer hicimos la reserva para poder acceder por la tarde ya que de no hacerlo así solo pueden acceder los tours organizados.
El valle de la luna de momento es lo que menos me ha gustado. El paisaje está muy chulo eso es indiscutible. Tiene un par de miradores muy espectaculares, y las dunas y las formaciones rocosas tienen fotos para aburrir. Lo malo es que tras venir de las altiplánicas, en las que no nos hemos cruzado con nadie, llegar aquí y verte rodeado de gente por todos lados como que agobia y resta encanto. Además que se visita rollo borrego. Tienes que seguir la ruta y sólo puedes para en determinados puntos que ellos consideran de interés. Algunos de esos puntos en realidad están bastante forzados porque ya me dirás tu qué interés tienen lo que llaman “las tres marías” que son tres formaciones rocosas que si no es por el bombo que le dan la gente ni repararía en ellas. Habría mínimo 100 personas ahí. Incluso gente que ha llegado en bici desde San pedro... eso sí que es una ideaca con el palomo que cae, pobreticos.
Tras recorrer los miradores, hemos ido al mirador desde el que se supone que se ve el atardecer. Una duna muy chula y llena de gente... la gente al final se ha ido yendo aunque llegaban otros tantos. Viendo que quedaba una hora para el atardecer y que en el cielo no había ni una mísera nube hemos cogido los bártulos y para el coche, con nubes el atardecer debe ser precioso pero sin nubes un atardecer desmerece.
Ya en San pedro nos hemos pegado una ducha y hemos dado una vuelta por el pueblo. El ambiente está guay pero el pueblo es tan pequeño que con una bolsa de pipas te da para cuatro cinco vueltas. Hemos comprado algo para cenar en el hostal y para comer mañana y fin del día. Mañana toca día duro y hay que estar descansados