Madrugón para salir de Machu Picchu. La única alternativa que hay es en tren y vale una pasta siendo el más barato el de las 5:30 de la mañana que vale 60 euros y te deja en Ollataytambo. Un pueblo a una hora y media de Cusco. De coger el tren hasta Cusco es un disparate de dinero. Más cuando desde Ollataytambo salen colectivos por menos de 5 euros. El tren al menos es bonito. Hay vagones cutres para los locales, que creo que hacen uso gratuito y luego un vagón muy cuco para el turista, con techo de cristal y demás. La ruta son poco más de dos horas siguiendo el río. Esta bonito pero no se justifica el precio más que por el abuso que se hace del turista y del consentimiento por nuestra parte claro está.
Al llegar a Ollataytambo pretendemos ir a las ruinas incas que hay. Vamos andando por el pueblo, y al llegar a las ruinas la entrada más barata vale 20 euros por cabeza que incluye cuatro ruinas para ver en tres días. Están flipaos. Para ruinas ya hemos visto Machu Picchu y estas las queríamos ver porque nos pillaba de paso pero no me generan mucho interés y mucho menos pasar el día recorriendo ruinas en coche. Según nos dicen el precio nos vamos andando despacito para atrás hasta salir del recinto y nos vamos a pillar un colectivo hacia Cusco a la plaza del pueblo... Lo de los colectivos es para que lo regularicen porque vamos, un colectivo es cualquier tío que tenga un coche y se ponga en la plaza a gritar "Cusco 15 soles". Nos terminamos montando en un coche que termina resultando un kamikaze que nos hace pasar un viaje malísimo. En una hora y cuarto estábamos en Cusco de milagro. Que locura. Porque no habrá próxima vez pero de haberla lo suyo es un colectivo rollo minibús.
En Cusco llegamos a las 9 de la mañana. Tenemos todo el día para repasar la ciudad. Vamos al alojamiento, dejamos las cosas, nos metemos un rato en Internet y nos vamos a pasear, visitamos una zona de la ciudad que no habíamos visto. La iglesia de San Cristóbal con una vistas preciosas, intentamos ver unas ruinas en las que pretenden sacarnos otros 20 € los sin vergüenzas, claro si hubiéramos pagados los 20 euros de Ollantaytambo incluiría las ruinas estas pero es que ni así pago esos 20 euros por las ruinas, habrá gente que le genere interés pero a nosotros cero. Terminamos bajando de nuevo a la ciudad para ir al mercado a comprar cosillas.
Comemos en un bar que hay sobre la plaza de armas, Hanz Craft. El bar genial, su cerveza artesanal, el ceviche que nos va a salir por las orejas, unos nachos y un revuelto de champiñones. Después de la comida damos la enésima vuelta par a bajar la comida paseando por el mercado de San Pedro.
Tras descansar un rato, ducharnos y preparar las mochilas, ya anocheciendo volvemos a pasear por la plaza y el barrio de San Blas. Terminamos cenando en otro restaurante que, aunque la comida estaba buena (más ceviche), el ambiente era un poco caos. Inka Grill. Después de la cena nos despedimos de Cusco con un pisco sour en la República del Pisco y a dormir.
Al llegar a Ollataytambo pretendemos ir a las ruinas incas que hay. Vamos andando por el pueblo, y al llegar a las ruinas la entrada más barata vale 20 euros por cabeza que incluye cuatro ruinas para ver en tres días. Están flipaos. Para ruinas ya hemos visto Machu Picchu y estas las queríamos ver porque nos pillaba de paso pero no me generan mucho interés y mucho menos pasar el día recorriendo ruinas en coche. Según nos dicen el precio nos vamos andando despacito para atrás hasta salir del recinto y nos vamos a pillar un colectivo hacia Cusco a la plaza del pueblo... Lo de los colectivos es para que lo regularicen porque vamos, un colectivo es cualquier tío que tenga un coche y se ponga en la plaza a gritar "Cusco 15 soles". Nos terminamos montando en un coche que termina resultando un kamikaze que nos hace pasar un viaje malísimo. En una hora y cuarto estábamos en Cusco de milagro. Que locura. Porque no habrá próxima vez pero de haberla lo suyo es un colectivo rollo minibús.
En Cusco llegamos a las 9 de la mañana. Tenemos todo el día para repasar la ciudad. Vamos al alojamiento, dejamos las cosas, nos metemos un rato en Internet y nos vamos a pasear, visitamos una zona de la ciudad que no habíamos visto. La iglesia de San Cristóbal con una vistas preciosas, intentamos ver unas ruinas en las que pretenden sacarnos otros 20 € los sin vergüenzas, claro si hubiéramos pagados los 20 euros de Ollantaytambo incluiría las ruinas estas pero es que ni así pago esos 20 euros por las ruinas, habrá gente que le genere interés pero a nosotros cero. Terminamos bajando de nuevo a la ciudad para ir al mercado a comprar cosillas.
Comemos en un bar que hay sobre la plaza de armas, Hanz Craft. El bar genial, su cerveza artesanal, el ceviche que nos va a salir por las orejas, unos nachos y un revuelto de champiñones. Después de la comida damos la enésima vuelta par a bajar la comida paseando por el mercado de San Pedro.
Tras descansar un rato, ducharnos y preparar las mochilas, ya anocheciendo volvemos a pasear por la plaza y el barrio de San Blas. Terminamos cenando en otro restaurante que, aunque la comida estaba buena (más ceviche), el ambiente era un poco caos. Inka Grill. Después de la cena nos despedimos de Cusco con un pisco sour en la República del Pisco y a dormir.