Segunda ✏️ Diarios de Viajes de Yemen-------------------------------------------------------------------------------- DOMINGO 1 DE OCTUBRE: Sanna. Sanna, Esta declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Hotel: El Hiltawon Hotel. Nos levantamos a las 8,30 de la mañana. Bajamos...Diario: mi personal viaje al yemen⭐ Puntos: 5 (8 Votos) Etapas: 10 Localización: Yemen------ DOMINGO 1 DE OCTUBRE: Sanna Sanna, Esta declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Hotel: El Hiltawon Hotel Nos levantamos a las 8,30 de la mañana. Bajamos a desayunar, consistió en un poco de mermelada a granel, mantequilla muy amarillenta igualmente a granel, un huevo duro, “polvos tipo Tang” de naranja y té. Todo esto en unos platos de plástico. El cristal de los vasos era opaco, no se si de suciedad o de fregarlos tanto. Como nos faltaba pan, llamamos al camarero y notificamos esta ausencia. Regreso más tarde con unos trozos de pan en la mano, así sin más. En vez de entregárnoslos en la mesa donde estábamos sentados que es lo normal en un servicio correcto y no habiendo nadie más en el comedor va y el tío lo deja en una mesa aparte. Nos miramos y nos reímos. Nuestras expresión fue ¡¡como esta el servicio, Dios mío!! Nos pasaron a recoger sobre las 10 h. Vemos por primera vez el vehículo que será nuestro medio de desplazamiento los 16 días siguientes. Es un Toyota-Land Cruiser en bastante buen estado. Nuestro chofer es un yemenita de 2 metros de alto con unos labios sobresalidos. Es decir, tenía unos morrazos de muy señor mío. Comenzamos a visitar Sanaa. La capital esta situada a 2.200 metros sobre el nivel del mar. Su temperatura es muy agradable. Calor de día y fresquito por la noche. Esta declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Su casco antiguo tiene más de 600 años de antigüedad. Es una de las capitales más hermosas y fascinante de todo oriente medio. Y es una de las cunas originarias del surgimiento y expansión del Islam. Sanaa es bautizada La perla de Arabia. Nos paseamos por la ciudad vieja, que es el núcleo vital de esta ciudad. Es fantástica y maravillosa. Es una ciudad de las mil y una noches. Es mágica. El titulo de patrimonio de la Humanidad le queda corto. Vas mirando por todos los rincones y a cual mas bonito. Visitamos el mercado que es el cogollo central del zoco de la ciudad vieja. Los suq menores en que los mercaderes se agrupan por gremios, de la tela, de la plata, de la madera, etc…… La lastima fue (durante todo el viaje) que por ser Ramadan todo estaba cerrado. Mas tarde pasamos a visitar el Museo. Poco interesante. El Ramadan, nos fastidio en todo el viaje sobre todo a la hora de comer, no había ningún restaurante, tenderete o chiringuito abierto. Hasta las 19 horas no comenzaban abrir los lugares de comidas. Así que eran mas o menos las 14 h. y con el estomago vacío. Yo, viendo lo que me esperaba a nivel de comida, propuse ir a comer al Hotel Sheraton, pero el guía nos comento que estaba fuera de la ciudad y el regreso a nuestro hotel seria dificultoso. Así que nos convenció para ir a comer a otro que estaba más cerca del centro de la ciudad. Era de la cadena Taj Business Hotels, el de Sanaa se llama TajSheba Hotel. Comimos muy bien, servicio exquisito. Como iba a saber yo que esta seria una de las dos comidas decentes en toda mi estancia en el Yemen. Comí, ensalada Cesar y un pescado parecido al atún. Buenísimo, me chupe los diez dedos. Éramos los únicos clientes y se deshicieron en atenciones hacia nosotros, al finalizar la comida se nos presento el director del hotel e incluso nos enseño una habitación. ¿Quería que hiciéramos propaganda? Una cosa nos llamo la atención, todo el personal era de origen indio. Con la mar de yemenitas que están en la calle sin hacer nada y contratan a gente de la India. Da que pensar. ¿No? - Regresamos a pie a nuestro hotel. Dormimos un poco o mejor dicho descansamos y sobre las 18 h. salimos por nuestra cuenta a descubrir plazas, calles y callejuelas de esta maravillosa ciudad. Fue un sueño, ningún turista, toda la gente se deshizo para ayudarnos en nuestras preguntas. Nos comunicábamos con gestos, hay muy pocos yemenitas que hablen ingles. Este país aun esta muy cerrado al turismo. Incluso uno de ellos se empeño en que fuéramos a su casa a tomar té. No fuimos. No nos atrevimos. La anécdota de la noche fue que los yemenitas (el país comienza a despertar a las nuevas tecnologías) les encantan la cámara fotográfica y lo que mas les gusta es que les tires fotos y se las enseñes para así poderse ver. Yo, que mi afición es mas de películas que de fotografía, me encontré con un pelotón de jóvenes que me gritaban desde dentro de un bar, - los bares no suelen tener puertas - me llamaron para que les tirara una fotografía, me vi acorralada y sin saber explicar que lo mío no era una cámara fotográfica. Así que ante su insistencia y mi incapacitad para saber expresarme filme durante unos segundos. Y después rebobine la película hasta el punto de origen para que se vieran ellos reflejados. Cual fue mi sorpresa que una vez terminada la filmación que había hecho a ellos, me sale la película del año pasado (la cinta es reutilizable como todas/os sabéis) en la cual se ve la tribu Himba con las mujeres con los pechos en el aire. - Las mujeres yemenitas van todas cubiertas con el tradicional velo y el chadore con lo cual solo se les ve los ojos y algunas ni esto. En toda mi estancia en el Yemen, solo pude gozar de ver la cara femenina máximo a 10 mujeres, mas de la mitad viejecitas. La mujer esta considerada un “0” a la izq. Solo la vimos trabajando en el campo -. Continuando con el relato del bar, en dos segundos se monto tal barullo que me asuste, empezaron a gritar pero de alegría, a avisar al resto de personal del bar para que se acercaran. Me quede rodeada por ellos, con unas risas y una malicia en sus miradas. Mis compañeros se me acercaron asustados pensando que me hacían algo. Al final hasta me aplaudieron y vete a saber que comentarios hicieron, no entendía nada de lo que me decían, todos querían hablar conmigo. Yo, les salude y me fui con un poquitin de atontamiento en mi mente. Comimos en un restaurante de comida rápida. Unos bocatas de khebab y una cerveza (sin alcohol. En todo el Yemen no hay nada que contenga alcohol. Los musulmanes lo tienen totalmente prohibido). El restaurante un asquito, pero es lo mas limpio o el que nos pareció mas limpio. La mesa se desmontaba, en la cocina la pared era de color negro de la grasa impregnada en ella. La gente que regentaba este local desconocía el jabón. Los camareros con unas tacas en sus ropas que ocultaba el color original del uniforme. A la salida del restaurante descubrimos un bar de zumos. Esto si que me agrado un montón. Que buenos que estaban. Hechos al momento. Además servían también un té súper requetebueno. No se que tienen estos países árabes que el té es sabrosísimo. Después volvimos a pasear, ya eran sobre las 22h. de la noche. La gente ya había terminado de celebrar el Ramadan y salen a la calle. Ha estas horas esta todo abierto, las tiendas, los comercios, bancos, etc. Incluso trabajan los carpinteros, herreros, costureros y demás oficios. En este paseo vi lo que mas me sorprendió de este viaje, “un pelotón de escarabajos andantes”, las mujeres vestidas todas de negro. Fue una imagen, sensación, espectáculo visual totalmente surrealista. Y te preguntas ¿como es posible que puedan vivir de esta forma? ¿Como es posible que se sean tan sumisas y se dejen manipular de esta manera? ¿Por que hay tanta desigualdad? ¿Por que no ocultan los hombres su rostro también? ¿Te cuestionas, son felices? Uno de mis trabajos fue mirarle los pies, en muchas de ellas se les veía los tejanos o los zapatos con tacón de aguja que me demostraba que son igualitas a nosotras en la forma de vestir. La única diferencia es que ellas gozan de los vestidos europeos solo en la intimidad de sus casas. Incluso me atreví mas de una vez en mirar sus ojos y me sorprendió verlos pintados con gusto. Allí las mujeres no pueden enseñar su rostro ni su cuerpo a nadie más que a su familia. Nunca se pueden mezclar con amigos. Ni tan siquiera en las bodas. Es decir hay dos mundos, el del hombre y otro la de la mujer. Nos fuimos a dormir después de andar más de 6 horas por esta maravillosa ciudad. La cual me robo mi corazón. La noche fue pésima, mucho ruido, muchos cláxones (es el pan de cada día) y a las 4 de la mañana la llamada a la oración. Pegamos los ojos a medias. Índice del Diario: mi personal viaje al yemen
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