mi personal viaje al yemen ✏️ Diarios de Viajes de Yemen

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Domingo 8 de octubre: Sanaa / Ibb / Jibia / Taizz

Ibb, Casco antiguo con su particular arquitectura.
Jibia, capital del reino de Suleihi, gobernado por la reina Arwua.
Taizz : Al Yemen Hotel

Salida a las 8h. dirección a Taizz.

Durante el trayecto, casi a la entrada de una ciudad, hemos tenido un percance que nos ha puesto el grito de “Haaaaay, Ahhhhhhhhhh, Uffffff”, en la boca de Emilio y mía. Fuimos los que realmente nos dimos cuenta del peligro. Por la carretera nuestro chofer se transforma, no hay normas que valgan ni señales a respetar. (Más tarde nos enteramos que nos hace falta ningún tipo de carné para conducir, se puede hacerlo a partir de muy temprana edad. Es decir cuando el chico llega a los pedales, sea 8/9 años). Como contaba nuestro chofer adelanto de malas maneras a otro jeep, por razones desconocidas, ja ja ja el otro chofer no le gusto tal maniobra, dando más gas a su coche y no dejando lugar para ponerse nuestro jeep al mismo tiempo de frente se acercaba otro coche.
Fue de un “pelin” que no nos tocáramos cuando nosotros nos metíamos al lado derecho para dejar pasar al camión que se nos acercaba de frente.
O mejor dicho nos la pegáramos.
El grito que yo pegue fue fuerte, iba en el lado opuesto al conductor en la parte de atrás y lo vi todo angustiada y exaltada. Emilio que estaba delante en el asiento de copiloto también se dio cuenta.

El guía, el muy tonto, va y aun me riñe diciéndome que no pegue gritos que asusto al chofer.
Le replique:
- ¿Que no te has dado cuenta del peligro? ¿No sabes que casi nos la damos?
- Eres una exagerada. Me contesto.

En estas que Emilio se mete en la conversación apoyándome mi versión.

Y se tuvo que callar.

Y mientras tanto, el otro jeep haciendo maniobras y tocando el claxon para incitar a nuestro conductor.

El guía, después de mis gritos más los comentarios de Emilio, le dio órdenes al chofer para que se desviara hacia otra calle. Nos dimos cuenta que lo había hecho para que el incidente no fuera a mas. Y deducimos que nuestro chofer es una persona fácil de picarse en asunto de volante.

El guía debió de decirle que no corriera tanto, por que durantes unas horas la cosa se calmo. Pero por desgracia, más tarde volvió a ser el loco del volante que nos tenía acostumbrados.

Lo curioso de la cosa, más tarde, bastante más tarde atrapamos a jeep incordiador. El corazón me dio un vuelco, pensé
- ¡¡ Anda otra vez mal rollo!!.

Pero no fue así. Mohamed se mantuvo a una distancia prudente con el otro jeep. Aun le duraba la amonestación de Mossen.

Llegamos a nuestra primera ciudad que visitar, se llama Jibia.
Esta ciudad fue dominada por la reina Arwa. Se nombro sultana a la muerte de su marido. Cargo que pudo ostentar gracias a su formación cultural, capacidad, diplomacia, valentía y amor por su pueblo. Desde el primer momento destino grandes obras publicas para el bienestar de su pueblo.

Arwa rechazo todos sus pretendientes y demostró por si misma la facultad para dirigir su estado.
Y tuvo la ocasión de demostrarlo a los otros países. Una vez que un alto califa de Egipto fue a visitarla para ponerla en evidencia su falta de autoridad y en consecuencia arrebatarle el mando.

Ella que no tenia un pelo de tonta y lo vio venir, siempre segura de sus actos, lo capturo, lo recluyo en una jaula mandándole de vuelta a Egipto como prueba de su capacidad.

Visitamos la mezquita de esta reina. Arwa (por fuera) lo mas bonito era el miranete de estilo persa.

En esta ciudad, nos dejaron entrar en la antigua mezquita. Pudimos ver las fuentes de ablución (donde se lavan los pies y las manos. Tres veces antes de entrar a rezar), la madraza y el miranete. Y por ultimo las callejuelas de la parte antigua de la ciudad, que lamentablemente estaba sucia hasta el extremo de parecer un estercolero lo que desmerecía el encanto del lugar.

Como tantos lugares los crios de este pueblo jugaban a un futbolín, la diferencia es que era en medio de la calle, oportunidad que Juan aprovecho para juntarse con ellos y echar unas partidas, con el agrado de los niños. Todo fue risas y peleas entre ellos por querer jugar con Juan.

Este día para comer nos abrieron un restaurante para nosotros solos. Estaba en la cima de un pequeño cerro de la cual se vislumbraba toda la ciudad con unas vistas inmejorables.
El restaurante era colosal igualito a los de España en los que se celebran los típicos banquetes, bodas y comuniones. Nos pidieron por adelantado el importe de la comida. (Mientras nos la preparaban visitamos la ciudad).

El restaurante no desentonaba con lo resto de los establecimientos públicos hasta ahora conocidos, abandonado e incluso parecía que lo iban desmantelando poco a poco. Ningún tipo de mantenimiento. Parte de la valla de protección del recinto ajardinado se había derrumbado y así se había quedado, con peligro de poder caerse alguna persona, había un desnivel pronunciado cara al barranco.

Comimos un quiero y puedo parecido a la comida típica del país. Como el tipico Humus, (pasta de garbanzos), Adas, (lentejas) Mshakkle, (surtido de verduras). De segundo Kabsa (carne con arroz)

Una vez terminada la comida, seguidamente tomamos el jeep, después de unos kms. paramos en otra ciudad llamada Ibb.
Esta ciudad esta ubicada a 1.900 m. de altura sobre el nivel del mar, es una ciudad fortificada y su casco antiguo espectacular. Se caracteriza por la arquitectura de las viviendas de 4/5 niveles de altura y su fachadas están decoradas con friscos y ventanas circulares.
Sus callejuelas están trazadas en forma de laberinto. La ciudad esta dispuesta en forma escalonada sobre la montaña, lo que obliga a subir y bajar por las calles no siempre enlosadas.

Allí las niñas salían del colegio. Todas ellas con la incertidumbre de querer acercarse o no acercarse. Se hacían las remolonas y nosotros llamándolas. Lo que son las niñas, al final después de insistir y jugar con ellas se dejaron fotografiar y no había forma de que estuvieran tranquilas para tomar la instantánea, todas revolteando como un enjambre de abejas.

Al llegar a Taizz, llovía horrores.

El hotel estaba ubicado en una calle estrecha y empinada que por la noche se convertía en mercado. Estaba más sucia que una pocilga de cerdos malolientes - me estoy quedando corta - era mucho más….. Había bolsas de plástico, cartones, neumáticos, hierros, trozos de muebles, en cada rincón, en cada portal de cada edificio. Y como llovía, mucha de esta suciedad bajaba con el agua, lo que hacia mucho mas desagradable a la vista.

El chofer nuestro, como es un pasota de cuidado, dejo el jeep aparcado en medio de la calle, dejando sin paso al resto de los vehículos. Al llover a trompicones, bajamos a todo correr sin descargar las maletas. Cosa que una vez dentro del hotel, con la mirada nos preguntábamos a ver quien era el guapo de sacar las maletas del jeep.

La bocina de los coches retenidos por culpa de nuestro jeep no dejaban de sonar, - en este país todos son unos escandalosos y ruidosos- . Mirábamos al nuestro chofer, él tan tranquilo. Ni se inmutaba con el ruido de los cláxones.
Al final Joan y Emilio se decidieron a sacar las maletas. Quedaron como patos salidos del agua.

El hotel encajaba perfectamente en el entorno que le rodeaba, sucio, maloliente, tétrico… en fin hecho a medida. Pero era el mas popular, todos estábamos hospedados allá, los de Madrid, Valencia, unos canarios y dos chicas que iban por libre.

La habitación igual que todas las otras. Pequeña, sucia, con manchas en las sabanas. El cuarto de baño, sin palabras. Me llamo la atención un jarrón de plástico, en su tiempo de color azul, ahora la suciedad incrustada lo había trasformado en una especie de ánfora de mar.

La lluvia ceso a la hora y media de empezar. La calle se trasformo en un río portador de basura. Poco a poco la gente comenzó a salir, pasear y se inició un bullicio espantoso.

Salimos a cenar sobre las 20 h., seguíamos en la misma línea referente a calidad de los restaurantes
Por mantel nos pusieron un plástico muy delgado parecido al film que usamos nosotros para guardar los congelados.
En este restaurante solo se comía pescado fresco. Te lo presentaban en la mesa y escogías lo que te apetecía.

Con lo que se nos hizo la boca agua fue con el pan. Se presenta el señor, -digamos camarero- con un periódico abierto y a golpe de porrazo lo deja encima de la mesa. En el mismo asomaba un pan redondo e inmenso igualito que la masa de una pizza gigantesca.

El pescado estaba riquísimo. Ellos lo abren por la mitad y sin sacar nada de nada, ni cabeza, ni aletas ni tan siquiera los ojos, lo meten al horno y añaden una tipo de salsa picante-suave.
Salidos a dar una vuelta por el mercado. Allí me gaste más de la mitad de mi dinero comprando adornos de plata para la casa y para mí.

Y después de mi satisfacción de gastadora nata a dormir.

































Lunes 9 de octubre: Taizz

Taizz, es la capital cultural del país. Fue la capital del Yemen en el siglo XIII
Taizz: Al Yemen Hotel

Me he despertado sobre las 4,30 h mala, mala, mala. Desde el amanecer tengo dolor de barriga y cada dos por tres tengo que levantarme para ir al extraordinario baño de mi habitación.

No voy a desayunar y anuncio a Juan que es mejor que me quede en hotel.

Juan se va desayunar. Mientras tanto le doy vueltas a la cabeza en quedarme o ir con ellos. Me da rabia quedarme sin la excursión de la mañana. Pienso que hace mas de una hora que no voy al lavabo y puede haber la posibilidad de que no tenga que utilizarlo mas. Tampoco me debe de quedar nada dentro de mis intestinos y barriga.

Al regresar Juan le comento que lo he pensado mejor y voy a ir con ellos. En estas que Juan se agacha a darme un beso, -estaba estirada en la cama- y al levantarse se queda cuadrado. Un músculo de la espalda se le queda encaballado. No puede moverse. Se queda clavado.

Éramos pocos y parió la abuela.

Como puede se hecha en la cama e intenta hacer movimiento lentos con el brazo. Casi le salen lágrimas de dolor.

Pensé, ¡¡por Dios ahora esto nooooooooooo!!

Avisamos a Silvia y Emilio. Silvia que tiene unas manos de oro, le hizo un masaje. Le sentó bastante bien.

Poco a poco parecía que el dolor disminuía. Pero tenía que caminar tieso y sin moverse mucho.

Y así nos fuimos los dos, uno con la barriga revuelta y el otro como un palo tieso.

Vamos a visitar la ciudad. Taizz Se convirtió en el centro cultural, religioso e intelectual del Yemen entre los años 1229 y 1454. A nivel urbanístico a primera vista muestra una imagen menos arábiga y más europea. Pero cabe resaltar que la suciedad y el desorden impregnan prácticamente cada rincón de la localidad. Muchos solares reconvertidos en basureros, socavones descomunales en las principales vias urbanas y monumentales atascos circulatorios a consecuencia de un crecimiento desmesurado, que provoca que Taizz esta considerada por muchos turistas como un lugar caótico.

El primer susto de la mañana, nuestro chofer cruza una calle en la cual salía un camión, como en el cine justito, justito nos fue. Yo, que soy la más escandalosa, a grito pelado me acorde de toda la letanía.

El segundo susto con una furgoneta que nos venia de frente, esta vez no tenia culpa nuestro chofer.

Lo que me afirma que en este país todos están locos con el volante en las manos. (Los sustos de esta índole fueron un sin parar cada día).

Después de los sobresaltos nos paramos en una gasolinera a repostar. En estas que vemos a todo correr una mujer hacia nosotros y detrás suyo un hombre que con una piedra en la mano la tira con todas sus fuerzas para que impactara a la mujer. Alucinamos. Por suerte la piedra reboto con el surtidor nuestro. ¡¡Por dios!! Hubiera podido darnos en algún cristal de nuestro jeep.
El chofer y el gasolinero pegaron voces hacia el tipo que había tirado la piedra. Así se quedo el incidente, la mujer detrás de nuestro coche y el hombre giro sobre sus talones.
El día anterior habíamos visto a dos chicos con el mismo sistema de pelea, tirarse piedras. ¿¿Será lo normal en este país??

La primera excursión fue ver la Mezquita de Alsharifiya que se encuentra el lo alto de la ciudad vieja. De la mezquita resalta sus minaretes gemelos y 8 pequeñas cúpulas. Es una de las pocas que se puede visitar, pero por que esta siendo sometida a un largo proceso de restauración. ¡!Vaya ellos para enseñar lo suyo¡¡

Al llegar intento bajar y hacer la pequeña caminata que hay hasta ella. Unos 500 mts. Pero a medio camino no me veo con corazón y regreso.

Espere al retorno de ellos estirada en el asiento trasero del jeep medio dormida. El chofer estaba estirado en la parte delantera leyendo el Coran. Por cierto cada día al la misma hora nos ponía un cassete, (allí no hay muchos CD, incluso en las tiendas de música, este elemento es casi inexistente) con el Iman llamando a los fieles a rezar. Vaya cachondeo, tenia el altavoz a mi oreja derecha y se me hacia pesadito oír todos estos cánticos.

Al regresar me contaron que había valido la pena. A Silvia mi compañera la adornaron con un pañuelo y flores en la cabeza.

Juan continuaba caminando súper tieso. No le pasaba el dolor. Decidimos que en la primera farmacia comprábamos Voltaren emulgel para darle masajes.

La segunda visita de la mañana fue al museo-casa del Iman Ahmed. La cual fue su residencia hasta el día de su muerte en 1962.

Se exhibe una colección de objetos mas grotescos y surrealistas que se puedan encontrar en un museo. Esta basado en las pertenencias personales del Iman que fue en su tiempo un gran dictador.
En ejemplo. Hay una sala donde se exponte unas cruentas fotografías de decapitaciones públicas de los opositores al gobierno islámico. En otra, hay joyas, relojes, bolígrafos, gafas (todo de marcas europeas y americanas) y un sinfín de pertrechos y apolillados vestidos que se han conservado in situ desde el día de su muerte. Incluso hay botellas de ginebra.

Me quede haciendo compañía al chofer. El delante y yo detrás. Dormí casi todo el rato. Mi cuerpo estaba hecho caldo.
Según ellos el palacio no es espectacular, pero si fue interesante lo que vieron.
Como todo en este país, la casa estaba abandonada a la suciedad y esto que es considerada como museo.

Al regresar al hotel. Ellos comieron como no, pan con atún, para no perder la costumbre. Yo no comí. Se que en mi condición lo mejor es el ayuno durante un o dos días.

Por la tarde ellos fueron a visitar la tumba del santo Ibn Alwan y conocer una casa particular donde se hacían tatuajes con yena. Silvia y Emilio se hicieron uno cada uno. El de él feísimo y muy mal hecho. El de la Silvia pasable.

Juan continuaba mal. Cada vez que podía le hacia un masaje.

Se fueron a cenar. Me quede en el hotel. Al final de la noche sobre las 21h. ellos aun no había regresado comencé a preguntarme si me encontraba mas mal por estar cerrada en mi “celda” o por mi barriga. Hice de tripas corazón y me duche. Mi cuerpo reacciono y me sentó de maravilla la ducha. Si no miras al entorno, me refiero a la suciedad, el agua de ducha sabe de bien en todo los sitios.

Decidí esperar abajo en la calle a que ellos regresaran, así daría un paseo por el mercado y me animaría un poco. Lo que mas anima a las mujeres y a mí en particular es ir de compras.

Estaba sentada en las escaleras del hotel que dan a la calle, imposible sentarse en el vestíbulo por que están los sillones ocupados por el personal del hotel. Esta gente no hace nada, solo descansan y piensan. Además el lobby era más tétrico que un cementerio. En la calle había mucho movimiento de gente. En estas que llegan las dos chicas que ya nos conocíamos (las de por libre). Se sentaron conmigo. Nos pusimos hablar y como no, me preguntaron que hacia sola.

A lo cual conté mi estado medico. De la forma que una de ellas me pregunto por mis síntomas, deduje que era medico. No me equivoque. Me aconsejo sobre las medidas que tenía que tomar y aproveche para preguntar sobre el problema de Juan.
Lo primero que me digo es que la crema no servia para nada, es mas ayuda sicológica que nada más. Que lo que ayudaba un montón son los masajes y agua caliente para así descargar el músculo. Y si fuera necesario tomar un antiflamatorio.

En medio de la conversación, paso lo que nunca hubiera imaginado.
Oímos un tiro de pistola, un murmullo de gente, un correr de la misma, y un hombre a todo correr detrás de otro con la pistola en la mano, a lo cual en todo esto se formo una pelea callejera.
Nosotras nos miramos, nos levantamos sin saber que hacer. Un chico que estaba a nuestro lado, que era del hotel. Nos dijo:
- No moveros.
Pero la doctora, se bajo de los peldaños donde estábamos sentadas, dirigiéndose al medio de la calle para ver si había algún herido.
- El mismo chico, le aviso de que no hiciera nada, que por favor estuviera quieta -.
Ella contesto.
- Soy medico y quiero ver si hay algún herido.
El chico respondió otra vez.
- No te metas para tu tranquilidad.

La cosa se fue calmando y de la misma manera que se produjo, desapareció.

Nosotras allí, estupefactas, pasmadas y atónitas.

Al cabo de un rato, mientras discutíamos la jugada. El chico se acerco a nosotros y nos contó que la pelea era debida a Kat y que el tiro había sido al aire.
¡¡Maldita la gracia!!

Informo que el Yemen las armas están permitidas. Todo el mundo va con ellas. Unos la llevan más escondida que otros. Pero era normal ver en la cintura de los hombre pistolas y según que ciudades las metralleta colgada de su hombro.
Y por no decir que todos, incluidos los niños, llevan la típica jambia (puñal de forma curva bastante grande) en el cinturón.

Cuando llegaron los míos. Les conté lo sucedido. El guía fue hablar con los del hotel. Y corroboró lo que nos había contado el chico. Una pelea de Qat.
El qat desde sus orígenes fue consumido socialmente para producir excitación, para evitar la somnolencia y el hambre y para fomentar la comunicación. . Los yemenís consideran que el qat posee virtudes médicas y que sobre todo contribuye "abriendo la mente". El qat se suele incluir en la sección de las anfetaminas; y en definitiva, es una sustancia estimulante con efectos euforizantes (contrariamente al alcohol). A pesar de los esfuerzos realizados por la OMS para prohibir su cultivo y su uso, el qat es en la actualidad de uso corriente y legal en Yemen.

Preguntamos al guía sobre el qat y nos contesto que nada de droga, solo es un estimulante. Pero es el negocio más rentable de este país. Antes cultivaban tabaco y poco a poco se ha ido sustituyendo por esta planta.

La forma de tomar el Qat es muy pelicular. Se lo meten en la boca una hoja y la mastican hasta que exprimen todo el jugo de la misma. Y después se meten otra sin sacar el resto de la anterior, Así sucesivamente hasta que les queda en mejilla una bola muy grande, igualito como si tuvieran un flemón. Y cuando te los miras y hablas con ello la boca y los dientes están de color verde, no es muy agradable mirarlos, la verdad.

Lo toman cada día después de comer por “seculom seculorum”. Lo venden en bolsas de plástico, que son las que ves por todo el suelo de este país.

Nosotros lo probamos pero en poca cantidad y el sabor no es desagradable.

Unos canarios que coincidimos con ellos algunas veces, nos comentaron que lo habían probado en gran cantidad. El resultado o efecto fue que no durmieron durante toda la noche. Los ojos como platos.

Vaya noche la de aquel día.

Mi susto lo pase comprándome dos pulseras de plata muy bonitas.

Mi cuerpo seguía pachucho

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