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ESTAMBUL ✏️ Diarios de Viajes de Turquia Turquia

Domingo, 21-06-2009. Empieza nuestra experiencia, el madrugón fue grande, ya que nuestro avión salía de Barajas a eso de las 7:30 a.m., pero nos mereció la pena. Fuimos Madrid-Estambul, vía Munich, con Lufhansa, y la verdad es que muy bien, sin...
Mariposa1 Autor:   Fecha creación:   Puntos: 3 (1 Votos)

Diario: Nuestros 18 días de aventura

Puntos: 4.4 (7 Votos)  Etapas: 4  Localización:Turquia Turquia

Domingo, 21-06-2009
Empieza nuestra experiencia, el madrugón fue grande, ya que nuestro avión salía de Barajas a eso de las 7:30 a.m., pero nos mereció la pena. Fuimos Madrid-Estambul, vía Munich, con Lufhansa, y la verdad es que muy bien, sin ninguna queja. Llegamos al aeropuerto de Ataturk a eso de las cuatro de la tarde y como está mandado pagamos nuestra Visa, 15 eurazos y nos pusimos a la cola para pasar el control de pasaportes, no os olvideis pagar antes del control que si no tendreis que hacer doble cola. En teoría los del hotel nos venían a buscar, ya que íbamos a estar hospedados más de tres días y por tanto teníamos un transfer desde el aeropuerto a la ciudad gratuito, pero no había nadie, revisamos los cientos de carteles que hay de gente esperando, pero por ningún lado aparecían los nuestros, a si que me puse en contacto con el hotel y al parecer hubo un error, pero se solucionó en minutos ya que enseguida apareció un amable caballero que nos condujo en su coche al hotel, donde nos pidieron disculpas por el error. Para estos primeros cuatro días en Estambul elegimos el hotel Ilkay; es un hotel en el que yo repetiría estancia sin dudarlo, el precio es bastante asequible para lo que hay en Estambul, la ubicación para mi gusto excelente y el desayuno, de lo mejor que yo he probado en Turquía, donde los dulces brillan por su ausencia, y sin embargo aquí hay y bien surtido. La habitación también correcta, con un pequeño saloncito, tal como se ve en la web, y el baño correcto y limpio. Si tuviera que poner pega: el ruido. Está bastante mal aislado y al estar justo en la calle del tranvía pues es inevitable oírlo, pero yo tengo un sueño bastante profundo, así que con respecto a eso no tuvimos problemas, además les pedimos que nos dieran en una planta alta y sin problemas.

Bueno tras cotillear el hotel y asearnos un poquillo, salimos para tener la primera toma de contacto con la ciudad, más bien para ubicarnos y tener una idea de las distancias y de donde estaban los sitios que queríamos visitar en los sucesivos días. Y esa primera toma de contacto fue sensacional, justo coincidió con la llamada del muecín y la sensación que nos embargó fue tan especial que es difícil de explicar. Y la primera vez que contemplas la mezquita azul y santa Sofía … eso es todavía más difícil de explicar.

Cenamos pronto, ya que habíamos estado todo el día mal-comiendo y estábamos hambrientos; como estábamos cansados comimos en un barecillo cercano al hotel, no recordamos el nombre, pero es el que justo hace esquina bajando por la calle del tranvía, antes de llegar al parque Gülhane, que es la misma entrada que para el museo arqueológico, lo veréis porque hay unos arcos que se ven desde la calle del tranvía. Bueno pues comimos unos pide, la pizza turca, que estaban buenos, pero los camareros no paraban de traernos cosas a la mesa que no pedíamos, y por supuesto las cuales rechazábamos al instante, porque te las traen sin pedirlas, pero luego te las cargan en la cuenta, aunque ni las toques, nos pareció que tenían demasiada cara dura, y encima luego cuando terminamos no querían que nos fuésemos porque decían que cuanta más gente hubiera mejor, atraía a más clientes… Unos caras, vaya!!
Bueno y esa noche nos fuimos prontito a dormir, que había que coger fuerzas para lo que nos quedaba por delante.


Lunes, 22-06-2009
Nos levantamos prontito, aunque allí a nosotros no nos costó demasiado, ya que las ventanas carecen de persianas y a las cinco de la mañana ya te está entrando todo la luz en la habitación. Tras ingerir un copioso desayuno, ya que el día iba a ser largo, nos dirigimos al Palacio de Topkapi (20 liras por persona). Abren a las nueve, y es de las pocas cosas en Estambul que no cierra los lunes. No tuvimos ningún problema de colas, supongo que al se Junio alguna ventaja habría. Al entrar nos dirigimos a la taquilla del Harén (15 liras/pers.) y fue lo primero que visitamos. La verdad es que es un sitio de visita obligada, pero no tiene nada que ver con los palacios que puedes ver por Europa. A mi me gustó poder imaginar como sería cuando estaba habitado, lleno de concubinas por doquier… y el sultán merodeando… La pena es que no queden muebles, resulta algo triste verlo tan vacío.
Después visitamos el palacio en sí, más y más habitaciones vacías, pero eso sí, tiene unos patios muy lindos, y unas terrazas con vistas maravillosas. También visitamos el Tesoro, que en la guía había leído que era una entrada aparte, pero se ve que ya no es así, porque no te piden nada al entrar. Resulta bastante interesante, sobre todo nos gustó la sala donde se encuentra el que dicen es el brazo y la calavera de San Juan y la espada de David. También me gustó mucho la daga de Topkapi, que es preciosa.
A la salida del palacio nos dirigimos a la Cisterna Basílica (10 liras), que fresquito más agradable, con el calor que caía fuera. Nos encantó, la iluminación le da un toque místico que nos encantó, creo que cuando caminas por arriba, no te puedes llegar a hacer una idea, ni medio aproximada, de la maravilla que se esconde debajo. Por supuesto otra visita obligada.
Y de nuevo en el calor sofocante, nos dirigimos al hipódromo para contemplar el monolito y la columna serpenteada. Y de aquí a la Mezquita Azul, pero como era la una de la tarde no nos permitieron entrar, ya que se estaban preparando para la hora del rezo, así que nos quedamos un rato en el patio de la mezquita contemplando como las personas que iban a rezar se lavaban en las fuentes de las abluciones, y cuando se produjo la llamada, decidimos ir a comer, ya que el calor era agobiante y nuestros estómagos empezaban a crujir… Empezamos a caminar cuesta arriba por la calle del tranvía y al ver un MC Donald, no lo pensamos demasiado…
Tras el reposo, volvimos a la mezquita azul, y esta vez si pudimos visitarla. Las mujeres nos debemos cubrir los hombros, pero bien merece la pena… Fue nuestra primera mezquita y nos impresionó por su grandeza. Lo que más nos decepcionó era el bullicio que había, es muy muy turística y allí la paz, excepto en hora de rezo, brilla por su ausencia, pero aun así, es algo que no debe dejar de visitarse.
Continuamos el recorrido hacia Kucuk Aya Sofya, también conocida como pequeña Santa Sofía; antiguamente era una iglesia y eso se nota. Llegamos y no había absolutamente nadie, excepto el guardián, así que pudimos disfrutar de su paz… Nos gustó muchísimo, está recién reformada y es una belleza. El guardián nos permitió subir a la parte de arriba para contemplar mejor los techos, dejamos una pequeña propina al amable hombre.
Y siguiendo la ruta, llegamos hasta Sokollu Mehmet Pasa Camii, también sin turistas y muy tranquila, aunque nos ha gustado menos que la anterior. Por cierto, aquí el vigilante nos prohibió hacer fotos, ellos te venden postales, pero no te permiten que tú tomes fotos.
Seguimos caminando en ese laberinto de calles y nos topamos con otra mezquita, Atik Ali Camii, que no estaba en nuestros planes, pero ya que estábamos en la puerta decidimos entrar. Aquí tampoco vimos ningún turista, pero se podía respirar el ambiente de rezo, ya que casi era la hora. De todas formas, para nuestro gusto esta mezquita puede ser prescindible.
Bueno y después de tanta mezquita decidimos dar nuestro primer, de los múltiples que daríamos, paseo por el Gran Bazar. Es una auténtica pasada, cientos y cientos de tiendas, ubicadas por zonas o sectores. Nos encantó, y a diferencia con otros países, no nos pareció agobiante, si no todo lo contrario, muy majos y muy atentos al idioma que hablas para soltarte alguna gracia. Además al estar bajo techado, no hace tanto calor como afuera y se agradece mogollón. Tras recorrerlo durante un ratito, simplemente ojeando, dimos con el bazar de libros antiguos, mucho más chiquitín, pero también encantador. Y sin querer nos encontramos en la puerta de la magnífica mezquita de Beyazit. Esta mezquita nos gustó mucho, especialmente porque al ratito de haber entrado, cuando estábamos sentados tranquilamente en un rinconcito, sonó la llamada del muecín. Nos quedamos paralizados, sin saber muy bien que hacer, mi marido quería que saliéramos, pero yo le decía que no, que nos habían dejado pasar cuando sólo quedaban unos minutos para el rezo, y que si venían y nos decían algo pues nos íbamos, pero nadie venía, es más, es que nadie ni nos miraba (bueno también estábamos muy apartaditos y detrás de una enorme columna). Así que allí nos quedamos contemplando el momento del rezo. Y no puedo expresar con palabras la emoción que nos embargó, mi piel se erizó desde el primer momento y allí permanecimos durante toda la oración. Éramos los únicos turistas, y mi marido estaba un poco incómodo, sobre todo por mi, que era la única mujer en todo el recinto, pero de pronto el muecín pasó a nuestro lado para dirigirse al mihrab y no nos dijo nada, así que respiramos más tranquilos. Realmente ha sido uno de los mejores momentos de nuestro viaje.
Y continuando la caminata llegamos hasta Sehzade Mehmet Camii. Y sin dudarlo, esta ha sido la mezquita que más me ha gustado de Estambul, y sin turista. Hay una paz y una tranquilidad… Extraordinaria, creo que es imprescindible.
Y yo quería seguir, pero mi marido estaba cansado, así que nos acercamos a ver el Acueducto de Valente y caminamos bajando la calle, hasta llegar a la parada de tranvía más cercana y de aquí al hotel.
Tras una reparadora ducha y un breve descansillo, caminamos en dirección a Eminou y el Puente de Galata. Que buen ambiente se respira en toda esta zona: unos pescando, otros corriendo para no perder el barco, los de más allá vendiendo todo tipo de cosas, turistas, ajenos al ajetreo, cenando tranquilamente en las terrazas, puestecillos donde se venden los famosos bocadillos de pescaito… En fin, una algarabía que embriaga el alma…
Nosotros, totalmente metidos en el ambiente, decidimos sentarnos en unas de esas sillitas minis, para disfrutar de un delicioso bocata de pescado, aliñado con sal y limón. Y os aseguro que están buenísimos, y bien baratos, sin no recuerdo mal, unas cuatro liras cada uno. Y tras el bocata y ya totalmente metidos en el ambiente turco, decidimos buscar en sitio tranquilo, para tumbarnos y disfrutar de nuestro primer narguile. Así que, siguiendo los consejos de algunos foreros, nos dirigimos al café Enjoy, que está justo en la calle de enfrente del hotel Ilkay. Es una gente super simpática, lo recomiendo totalmente, tomamos un narguile de fresa y unos tes de manzana.
Y a dormir…

Martes, 23-06-2009
Comenzamos el día como siempre, con un buen desayuno. Me encantan los desayunos del hotel, hay de todo: fiambre, fruta, cereales y, mis favoritos, dulces… Los que yo relleno con nocilla, que rico…
Y con las pilas puestas nos dirigimos hacia la estación de bus de Eminou, pero en el camino tropezamos con Yeni Camii y decidimos entrar. Era bien tempranito, así que la pudimos contemplar solitos, y la verdad es que bien merece una visita, nos gustó mucho y es muy grande. Ya en la zona de buses, nos pusimos a buscar el andén desde el que salía el bus para la Iglesia de San Salvador Chora o Museo Kariye (15 liras/per.). El conductor muy amable nos dijo cuál era la parada en la que debíamos bajarnos. Este sitio si que es recorrido típico de grupos de turista, por lo que la iglesia estaba bastante llena, pero bien merece la pena su visita. Presenta unos mosaicos de indudable belleza y en relativo buen estado de conservación, eso sí, acabas con el cuello hecho polvo, de tanto mirar al techo. De aquí tomamos un taxi y le pedimos que nos llevara al café de Pierre Loti (20 liras). En un principio, pensamos que nos dejara en la mezquita de Eyüp, pero pensamos que sería mejor que nos dejara en lo alto de la colina, en el café, descansar contemplando las vistas y tomando un té, para finalmente bajar nosotros caminando a través del cementerio, hasta llegar a la mezquita. A mi me resultó bastante mejor, porque si hubiera tenido que subir hasta el café caminando, y con el calor que hacía… me lo hubiera pensado. Por eso el taxi sale un poco más caro que si vas de S. Salvador Chora a Eyüp, pero a nosotros, desde luego, nos mereció la pena.
En fin, el té nos vino muy bien para reponer fuerzas y las vistas son muy lindas.
Ya caminando por el cementerio, pudimos contemplar la devoción de la gente. Había una tumba, en la que encontramos a un grupo de personas rezando con mucho sentimiento. No sabemos de quién era la tumba, pero debía ser alguien importante y muy querido. Nos impresionó.
Ya en el patio de la mezquita se respira más bullicio. Es un lugar muy visitado, tanto por turistas, como por musulmanes, ya que, como sabéis, aquí está enterrado Ayub Ansari, el portaestandarte de Mahoma, que quizá para nosotros no tenga mucho interés, pero está claro que para ellos es un lugar sagrado. En esta mezquita, a las mujeres se nos obliga a ir bien tapada, hasta la cabeza. Y como me ocurrió en la Mezquita Azul, es un lugar tan concurrido, que carece de la paz y tranquilidad típica de un lugar de oración, pero en fin…
A la salida, hay montones de puestecillos y pastelerías, así que nos acercamos hasta una para probar la bollería del lugar. Y nos fuimos al muelle para ver a que hora salía el barco de regreso a Eminou. Y para nuestro fastidio, acababa de salir, y para el próximo faltaba una hora, con el calor que hacía y sin sombra a la vista… Por lo que decidimos tomar un bus. No sabíamos muy bien qué número coger, así que lo hicimos al boleo. Cogimos el primero que llegó medio vacío, ya que allí los buses son agobiantes, van hasta los topes y con el calor que hace… Pero acertamos, el bus siguió la carretera del cuerno de oro, pegado al agua. Pudimos contemplar las murallas de la antigua ciudad. Y Cuando ya llevábamos un ratito en el bus, y sobre todo cuando empezó a llenarse, pasamos justo al lado de la Iglesia de San Esteban de los Búlgaros, por lo que decidimos apearnos en la parada más cercana. Recorrimos todo el exterior de la iglesia, pero estaba cerrada a cal y canto. También divisamos en lo alto de la colina, el Patriarcado ecuménico ortodoxo, que tiene que ser impresionante, pero no teníamos fuerzas para subir caminando. Al principio lo intentamos, pero al adentrarnos por las callecillas, el barrio no nos gustó demasiado, se veía demasiada pobreza y miseria. Era pleno día, si mal no recuerdo, cerca de las dos de la tarde, pero se me puso el corazón en un puño y no pude continuar. Así que le dije a mi marido que volviéramos a desandar el camino y tomáramos el barco de regreso al puente de Gálata.
A la llegada a Eminou cruzamos el puente y tomamos el tranvía hasta Kábatas, para aquí tomar el “metro-túnel” hasta la plaza Taksim. Vaya cambio con respecto a la otra orilla. Es una zona muy muy comercial, y llenísima de gente. Bajamos por la calle Istiklal Caddesi, toda una aventura, no cabe ni un alfiler, es un estilo a Preciados en Madrid, llena de tiendas y gente que viene y va. Por cierto, que al principio de la calle encontramos una oficina de cambio que fue en la que mejor cambio encontramos de toda la ciudad, a 2.17 liras, así que aprovechamos y cambiamos bastante.
Bueno y como el estómago ya empezaba a rugir, buscamos un sitio para comer. Nos decantamos por Konak. Y fue buena elección. Mi marido tomó un Kebab y yo berenjenas rellenas, aparte pedimos yogur y todo estaba muy rico, aunque a mi marido hubiera preferido que no le echaran tanto tomate frito en su kebap (algo que siempre ponen en los kebap en todas partes, aunque ya aprendimos a pedir que no nos echaran tomate, ya que le quita mucho sabor al plato).
Tras la comida, seguimos bajando la larguísima calle, deteniéndonos en cada cosa que llamaba nuestra atención, íbamos sin prisa pero sin pausa. Y llegamos a la Torre Gátata (10 lira/per.). Y en nuestra opinión merece mucho la pena. Además no había apenas gente (menos mal, porque es muy estrecha) y pudimos contemplar sin agobios las maravillosas vistas. Fue una de las cosas que más nos gustó de la ciudad. Además mi marido es aficionado a la fotografía, así que disfrutó como un enano.
Cuando por fin pude convencer a Juan, bajamos y callejeamos sin rumbo. Nos dejamos llevar por las callejuelas llenas de todo tipo de chismes: tuercas, tornillos, destornilladores, cerraduras, electrodomésticos, bombillas… En fin cualquier producto de ferretería seguro que lo puedes encontrar aquí.
Cruzamos de nuevo el puente Gálata y nos dirigimos al Bazar de las Especias. En este sitio se respira mucho mejor ambiente que en el Gran Bazar. Nada más entrar, se activan tus cinco sentidos (cosa que nos ha ocurrido en numerosas ocasiones en Turquía), pero sobre todo se potencia el olfato… Diferentes olores se mezclan en el ambiente, la cabeza empieza a trabajar intentando averiguar la procedencia, pero es trabajo inútil, ya que hay multitud de especias por doquier y la mitad de la cuales ni reconocemos. Este bazar sigue siendo turístico, pero también hay muchísima gente local, lo cuál gusta mucho.
A la salida buscamos la escondida entrada de la mezquita Rüstem Pasa. Tienes que sortear las mesas de un barecillo y un kiosco, hasta llegar a una doble puerta, una de las cuales tiene unas escaleras que son las que conducen al patio de la mezquita. Esta mezquita también nos gustó bastante, y sin grupos de turistas.
Volvimos a callejear, entre la multitud de puestos, en dirección a Süleymaniye Camii, pero ahora no merece la pena la visita. Está totalmente en obras y solo te permiten visitar la entrada, que sinceramente no es nada. Así que decepcionados tras la caminata, decidimos ir al hotel a tomar una refrescante ducha y un breve descanso.
Ya con la fresca, salimos a cenar. Nos decidimos por el Cennet, en la calle del tranvía, en Cemberlitas. Probamos los exquisitos gözlemes, por supuesto, acompañados del fabuloso yogur del país, que no pudimos parar de comer todos los días.
Tras la cena, paseito relajante por Sultanahmet, para contemplar las maravillosas vistas nocturnas de la mezquita Azul y Santa Sofía. Es una imagen de esas que se queda grabada en la retina para siempre.
Y a descansar.

Miércoles, 24-06-09
Como todos los días, desayunamos tempranito y con el estómago lleno nos dirigimos al museo arqueológico (10 liras/per.). Leímos en la guía que abrían a las 8.30, pero en realidad abren a las 9.00h, así que tuvimos que esperar un poquito en la entrada. No había turistas, lo que si había era un montón de estudiantes de arte, con sus bártulos preparados para cuando abrieran coger un buen sitio frente a la obra de arte que ese día intentarían imitar.
El museo está dividido en varios edificios y es bastante grande, por ello si lo visitáis dedicarle al menos tres o cuatro horitas. A nosotros nos gustó bastante, sobre todo la zona de impresionantes sarcófagos y la zona en la que hay muchos frisos y estatuas procedentes de Afrodisias. Eso sí, si no eres amante de museos y además careces de mucho tiempo, olvídate de visitarlo, porque hay mil cosas que hacer en Estambul.
A la salida, nos dirigimos a Santa Sofía (20 liras/per.), era nuestro cuarto día en la ciudad y estábamos impacientes por entrar. Tuvimos que hacer algo de cola, pero nada, cinco minutillos, aunque como os podéis imaginar, desértica no estaba. Al entrar nos quedamos maravillados, impresiona mucho eso de ver símbolos árabes junto con imágenes cristianas. Eso sí, es una gran pena el enorme andamiaje que ocupa todo el centro de la nave, pierdes visión general, pero es tan bella… Desde luego no se puede ir a Estambul y no visitarla, es una maravilla de las maravillas. Y los mosaicos de la parte superior son preciosos. Aquí se te pasa el tiempo sin darte cuenta: entre lo maravillado que estás y que no se nota tanto el calor de afuera… Vamos que perfectamente se te van un par de horillas.
Cuando por fin tuvimos el valor de decirle adiós a la maravillosa Santa Sofía, tomamos rumbo a Eminou. Queríamos hacer el crucero corto por el Bósforo, que salía a las tres, así que como teníamos poco tiempo nos paramos en un barecillo de kebap y disfrutamos de uno. A mi me sentó de maravilla, pero no tanto a mi marido, que al pobre le dio el crucero.
Bueno y nos fuimos al muelle del crucero. Es justamente el primero que hay a mano derecha, poniéndote de frente al puente Gálata. La taquilla es muy pequeñita, pero lo pone claro (9 liras/per.). El paseo en barco fue de lo más agradable, procurad id tempranito, porque aunque sale a las 15.00 h, nosotros llegamos a las 14.30 h y ya había bastante gente. Durante el trayecto puedes observar perfectamente las dos orillas. Hay camarero que te ofrece de todo durante el trayecto: bebida, comida, dulces… Es muy agradable y altamente recomendable.
A la vuelta del crucero, decidimos bajarnos en la orilla asiática, para dedicar la tarde a visitar toda esa zona. Cuando nos bajamos en Üsküdar, desde luego que aquello parecía de todo, menos asiático. Es una zona muy europeizada y con mucha vida, pero sobre todo llena de gente del lugar.
En primer lugar nos dirigimos a la mezquita Iskele Camii, donde éramos los únicos turistas. Nos llamó la atención, que en el patio delantero hay pupitres, donde parece ser se enseña a los niños acerca del Islam (Vimos a un adulto enseñando explicando algo a unos cuantos niños). A continuación cruzamos la calle y visitamos la mezquita Aga Camii, también sin turistas y más tranquila que la anterior.
Y decidimos tomar un taxi para que nos llevara a la mezquita Cinili Camii. El taxi nos costó 4 liras, y bien merece la pena, pues está en lo más alto de la colina. Esta mezquita bien merece una visita. Es muy muy chiquitita, pero muy bonita. Cuando llegamos estaba muy concurrida por abueletes lugareños, y es que faltaba poco más de 10 minutos para el rezo. Cuando entramos un hombre muy amable nos indicó que subiéramos por unas estrechas escaleras hasta la planta de arriba. Nosotros le obedecimos y cuando llegamos arriba no sabíamos muy bien que hacer. El hombre debió leer nuestras caras, porque intentó explicarnos lo mejor que pudo, que ya era casi la hora del rezo, que nos invitaba a quedarnos para contemplarlo desde arriba. Nos quedamos de piedra y totalmente maravillados le dimos las gracias y le dijimos que no molestaríamos. Asi que el hombre se marchó y nos dejó solos para observar a nuestras anchas el rezo. Pero nos sorprendimos más cuando el rezo empezó y nos dimos cuenta que el amable hombre no era otro que el muecín de la mezquita. El rezo comenzó, permanecimos inmóviles, sin perder detalle de nada de lo que nos rodeaba, felices por la invitación y emocionados. Cuando el rezo acabó, bajamos e intentamos charlar un rato con el muecín (y digo intentamos porque no hablaba inglés ni mucho menos español). Luego pudimos ver la planta baja de la mezquita y como no, al final le dimos una propina y nos fuimos muy emocionados.
Continuamos nuestra caminata hacia la mezquita Atik Valide Camii, que se halla en la colina más alta de Üsküdar. Tiene un patio muy agradable y unas galerías interiores impresionantes.
Bueno y decidimos que ya estábamos cansados de visitas por ese día, así que tomamos rumbo a Harem, desde donde, según habíamos leído, se veían las mejores puesta de sol de Estambul. Y desde luego que es cierto.
La caminata fue un poco larga, pero amena, ya que casi todo era cuesta abajo. En algún momento andábamos un poco perdidos, ya que nos desubicábamos y no sabíamos muy bien la dirección que debíamos seguir. Preguntamos a varias personas, y la mayoría fue muy amable, aunque también nos encontramos con el típico borde que cuando nos acercamos nos respondió sin dejarnos hablar “no english”, no nos dejó ni articular palabra, pero en fin ya sabéis que la excepción confirma la regla…
Y por fin llegamos a Harem, una especie de paseo marítimo desde el que divisas toda la orilla europea. Hay muchos barecillos para relajarte y tomar algo fresquito. Y cuando ya el sol empezó a caer, nos sentamos en las rocas del paseo y no quitamos el dedo del disparador de la cámara… Es que no puedes evitarlo, es una vista preciosa, aunque a veces la estropea algún gigantesco barco, pero bien merece la pena. Además en Estambul, cuando el sol va cayendo la temperatura lo hace a la par, ya sé que esto sucede en todos lados, pero es que allí, por lo menos a mi, me pareció un cambió bastante brusco, por lo que sentarte frente al sol, para ver su puesta, después de un día terrible de calor, y con la sensación de que empiezas a dejar de tener calor… Es muy agradable.
Cuando el sol se puso, tomamos un barco para volver a la otra orilla (barco Harem-Sirenkci).
Y ya de camino al hotel pasamos delante del Burguer King, que nos atrajo irresistiblemente. Así que allí cenamos.
Continuamos hacia el hotel, duchita y salimos hacia la zona de Santa Sofía y la Mezquita Azul. No podíamos resistirlo, es como un imán que te atrae, no te cansas de verlas y pasear por allí.
Cuando estuvimos cansados, nos fuimos a dormir.

Jueves, 25-06-2009
Hoy es nuestro último día en Estambul, hasta volver de Izmir. Así que decidimos tomarnos el día bastante más relajadito que los anteriores. Por ello no hemos madrugado mucho. Hemos tomado un buen desayuno y hemos dejado las maletas en consigna.
Como lo que queríamos visitar de Estambul, ya lo habíamos visto, decidimos ir a dar una vuelta por el palacio de Dolmabahce. Cogimos el tranvía hasta Kabatas y desde allí comenzamos el paseo. Pasamos por la mezquita Valide Sultan Camii, que la estaban limpiando, asi que la vimos de forma rápida, para no molestar mucho. Es mucho más moderna que las que habíamos visto, pero tiene grandes ventanales, con lo cual es muy luminosa y al estar a la orilla del Bósforo, tiene muy buenas vistas.
Continuamos hasta el palacio, pero nos llevamos una gran decepción cuando nos dijeron que estaba cerrado. Claro, era jueves, día en que cierran y nosotros ni habíamos mirado la guía antes de ir. Pero en fin, nuestra primera idea no era visitarlo, asi que no nos importó demasiado. Lo rodeamos paseando y nos hicimos algunas fotos por los exteriores. Tiene pinta de ser un palacio muy rococó.
Paseamos un poco por la zona. Vimos el estadio del Besiktas, que este año ha sido el ganador de la liga y por tanto estaba súper adornado, lleno de banderitas…
Justo al lado del estadio, está el parque Macka, que es enorme, pero lleno de sombrita.
Cuando estuvimos cansados, tomamos el tranvía y nos fuimos a la zona del Gran Bazar. Visitamos por segunda vez la mezquita de Beyatzi, ya que nos gustó tanto el momento del rezo que vivimos en ella, que nos apetecía descansar sobre su alfombra y rememorar nuestro recuerdo de ese día.
Tras el descanso, nos dejamos perder por las callejuelas del bazar.
Y cuando el estómago empezó a sonar, decidimos que comeríamos en el restaurante Medusa, así que comenzamos la caminata, aunque menos mal que era cuesta abajo.
El restaurante Medusa nos encantó. Está muy recomendado en el foro y con razón, porque se come fenomenal y muy bien de precio. Además cuentan con una carta en español, y eso se agradece. El trato es excelente y el jardín delantero que tienen es encantador. Vamos que lo recomendamos al 100%.
Tras la comida compramos algunas postales y nos pusimos frente a Santa Sofía a rellenarlas, para mandarlas a nuestra familia.
Tras la ardua tarea, nos fuimos al hotel a descansar un poquito. Aunque habíamos dejado ya la habitación, tienen una salita, con ordenador y unos sillones muy cómodos donde puedes descansar tranquilamente.
Cuando ya no hacía tanto calor, a eso de las seis, decidimos que mejor irnos para la estación de trenes. Así que cogimos el tranvía hasta Karaköy, y aquí cogimos un ferry hasta la estación de Haydarpasa. El paseo en barco nos resultó agradable, aunque se nos hizo muy corto. Ya en la estación decidimos dejar las maletas en consigna y preguntamos en información por el andén de nuestro tren. Cuando ya estábamos bien informados, nos dimos un paseito por los alrededores, aunque no se si merece mucho la pena, es feo y un poco cutrecillo. Ya de vuelta en la estación esperamos hasta que abrieran el tren. Salía a las 22.30 h, pero nos dijeron que sobre las 22.00 h abrirían las puertas.
El tren está dividido en camarotes, cada uno con dos camas literas. La verdad es que nos resultó una experiencia muy agradable y dormimos muy bien. Eso sí, cuando no eran todavía las seis, el sol entraba a raudales por la ventana. Vimos amanecer desde el vagón. Nos aseamos un poco y a eso de las siete y cuarto ya estábamos en nuestro destino: Ankara.




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AutorMensaje
alicejasan
Alicejasan
New Traveller
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Mensajes: 3

Fecha: Dom Abr 07, 2024 01:10 pm    Título: Re: Viajar a Turquía por libre

"firulo" Escribió:
Es solo para museos?

Hola! por lo que leí sirve también para sitios arqueológicos y sus museos.
ASS66
ASS66
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12-01-2019
Mensajes: 34

Fecha: Dom Abr 14, 2024 05:12 pm    Título: Re: Viajar a Turquía por libre

Yo lo estoy organizando con milcolinas, Se encargan de todo
Senseifer
Senseifer
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Silver Traveller
07-03-2015
Mensajes: 21

Fecha: Mar Abr 16, 2024 06:59 am    Título: Re: Viajar a Turquía por libre

Hola a todos. Acabo de regresar de Turquía.
He recorrido por libre toda la Capadocia, Konya, Denizli, Antalya y la costa hasta Estambul.
Unos 2.500 km. En coche de alquiler.
Puedo intentar resolver dudas si alguno de vosotros se está planteando un viaje parecido.
Saludos.
Sandra_2000
Sandra_2000
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New Traveller
16-04-2024
Mensajes: 1

Fecha: Mar Abr 16, 2024 10:15 am    Título: Re: Viajar a Turquía por libre

Buenas!! estoy buscando información porque quiero viajar con mi pareja en junio 2 semanas a Turquía. ¿me podrías explicar un poco que tal tu viaje?
Con qué compañía volaste y qué tal el vuelo, seguridad en el país, moneda.... Que tal las carreteras para alquilar coche, y que compañía de coche nos recomiendas... Si hace falta visado o con el pasaporte y dni español ya vale
Buff... Son tantas dudas y curiosidades las que tengo jajajj Muchas gracias!!
Senseifer
Senseifer
Silver Traveller
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07-03-2015
Mensajes: 21

Fecha: Mar Abr 16, 2024 03:18 pm    Título: Re: Viajar a Turquía por libre

Hola. Hemos viajado con Pegasus desde Madrid a Estambul. Es una low cost y, por tanto, las plazas son bastante estrechas. Pero no hemos tenido ningún problema. Han sido puntuales. A la ida enlazamos, con la misma compañía, hasta Kayseri. Dejamos un espacio de unas 3 horas entre un vuelo y otro porque teníamos que recoger el equipaje, volver a facturarlo y pasar el control de pasaportes que es largo y muy pesado. Hay muchísima cola. Contratamos el coche con Cizgi Rent a Car a través de Carjet. Lo recogimos en Kayseri. Por 6 días hemos pagado unos 420 Euros (300 Euros del alquiler...  Leer más ...
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