DIA 1: Ponemos el GPS en marcha y nos marca justo 1000 km hasta llegar a nuestro objetivo, el hotel MELIA ALDEIA DOS CAPUCHOS, en la Costa de Caparica, el mayor arenal de Europa a tan sólo 20 km de Lisboa, en la margen sur del Tajo.
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Serán 9 horas de viaje más lo que nos detengamos para comer. A las 7 de la tarde llegamos a la puerta de este moderno complejo, ubicado sobre una montaña y rodeado de un campo de golf.
Ahora toca descansar pues el viaje se ha hecho largo y nos queda tod por ver.
DIA 2: Vamos a conocer la capital lusa. Para ello tenemos que cruzar el río Tajo de sur a norte a través del Puente 25 de Abril, de aspecto imponente y que se extiende a lo largo de casi 2 km.
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Una vez llegamos al centro aparcamos el coche y nos disponemos a andar o autilizar transporte público para desplazarnos por la ciudad. Nos encontramos muy cerca de la Plaza del Comercio, una preciosa plaza abierta al río, sede de varios ministerios. Lástima que las vallas y zanjas de las obras del metro no nos dejen apreciar uno de los puntos mágicos de la ciudad.
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Cruzando un llamativo arco de piedra pasamos a la Rua Augusta, un punto comercial y turístico muy importante de la ciudad. La anécdota la ponen vendedores ambulantes que ofrecen hachís y los carteristas, al acecho de los turistas más descuidados.
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Pocas ciudades esán tan identificadas con un medio de transporte como lo está Lisboa con sus tranvías. La red cuenta con 48 km de longitud y es una delicia sentarse a ver pasar las calles con la ventanilla abierta.
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Seguimos caminando por la ciudad tras el paseo en tranvía y llegamos a la Catedral, testigo de casi 9 siglos de historia y que ha sobrevivido a terremotos e incendios que asolaron varias veces la capital.
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La ladera de la colina la domina el Castillo de San Jorge; dentro de las murallas, además del castillo, queda una ciudadela que puede ser visitada (el bario de Santa Cruz).
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Asomándose al mirador se obtiene una de las mejores vistas de la ciudad.
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En una calle penperdicular a la Rua Augusta se encuentra el famoso elevador de Santa Justa. Es una especie de ascensor que permite subir a la parte alta de la ciudad y fue diseñado por un discípulo de Eiffel.
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En pleno corazón lisboeta nos encontramos el mayor pulmón verde de la ciudad, el Parque Eduardo VII; además, es aprovechado para ferias, conciertos y exposiciones. Éste se extiende hacia el norte desde la plaza Marqués de Pombal, donde se erige la estatua de uno de los políticos más temidos e influyentes de Portugal y que da nombre a esta vía circular.
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DIA 3: Hoy continuaremos nuestro viaje por el distrito de Setúbal, al sur de Lisboa. Nuestra primera parada será el Cristo Rey. Es un monumento a la Paz réplica del Cristo Redentor de Río de Janeiro, situado en la orilla opuesta del río Tajo. Es un santuario de 83 metros de altura (hasta el mirador) más otros 28 metros de altura de la estatua.
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Las vistas desde lo alto engloban el estuario y los barrios antiguos de la capital.
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Nos desplazamos hacia el sur hasta el estuario del río Sado, donde se encuentra la ciudad de Setúbal, ciudad marinera por excelencia. En las afueras se encuentra el Castillo de San Felipe, una fortaleza con forma de seis puntas y que permite disfrutar de una privilegiada panorámica de la ciudad, del río, de la sierra de Arrábida y de la península de Troia.
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El punto más meridional de la desembocadura del río Tajo es el Cabo Espichel. Desde sus acantilados se contemplan impresionantes vistas del Océano Atlántico.
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Sesimbra, conocida como la Perla de la Costa Azul tiene para ofrecer a los turistas playa de gran belleza y formaciones rocosas de la Sierra de Arrábida. Fue fundada cerca de su castillo árabe, considerado Monumento Nacional.
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DIA 4: Hoy veremos lo que nos falta de Lisboa: la Torre de Belem, el Monumento a los Descubrimientos y el Monasterio de los Jerónimos.
La torre de Belem impresiona por su estilo gótico luso. Fue edificada en el siglo XVI en el estuario y desde lo alto los reyes y los grandes hombres de Estado iban a ver partir a las escuadras lusitanas.
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El Monumento a los Descubrimientos se asemeja a una carabela con el escudo de Portugal visible en los lados. Es todo un símbolo de los valores del nacionalismo portugués. A cada lado están las figuras de los héroes nacionales lusos de la Era de los Descubrimientos.
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Se puede ascender hasta lo alto para cntemplar unas maravillosas vistas de Lisboa y de Belem.
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El Monasterio de los Jerónimos impresiona por dentro y por fuera. En su interior se halla la tumba de Vasco de Gama junto a la de Camoes, el poeta luso más conocido.
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Dejamos la capital y nos dirigimos hacia el oeste hasta uno de los centros turísticos de la costa de Lisboa, la pintoresca ciudad de Cascais. Se le denomina la Costa del Sol portuguesa y es un lugar idílico para pasear por sus playas o por sus bellos parques y jardines.
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Después de comer, nos dirigimos al Palacio da Pena, ubicado en plena naturaleza y que se eleva sobre las más altas cimas de la Sierra de Sintra. Sus jardines poseen elementos traídos de todas partes del mundo y una de sus mayores cualidades es la mezcla de estilos arquitectónicos que podemos observar.
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Sintra es una ciudad qe fue declarada Patrimonio de la Humanidad y famosa por sus palacios; además del de Pena también podemos ver el Palacio Nacional, el de la Reguerira, el de Monserrate o el de Queluz.
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Para finalizar el viaje vamos a visitar el punto más occidental de la Europa continental, el Cabo de Roca. Ha sido declarado paraje natural y un monolito recuerda sus coordinadas. Aquí la Sierra de Sintra llega al mar, formando un acantilado de más de 140 metros de altura.
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Para regresar al hotel volvemos por Lisboa atravesando el otro puente sobre el río Tajo, el Vasco de Gama; es la construcción más larga de Europa y mide más de 17 km de longitud.
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DIA 5: Toca volver a casa. De nuevo 1000 km de carretera aunque siempre la vuelta se hace más pesada porque no llevas en el cuerpo la ilusión que llevas cuando inicias un viaje.