DIA 5
Hicimos las maletas y nos pusimos rumbo a nuestro segundo destino hotelero, Quimper en la comarca de Finistère, que como nos daban la habitación a partir de las 15 PM pues hicimos turismo por el camino. Paramos en el bonito, florido y pintoresco pueblo de Pont-Aven, donde disfrutamos con sus muchos comercios, sobretodo de repostería bretona y en todas había para degustar! Comimos en un restaurante típico con molino de agua al lado del río.
Después nos instalamos en el hotel y visitamos la ciudad de Quimper, estabamos al lado de la catedral y sus calles peatonales, nos llovió un poco pero cenamos en una terraza protegidos por los toldos. Lo peor de esta ciudad y en general de Francia a no ser que sea costa, es que los comercios cierran a las 19 PM y después no tienes más que hacer que cenar y al hotel porque en la calle no queda nadie.
DIA 6
Destino Concarneau, también nos sorprendió su ciudadela con calles empedradas, un grupo de música celta en la entrada, muchos comercios y mucha gente, fuera también había mercado de brocantes. Aquí hicimos la mayoría de nuestras compras de productos típicos. (galletas, sardinas, sidra y whisky bretón).
Continuamos hacía tal y como dicen las señales, uno de los pueblos más bonitos de Francia, Locronan. Es un pueblo con un encanto especial desde que llegas y aparcas fuera obligatoriamente en sus parkings por 3€ con pegatina y plano incluido, para recorrer todo su casco empedrado, es un pueblo pequeño pero con todo bonito, las casas son de piedra diferente a lo que habíamos visto, las tiendas todo són casas antiguas, sobretodo hay una que recomendamos que está en la plaza y todo son productos bretones (tienen más de 100 tipos de cervezas hechas en bretaña), también vale la pena su iglesia y su cementerio típico francés. Aquí si que te sientes en otra época.
Comimos en Locronan y nos fuimos hacia la Pointe du Raz, hay que pagar para entrar en el parking 6€, y en el recinto hay comercios y restaurantes, pero lo bonito es el recorrido que te lleva hasta el faro bordeando la costa luego volvimos por otro camino más corto pero por el centro. Vale la pena la caminata porque las vistas son impresionantes.
Finalizamos el día de camino al hotel cenando en Douarnenez, del que solo vimos el puerto.