DIA 7
Salimos hacía nuestro siguiente destino de hotel que cogeríamos por la tarde, así que antes nos fuimos a Roscoff, pueblo marinero con mercado, difícil de aparcar porque había mucha gente, de allí salen los ferris a Inglaterra. Comimos allí y después salimos dirección St-Pol-de-Léon en el que nosotros no vimos gran cosa.
Nos dirigimos al tercer hotel de nuestro viaje en Ste. Anne d’Auray, pequeño pueblo muy tranquilo con su bonito santuario pero con muy poca gente, pensabamos que al ser un sitio de peregrinación estaría más concurrido.
Nos dirigimos al tercer hotel de nuestro viaje en Ste. Anne d’Auray, pequeño pueblo muy tranquilo con su bonito santuario pero con muy poca gente, pensabamos que al ser un sitio de peregrinación estaría más concurrido.
Después de dejar las maletas tomamos rumbo a Carnac, famoso por sus alineamientos de menhires, que se pueden ver desde la carretera. Visitamos el centro del pueblo y nos indicaron que la zona turística estaba en Carnac Playa, y era cierto, aquello era un hervidero de turistas lleno de bares, restaurantes, tiendas, heladerías, mucho mucho ambiente nocturno, algo que hasta ahora no habíamos visto en otros pueblos, se parecía más a la costa mediterránea y tiene una extensa playa. Aquí naturalmente cenamos.
DIA 8
Destino Vannes, otro pueblo amurallado con puerto, al que por una puerta con arco se entra a sus bonitas calles, con casas típicas de madera y cuidados jardines.
Nos fuimos a comer a la costa, concretamente a la península de Quiberon, pueblo con una playa inmensa y ambiente turístico, hacía un día espléndido y recorrimos su paseo de playa refrescándonos con una gran copa de helado.
Por la tarde fuimos a Lorient y Port Louis, pero no encontramos nada interesante y volvimos de nuevo a Carnac Playa a cenar y disfrutar del ambiente.
DIA 9 y último
Nos levantamos, hicimos la maleta y nos fuimos a desayunar y visitar Auray, nos gustó su casco antiguo, su plaza de mercado y tranquilamente a las 12 PM tomamos camino de vuelta parando a comer en un área de servicio y pasando la tarde en La Rochelle, donde estuvimos unas tres horas porque merecía la pena pasear por todas sus calles y el puerto.
Decidimos no hacer noche y seguir nuestra ruta de vuelta, esta vez bajando por el País Vasco, pero se nos hizo muy largo y pesado, hicimos muchas paradas por el sueño y cansancio y no llegamos hasta las 6 AM.
Y FIN, aquí se acabaron nuestras vacaciones, espero hos haya gustado y os sirva un poco de guía a futuros viajeros.