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NORUEGA : BERGEN Y OSLO (DICIEMBRE 2008) PARTE 1

NORUEGA : BERGEN Y OSLO (DICIEMBRE 2008) PARTE 1 ✏️ Diarios de Viajes de Noruega Noruega

Mi primo Goyo es de Getafe de toda la vida, es una de esas personas que llegado un punto se hizo ciudadano del mundo (de hecho ha salido hasta en Madrileños por el mundo xDD) y no paró hasta dar con sus huesos en Bergen, y allí anda currando y...
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Diario: NORUEGA : BERGEN Y OSLO

Puntos: 5 (1 Votos)  Etapas: 2  Localización:Noruega Noruega

Mi primo Goyo es de Getafe de toda la vida, es una de esas personas que llegado un punto se hizo ciudadano del mundo (de hecho ha salido hasta en "Madrileños por el mundo" xDD) y no paró hasta dar con sus huesos en Bergen, y allí anda currando y viviendo como un auténtico crack. Tras varias veces diciéndome que tenía que ir a visitarle a Bergen, un buen día me levanté y pensé.. ¿por qué no?. Y me lié la manta a la cabeza decidido a hacer el viaje. No tardé demasiado en encontrar el compañero de viaje adecuado, Sergio. Además tenía precisamente días de vacaciones para poder combinarlos con el puente de diciembre y poder venir. Durante casi 3 semanas de noviembre, estuvimos planeando todo : los billetes, el presupuesto, el recorrido, el papeleo, el cambio de moneda... Hasta que por fin llegó el ansiado viernes 5 por la tarde... justo esas horas de la tarde-noche, y entrábamos en la madrugada en la que salía nuestro vuelo. Barajas 5:50 - Amsterdam 8:30, donde haríamos escala para luego coger otro vuelo a Bergen.


Sábado 6 : "Viaje, casa de Grieg, paseo por Bergen, cena noruega..y fiesta!

Poco antes de las 12 de la noche ya del sábado, acabé por fin mi maleta gracias a la inestimable ayuda de mi madre. Fui a comprar una botella de patxaran a una tiendecilla de aquí al lado que cierra a horas un poco after. Acabé de recoger las últimas cosas, y Sergio consiguió que un colega suyo de su barrio nos acercase al aeropuerto. Se lo agradecimos eternamente al chaval. Salimos de aquí sobre las 2:20, y llegamos allí sobre las 2:50. Estuvimos hablando un ratillo en la calle con el amigo de Sergio hasta las 3:30 más o menos, y fuimos hacia la cola para facturar el equipaje, e ir hacia la puerta de embarque. Tras el coñazo de vaciarse los bolsillos enteros en una bandeja y dejarlo junto a colgantes, cinturones, llaves, etc etc.. nos fuimos a la sala de espera y por fin llegó el momento del embarque. Casi 10 años sin montar en avión, ya ni me acordaba de como iba aquello. Por fin embarcamos, la vuelta de rigor por Barajas, el acelerón y estamos volando !!

Muy difícil dormir, y además lo poco que se dormía era a ratos. Nos tomamos el sandwich, la bebida, y la galleta y el té que daban y cuando nos quisimos dar cuenta, estaba empezando a amanecer y sobrevolábamos Amsterdam. Increíbles las vistas desde el avión, que me incitaron a sacar el móvil y grabar un vídeo y una azafata me trincó y me dijo que lo guardase. Llegamos a Amsterdam hacia las 8:30, y esperamos hasta pasadas las 9, que embarcamos en el otro vuelo. Con bastante sueño, por fin entramos, nos tomamos el sandwich de rigor, las bebidas etc.. y conseguí dormir un pequeño rato (algo es algo). Cuando desperté, miro por la ventanilla del avión y allí estábamos... encima de Noruega !! Impresionantes los paisajes, los lagos, las montañas, los árboles, la nieve... Ahí empezó nuestro sueño. Coincidimos con una española en el avión que iba a Bergen a ver a su novio, y con ella estuvimos esperando un rato hasta que salieran nuestras maletas. La maleta de Sergio intacta, la mía... rota, primer problema. Salimos de la sala de espera por el pasillo verde (zona de no declarar), y no nos dijeron nada, así que al menos algo había salido bien.. habíamos colado las 4 botellas de alcohol.

El aeropuerto de Flesland es muy pequeño, y estuvimos esperando en la sala de espera a que llegase mi primo, que no tardó mucho. Nada más verle le comenté el incidente de la maleta, y fuimos a reclamar a un mostrador, donde me hicieron firmar y poner mi DNI en un papel. Luego me dieron otros papeles con mis datos personales, número de vuelo y compañía, y unas direcciones de tiendas donde o bien me repararían mi maleta, o bien me darían otra nueva. Más tarde ya contaré cómo el "tema maleta" dio que hablar hasta el último momento.

Salimos del aeropuerto y tras comprobar el contraste de frío respecto a España, cargamos las maletas en el flamante Skoda Felicia ranchera de Goyo, y nos dirigimos a ver la casa del músico Edvard Grieg. Grieg nació y murió en Bergen, y fue un compositor nacionalista, dejando patente en su obra la huella de su país. Su obra estuvo influida por las canciones y danzas populares, los paisajes, los fiordos, la naturaleza... Grieg nos dejó obras tan importantes que casi todos las hemos escuchado alguna vez, tales como : "Concierto para Piano en La menor", "Suite Holberg", o "En la gruta del rey de la montaña".

Su casa está en Troldhaugen, un lugar idílico junto a un lago al sur de Bergen, podríamos decir que son las afueras, aunque nada que ver con las afueras de Madrid claro.. La casa es una auténtica pasada, junto a un lago precioso que estaba helado completamente, y en un entorno lleno de árboles. Justamente al llegar a Troldhaugen salió un sol espléndido, con lo cual el brillo de la luz en el lago helado, y la tonalidad tan especial, le daban al paisaje un color genuino. Tras unas fotos más que obligadas, volvimos al coche dando un paseo, y vimos la tumba de Grieg, excavada en una roca en la montaña.

Para introducirnos un poquito en el tema, hablaremos sobre nuestro destino. Bergen es la segunda ciudad de Noruega, la puerta de los fiordos y el puerto más importante del litoral noruego. La ciudad se extiende alrededor del golfo de Vågen, donde está la parte más vieja del puerto. Está resguardada de las corrientes de agua marinas por un conjunto de islas e islotes, y hacia el interior está protegida por siete montañas que hacen que su clima sea templado para ser una ciudad de estas latitudes. Bergen fue fundada en 1070 por el rey Olav Kyrre III, y en 1970 celebro su 900 aniversario. Era considerada la capital de Noruega en el siglo XIII, y a finales de este siglo fue una de las más importantes ciudades del norte de Europa. Todo ello fue gracias al comercio del bacalao seco de la costa norte del país. Los mercaderes alemanes y frisios se instalaron en un barrio exclusivo de la ciudad, en el cual hablaban sus lenguas y tenían derechos exclusivos de comercio con los pescadores norteños que cada verano navegaban hacia Bergen.

A mediados del siglo XIV llegó la peste negra a Noruega por la tripulación de un barco inglés infectado que llegó a Bergen. En el siglo XV tuvieron la desgracia de sufrir muchos ataques de piratas, que acabaron con numerosos incendios y destrozos. Ya en el siglo XVI el rey decidió obligar a los mercaderes frisios y alemanes a hacerse ciudadanos noruegos, o en caso contrario volver a sus países. Gracias a esto el carácter propio de la gente de Bergen empezó a imponerse por encima del dominio e influencia germánicos. En 1665, el puerto fue escenario de la sangrienta batalla de Vågen, entre barcos ingleses por un lado contra barcos holandeses y locales por otro. Durante los siglos XV y XVI Bergen fue la mayor ciudad de Noruega hasta 1850, año en que Oslo la superó. En 1916 un terrible incendio destruyó parte de la ciudad, y en 1940 los nazis la ocuparon. Además fue víctima de los bombardeos aliados, lo cual causó muchos desperfectos, de los cuales hoy en día Bergen se ha recuperado perfectamente.

Llegamos y no parábamos de alucinar con las calles, las impresionantes mujeres que se ven por allí, los paisajes.. en fin, todo. Aparcamos el coche al lado de casa de mi primo y dejamos las maletas dentro, cogimos algo de dinero, y nos fuimos a dar una vuelta. Sin darnos cuenta ya eran las 2 y media de la tarde. Impresionante paseo por el Bryggen donde vimos el puerto de Vågen, por el Torget, Torgallmenningen, y por todo el centro de Bergen, donde pudimos ver las calles bastante ambientadas, mucho color navideño, y unas mujeres simplemente ESPECTACULARES.

Casi todos los sitios donde poder tomarnos una cerveza o un café estaban absolutamente hasta arriba de gente, así que decidimos como último recurso entrar al Dicken's, un famoso café de Bergen, donde nos encontramos a una amiga andaluza de Goyo que tiene un novio noruego, y tras comprobar que el Dicken's también estaba petado, decidimos descartar el plan de tomar algo.

Después de allí nos fuimos directos al Rimi 1000, un supermercado del estilo del Mercadona, donde Goyo compró una salsa india, algo de pollo, un yogourth, pan y Coca Cola. Llegamos a su casa y con lo que había comprado, Goyo se marcó un arroz con pollo y salsa oriental que le salió bastante bueno. Mientras comimos estuvimos viendo un documental sobre la famosa ruta del Vakalao valenciana que me llevé, y después nos fuimos a dormir hasta antes de las 7 de la tarde, que había que empezar a ponerse en marcha, pues a las 20:00 habíamos quedado para cenar en casa de Bianca, una amiga de Goyo, y a las 19:30 venía James, un amigo escocés de Goyo a recogernos.

Tras dormir una hora y media escasa, rápidamente nos duchamos, nos vestimos, y al poco tiempo apareció James el escocés, un tío que nos pareció muy majete, y con el que pasamos ratos bastante divertidos. Como en Noruega son frecuentes las fiestas en casa de la gente, también es costumbre llevarle algo al anfitrión, por eso fuimos a una tienda de música donde James y Goyo le compraron un dvd de Mamma Mia, y en un 7 eleven, Sergio y yo le compramos una caja de bombones que tenía una pinta tremenda. Fuimos para la casa, y enseguida conocimos a las amigas de Goyo : Bianca y su madre, Cecilia y Mónica. Al entrar en la casa mientras nos estábamos quitando los zapatos, (puesto que es costumbre antes de entrar a una casa noruega) conocimos al niño mulato de Bianca con el que hubo alguna que otra coña jejeje. La cena estuvo muy bien, comimos Pineskjøtt, un plato navideño típico de Noruega, que son costillas de cordero asadas, acompañadas de patatas cocidas, y una especie de puré de algo parecido a la coliflor, acompañado de chucrut y de diversas salsas. La cena estuvo generosamente regada con diversos vinos, y como postre, pudimos degustar chocolates varios, bombones, el coñac de Goyo, la botella de patxaran que me llevé... etc etc. A consecuencia de ello me solté la melena y pude hacer gala de mi increíble "norwenglish", unido a típicas expresiones españolas. La madre de Bianca se rió bastante (no se si de mí, de mi acento de inglés pepinero...o a saber de qué) y le agradecimos mucho su invitación a la cena, pues nos encantó, igual que todos ellos, bastante agradables todos.

Acabada la cena nos fuimos al Rick's , un local puntero de Bergen, donde un famoso grupo local que versiona clásicos de los 80 vestidos de mujer, actuaban en directo. Gracias a Bianca y Monica, nos ahorramos una notable cola, y entramos por la patilla. Dentro nos pedimos la primera cerveza, la cual era algo menos de una pinta y rondaba los 8 €.. (haceros la idea de a cómo estaba lo demás). Acostumbrado al precio español, el trámite este de pedir la copa y ver cómo se te van las coronas de los bolsillos sin que te des cuenta, no es muy divertido, pero mereció la pena, porque el concierto en cambio sí nos pareció muy muy divertido, y pasamos un rato realmente bueno. La sala tenía otras dos pistas, una con música local, y otra arriba con house comercial. El concierto acabó con clásicos como el Forever Young de los Alphaville, que puso la pista totalmente patas arriba. El Rick's chapó, eran alrededor de las 3, y yo tenía unas ganas de fiesta increíbles, pero al final no cuajó ningún plan, y decidimos irnos dirección casa de Goyo, y tomarnos allí la última. La primera impresión de Noruega fue increíble, tal y como lo esperábamos o mejor incluso, y eso que aún no habíamos visto casi nada.


Domingo 7 : "Los fiordos, la región de Hordaland, y el diluvio universal".

El domingo me levanté con un dolor de cabeza importante, debido a las atrevidas mezclas de la noche anterior, pero desayuné algo de leche y galletas y lo acompañé de un Ibuprofeno noruego con bastante agua, y se me fue quitando a lo largo de las 2 horas siguientes, aunque eso sí..tuve la tripa un pelín fastidiada hasta media mañana. A las 9 nos despertamos y salimos a coger el coche de Goyo para ver los fiordos y conocer un poquito Hordaland, que es la provincia a la que pertenece Bergen y de la que es capital.

Primero paramos para descansar un poco en un restaurante de carretera que a Goyo le molaba bastante, y que dio la casualidad que estaba cerrado, algo que no nos importó demasiado pues mientras Goyo hablaba por teléfono con mi prima Ana, Sergio y yo disfrutábamos como niños pequeños con la nieve y explorando el lugar. Yo incluso llegué a tirarme al suelo para rebozarme en la nieve, porque el cuerpo me lo pedía totalmente.

Continuamos, y la siguiente parada fue Steinsdalsfossen, una cascada impresionante cerca de Nordheimsund. Hicimos fotos desde abajo, desde los lados e incluso subimos por la montaña y echamos una foto desde detrás de la propia cascada. Algo realmente impresionante, en mi vida había hecho algo así, nunca había estado debajo de una cascada, que me salpicase el agua y donde casi la podías tocar.

Eso sí, tuvimos ciertos problemas para llegar hasta allí e incluso algunos más para salir de allí, puesto que el suelo que era de roca, estaba completamente helado, y resbalaba muchísimo. Un paso mal dado o un resbalón podía ser definitivo, o como mal menor costarte un buen golpe. Ese día justamente olvidé ponerme las Salomón que agarran bien, y me llevé las Nike de suela de goma.. o sea que imaginaros la escena con todo el suelo de la cascada helado.. parecía Chiquito de la Calzada (en este caso de la Cascada.. xD), mientras hacía lo posible para no caerme. La barandilla que hay para agarrarse cuando el suelo está helado, estaba también completamente helada, con lo cual solo me podía agarrar a una pequeña alambrada, y gracias a ella y a ir medio arrastrándome por el suelo, pues pude evitar darme un buen costalazo, o con mala suerte caer cascada abajo.

Tras las fotos y soltar un poquito de adrenalina, volvimos al coche de Goyo y nos dirigimos hacia el Sognefjord, el más grande y espectacular de los fiordos noruegos. Paramos en un pueblecito, y compramos unos perritos y unas coca-colas en una gasolinera, y nos fuimos hacia la orilla del fiordo, desde donde también se veía al fondo un glaciar. Es difícil describir con palabras las sensaciones que daba ver aquello.

El Sognefjord es simplemente espectacular, se acaban los adjetivos para describir la belleza de este fenómeno natural que une elementos como la tierra y el agua, y los integra en un paisaje espectacular en todos los sentidos. Bajé hasta la orilla, y toqué el agua, que me impresionó porque estaba realmente helada, más fría que el agua de la nevera. Tras pasar allí un rato importante contemplando aquello, decidimos hacer el recorrido un poco entretenido y alargarlo más de la cuenta, y al final se hizo un poco más largo de lo esperado y el pobre Goyo acabó un poco harto de tanto conducir.

Tras pasar un día increíble en la naturaleza, llegamos a casa hacia las 4 de la tarde y ya era de noche prácticamente, así que un arrocito del día anterior que nos supo a gloria, un poquito de latas que nos llevamos, y a planear el resto de la semana en la sobremesa, donde tras incluso barajar la posibilidad de ir a Suecia, acabamos haciendo lo que en un principio teníamos pensado hacer : ir a Oslo. Después salimos a tomar algo con Goyo a un bar donde había unos tíos tocando algo en noruego y donde no podías subir mucho la voz, pues al pesado del camarero le molestaba. Vino una amiga de Goyo que era bastante simpática y estaba bastante buena, y trabajaba de profesora. Al poco rato se fue, y poco después Goyo también, y Sergio y yo nos quedamos tomando algo más. No habría pasado mucho tiempo, cuando se pusieron al lado nuestro primero dos pibones delante, y luego otras dos detrás, pero el bar era bastante íntimo como para tirar los trastos sin venir a cuento ahí delante, y además las chicas estaban prestando atención al concierto. Casualidades de la vida, que cuando decidimos irnos y casi tenemos los abrigos en la mano, se acaba el puto concierto y una de las tías me pregunta que si la banqueta de atrás mía estaba ocupada. Se la cedo y le digo que no, y me sonríe agradeciéndome el gesto. A buenas horas.. cuando me estoy yendo y sólo tenemos coronas para tomar la última, y es cuando veo un pequeño hueco para entablar lazos de amistad con una vikinga xDD. A día de hoy es cuando me arrepiento de pensar que ya era un poco tarde y se me podía ver el plumero si vuelvo a sentarme, dejar el abrigo, y pedirme otra, pero la verdad que en ese momento, cegado por la euforia de estar rodeado de pibones, y aunque las tías eran unos bombones, yo preferí probar suerte y tomar la última en otro sitio donde el ambiente fuera algo más jolgorioso. Al final resultó que empezó a llover muchísimo al poco de salir del bar, nos dimos unas cuantas vueltas por el centro sin acabar de ver nada claro, y cuando por fin encontré un sitio que merecía la pena, a Sergio no le apetecía entrar y prefería irse a casa a descansar porque al día siguiente nos esperaba ver todo Bergen en un día. Así que al final, mi gozo en un pozo, y nos fuimos para casa en medio de una intensísima lluvia con viento, y para colmo nos perdimos en una bocacalle de la Øvregaten que cogimos mal, nos despistamos tanto que tardamos más de media hora en ubicarnos y nos empapamos enteros (tal y como si nos hubiésemos caído a una piscina). En ese momento era frustrante y desesperante ver cómo por más vueltas que dábamos, no éramos capaces de encontrar la casa de Goyo. Aunque ahora mismo recuerdo los momentos y me parto de risa, porque realmente estábamos dando vueltas a la misma manzana todo el rato sin darnos cuenta, aunque con la lluvia y el viento, era difícil ubicarse la verdad. Nos secamos, comimos unas galletas, y a dormir que mañana el día iba a ser duro.


Lunes 8 : "Bergen en un día"

Goyo se marchó a trabajar sobre las 7:30, y al final le debimos dar pena y no nos quiso despertar tan temprano. Nos levantamos sobre las 9, y tras desayunar y arreglarnos, salimos a las 10. Primero bajamos a Øvregaten y vimos la Maria Kirken que está al lado de casa de mi primo. Aquí aclararé que kirken en noruego significa iglesia, y se pronuncia algo así como "shirken", lo digo porque a partir de ahora saldrá bastante la palabrita.

Es una iglesia del siglo XII de estilo románico-normando, de tres naves y con dos torres muy llamativas y una portada bastante adornada. Durante siglos se usó por los miembros de la liga hanseática, y a partir de mediados del siglo XIX, se empezó a usar la lengua noruega en las eucaristías. Aunque no entramos dentro, al parecer el decorado es estilo barroco del s.XVII. Enfrente de la iglesia, está el museo Bryggen, que se construyó en el lugar que ocupaban unas antiguas casas hanseáticas que fueron destruidas por un incendio en los años 50. Por fuera tiene unas cristaleras grandes y una apariencia excesivamente moderna, hasta tal punto que me pareció que no pegaba ni con cola ese edificio enfrente de la iglesia. Según nos dijo Goyo, el museo no merece mucho la pena, pues sólo tiene algunos restos arqueológicos y detalles sobre la vida hanseática, así que preferimos prescindir de entrar en él y aprovechar el tiempo para ver cosas realmente importantes. Como nos dijo Goyo y pudimos comprobar, en Noruega hay muchísimos museos, pero el concepto que tienen es algo distinto al de aquí. Allí el volumen o la temática de muchos de sus museos, son mucho más pobres que en España, y como hay tantos museos, realmente hay algunos que no merecen mucho la pena de visitar, puesto que aquí en España no pasarían de ser meras exposiciones.

Bajando un poco más, nos encontramos con el Bergenhus Festning. Esta fortaleza fue construida en los siglos XI y XII como defensa del puerto de Vågen, y dentro de sus murallas podemos ver el Håkonshallen, un bonito edificio gótico del siglo XIII, que se usó como sala de fiestas y audiencias en la época del rey Håkonsson (de ahí el nombre).

El otro edificio es la Rosenkrantz Tårn, que debe su nombre a un gobernador que decidió agrandar la torre en el siglo XVI. Sufrió graves daños en 1944 por la explosión de un barco alemán, pero hoy está perfectamente restaurada. Dentro del Bergenhus Festning también encontramos unas ruinas del siglo XIII, y un jardincillo bastante majo.

Después, volvimos hacia atrás para ver el Bryggen, y las famosas casas hanseáticas. El Bryggen es la orilla del puerto de Vågen, y es quizás el lugar más famoso de Bergen, gracias a las casas de madera pintadas de colores, que en su día pertenecieron a los comerciantes del Hansa. Al ser todo el recinto de madera, está totalmente prohibido fumar como es lógico, y de hecho desgraciadamente ya hubo graves pérdidas por incendios hace años. Nos metimos por los estrechos callejones que dan a la parte trasera de las casas, y donde se puede acceder también a una especie de pequeñas plazas interiores. El olor a madera está presente, e incluso el suelo que vamos pisando también es de madera. Todo estaba decorado con motivos navideños, y estar allí tenía una magia especial que internamente te daba muy buen rollo. Subimos también a los balcones de las casas, donde algunas puertas parecen ser privadas, y otras son pequeños negocios, alguna oficina, talleres de artesanía...

Bajando el Bryggen hacia el Torget nos encontramos con el museo Hanseático, aunque no pudimos entrar porque estaba cerrado. El exterior es bastante bonito, y en el interior al parecer hay unas piedras con escrituras rúnicas, y algunos objetos que se hallaron al reconstruir el Bryggen, junto a detalles de la vida de los mercaderes del Hansa del siglo XV al XVIII. Por eso tampoco me pareció que nos perdiésemos mucho por no verlo.

Cruzamos hacia el Fiske Torget, que es el famoso mercado del pescado, donde puedes encontrar pescados frescos de todo tipo, mariscos, y cuyas especialidad estrella es el salmón en muchas variedades. Pasamos a la otra orilla del puerto de Vågen, y seguimos por Strandkaien para ir en dirección al barrio de Nordnes. Este barrio está en la península del mismo nombre, que separa el puerto de Vågen y el Puddefjord, y tiene contrastes entre algunos edificios modernos, y el núcleo antiguo con típicas casas de madera bastante bonitas. En este barrio está el acuario, del que decidimos prescindir, pues la entrada era cara, y para ver peces también los podemos ver en el acuario de Madrid o de Valencia. Nos quedamos eso sí, en el espectacular mirador que hay cerca del acuario, en la misma punta de la península de Nordnes, desde donde hay unas vistas realmente espectaculares del Puddefjord.

Después empezó a llover bastante, y fuimos bajando hasta la Ny-kirke, una iglesia del siglo XVIII que se destruyó en 1944 a causa de una explosión cerca del puerto, y se ha reconstruído perfectamente. De allí fuimos hacia el teatro, que tiene un tranquilo parque enfrente, donde pudimos ver dos estatuas de Ibsen y Bjørnson, quizás los dos escritores noruegos más importantes.

De aquí intentamos buscar la Domkirken (catedral) sin un plano en condiciones, y acabamos en un bonito barrio de casas típicas que nos llevó a la Johannes kirken a través de Gamle Nøstegaten y Sidneskleiven, dos calles bastante pintorescas. Esta iglesia, construído a finales del siglo XIX, es una de las más famosas en noruega dentro del estilo neogótico, con un ladrillo rojizo que al contraste con el tejado verdoso, nos llamó muchísimo la atención. Al principio el no tener mapa, y el llevar una torrija mental considerable, nos hizo confundirla con la catedral. Al habernos perdido ya una vez, y habiendo localizado ya la bajada hacia el centro, aprovechamos para acercarnos a Información y Turismo a por un plano de Bergen más detallado que el que teníamos. Como ya se acercaba la hora de comer, cruzamos al Fiske Torget a por un bocadillo de salmón, y estuvimos hablando un rato con el dependiente, un noruego que hablaba más italiano que español, pero que al fin y al cabo se le entendía.

Gracias al mapa que cogimos, no tardamos mucho en encontrar la Domkirken (catedral), que era bastante más pequeña de lo que nos esperábamos. Es del siglo XII, y empezó siendo una capilla dedicada a San Olav, y luego ya se adaptó como un templo de transición románica a gótica.

Cuando echamos las fotos a la catedral y paseamos por Lille Øvregaten, ya faltaba poco para las 15:00, así que nos quedaba una hora de luz aproximadamente, y empezamos a subir el Fløyfjell (Monte Fløy) lo más rápido que pudimos para disfrutar las vistas y ya de paso ahorrarnos unos eurillos que cuesta subir en el Fløybanen (funicular de Fløy). Después del madrugón y de la paliza a andar por todo Bergen, la subida se hizo durilla en algunos tramos. Hubo curvas que las evitamos atajando entre la ladera, lo cual ayudó a acortar el camino en algunos tramos. Tardamos unos 40 minutos en llegar hasta arriba (con paradas incluídas para echar fotos, y para descansar un poco).

Ya arriba, pudimos disfrutar de unas vistas realmente impresionantes de toda la ciudad, del puerto de Vågen y del Puddefjord. Sólo por estas vistas merece la pena venir a esta ciudad, y merece la pena subir hasta aquí. Nos pusimos a echar fotos y enseguida empezó a oscurecer en cuestión de minutos. Me encantaría poder vivir allí para poder disfrutar de esas vistas con frecuencia. Arriba hay un restaurante grande junto al propio mirador, que supongo que tendrá un precio desorbitado, pero que desde luego tiene las mejores vistas de Bergen. Detrás hay una tienda de recuerdos y regalos, donde vi una camiseta que me gustó tanto que acabé comprándola, y además tenía un precio bastante razonable, más barata incluso de lo que hubiera podido valer en España. Toda esa zona superior está llena de juegos de gymkana para los niños, y decorada con estatuas de seres mitológicos del bosque y del folklore local. Supongo que esto también estará enfocado al público infantil, aunque bueno, nosotros nos metimos en el saco también y estuvimos un rato haciendo el canelo con las estatuas y echándonos fotos. Desde arriba aproveché para llamar a mi casa, y hable con mi hermano y con mi madre mientras empezabamos el descenso. La bajada fue sencillísima, y enseguida llegamos a casa pues estábamos mojados, cansados, y teníamos un hambre salvaje.

Cuando llegamos, me puse algo seco, descansé, bebí agua y me tuve que ir a solucionar el tema de la maleta por Bergen. Sergio se quedó dormido en el sofá y Goyo aún no había venido de currar. Menos mal que me fui sin maleta, porque cuando empecé a buscar la primera dirección de la tienda donde supuestamente me solucionarían el asunto de la maleta rota, llega la primera sorpresa... El número 9 del Bryggen no existe!!...directamente del 7 se pasa al 11 y allí sólo había una tienda de cosas para bebés, y al lado una tienda de regalos y un restaurante. Decido ir hacia la plaza del Torget y pensar mientras me fumo un cigarro a qué otra dirección iré. Empieza a llover mucho, tomo camino de Strømgaten y me pierdo por primera vez, salgo a una zona donde no habia pasado en todo el día.. Vuelvo a encontrar la Kong Oscars Gate, me vuelvo a despistar y otra vez me oriento y ya consigo llegar a Strømgaten. El segundo problema viene cuando veo que aparte que la calle está en obras (una cañería junto a la estación de tren se había roto), el número 8 no aparece por ningún lado y sólo hay un edificio que está lleno de andamios y en obras. El sitio más cercano, es una especie de centro comercial de un tamaño suficiente para desistir en mi búsqueda, pues estaba empapado, cansado, con hambre.. Así que decidí dejar mi búsqueda para otro día. Al volver a casa me perdí de nuevo, esta vez por la Christies Gate, ya que cogí la dirección equivocada porque tenía el mapa al revés (cosas de tener una torrija mental a causa del hambre, frío y sueño).

De camino a casa le llamé a Goyo a su móvil porque vi un sms suyo, y me dijo que ya había vuelto del curro e ibamos a comer (serían las 18:00). Fui a comprar pan y salsa de tomate, y comimos spaghettis que entraron mejor que nunca después del día que nos pegamos. Después de comer, estuvimos desde las 7 de la tarde hasta las 23:00 debatiendo el plan de la semana, viendo los billetes, alojamientos... Descartamos un montón de planes como Estocolmo y Goteborg (demasiadas horas de tren y malas combinaciones aparte de tener que cambiar a coronas suecas..) o Copenhague, Amsterdam, o Frankfurt en vuelos de bajo coste, pero no se dio el caso de que existieran tales vuelos para esos días. Al final decidimos Oslo como pensamos en un principio, y aunque sólo viésemos las dos ciudades más importantes de Noruega y sus alrededores, pero lo que viéramos lo ibamos a ver despacio y bien. Así que pillamos los billetes de tren a Oslo para el día siguiente a las 8:00 de la mañana, y luego reservamos también un Hostal Juvenil (Anker se llamaba), que según Goyo por ese precio estaba genial para dormir, pero con el inconveniente que compartías la habitación con otros dos que no conoces de nada, cosa que no nos hizo ni pizca de gracia pero no quedó otro remedio para no hacer un desembolso exagerado en Oslo. Al final agradecimos la super idea que tuvo el amigo Goyo, pues como ya contaré más adelante, todo salió sobre ruedas, y dormir 2 noches en una de las ciudades más caras del mundo como es Oslo por 50 €, es un verdadero chollo. Despues de dejar todo solucionado, nos hicimos la maleta para salir disparados al día siguiente, me duché y nos fuimos a tomar algo por Bergen, pero Goyo no se vino porque estaba cansado. Encontramos el sitio al que habíamos estado a punto de entrar el día anterior y entramos. La decoración típica de pub británico le daba un aspecto bastante acogedor, tenía ambiente para ser lunes y a la vez se estaba tranquilo, así que decidimos quedarnos. El camarero era majete y nos entendió todo sin problemas, y el precio pues no mucho más caro que la media de la zona, 47 coronas una cerveza (unos 4,5 €). Nos pillamos un sitio majo en la barra y pedimos dos Hansa (la cerveza local más famosa), y al rato se sentaron al lado dos noruegas que no estaban nada mal, sobre todo una morena que se estaba pimplando una pinta de Erdinger espectacular. Pronto se fueron a una mesa porque estaban con más amigos y amigas. Nos dimos cuenta que a nuestra derecha había dos españoles treintañeros con pinta de estar bastante acabados, y que parecían ser de los típicos pijos pintamonas, porque nos escucharon hablar en español antes que nosotros a ellos y no dijeron nada, así que nosotros hicimos lo propio por supuesto. Tras un rato charlando en el bar y pensando cómo organizar el día siguiente en Oslo, pasamos un rato divertido y tras 3 cervezas, nos fuimos para casa que al día siguiente tocaba madrugón y viaje de 6 horas en tren, y al final nos dormirmos a las 2:00.


Martes 9 : "Tren a Oslo, Hostal y paranoias, botellón y partido del Liverpool"

A las 6:45 nos despertamos y rápidamente desayunamos, nos vestimos y fuimos hasta la Stasjonen en el coche de Goyo, donde teníamos que retirar los billetes que sacamos por Internet el día antes. Nos despedimos de él y tras recoger el billete nos fuimos directos al tren, que salió a las 8:00 y con una rigurosa puntualidad. Al rato de salir comenzó a amanecer y pudimos empezar a ver paisajes increíbles de Voss en adelante, los cuales nos encargamos de filmar y fotografiar. Imposible cansarse de ver lagos, montañas nevadas, abetos típicos llenos de nieve, casitas de madera de todos los colores, pueblos increíbles... Este fue uno de los motivos por los que en el tren no dormimos casi nada, y además nos tocó al lado un grupo de parejas de viejetes que no paraban de levantarse, charlar, hacer ganchillo, etc... Paramos en un pueblo hacia mitad del recorrido (creo que era Ål, pero no estoy seguro), y se subió una tía impresionante de unos 30 y pico años que llegó al vagón, buscó su asiento, nos miró y se sentó.. y claro nos acabó de joder el sueño. El viaje hasta Oslo eran 6 horas (el tren llegaba a las 14:00), así que sobre las 12 y media empezamos a ir planeando nuestro tiempo en la capital noruega, y a leer un poquito sobre la ciudad, todo ello con la inestimable ayuda de la guía que Carmen tuvo el detallazo de regalarme (gracias!).

Antes de seguir avanzando, demos algún detalle sobre esta ciudad. Oslo se funda hacia 1048 por el rey Harald Hardråde. A nivel nacional era la segunda ciudad detrás de Bergen, pero en 1314 Haakon V la hizo capital y construyó el castillo de Akershus. La historia de Oslo, al igual que sucedió en Bergen, valigada a los incendios. Aunque sufrió algunos muy graves, siempre supo reponerse de ellos y resurgir de sus cenizas cual ave fénix.

Noruega estuvo unida con Dinamarca muchos años, y esto perjudicó notablemente al país en todos los niveles, especialmente en el cultural. Oslo lo pagó caro siendo relegada a una ciudad de importancia menor, y siendo sus edificios públicos saqueados o abandonados. En 1624, el rey danés Cristian IV, decide trasladar la ciudad junto a la fortaleza Akerhus, y llamar a la ciudad Cristianía.

En el siglo XVIII la madera y el comercio pesquero y marítimo dejaron a la ciudad una época de prosperidad y riqueza. En 1814, Noruega se separa de Dinamarca y Cristianía recupera su posición. La mayoría de los edificios públicos más importantes se construyen en el siglo XIX. La ciudad crece y se amplía acogiendo a inmigrantes de otras zonas del país. Por ello se supera a Bergen en población a mediados del siglo XIX. En 1924 se cambió el nombre de Cristianía por el de Oslo, y desde 1950 que se acabó de construir el Ayuntamiento, se entrega el Premio Nobel de la Paz en una sala de este edificio, todos los 10 de diciembre de cada año.

Con mucho sueño llegamos a Oslo, y al salir de la estación nos encontramos con un frío más duro que el de Bergen, y un suelo nevado y helado por todas partes. Había muchos edificios altos con oficinas, mucho tránsito de gente, caras de prisas y extrés que en Bergen no habíamos visto, y nosotros nos sentimos un poco perdidos al principio. La primera impresión que nos dio Oslo fue ser una ciudad fría de temperatura y en el ambiente de las calles, con edificios administrativos llenos de luces, mucho trasiego de gente, tranvías que van llenos y que comparten camino con coches y autobuses, y bocas de Metro por donde entra y sale la gente muy deprisa. Una ciudad muy típica escandinava, digna de ser llamada capital europea puesto que me pareció bastante moderna. Son las 14:30 y el cielo está muy gris, así que la luz del día es bastante poco aprovechable con lo cual pensamos ir al hostal, dejar la maleta en la habitación, y recorrernos las calles del centro para ir tomando contacto. La calle Storgata es donde está nuestro hostal y se da un aire a la Gran Vía sobre todo en el tránsito de gente y en las pintas de muchos, ya que se ve más inmigración, aunque en ningún caso se parece ni de lejos a lo que tenemos en España (mayormente son pakistaníes o negros con pintas de raperillos).

Primera movida cuando llegamos al hostal, el chaval de recepción nos dice que le tenemos que pagar las habitaciones, ya que al hacer la reserva la tarjeta sólo se da como fianza por motivo de seguridad, pero se paga en recepción. Hasta que le conseguimos medio entender eso tardamos lo nuestro, y una vez le dimos el dinero y nos dio la factura, alquilamos sábanas y nos fuimos a ver qué nos encontrábamos en la habitación. En la cola de recepción había dos chavales españoles también, pero no les dijimos nada por la misma razón que a los dos que vimos en el bar la noche anterior, y además porque eran de estos que te caen ya mal con sólo verles la cara. El ascensor y los accesos a las habitaciones no eran ninguna maravilla, pero al menos la habitación era suficientemente decente para poder dormir. Tenia una mini-cocina, una mesa y dos sillas, 2 camas a cada lado semi-separadas por un tabique, y un baño bastante justito dentro de la habitación (el suelo de la ducha es el propio suelo del baño), así que no llegamos a hacer uso de él porque nos dió un pelín de cosilla. Nos dimos cuenta que teníamos otros dos compañeros, ya que había dos camas usadas (una a cada lado), con lo cual se había cumplido el presagio que temíamos, que era que la habitación de 4 estuviera ocupada por más gente. Con bastante desconfianza dejamos la maleta junto a la cama de Sergio (puesto que cada uno dormíamos en una punta de la habitación), y bajamos a un Kiwi (supermercados estilo Día) donde compramos pan, Coca-Cola para el botellón, leche para desayunar, vasos y cubiertos de plástico, y servilletas para poder comer en la habitación tranquilamente. Al bajar al supermercado, nos cruzamos con dos tipos bastante extraños con pintas islámicas que nos preguntaron por el primer piso, y no nos hizo ni pizca de gracia el hecho que gente con esas pintas pudiera tocarte en la habitación. Cuando volvimos, aprovechamos que los otros dos no estaban en la habitación para comer rápidamente y echarnos a descansar una hora hasta las 19:00.

Cuando sonó el despertador estaba casi más cansado de lo que me había dormido, pero se notaba la hora de reposo, y luego la agradeceríamos. Nos vestimos, nos espabilamos un poco, me enfundé mi camiseta del Atleti bien orgulloso, y bajamos con el pack del botellón en la mochila, dispuestos a ver el partido del "Glorioso". Tras pasear por las cercanías del hostal y parte del centro, encontramos un rinconcito en un callejón junto a una autovía y allí nos echamos un par de copas (en Noruega, al igual que aquí, está mal visto por las autoridades beber en la calle y es algo totalmente prohibido). Con los vasitos de plástico blanco que simulaban ser de café, nos fuimos dando una vuelta por la Karl Johans Gate (la calle principal de Oslo), vimos el Parlamento y enseguida llegaron las 20:45, hora en la que comenzaba el partido del Atleti en Marsella contra el Olympique. Tras patearnos el centro a 7 u 8ºC bajo cero, no encontramos ningún bar donde pusiesen el partido del Atleti, sólo se podía ver el partido del PSV-Liverpool, el del Chelsea, y el de la selección de balonmano femenino de Noruega, que se jugaban la clasificación contra Dinamarca (partido de máxima rivalidad para ellos).

En nuestro empeño por encontrar un bar donde pusiesen al Atleti, conocimos a un segurata danés que estaba frente a las terrazas de un bar viendo el partido del Chelsea. El tío estaba un poco loco, pero fue bastante majete y nos ayudó mucho a encontrar posibles opciones donde poder ver al Atleti, aunque al final fue en vano. Primero entramos a un sitio que estaba lleno de ingleses del Liverpool, pero donde no podías tomar nada tranquilo ni dejar el abrigo o la mochila, así que cambiamos de lugar y fuimos al que nos indicó el segurata en un principio, que se llamaba "Scotsman" y salía un gaitero escocés enorme en el logo (el típico pub británico).

Una vez acabado el partido, se nos acercó un tipo de unos casi 50 años y nos preguntó si sabíamos el resultado. Al final acabamos hablando con él sobre Noruega y de todo un poco : situación económica de España, fútbol, gastronomía.. y también de Madrid, ya que el tipo había venido varias veces y le encantaba (bastante graciosas algunas frases espontáneas que soltó, como "Plaza de Santa Ana es de puta madre" o "me gusta comer chorizo en Las Ventas").
Acabada la charla alrededor de las 12 de la noche, nos fuimos hacia el hostal, ya que al día siguiente nos esperaba un palizón de los buenos para ver todo lo posible de la ciudad y echar unas fotos. De camino al hostal y con un frío de impresión, llamé a mi madre para hablar un rato.

Cuando llegamos a la habitación.. sorpresa!!, en el rato que estuvimos fuera uno de los dos tipos que se supone que estaban en nuestra habitación, había recogido las cosas de su cama y se había largado, con lo cual podíamos dormir los dos en un mismo lado de la habitación, y eso ya era una ventaja importante. La otra cama seguía exactamente igual, así que sacamos la botella de J&B, y nos echamos unas copillas tranquilamente en la habitación y estuvimos tomando algo mientras escuchábamos algo de musikilla en el móvil, eso sí con precaución por si venía el otro no dar mucho el cante. A eso de las 2 nos acostamos y el otro aún no había aparecido, por lo que pensamos que esa noche ya no vendría o si lo hacía sería a altas horas de la madrugada. Por si acaso dormimos con nuestras pertenencias bajo control en todo momento, y enseguida cogimos el sueño.

SIGUE EN LA PARTE 2



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comment_icon  Últimos comentarios al diario: NORUEGA : BERGEN Y OSLO
Total comentarios: 2  Visualizar todos los comentarios
Krakat  Krakat  24/08/2009 02:47
Podrías añadir fotos para maravillarnos con los paisajes, haría el diario mucho más ameno. Muy bien narrado y entretenido de todas formas.
Default https Avatar  Jose_Volga  07/09/2009 19:38   📚 Diarios de Jose_Volga
Por supuesto que sí, las voy a ir añadiendo. Gracias por tu comentario. Un saludo y me alegro que te haya gustado.
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Fecha: Dom Feb 11, 2024 02:09 pm    Título: Re: Noruega: Consejos

Buenas,

Necesito ayuda viajer@s.

Vamos 13 días a las Islas Lofoten y queremos hacerlo en camper o autocaravana, pero no sabemos desde donde alquilarla. Tenemos solo los vuelos hasta Oslo por esa misma razón.

Opciones:

* Volar a Tromso y alquilar allí. Hacer la misma ruta, viendo puntos diferentes a la ida con respecto a la vuelta, para dejar la camper en el mismo lugar y volver a Oslo desde Tromso.

* Volar a Evenen y lo mismo que en la anterior opción.

* Volar a Bodo y alquilar allí. En este caso no sé si al cruzar o en el mismo lado del...  Leer más ...
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Mensajes: 1

Fecha: Dom Feb 11, 2024 04:49 pm    Título: Re: Noruega: Consejos

Hola. Subiré con la furgo a Noruega, desde Barcelona. La cuestión es que en Dinamarca, para ir a Suecia por el puente Oresund son 130€ para furgo campers, me parece una sobrada. Sabéis si desde Dinamarca hay algún ferry, donde trasladen tb furgos, que salga más económico? Gracias.
fpvcl
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Fecha: Dom Mar 31, 2024 10:09 pm    Título: Re: Noruega: Consejos

Hola! Queremos ir este verano a Noruega, iríamos una semanita con una niña de 1 año.
Qué creéis que merece más la pena Islas Lofoten (lo que tenía en un principio en mente) o mejor zona sur o zona de los fiordos?
Qué elegiríais si tuvierais que elegir solo una zona? Gracias!!
erta
Erta
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12-07-2007
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Fecha: Lun Abr 01, 2024 09:23 am    Título: Re: Noruega: Consejos

La zona de los fiordos es más famosa, y tiene obviamente cosas increíbles, pero las Lofoten son un lugar muy muy especial y menos masificado, al menos hace años. Si no os pone nerviosos no ver lo famoso yo iría a Lofoten, aunque quizá una semana sea demasiado. Creo ue cogiendo avión podeis combinar dos cosas.
elnegrowalter
Elnegrowalter
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09-06-2018
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Fecha: Mar Abr 02, 2024 07:30 am    Título: Re: Noruega: Consejos

Si vais con una niña de 1 año, creo que mejor los fiordos (Bergen, Flam, Geiranger, etc) es precioso y tienes todo a "pie de calle" y con la niña es mas fácil. Las Lofoten son increíbles, pero es mas para hacer caminatas y los caminos son algo exigentes.
En las 2 partes veras cosas increibles y cada una tiene su encanto.

Saludos
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