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Aventuras en la tierra dorada - Birmania 2006

Aventuras en la tierra dorada - Birmania 2006 ✏️ Diarios de Viajes de Myanmar Myanmar

Las grandes autopistas siempre conducen a sitios helados, solo los caminos estrechos llevan a lugares con corazón. ¿Cuando empieza un viaje?, ¿Cuando termina?, lo obvio sería pensar que comienza con la partida y finaliza con el regreso, sin...
Antronion Autor:   Fecha creación:   Puntos: 4 (1 Votos)

Diario: Enamorandome de Birmania - 2006

Puntos: 5 (1 Votos)  Etapas: 1  Localización:Myanmar Myanmar
Las grandes autopistas siempre conducen a sitios helados, solo los caminos estrechos llevan a lugares con corazón.

¿Cuando empieza un viaje?, ¿Cuando termina?, lo obvio sería pensar que comienza con la partida y finaliza con el regreso, sin embargo soy de otra opinión.

Nunca he estado en Bora-Bora ni en Gabón, nunca he estado en Siberia ni en Madagascar... pero mi imaginación me ha paseado por todos esos sitios infinidad de veces desde que era pequeño y me los ha hecho cercanos, familiares. Si algún día viajase a la Antártida, al centro de la Tierra, o a la constelación de Sirio... sería tan solo la continuación de un viaje que ya inicié hace mucho.

Aún más difícil saber cuando ha concluído, en mi caso nunca he sabido terminar un viaje, cada vez que he vuelto a casa he descubierto que una parte de mí no ha regresado, y que el viaje interior sigue su curso, ignorando el hecho de que fisicamente ya no estoy en esos lugares. Viajes que años después siguen fermentando y madurando dentro de mí como un virus que portaré de por vida.

En el caso del viaje a Birmania que hice el año 2006, objeto de este diario, creo que será para siempre un viaje inconcluso, el corazón lo perdí allí y si puedo algún día regresaré para intentar recuperarlo, o para terminar de perderlo.

Si que puedo determinar los dos momentos en los que inicié el viaje imaginario y comencé a soñar en ese país.

La primera vez fué de niño, viendo alguna de las frecuentes reposiciones de la película bélica Objetivo Birmania, no muy ilustrativa de la realidad del país (fué rodada integramente en un jardín, en Inglaterra).

La segunda vez fué un año antes de recorrer Birmania.

En otoño de 2005 hice un viaje a Tailandia y durante unos días estuve haciendo un treking por las montañas selváticas que rodean el Doi Ithanon en la frontera birmano-tailandesa al oeste de Chiang Mai, iba buscando la belleza de los paisajes, la moderada emoción que proporcionan ese tipo de actividades diseñadas para turistas con ganas de aventura. Las montañas me ofrecieron todo lo que andaba buscando, selvas agrestes, cascadas de ensueño, descenso de rápidos en balsas de bambú, rutas en elefante...sin embargo la experiencia que realmente me fascinó fué tomar contacto con las gentes que vivían diseminadas en aquellos parajes. Las largas caminatas se hacían por zonas muy aisladas y para conseguir comida o pernoctar solo estaban los poblados de las tribus de las montañas, refugiados de los países vecinos que ante la opresión de sus gobiernos se refugiaron en esta zona salvaje y deshabitada de Tailandia. Entre ellos los Hmong que durante años y con la ayuda del hermano americano tuvieron en jaque al gobierno de Vientiane en Laos (hoy día siguen siendo diezmados por su gobierno, pero el tío Sam mira para otro lado con la excusa de la guerra contra el terrorismo), hay refugiados chinos del Tibet o de Yunnan, pero sobre todo hay refugiados birmanos que han huído de las atrocidades que sistematicamente aplica la junta militar sobre las etnias que habitan la periferia de Birmania, tribus como los Shan, los Karen, los Chin,… me hicieron sentir como en casa y encontré en su carácter algo noble e intrépido que me dejó con ganas de conocer más de aquellas gentes tan hospitalarias, cubiertas de rústicos tatuajes, que a pesar de su pobreza rezumaban una vitalidad que el mundo moderno nos ha hecho perder.

Cada uno de los momentos que viví allí lo recuerdo como entrañable, los jóvenes shan, que al calor del fuego y las cervezas, exprimían los acordes de No Woman, No Cry con una vieja guitarra, en un idioma exótico y casi olvidado que se fundía con los ruidos de la noche selvática, esa canción nunca sonó tan nostálgica, no hacía falta saber la letra para sentir que hablaba de tiempos mejores, de mundos perdidos para siempre, de esperanza.

Recuerdo las risotadas de los niños en sus juegos perennes, o la anciana karen que labraba el arrozal y sonreía divertida, dádome a entender que sabía muy bien el significado de la frase que adornaba su camiseta de mercadillo: “I´m a Porn Star”.

Por aquel entonces no me sentía nada atraído por Birmania, una tiránica dictadura, un país con multitud de zonas prohibidas, con ¡36 grupos guerrilleros diferentes!, campos de minas, niños-soldado, prisioneros políticos, malaria, dengue, tuberculosis, cobras… para nada entraba en mis futuros planes de viaje.

No hubiera podido imaginarme que un año después planearía un viaje a Birmania y mucho menos que lo hiciera con semejante pasión.

A principios de año ya estaba repasando el mapa de Asia en busca de un destino para el viaje, que como de costumbre haría en otoño, como viajo por libre debía preparar el viaje con tiempo. Nepal me pareció interesante, pero al poco de tomar partido por este país la guerrilla maoísta lanzó una ofensiva en primavera que llegó incluso a cercar Kathmandú. La misma guerrilla que lleva veinte años explicando a los turistas que viajar por Nepal es imperialista, contrarevolucionario y está feo, debe de ser que no tienen facilidad de palabra y para que se les entienda decapitan todo turista que tengan al alcance. Como la situación no presentaba una solución rápida y los cortes en el cuello suelen resultar molestos decidí cambiar de destino a la espera de un momento más propicio (unos meses después volvía a ser un destino razonable, pero ya era tarde).

Casualmente leí un articulo en National Geographic de una reportera que habia descendido el Irrawaddy en canoa a lo largo de mas de mil kilómetros, hasta el mar de Andamán recorriendo buena parte de BIrmania, me pareció interesante y empecé a informarme, al principio por curiosidad.

Conforme me adentraba en el laberinto birmano me iba quedando fascinado con todo lo que descubría de ese país paria olvidado del mundo. Leía blogs, diarios de viajeros, guías de viaje, periódicos birmanos y de la oposición en la red, literatura sobre Birmania de autores occidentales y nativos, escritos de Aung San Suu Kyi… durante meses había leído buena parte de la información disponible sobre el país y me había empapado casi todo lo publicado en español, que no era mucho. Nunca me había preparado tanto un viaje y creo que a excepción de mi propio país no hay ningún otro del que me hubiera interesado tanto su realidad como Birmania, cierto es que por entonces la realidad que podía conocer era tan solo aquella que se podía plasmar en texto, por eso estaba tan impaciente por comenzar el viaje y vivir en mi piel que había de cierto en todo lo leído.

Nota escrita después del viaje: Pido disculpas de antemano por la falta de estilo literario y la escasa homogeneidad de este diario,por los errores inadvertidos y por la inevitable parcialidad en algunos temas. Por otra parte he intentado contenerme y no llenar el diario de datos y comentarios para no resultar abrumador y pedante, lamentablemente he fracasado en el intento.



Domingo 30/9/07

¡Comienza el viaje!, pasado el mediodía llegué al aeropuerto de Málaga, me dirigí al mostrador de facturación de Swiss Air, presenté la documentación habitual, pasaporte, billete… el primer diálogo del viaje fué este:

- ¿Por favor me muestra su visado para Tailandia?.
- No tengo visado, pero no se preocupe, no lo necesito.
- Si que lo necesita, usted tiene un billete de ida y vuelta a Bangkok con una estancia superior a un mes, no le van a dejar entrar en el país porque la estancia máxima sin visado es de un mes.
- No habrá ningún problema porque solo estaré de paso por Tailandia mientras tramito mi visado para Birmania, menos de una semana, sé bien como funciona el asunto y en todo caso el problema será mío al llegar a Bangkok, y ya me las arreglaré allí.
- Lo sentimos pero tenemos órdenes estrictas, las autoridades tailandesas regañan a la compañía aérea si no controlamos el tema de visados en origen, lo lamentamos de veras.

¡¡No me lo podía creer!! El viaje que llevaba preparando y soñando durante meses estaba a punto de irse a pique justo en el momento de comezar…cuando me recuperé de la perplejidad inicial, comencé una animada diatriba con el personal de Swiss Air.

Mis poco coherentes frases y mi actitud, entre indignado y lastimero, parecieron hacer mella en la férrea testarudez suíza y finalmente llamaron a la central donde otro suízo menos testarudo me dio la razón, que alivio…

No obstante la compañía no quería verse implicada así que emitieron un billete falso, con una duración inferior a un mes (que anularon una vez impreso), me dijeron que si me pedían el billete al entrar les mostrase el billete falso… Mientras hacían las gestiones y en un ambiente ya más relajado les conté lo sucedido recientemente al noble alemán Hoenlohe (no sé como se escribe) que había muerto tras una breve estancia en la terrible prisión de Bangkok. El delito cometido fué que tras caducarle el visado de estancia en Tailandia al buen hombre se le ocurrió que en vez de pagar la multa correspondiente era mejor falsificar él mismo en su hotel la fecha de entrada que figuraba en el visado. Y no digo que no fuese mañoso como falsificador, pero me extraña que alguien que viajaba tanto a Tailandia no se percatase que al salir siempre comparan los datos de la hoja que se entrega con el registro informático que ellos tienen, de modo que al señor Hoenlohe le cogieron de inmediato, y lo acusaron no de prolongar la estancia, sino de falsedad documental (con la mala suerte de que lo confundieron con un espía, y para colmo el embajador de su país estaba ausente).

Cualquiera que haya estado en Bangkok puede imaginarse lo que significa sufrir el terrible y húmedo calor local metido en un atestado barracón de la insalubre prisión de la ciudad, sin apenas ventilación ni espacio para estirarse, si a ello añadimos la extensa humanidad del noble alemán (estaba en Tailandia para hacer un programa de adelgazamiento) se comprende que era más de lo que podía soportar.

Me alejé hacia la zona de embarque pensando que al llegar a Tailandia en el caso improbable de haber algún problema con la policía de aduanas intentaría arreglarlo con persuasión, con buenos argumentos, en caso extremo con unos dólares metidos entre las hojas del pasaporte…pero nunca, nunca usar el billete trucado, no quería que me acusasen también a mí de falsedad documental. Amigo Hoenlohe no caíste en vano, con tu muerte aprendimos algo…

El vuelo de Málaga a Bangkok, con escala fría y lluviosa en Zurich, duró algo mas de 16 horas aunque lo sufrí poco, gracias a un orfidal (viejo truco) que me hizo estar sobado todo el viaje.

1/10/06

Bangkok!!!
Llovía como en Zurich, pero con 25 grados más de temperatura.

El flamante nuevo aeropuerto internacional de Bangkok es enorme, ostentoso y frío, como todos .Tras la habitual espera en la cola del mostrador de inmigración los trámites aduaneros se realizaron sin el menor contratiempo, como ya suponía. Amigos de Swiss Air informaros bien antes de que dejeis sin viaje a más turistas abnegados.

El nuevo aeropuerto esta lleno de moderneces tecnológicas, pero aún está falto de algunos detalles como mejoras en la señalización y completar el sistema de transportes con la ciudad. Aún no han repuesto la línea A2, el autobús de los mochileros que comunicaba cada media hora el aeropuerto y la calle Khao San, así que me dirigí a la parada de taxis y encontré una pareja de alemanes y un israelí con los que compartir el trayecto, todos acababan de regresar de Birmania y como estaba ávido de información los acosé a preguntas en la hora larga que duró el viaje.

Khao San, la calle de los mochileros.La calle de poco mas de 500 metros y los callejones aledaños concentran quizás 200 hoteles, hotelitos, hostales, pensiones, casas de huespedes y cuchitriles varios, y todavía le queda sitio para unas docenas de salones de masaje, un centenar de restaurantes/cafeterias/bares, otro centenar de tiendas de camisetas/recuerdos/CDs, unas pocas tiendas 24h, multitud de agencias de viajes y cibercafés, sastrerías que hacen a medida perfectos trajes de imitación de los modistos mas famosos, farmacias que venden Viagra sin receta, y varios tugurios nocturnos de difícil denominación y dudosa decencia…y cada uno de esos negocios se las ha ingeniado para poner un neón en la calle, es tal la profusión y densidad que pasear es una experiencia algo mareante, entre la luminaria y la música variopinta de las terrazas es como vivir en una feria. Lo que queda libre de calle esta invadido por todo tipo de puestos de comida y siempre hay algunos artistas locales luciendo sus habilidades por unas monedas…

Practicamente casi todos los viajeros independientes que recorren el sudeste asiático utilizan Bangkok como punto de inicio y final de su viaje, y la mayoría de ellos pasearan sus camisetas sudadas y sus sandalias de imitación por los recovecos de Khao San. La ruidosa calle ofrece todo lo que necesita un mochilero para sobrevivir, un micromundo donde algunos podrían pasar la totalidad de sus vacaciones sin poner un pie fuera de esa calle, de hecho muchos lo hacen.

Khao San es probablemente la única calle de Asia en la que hay mas rubios (ebrios) en pantalones cortos que personal nativo.

Bangkok es una ciudad que se mueve y crece a un ritmo enloquecido, continuamente se inauguran nuevos rascacielos, se abren nuevos centros comerciales, …llevaba un año sin estar en Bangkok y algunas cosas habían cambiado, pero lo que hacía a la ciudad distinta era un color, amarillo.

Al menos la mitad de sus habitantes vestían polos, camisetas o blusas de color amarillo chillón, las avenidas estaban engalanadas de lazos amarillos y por doquier banderas del discreto color de moda, ¿Un acto de afirmación de la orientalidad?, ¿Acaso todo el país se habia vuelto forofo de Brasil?, la respuesta era otra:

Diez días antes de comenzar el viaje se produjo un golpe militar en Tailandia, de hecho aproveche las horas posteriores al golpe para comprar el billete de avión porque ante la incertidumbre de la situación se habian producido anulaciones masivas y los precios bajaron unos 200€. Puede parecer una temeridad comprar un billete a un país donde se acaba de producir un golpe pero el sudeste asiático es así y no hay que asustarse, en todos los países de la zona los militares ostentan un cierto poder político, ya sea en forma de dictaduras militares o como democracias tuteladas por el ejército, este es el caso de Tailandia. Los arrebatos militares suelen ser tan solo una maniobra de cambio de sillones en los altos estamentos del poder y no suelen tener trascendencia a nivel de calle , de hecho dos días después del golpe el gobierno español declaraba que en Tailandia la situación era de normalidad y retiraba las advertencias a turistas (los precios de los billetes de avión también volvieron a la normalidad, pero yo ya tenía el mío).

El derrocamiento del presidente Thaksin Shinawatra (me encanta la sonoridad de los nombres siameses) se había producido con la excusa de que estaba hundiendo al país en la corrupción, fue sonado el pelotazo que dio con la venta de su grupo de comunicación, una operación de un millardo de dólares en la que no pagó ni un real de impuestos, también le acusaban de excesiva severidad en la represión del tráfico y consumo de drogas. Durante su mandato acumuló 1500 ejecuciones a pequeños traficantes y cuando la comunidad internacional le recriminó por ello hizo famosa la frase: “La ONU no es mi padre”.

Pero en verdad esas razones no fueron mas que una excusa, la verdadera razón era que solo unos cuantos generales se beneficiaron de las corruptelas del gobierno del presidente Thaksin, y claro el resto del ejército, los que no pillaban cacho, no estaban muy contentos, aprovechando que Thaksin estaba fuera del país llenaron Bangkok de tanques y tomaron el poder.

La incertidumbre inicial se disipó cuando el reverenciado rey Bhumibol, tras reunirse con los golpistas, dio el visto bueno a la operación a condición de que los militares restituyeran la democracia en un plazo breve (que finalmente nunca es tan breve). Los tailandeses sienten auténtica devoción por su rey, así que si él les dice que todo esta bien es que todo está bien y punto. En un país con una historia política tan convulsa como Tailandia la gente se aferra al único referente estable que tienen, el rey, y en momentos difíciles todos muestran su lealtad hacia él. Sobra decir que el color que simboliza al rey es el amarillo chillón.

Al llegar a Khao San me dirigí primero a mis guesthouse favoritas, pero no tenían habitaciones libres así que me fuí a lo seguro y cogí una doble con baño, a/c, ventana y desayuno por 280 baths (5,15€) en el infumable Siam Oriental Inn, una ducha rápida, ropa limpia y sin más pérdida de tiempo salí a darme un atracón de exquisita comida tailandesa, vaya si me lo dí…. Esa misma noche mi vientre comenzó a manifestar su asombro ante tanto exotismo.

4/10/06

Dicen que el cuerpo tarda dos semanas en aclimatarse al calor tropical, por fortuna el sistema digestivo suele tardar algo menos en acostumbrarse a la comida asiática.

Mi poco recomendable táctica para adaptarme a la comida exótica es atiborrarme de lo que mas me gusta y cuando empiecen a aparecer los primeros síntomas de desórdenes intestinales ignorarlos y seguir comiendo a discreción, sin piedad. Había pasado tres días usando el trono más que el mismo rey de Tailandia pero ya estaba inmunizado y podía comer de todo.

Esos días habían sido forzosamente tranquilos debido a mis problemas de aclimatación, comer, descomer, paseos cortos, gestionar mi visado para Birmania y visitar los templos de los alrededores de Khao San.

Ayer tarde salí a tomarme una cerveza, me gusta el Gulliver´s, es un amplio bar de copas con buena música y un ambiente popular y heterogéneo, la clientela se compone a partes iguales de Farangs (Guiris blancos) y tailandeses que gustan de la música y el ambiente occidental de los farangs, desde luego muchas de las sonrientes chicas asiáticas que pululan por el bar son prostitutas pero son indistinguibles de las que no lo son, eso crea algunas confusiones que dan lugar a situaciones muy embarazosas cuando a algún rubio enardecido y pasado de copas se le escapa la mano con una bonita tailandesa, sin percatarse de que el chinito sonriente que bailaba junto a ella es su novio, que de pronto ha dejado de sonreir.

Apenas habían abierto cuando llegué, el bar estaba vacío excepto por algunos tailandeses, al poco de pedirme una cerveza entró en el bar un occidental, rellenito, con gafas, cara insulsa y un peinado muy correcto en el que cada uno de sus escasos pelos estaba allá donde debía estar, “abogado canadiense” pensé para mí y me equivoqué porque era irlandés, pero abogado si que era.

Richard resultó ser un buen conversador, y un personaje muy peculiar, escribía relatos cortos para algunas revistas irlandesas e inglesas … Empezamos a invitarnos mutuamente una ronda después de otra, a medida que se animaba la conversación se iba empeorando mi precario inglés, el bar se estaba llenando y estaba ya sumido en un sopor alcohólico que me impidió poner resistencia a la propuesta de Richard de acompañar las cervezas con chupitos de bourbon. Él me iba contando su currículum de penas y sinsabores, y ante su insistencia yo también le conté las amarguras pasadas en mi vida, total desahogarse siempre viene bien y además estaba demasiado borracho para pensar lo que decía, finalmente me confesó que era coleccionista de malos momentos, recopilaba los peores momentos de la vida de aquellos que conocía para usarlos en sus relatos y porque tenía ese morboso gusto por las desgracias propias y ajenas. Con tales aficiones no creo que fuese muy popular allá en su Dublín natal.

Descubrimos un futbolín del que nos adueñamos durante una hora (quedó bien clara la supremacía española en ese tipo de chorradas) y seguimos bebiendo. Mi inglés se había vuelto pastoso, lento e ininteligible y se me hacía difícil la traducción porque Richard tampoco estaba en su mejor momento como orador, además como ya era tarde el bar se estaba vaciando y las prostitutas concentraban sus esfuerzos en los pocos clientes que aún nos apoyábamos en la barra, era fatigoso intentar zafarse de ellas y tener dos lindas thais abrazadas a mí mientras intentaban hurgar en mi entrepierna me distraía un poco de la conversación…

Como hablar se nos hacía cada vez más complicado saqué un bloc y pasamos a inglés escrito que es mas fácil para mí, pero Richard tenía vena artística y en vez de escribir lo que hacía era dibujar, a pesar de mis ofrecimientos de un bolígrafo se empeñaba en usar un rotulador fluorescente amarillo de punta gruesa y hablar a la vez. Los pictogramas en los que narraba su experiencia vital llenaron unas 20 hojas de mi bloc A4.

A las 1:30 nos echaron del bar, para librarme de las (**edit**)s les dije que era gay y que Richard era mi novio, pero una de las que había estado sobándome soltó una carcajada y mostró sus dudas al respecto, todos reímos. Richard y yo nos hicimos una foto para rememorar una noche tan provechosa y nos despedimos, mis poco dignos andares me llevaron hasta mi hotel con alguna paradita para vomitar.

Tras pasar una noche de penurias alcohólicas, apenas había podido dormir, me levanté con una manada de tigres asiáticos peleándose dentro de mi cabeza ¿Cómo he sido tan estúpido como para ponerme a beber con un irlandés?, eché un vistazo al bloc y mirando las páginas en las que Richard había plasmado su charla me dió la impresión de que anoche estuve de copas con un cromagnon de las cuevas de Lascaux al que hubiesen regalado un rotulador fluorescente, cuando miré en la cámara la foto que nos hicimos juntos sentí vergüenza propia y ajena, procuraré que nadie la vea y es una pena porque la foto sería de enorme utilidad en una campaña de prevención del alcoholismo.

Hoy he pasado un día tranquilo recuperándome de los excesos de anoche, una llamada a la familia para decir que aun sobrevivo, más comer, más paseos cortos, más compras, más masajes, más Gulliver´s… y la diarrea que hoy está exultante.

Mañana me dan el visado para Birmania y pasado mañana muy temprano sale mi vuelo para Rangún.

5/10/06

Al final aunque anoche me fuí a la cama temprano me puse a releer “El libro de las tierras virgenes” de Kipling, había sido una frustración no haber podido dar con nada de lo que Kipling había escrito sobre Birmania así que me había traído este libro para consolarme, al menos está ambientado en India que está al lado. Como soy así de bruto me zampé el libro enterito, de modo que al final me acosté muy tarde, algo de luz se filtraba ya por la exigua ventana de mi habitación, me dormí con un poema de Kipling rondándome la cabeza, se llama “Adagio de la Selva”

Cuatro insaciables cosas tiene el mundo:

la boca de Jacalá* es lo primero;
el buche del milano, lo segundo;
las manos de los monos, lo tercero;
y, como nunca logra verse harto,
el ojo humano siempre fue lo cuarto.

*Jacalá es el nombre del cocodrilo en el cuento
Me encanta el poema creo que explica bien la razón por la que a los humanos nos encanta viajar y ver nuevos horizontes.

Me levanté con los huesos quejicosos, malditos colchones asiáticos.

Después de desayunar y tras varias carreras apresuradas al excusado decidí adoptar medidas de emergencia y me tomé un fortasec, fin del problema. No me gusta tomar astringentes, prefiero dejar que la cosa se arregle por si sola pero tenía que hacer muchas cosas y no podía ir dejando regalitos por todo Bangkok, al día siguiente me tomaría otro para evitar que durante el viaje a Rangún se produjesen situaciones incómodas.

Para aprovechar el efecto del fortasec decidí que en vez de paseos cortos estaría todo el dia explorando alguna parte de la ciudad que no conociera, hasta las 6 de la tarde que tenía que ir a recoger visado y billetes de avión, miré el plano y me dirigí al templo del Monte Dorado, es un sitio increíble para estar en el centro de la megaciudad de Bangkok, un monte boscoso al que se sube por sinuosos senderos, en la cima está el templo y un pequeño museo de budas de diferentes épocas, desde la estupa que corona el templo las vistas son asombrosas, se mire donde se mire todo el horizonte forma una greca desigual dibujada con rascacielos, es una vista extraña desde la quietud de un santuario budista.

Al bajar del monte dorado atravesé un complejo de templos que hay en la falda del monte, pasé junto a un grupo de mujeres sentadas en unos bancos, todas me miraron y les sonreí, ellas tambien me sonríen, de pronto me di cuenta que en realidad estaba situado frente a un altar donde un cuerpo yacente dejaba adivinar su figura bajo una sábana, las mujeres sonrientes estaban velando el cuerpo y no me miraban a mí, miraban el altar tras de mí, vaya situación embarazosa, hice una reverencia respetuosa, no muy grácil, y me apresuré para salir de allí, pero la salida pasaba por la capilla de incineraciones, cachis, la atravesé rápido procurando no respirar mucho del humo que invadía el ambiente por más que oliese a maderas aromáticas.

Junto al Monte Dorado está el barrio de los artesanos de la madera donde pasé un buen rato absorto en el trabajo de los artesanos, llenaría mi casa de objetos de aquí si no fuesen tan difíciles de transportar. Después recorrí las calles dedicadas a la venta de objetos religiosos, resultaba poco piadoso ver cientos de figuras de buda envueltas en plástico…

A las 6 pasé a recoger mi visado (28€) y el billete de Air Asia para Rangún (i/v 85€), estaba algo nervioso por el viaje del día siguiente, en cierta manera sentía que mi viaje empezaba entonces y que esos días en Bangkok solo habían sido un trámite.

Por la tarde me dí otro homenaje gastronómico y una sesión de masaje que me dejó nuevo, hice los preparativos para el viaje y me acosté temprano porque como el vuelo salía a las 8 debía levantarme a las 5.

6/10/06

¡Horror! No me había sonado la alarma del móvil, estúpido de mí que olvidé cambiar la hora, por fortuna algo me había hecho despertar a las 6:15, recogí las cosas y en dos minutos (contados) ya estaba en la calle buscando un taxi.

Solo un taxi en la calle, mis posibilidades de negociación eran nulas, además de que tenía demasiada urgencia para regateos, de modo que acepté pagar los 250 baths (5€) que me pedía el taxista, tras una alocada carrera por Bangkok llegué a tiempo de coger el vuelo uf.
Una hora escasa de vuelo sobre arrozales inundados y ya estaba en el aeropuerto internacional de Rangún.

¡¡ BIRMANIA !!

Este año las fronteras terrestres de Birmania han permanecido cerradas para los occidentales, de modo que la unica forma de entrar al país es vía aérea y exclusívamente a traves del aeropuerto de Rangún. Creo que en España no existe ningún aeropuerto provincial de segundo orden tan cutre como este, eso si, el edificio principal tiene la fachada profusamente decorada a imitación de un palacio real birmano…

Tras los trámites aduaneros me quedé mas tranquilo, al parecer debía haber declarado que trabajo en un medio de comunicación cuando solicité el visado, es obligatorio hacerlo, pero no lo hice porque no quería estar bajo vigilancia toda mi estancia en el país, así que escondí el carnet del trabajo en lo mas profundo de mi equipaje y por suerte no me registraron.

¡Welcome to Myanmar*! Me saludaron los policias de fronteras, los hijos de (**edit**) nos agasajaban a los turistas al pasar por la aduana, pero trataban a sus compatriotas con cara de perro, se nota que están fritos por conseguir divisas.

* Myanmar es el nuevo nombre de Birmania desde hace unos años, la junta militar decidió cambiar los nombres de ciudades, rios y del mismo país por los nombres antiguos en birmano alegando que los otros nombres tienen reminiscencias coloniales.En realidad se trata de una campaña de “birmanización“ para relegar al olvido las otras muchas lenguas y culturas existentes en el país, de esta manera la capital Rangún ahora se llama Yangón, la región de Tenasserim ahora es Tanintharyi, el rio Irrawaddy ahora es el Ayeyarwady,... y Birmania es ahora Myanmar. En este diario de viaje usaré los nombres que existían antes de la dictadura siguiendo el consejo de la premio nobel de la paz, legítima presidenta electa de Birmania y líder de la oposición democratica Aung San Suu Kyi, que recomendó no usar los nuevos nombres hasta que el pueblo los elija democráticamente y no por capricho de una banda de sátrapas dictadores, ademas Birmania, Rangún, Irrawaddy…son nombres sonoros, evocadores, hasta románticos, creo que fue Borges el que definió al Irrawaddy como “El río con el nombre mas bonito del mundo”, mientras a mí Myanmar me suena a nombre de urbanización playera.

No obstante debo decir que durante mi estancia en el país he usado los nombres nuevos cuando he hablado con lugareños, para no comprometerlos, no usarlos se ve mal por parte de las autoridades y el país está sembrado de espías que escuchan en cada esquina, a mí no me va a pasar nada ya que soy un occidental, pero no es bueno que un nativo quede bajo sospecha de sedicioso. La terrible confrontación que asola el país desde hace decenios es una batalla que se libra en lo militar, lo politico, lo religioso, lo étnico…y hasta en las palabras que se usan para hablar.

A la salida del aeropuerto cambié en la calle a un cambista ilegal (el cambio oficial es ridiculo, hay que cambiar en la calle) 50€ en 60.000kyats birmanos, vaya fajo de billetes, ¡soy rico!.En la parada de taxis encontré una tierna pareja catalana en luna de miel, un alemán de barba cana con cara de haber pasado por todas las aventuras del mundo y una chica de Bilbao, Isabel, de unos 30 años, atractiva, desenvuelta, y ligeramente impertinente.Decidimos compartir taxi porque todos queriamos ir a la zona de la pagoda Sule.

Como nadie tenía claro donde alojarse probamos suerte en un par de hotelitos de la zona y nos inclinamos por la Okinawa Guesthose, un pequeño y coqueto edificio muy acogedor, todo en madera, 5 $ la noche con desayuno. La pareja catalana haciendo honor a sus orígenes se fueron a buscar algo más barato. Me duché y sin remedio me fuí a la cama donde caí como un plomo.

Me desperté despues de 3 horas de sueño reparador, ¡estaba en Birmania!, salí a la calle con ganas de ver mundo y de comérmelo porque tenía una sensación rugiente en el estomago que me recordaba que desde la tarde del día anterior no había comido nada.

El ambiente de las calles de Rangún era indescriptible, la zona donde vivía, los alrededores de la pagoda Sule, está en el centro del barrio musulmán que a pesar de su nombre no solo tiene mezquitas sino que igualmente encontramos pagodas budistas, templos hinduistas e iglesias cristianas. A la diversidad religiosa hay que sumar la diversidad étnica, viendo las caras se perciben rasgos chinos, hindúes, tailandeses, malayos, eso si, todos vestidos con longyi hasta los tobillos y chanclas del dedo…las populosas calles tienen las aceras ocupadas por puestos que venden todo tipo de productos y tenderetes que ofrecen variopintas comidas, aunque a la hora de llenarme la panza solo encontré patas y cabezas de pollo fritas y tripas de cerdo en salsa, finalmente devoré un muslo de pato asado que me supo a gloria.

Oí una algarabía de tambores y voces, y me encontré con una procesión budista, pregunté a un transeunte y me dijo que era un festival budista por la luna llena, se repetía cada mes y duraba varios días, la procesión se componía de varias carrozas montadas en camiones, una corte de figurantes disfrazados de personajes históricos birmanos, grupos de bailarines, monjes, farándulas tradicionales…varios grupos de música sobre los camiones o a pie sincronizaban sus músicas comunicándose con banderas, mujeres engalanadas con trajes de noche y con la ayuda de potentes equipos de sonido, alternaban sus cantos/gritos que junto con el guirigai musical sonaba como una especie de rock primitivo y salvaje, era un espectáculo hipnótico y no pude dejar de seguir el peculiar desfile hasta bien pasada una hora. Era el único extranjero y todo el mundo estaba atento a todo lo que hacía, tanto los integrantes del desfile como los espectadores de la calle no perdían detalle del guiri que sonreía y hacía fotos, en una ocasión la policía paró una carroza para que yo hiciera una foto, me dio tanto corte que decidí retirarme y volver al hotel, la gente de la procesión me saludaron con la mano para despedirme, había sido divertido pero ¿Dónde estoy?, preguntando se llega a todos sitios y al cabo de un rato estaba de nuevo en el hotel.

Por la tarde recorrí las calles con Isabel en busca de buenas viandas y el atardecer nos cogió en la pagoda Sule mientras los fieles encendían miles de lamparitas de aceite alrededor de la estupa principal.

El Okinawa tenía una zona común de fumadores y allí nos íbamos conociendo los huespedes, entre otros conocí a Ciarlis y a Damiano dos italianos encantadores que estaban en Birmania por negocios y para colaborar con una ONG que trabaja con sordomudos birmanos, también a Thann-Oo, el responsable birmano de la ONG, y a “sexy-taxi” que es el taxista a tiempo completo que tienen los italianos, son un grupo realmente entrañable y divertido. A la noche nos fuímos todos a cenar a un popular buffet birmano, cuando volvimos al hotel estábamos todos un poco piripis y con nuestras risas despertamos a todo el Okinawa, ¡Estos latinos!

7/10/06


Me desperté temprano, que remedio es una ciudad ruidosa, era el final de la temporada de lluvias y estaba diluviando en Rangún.

Desayunamos juntos todo el grupo, el desayuno era delicioso, después Isabel se va a gestionar su billete a India, que es su proximo destino, los italianos a atender sus negocios (mobiliario birmano), y yo me quedo leyendo Los días de Birmania de G. Orwell, lo había reservado para leerlo aquí ya que es de los pocos libros sobre Birmania que no está censurado por los militares por estar ambientado en la época colonial, a pesar de ser la primera obra de Orwell no está mal, es entretenida y se nota que el autor vivió varios años en el país.

A media mañana salí a vagar por la ciudad, a pesar de que llovía el calor era insoportable, me metí en un ciber con a/c para conectarme un rato a internet y ver el correo, terminé desesperado porque ademas de tener una conexion lentísima los principales sevidores de correo (yahoo, hotmail...) están censurados por el SLORC*, al final encontré que una de mis cuentas de correo si que funcionaba, no podía leer mi correo pero al menos pude enviar algunos mails.

*SLORC son las siglas en inglés del Consejo Estatal para el Restablecimiento de la Ley y el Orden, era hasta el año 1997 el nombre oficial de la junta de generales que gobierna el país, es una palabra que evoca algo terrible y grosero, tanto en su sonido como en su significado. Los generales en su empeño por limpiar su imagen decidieron cambiar el nombrajo y contrataron a una agencia de relaciones publicas ¡ en Washington, en casa del enemigo ! A la que pagaron una suculenta suma para que les buscase otro nombre que no pareciese del lenguaje de los orcos. El resultado fué el SPDC, Consejo Estatal para la Paz y el Desarrollo, pagar tanto para eso, o los publicistas de la agencia eran muy malos o trabajaban para la CIA. Por mi parte se podían haber ahorrado el dinero porque pienso seguir llamándoles SLORC, suena lo bastante feo y define bien a los tiranos que estan vampirizando Birmania.

Después de una suculenta comida en un restaurante indio que no aparecía en las guias (dos deliciosos platos, postre y una botella de agua helada por menos de 1€) me entretuve un buen rato por los interiores de la pagoda Sule. Las pagodas budistas de Birmania no son solo un lugar de oración, son lugares tranquilos y agradables donde viven monjes, los lugareños pasean alrededor de la estupa, los novios pelan la pava y los acalorados transeúntes buscan el fresco del mármol sombreado para echarse una siesta. En principio son lugares muy tolerantes si se respetan unas normas básicas como ir descalzo, no hay zonas de acceso restringido, e incluso se puede fumar.

Dediqué la tarde a vagar por la ciudad con Isabel, terrible regateadora, se nota que llevaba varios meses por Asia. Ha estado lloviendo todo el día y estaba empapado hasta los huesos, por cierto llevaba unos días que mis funciones fisiológicas parecían haberse aclimatado, menos mal.

Por la noche nos reunimos buena parte de los huéspedes en el porche del Okinawa para charlar al fresco mientras dimos cuenta de unas litronas de Myanmar Beer, es la cerveza estatal y no es muy ético consumirla, pero es que está tan buena...

Todos se acuestan pero me quedé en compañía de un alemán de orígenes turcos, me cuenta que pertenece a una primitiva iglesia cristiana “la Iglesia de los primeros cristianos” presumía, su pueblo habla arameo y contaba que a lo largo de los siglos habían sido perseguidos por los musulmanes en todo oriente medio y que su familia había sido de las últimas en abandonar la zona, ahora estaban repartidos por el mundo. Después me comentó los problemas que tenía con su novia birmana, una absurda ley del SLORC (otra más) prohibe a los birmanos casarse con extranjeros, de modo que ahora estaba en trámites de conseguir un pasaporte para su novia que le permitiese sacarla del pais y poder casarse con ella, pero los funcionarios no dejan de ponerle trabas para expedirle el documento, me comentó que al día siguiente iba a empezar la táctica de pagar un soborno, empezando por 50€. Para todo aquel viajero que lo necesite paso a explicar como se realiza el proceso del soborno en Birmania:
Cuando se vaya a sobornar a un funcionario birmano hay que llevar un libro en la mano.

Se coloca el dinero del soborno entre las páginas del libro.
Mientras se habla con el funcionario se deja el libro a su alcance.
Si el funcionario abre el libro es que acepta el soborno (otra cosa es que esté de acuerdo con la cantidad).

Si aparta el libro de él.... chungo, no acepta el soborno, si es posible búscate otro funcionario.
Le deseé suerte y me fuí a dormir, rendido .

8/10/06

En el desayuno conocimos a Daniel y Nora, una pareja suiza, muy simpÁticos, y quedamos en ir juntos a visitar la pagoda Shwedaggon, Después de desayunar leí un par de horas y después nos fuimos Isabel, Héctor, un mejicano que lleva tiempo viajando por Asia, y yo, a la estación de ferrocarril a coger el tren Sakula, un tren que realiza un recorrido circular de 3 horas por el extrarradio de Rangún, aunque los tres hablábamos español a veces la conversación derivaba al inglés lo que me sacaba de quicio... los comprendía porque ambos llevan tiempo de viaje y tenían la inercia del inglés. En la vetusta estación de estilo victoriano/birmano tuvimos unas risas porque Isabel se empeñaba en pagar en Kyats birmanos, ella sabía perfectamente que los extranjeros deben pagar el tren en dólares pero su espíritu combativo es así.

El tren Sakula resultó ser lo más primitivo en tren que he visto jamás, dos largos bancos de madera se alineaban a los lados de los desconchados vagones dejando el espacio central para las mercancías. Se nota que no hay muchos extranjeros que cojan este tren, a nosotros nos colocaron en el último vagón donde estaba la caja con la recaudación que iban recogiendo en los apeaderos por los que pasamos, la idea era que tuviésemos un policía al lado que nos vigilase no fuésemos a hacer algo “incorrecto”. Por fin arrancó el tren, con una velocidad de crucero máxima en torno a los 20Km/h, pronto abandonamos el paisaje urbano y pasamos a un mundo de chozas, arrozales, huertos y pobreza, aunque no lo parezca esto también es Rangún. En cada parada se subían/bajaban viajeros cargados con canastos y hatillos llenos de productos del campo, todos quedaban sorprendidos de ver tres extranjeros en el cutri-tren. En el vagón el ambiente era fenomenal y los lugareños nos hicieron pasar unas horas inolvidables de risas y calor humano, entre los compañeros de vagón iba una linda chica birmana de sonrisa tímida y cautivadora acompañada de su madre, al cabo de un rato de risas y piropos mutuos la madre nos dijo que nos llevásemos a su hija a nuestro país, “...para lo que sea, para que os limpie la casa...”, se nos partió el corazón a todos. Al cabo de tres horas y media de recorrido se completó el circulo y volvímos al punto de partida, los tres parecíamos afectados, parece increíble que un simple viaje en un tren de cercanías hubiese resultado una experiencia emocional tan intensa.

Rangún me encanta, es algo parecido a India pero más limpio y más amable, la gente no dejaba de mostrar hospitalidad, una capital acogedora como pocas, me podría pasar aquí los 28 días que duraba mi visado pero estaba ávido de conocer el resto del país. Aunque nunca viajo con un plan preestablecido tenía pensado pasar un par de días en Rangún, y después hacer una excursión de dos días a Kyaiktiyo al sudeste del país, pero había decidido quedarme más días en Rangún y despues ir directamente al norte.

Nos reunimos de nuevo con Daniel y Nora en el hotel y tras el obligatorio regateo con el taxista, en pocos minutos ya estábamos en las puertas de la gran pagoda.

Shwedaggon Paya con sus 98mts de altura no es solo una impresionante pagoda, es un complejo de templos, monasterios, pagodas... al que se sube por unas escalinatas que vistas desde abajo parecen infinitas, nos soplan 5$ a cada uno por la entrada al complejo y subimos por un moderno ascensor exclusivo para turistas, una vez arriba lo que vimos nos dejó con la boca abierta, la gran estupa dorada brillaba al sol con sus mas de 50.000 Kg de oro cubriendo toda su superficie, alrededor de esta gran estupa multitud de pequeñas estupas también doradas, rodeando todo esto un amplio paseo circular donde los devotos budistas pasean y rezan, circunvalándolo todo otro gran círculo de variopintas pagodas, más de 300 en total. El ambiente dentro del complejo es muy agradable y relajado, como en el resto de pagodas del país, el lugar es impresionante.

Estuvimos toda la tarde paseando extasiados, además de los incontables altares budistas también había lugares donde rendir culto a los Nats, las antiguas deidades animistas a las que muchos budistas siguen rindiendo culto, era curioso como la gente iba a fumar junto a ellos y a echarles el humo a la cara, o a ponerle cigarros en la boca, se supone que los Nats son espiritus viciosos y gustan de ese tipo de cosas.

Cuando llega el crepúsculo la luz suave hace que las estupas brillen con un delicioso color cobrizo, la temperatura es muy agradable y nos quedamos disfrutando del lugar hasta mucho después del atardecer, en esa ocasión participamos en la ceremonia de encendido de lamparitas, como vimos hacer en la pagoda Sule pero aquí a una escala mucho mayor...

A la salida de la pagoda cogimos un taxi que tenía solo el armazon de la carrocería, un motor reciclado de averigua donde y poco más por dentro, el taxista arrancaba las puertas para que pudiésemos entrar y luego las volvía a colocar, el taxi más macana que he usado en mi vida. Antes de irme al hotel me fuí con Nora y Daniel a cenar a un restaurante japonés y probé por primera vez la sopa miso, el sabor me recordaba la sopa de caldo que hacía mi madre, Daniel es profesor de ciencias políticas y nos pasamos hablando de política un par de horas, estuvimos tan inmersos en la conversación que no nos importó que durante todo el tiempo se estuviese repitiendo la misma canción por los altavoces del restaurante, al final nos la quisieron colar en la cuenta pero tras unas comprobaciones, algo subidas de tono, admitieron que se habían pasado.

Por la noche cervezas en el porche del Okinawa con banda sonora de letanías budistas de una especie de capilla que hay junto al hotel mientras disfrutamos de la fauna nocturna local, de lo más entretenido.

9/10/06

Después de desayunar me quedé leyendo un par de horas y después me fuí a pasear por las calles. Seguía sorprendiendome la profusión de puestos de comida donde venden cabezas y patas de pollo fritas, no dejo de hacerme una pregunta, ¿Quien leches se come las pechugas y los muslos que nunca los veo?, Hacía un calor insoportable y como de costumbre nada mas salir a la calle ya tenía la camiseta empapada de sudor, un sudor que no refresca porque la humedad ambiental impide que se evapore, me vuelvo a pasar por el “Chetty Golden..”, el restaurante indio que tanto me gusta, en el restaurante se mezclan clientes de todas las razas y religiones, pero al mirar sobre el mostrador veo un cuadro del Sagrado Corazón y a su lado una Inmaculada, con la pinta de hinduista que tiene el bar.

En general he visto una convivencia perfecta* de las diversas religiones, mejor que en ningún sitio que haya conocido, junto al hotel vive una niña encantadora que nos contó que en su familia sus padres, abuelos y tías son de diferentes religiones, había budistas, musulmanes y cristianos, ella de unos 9 años había elegido ser cristiana ¡Lo había elegido ella!, ojalá todos los niños del mundo tuviesen ese derecho, por lo general la religión viene impuesta por los ascendientes y no se permite opinar a los niños, me alegro que exista un lugar con tal sentido de la tolerancia religiosa y me sorprende que se disfrute de esa libertad en ese país oprimido donde hay muy pocas libertades.

*Lo observado en las calles de Rangún no coincide con lo que dicen los periodistas birmanos en el exilio ni con lo que ocurre en los estados étnicos dentro del país, al parecer si que existen recelos entre los diversos grupos religiosos, leí un articulo en irrawaddy.org donde un periodista lo definía así:

- Los cristianos son odiados por los budistas.
Los budistas son odiados por los musulmanes.
Los musulmanes son odiados por todos.
La realidad es bastante más compleja aunque esas desavenencias apenas se han hecho notar a lo largo de los años, pero ahora el SLORC ha visto la oportunidad de (fomentando esas desavenencias) causar división entre los insurgentes y tristemente lo ha conseguido en algunos casos, el hecho de que los grupos étnicos mas irreductibles tengan mayoría cristiana ha generado que las autoridades birmanas hayan iniciado una campaña de represión cuya prueba más palpable son los miles de refugiad os cristianos en la frontera birmano/tailandesa. Otro día con mas ganas de escribir volveré a este asunto.

Hoy en general ha sido un día tranquilo, por la tarde me dieron un chivatazo de un ciber donde si se lo pides al dueño puedes conectarte a Yahoo y Hotmail, lo comprobé y ... ¡es cierto!, lo hacían a traves de un proxy que hacía anónima la navegación (y un mozalbete vigilando en la puerta), me pasé un par de horas leyendo y contestando correos, me alegro que existan sitios capaces de burlar la vigilancia de este régimen con pretensiones orwellianas pero sin capacidad tecnológica de serlo. Mis respetos por el joven dueño del ciber, hay que tenerlos bien puestos para hacer algo así en Birmania.

Por la noche salgo de cena al barrio chino con Isabel, los Italianos, Thann-Oo y “sexy-taxi”, comida muy buena, pedí una sopa y me la sirvieron en un cuenco donde se podría haber lavado un niño pequeño, había sopa para 8 pero como soy un machote la aderecé con chili hasta que ardía de picante y me la tomé toda, me gusta la sopa, también probé las famosas larvas birmanas que se comen fritas, estaban exquisitas, “sexi-taxi” me ofreció una y terminé comiendome cinco, que buenas.

Esa noche ya llegamos cargaditos al hotel, nos fuímos directos a dormir sin tertulia nocturna.

10/10/06

Hoy hemos desayunado el grupo italoespañol y después nos hemos ido con Thann-Oo en el coche de “sexy-taxi” hasta la escuela de sordomudos de la ONG en la que colaboran los italianos. El nombre de la institución es Mary Champman Foundation, una ONG que funciona gracias a las aportaciones de voluntarios en Europa, tiene dos escuelas una en Rangún y otra en Mandalay, la de Rangún tiene más de 200 alumnos sordomudos de todo el país. Thann-Oo es el responsable de la ONG en Birmania, es un tipo genial, se le ve muy ilusionado con multitud de proyectos educativos y de desarrollo de los que no me para de hablar, es dinámico, bromista y sabe hacerse agradar, nos comentó que debido al festival de la luna llena casi todos los alumnos estaban de vacaciones en sus casas y los que íbamos a ver eran los que no tenían familia, o ésta vivía muy lejos.

La escuela está en el militarizado barrio de las embajadas, detrás de la pagoda Shwedaggon, al llegar estaban los niños esperándonos formados y haciendo el gesto de saludo del lenguaje de gestos, después vino el momento en que nos pusieron nombre en su lenguaje gestual, te ponen un nombre para cuando hablen sobre tí poder identificarte, era increible como aquellos niños se ponían de acuerdo en escasos segundos para encontrar un gesto que defina a una persona. Ciarlis llevaba varios años visitando la escuela y decía que los niños nunca olvidan tu nombre, como Ciarlis era de buena estatura su nombre era el signo de “el Alto”, Damiano sin embargo era novato y fué bautizado en el acto, como estaba de buen año le apodaron con el signo que significa “Comer”, a Isabel por sus rasgos faciales le tocó llamarse “Cara delgada”, ya andaba temiendo lo que me iba a tocar cuando en apenas 5 segundos me definieron pasandose dos veces los dedos por el pelo, para un puñado de niños sordomudos de Birmania yo siempre seré “Muchos pelos”.

Las visitas a la fundación están muy restringidas para evitar que puedan acudir visitantes que no traten a los niños de forma positiva, nos tomamos un té con la directora del centro que nos explicó lo que hacían, los metodos que empleaban, como se financiaban... era asombroso como se estiraba el dinero de las ayudas, claro con los precios de Birmania con 100€ se podían alimentar varios niños durante un año, o pagar un semestre de nómina de un profesor.

Antes de iniciar el viaje había pedido material promocional en mi trabajo en España para regalar a los niños durante el viaje, pedí lapices y bolígrafos, pero lo que había en existencias eran caramelos, he transportado varios kilos de caramelos a lo largo de más de 10.000Km. No he venido andando desde España, vale, pero cada vez que he cargado con el equipaje he estado pensando que la próxima vez los compraría en el país de destino. Hoy me he alegrado de haberlos traído, no son unos caramelos de lujo pero son mucho mejores que los caramelos birmanos y me alegro de entregarlos para aquellos niños, se los dí a Thann-Oo pero él me dijo que repartiese unos pocos a los niños, ordenadamente esperaban su turno, los recogían, se comían uno y guardaban el resto como un tesoro, me lo agradecieron con un par de gestos que hasta hasta siendo analfabeto gestual supe interpretar como “Gracias Muchos pelos”.

Me hice unas fotos con ellos y observé que algunos hacían un gesto como de cuernos con las manos y les dije que no me gustaba que hicieran ese gesto, me sentí un estúpido cuando momentos después supe que ese gesto significa “te quiero”.

Después nos llevaron al salón de actos donde nos ofrecieron un espectáculo muy especial, media docena de niños sordomudos bailaban sincronizadamente al compás de una música tradicional birmana, lo sorprendente era que los niños al ser sordomudos no escuchaban la música, pero hacían todos los movimientos a ritmo, era enternecedor ver como los niños que estaban de espectadores animaban y aplaudían a los bailarines, con la de veces que habrían visto el espectáculo…

Uno de los niños me “adoptó” o sea me cogió de la mano y se empeñó en ser mi guía, por supuesto acepté encantado, nos llevaron al taller textil donde los niños confeccionaban ropa, bolsos, etc.

Los niños nos mostraban orgullosos sus trabajos, estaban ansiosos de comunicación y lo hacian con gestos o escribiendo en sus manos, son los niños más dulces que he conocido y tratar con ellos me estaba causando una inesperada sensación de felicidad.

La niña de más edad, unos 11-12 años, hacía de hermana mayor de los otros niños y era la que más hablaba conmigo, me preguntó si tenía hijos y le dije que no, puso cara de sorprendida y me preguntó que cuando los iba a tener, que ya era muy viejo(imitaba un anciano que se apoyaba en un bastón), les dije que ellos serían mis hijos y se me echaron todos encima para darme un mogollónico abrazo, me emocioné tanto que tuve que mirar para otro lado y ponerme las gafas de sol porque no sabía como explicarles que las lágrimas que se me escapaban eran de alegría.

De la mano del niño que me adoptó voy conociendo la escuela, las aulas, el comedor, el dormitorio donde los niños dormían, sobre esteras de fibra de coco, de las que era difícil eliminar los parásitos, me conmovía ver el orgullo con el que el niño me mostraba las precarias instalaciones, incluso cuando me llevó hasta la tinaja llena de agua que usan para asearse lo hizo con la misma cara de orgullo que si fuese un lujoso baño en marmol.

En las horas que estuve en la escuela reí con los niños y ellos rieron conmigo, me debería haber dedicado a payaso, se me dan bien los niños y creo que es porque cuando juego con ellos me divierto como el que más. Por desgracia carezco de la formación adecuada para poder ser útil en la escuela y aparte de hacerlos reír poco más puedo hacer por ellos, y ya me gustaría poder devolverles algo de lo mucho que me han dado hoy.

Cuando ya nos marchábamos la niña mayor, que era de etnia Kachín ,del lejano norte, me llevó aparte y escribió en su mano “Gracias por haberlos hecho tan felices” provocando que Muchos Pelos tuviera que volver a ponerse las gafas de sol.

La experiencia en la escuela ha despertado algo en mí que ni sabía que existía y esos niños me han robado el corazón, de todos los apodos que me han puesto en mi vida del que mas me enorgullezco es Muchos Pelos.

Desde la escuela regresamos al hotel andando dando un largo paseo, por el camino parada y comilona en el Chetty Golden.

Por la noche nos fuímos a tomar unas cervezas a un bar de karaoke del barrio chino, allí se sucedían las cantantes, que vestidas con centelleantes trajes de noche entonaban lánguidas, plomizas baladas birmanas, sin más movimiento que el de sus labios y algún leve vaivén con una mano, el espectaculo no era enloquecedoramente divertido pero los birmanos aplaudían con ganas y pagaban unas buenas propinas que servían para colocar a las cantantes unos collares de espumillón cuyo color varíaba según la cuantía. He leído en algún sitio que en Birmania todas las artistas de variedades venden sus servicios privados si algún cliente los paga.

Por la noche terminé de leer Los días de Birmania, me había gustado.

Estaba algo inquieto, al día siguiente me iría al norte.

11/10/07

Me levanté temprano , habían llegado al Okinawa Arturo y Mariana una simpática pareja de españoles que llevaban un año recorriendo Asia, desayuné y me fuí con Isabel a buscar un billete para Mandalay.
Recorrimos la estación de autobuses, la de tren y varias agencias de viajes con el siguiente resultado:

-La linea de bus hasta Mandalay se había tenido que desviar debido a las inundaciones, como pasaba por zonas “no seguras” no se permitía a los turistas como pasajeros hasta nueva orden.
-La línea de tren Rangún-Mandalay estaba cortada porque las inundaciones habían destrozado un puente sobre el Irrawaddy.
-Por vía aerea se puede hacer escala en Mandalay pero no ir a Mandalay porque los accesos al aeropuerto estan cortados, ¿la causa?, las inundaciones, como no.
Tenía muy difícil lo de viajar a Mandalay.

Antes de venir a Birmania había estado informándome en los periodicos en la red, los gubernamentales hablaban de algunos problemas de inundaciones en la zona de Mandalay y de cinco muertos, en cambio los periodicos de la oposición hablaban de cerca de 100 muertos y decenas de miles de desplazados por unas inundaciones que cubrían medio país. Está claro que la información oficial no es nada de fiar. Al estar censurada por el SLORC no es posible acceder aquí a la prensa crítica con el régimen, y el concepto de “prensa crítica con el régimen” es muy amplio en este país donde hasta los partes meteorológicos tienen prohibido dar malas noticias, no sea que alguien piense que el gobierno tiene la culpa del mal tiempo y se ensombrezca la visión oficial de que “Birmania va bien”.

Llevar varios dias limitado a la información oficial me había hecho olvidar que los últimos coletazos de la estación de las lluvias habian puesto a los birmanos con el agua al cuello, literalmente.

Dadas las circunstancias busqué un plan alternativo, la cuestión era ir a Mandalay aunque fuese dando un rodeo. Un vistazo al mapa me dió la solución, el Irrawaddy fluye paralelo al eje Rangún-Mandalay, cogería un tren al norte hasta donde las inundaciones lo permitiesen y seguiría el viaje en barco río arriba, se suponía que al menos los barcos seguirían navegando. Con esta idea en la cabeza regresé a la estación de tren.

La tarea de comprar el billete nos enfrentó al kafkiano mundo de los ferrocarriles birmanos, tras una hora investigando por las distintas ventanillas a las que nos iban remitiendo y con la inestimable ayuda de Isabel, salgo de la estación con un billete a Pyinmana, una ciudad mediana en el centro del país. El plan es ir en tren hasta allí, tomar un bus/furgoneta/taxi hasta Magwe, a orillas del Irrawaddy y desde allí remontar el río en uno de los populosos barcos locales. Un viajero me contó que hasta Bagán son dos días durmiendo en cubierta, hasta Mandalay son tres días y medio, a los extranjeros los ponen en la cubierta de mujeres por cuestiones de seguridad ¿seguridad de los turistas o de las mujeres?, la idea me gusta, me parece una aventura de lo más apetitosa. Mi tren sale esta noche a las cuatro de la madrugada.

Para celebrar el éxito con el billete de tren nos vamos a un restaurante de cocina Shan donde sirven la mejor sopa de fideos de todo Rangún.

Al llegar al hotel y comentar con algunos huespedes mi plan de viaje un birmano se ha mostrado extrañado que me hayan vendido un billete a Pyinmana porque no está permitido a los extranjeros, el SLORC está construyendo allí la nueva capital administrativa* y no quiere extraños merodeando.

*Un vistazo a un mapa arqueológico de Birmania nos muestra que todo el territorio esta salpicado de antiguas capitales, Bagán (Pagán), Ava (Inwa), Amarapura, Mingún, Bago, Sagaing, Mandalay... parecía ser una tradición que cada vez que ocurría un cambio de dinastía o cuando un rey quería dejar su impronta para la historia era de obligado cumplimiento el traslado de la capitalidad del país a una nueva ubicación, con la pretensión de que cada vez sería de forma definitiva. La junta militar liderada por Than Shwe no podía ser ajena a esta costumbre y aprovechando la refundación del país bajo el nombre de Unión de Myanmar decidieron inaugurar la nueva era con una nueva capital, eligieron Pyinmana, una ciudad mediana cuyo único mérito es estar en el centro del país. Efectivamente Pyinmana está vetado a los extranjeros (excepto diplomáticos de paises “amigos” como China e India), el SLORC no quiere que nadie vea que la construcción de la nueva capital se está realizando con trabajos forzados por parte de presos políticos, además está el tema de la seguridad, a pesar de la fuerte presencia militar en la zona el territorio insurgente comienza tan solo treinta kilómetros al este.

Aunque había leído bastante sobre el tema del cambio de capitalidad me había despistado porque la oposición no habla de Pyinmana, sino de Naypyidaw que es el nombre del barrio donde se construyen los edificios administrativos.

Así pues tengo un billete para una ciudad prohibida, seguramente hubo una confusión con el lío que formamos a los funcionarios al comprar el billete y me lo vendieron sin percatarse del error.

¿Que iba a hacer?, lo tenía clarísimo, aprovecharlo, para andar con miedos me hubiera quedado en casa y total lo más que podía pasar es que me echasen de la ciudad y como solo iría de paso estaría encantado de que las autoridades me facilitasen la salida de la ciudad. Isabel, siempre tan amante de la aventura no dejaba de refunfuñar porque quería apuntarse a mi incierto viaje pero debía quedarse porque esa tarde llegaban Lula y Perico, dos amigos de España, y debía hacer labores de anfitriona en Rangún durante unos días, también yo lamentaba no poder seguir juntos el viaje, es difícil dar con una chica tan intrépida, pero Birmania me llamaba, a voces.

Preparé mi equipaje, me llevaría solo lo imprescindible, dejando lo demás en el hotel hasta mi regreso al cabo de unas semanas, había pensado que puesto que debía coger el tren a las 4 am era mejor no acostarse, total para dormir un par de horas y levantarme abotargado mejor me quedaría con los amigos hasta medianoche y después iría a la estación a esperar el tren leyendo un buen libro.
Como tenía toda la tarde libre me fuí a dar una vuelta por el norte de la ciudad.

Pasé una tarde deliciosa por la zona del lago Kandawgyi, a la que me costó llegar porque pronunciaba mal el nombre y cuando preguntaba la gente me enviaba a averigua donde, uno de los sitios a los que me remitieron fué un vetusto parque de atracciones donde la gente adinerada de la ciudad disfrutaba (discretamente) con sus hijos. Tiovivos, farolillos, algodón de azucar, parafernalia Disney de imitación... cosas normales en cualquier sitio pero inauditas en Rangún. Como estaba cansado y sudoroso me acoplé en un chiringuito donde me bebí una Star Cola mientras contemplaba aquella escena tan burguesa.

Reemprendí la búsqueda del lago Kandawgyi, esta vez con éxito porque conseguí dar con un policía capaz de orientarse con el plano de Rangún, ¿es que nunca han visto un plano de su ciudad?, el policía hacía guardia junto a una minúscula garita sobre la que caía el sol de forma implacable, calzaba las chanclas habituales de los civiles pero tenía junto a él los gruesos calcetines verdes y las botas negras plasticosas de su uniforme por si aparecía un superior, imaginé por un momento esos pies recocidos por el calor de los trópicos, embutidos en ese calzado antitranspirable tantas horas al día... usadas adecuadamente esas botas podrían usarse para disolver manifestaciones con un efecto que aunaría el de las pelotas de goma y los gases lacrimógenos. Por desgracia el SLORC sigue pensando que las balas de subfusil son el método más efectivo para dicho fin. Cuando le señalé el lago en el mapa el policía exclamó: “Ah, los jardines reales” y me indicó el camino, “jardines reales” que fácil de decir y yo llevo un par de horas intentando encontrar el lago Kandawgyi, nombre que al parecer solo usan los mapas para turistas.

El lago y el parque circundante crean un paisaje de cuento, un oasis de belleza inmaculada con el telón de fondo de la resplandeciente Shwedaggon y su corte de picudas pagodas, sobre el lago “flota” una réplica de una barcaza real, una Karakweyk, a pesar de parecer auténtica está construida en hormigón y alberga un lujoso restaurante.

El bucólico parque no parece ser del todo público, un guardia cobra en la entrada unos pocos kyats, apenas unos céntimos de euro, pero eso es algo que pocos birmanos pueden permitirse de forma habitual, al igual que el parque de atracciones este lugar está reservado a la gente pudiente.

Tras recorrer gran parte del perímetro del lago le pregunté a un policía donde podía tomar un café, me acompañó a un restaurante, pero estaba cerrado por reformas, puso cara de contrariedad pero no estaba dispuesto a dejar sin satisfacer a un turista necesitado de cafe



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Total comentarios: 3  Visualizar todos los comentarios
Maytreya74  maytreya74  04/02/2011 14:13
Hay alguna etapa más publicada? no doi con ella
Universo18  universo18  04/02/2011 19:24   📚 Diarios de universo18
Creo que le falta el final, a ver si antronion se anima y nos sube las ultimas etapas de este fabuloso viaje
CamilaE  CamilaE  08/01/2013 23:52
Si puedes continuar el diario, sería genial. Está muy bueno hasta el momento!!
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Fecha: Sab Feb 01, 2020 01:06 pm    Título: Re: Recorriendo Myanmar. Itinerarios - Rutas

Gracias Nathanian y Markeli. Si os soy sincero, me habéis hecho dudar.Haciendo caso a vuestra experiencia, quizás comience a considerar lo del avión para alguno de los desplazamientos más largos. Dependerá también de lo que me vayan respondiendo los conductores con los que contacte y la forma de encajar los días si lo hago por carretera. Ahora mismo tengo todo en pañales y un poco de agobio, porque voy dando palos de ciego. A ver por dónde se deslía finalmente la cosa. Os mantendré informados y seguro que recurro a vuestra sabiduría más de una vez cuando me asalten dudas.! Gracias de...  Leer más ...
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Fecha: Sab Feb 01, 2020 01:13 pm    Título: Re: Recorriendo Myanmar. Itinerarios - Rutas

Nosotros hicimos Mandalay-Bagán-Inle-Yangón y el único vuelo que tomamos fue el Inle-Yangón. El resto de trayectos se pueden hacer en bus sin que resulte pesado.
hinari
Hinari
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25-09-2012
Mensajes: 71

Fecha: Sab Feb 01, 2020 01:26 pm    Título: Re: Recorriendo Myanmar. Itinerarios - Rutas

Nosotros hicimos en avión Yangon-Heho y Heho-Bagan. Estuvimos dudando hasta última hora porque tampoco nos gustan demasiado los aeropuertos. Finalmente nos decidimos a hacer los trayectos en avión. No hace falta estar ni una hora antes en los aeropuertos, aprovechamos los días y estuvimos muy descansados. Lo recomendaría.

De esta manera no creo que sea necesario alquilar coche con conductor porque el resto de los trayectos son cortos. Creo que incluso puede salirte más barato, los vuelos no son caros.
chicocheburashka
Chicocheburashka
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09-05-2010
Mensajes: 30

Fecha: Vie Oct 21, 2022 06:33 pm    Título: Re: Recorriendo Myanmar. Itinerarios - Rutas

Está abierto la frontera terrestre en Myanmar con India y Tailandia?
Nathanian83
Nathanian83
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21-05-2015
Mensajes: 15814

Fecha: Lun Oct 24, 2022 04:48 pm    Título: Re: Recorriendo Myanmar. Itinerarios - Rutas

"Chicocheburashka" Escribió:
Está abierto la frontera terrestre en Myanmar con India y Tailandia?

Te he contestado en el hilo de Fronteras:

Fronteras y Visados para y entre países del Sudeste Asiático

Saludos.
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