Esa mañana nos levantamos muertos de frío y nos preguntamos como era posible si las sábanas eran de franela y el edredón casi un plumón, pusimos un poco la calefacción y fue entonces cuando nos dimos cuenta que habíamos dormido con las ventanas abiertas. Las dejamos abiertas la tarde anterior a nuestra llegada para que se ventilase un poco la cabina y así se quedaron toda la noche.
Después de desayunar unas cuantas tortitas al estilo americano con sirope nos pusimos en camino hacía Johnston Canyon. Está situado a unos 25 km de Banff, por la carretera en dirección al cañon vimos un pequeño rebaño de bighorn sheep (cabras salvajes) que nos invadían casi todo el carril, pero ni con pitidos se apartaban, aquello parecía los San Fermines.
Después de desayunar unas cuantas tortitas al estilo americano con sirope nos pusimos en camino hacía Johnston Canyon. Está situado a unos 25 km de Banff, por la carretera en dirección al cañon vimos un pequeño rebaño de bighorn sheep (cabras salvajes) que nos invadían casi todo el carril, pero ni con pitidos se apartaban, aquello parecía los San Fermines.
Aparcamos el coche y empezamos el recorrido por el cañon, en un letrero leímos que en el día más caluroso de verano hacía frío en el cañon y os puedo asegurar que es verdad porque abrigados con polares pasamos frío. Luego a medida que transcurría el día se iba sobrellevando mejor el fresquito del lugar.
El cañon tiene dos partes para visitar, un trail pavimentado hasta las lower falls de 1,1 km y otro hasta las upper falls de 2,7 km con la opción de subir hasta los ink pots donde se sumaba otros 3 km más. En una de las cascadas podías ver como se formaba el mármol travertino, se creaba por la acumulación de sedimentos mezclados con algas dando forma a este mármol tan preciado.
El cañon tiene dos partes para visitar, un trail pavimentado hasta las lower falls de 1,1 km y otro hasta las upper falls de 2,7 km con la opción de subir hasta los ink pots donde se sumaba otros 3 km más. En una de las cascadas podías ver como se formaba el mármol travertino, se creaba por la acumulación de sedimentos mezclados con algas dando forma a este mármol tan preciado.
En cuanto llegamos a lo más alto del cañón decidimos seguir hasta los ink pots. No estaba prevista la visita hasta ese punto pero tras la pequeña explicación que había en el panel informativo donde la calificaban como interesante nos aventuramos a subir hasta allí. El camino parecía fácil al principio pero hubo momentos que echamos de menos los palos porque la elevación del camino era bastante notable. El camino estaba inmerso entre vegetación autóctona de la zona y grandes árboles que daban paso al final a una llanura donde se encontraban los Ink Pots son 6 formaciones de aguas naturales de diferentes tonalidades entre si. El agua emergía del interior de la tierra y formaba estas 6 piscinas naturales, era muy curioso de ver ya que se podían ver las turbulencias provocadas por las pequeñas corrientes de agua emergente.
La duración de esta excursión se podría calcular entre 4 o 5 horas ida y vuelta.
A mediodía estábamos en Minnewanka Lake, Agua de los Espíritus, como lo llamaban en la lengua indígena Stoney. Se encuentra a 10 km de Banff. Este lago es uno de los más largos de las rocosas. Tiene 28 km de largo y 142 m de profundidad. Es alimentado por el río Cascada que transcurre por el Stewart Canyon y desemboca en el lago. El sol apretaba bastante y pudimos ver gente bañándose en él.
A mediodía estábamos en Minnewanka Lake, Agua de los Espíritus, como lo llamaban en la lengua indígena Stoney. Se encuentra a 10 km de Banff. Este lago es uno de los más largos de las rocosas. Tiene 28 km de largo y 142 m de profundidad. Es alimentado por el río Cascada que transcurre por el Stewart Canyon y desemboca en el lago. El sol apretaba bastante y pudimos ver gente bañándose en él.
Paseando por la orilla y bordeando una pequeña parte del lago llegamos hasta el Stewart Canyon, un cañon muy bonito de aguas tranquilas.
De vuelta al coche vimos un rebaño de bighorn pastando tranquilamente por la zona de picnic. Uno de ellos se quiso encarar con un perro que paseaba con su dueño tranquilamente por la zona porque no permitía a una cría unirse al rebaño.
La situación fue divertida, allí nos tenías que ver en medio del rebaño quietos para no provocarlos por si le daba a alguno la idea de envestirnos. En cuanto se alejó el perro, y todos los bighorn pudieron agruparse, echaron todos a correr por el monte.
Decidimos acabar el día con la visita a otros Hoodoos muy cercanos a Banff y sin ningún tipo de esfuerzo físico como en el que tuvimos que hacer en los de Yoho N.P.
A estos Hoodoos se puede acceder en coche y hay un pequeño paseo asfaltado en el cual te van explicando como se han formado y tienes unas magnificas vistas del Bow river y Bow Valley.
A estos Hoodoos se puede acceder en coche y hay un pequeño paseo asfaltado en el cual te van explicando como se han formado y tienes unas magnificas vistas del Bow river y Bow Valley.
Después de admirar la belleza del valle nos fuimos a callejear por el pueblo en busca de souvenirs para la familia.