Amanece todavía más temprano que en Ancona. Teniendo en cuenta que el argumento de Silvia para levantarse es “papá, mamá, ya es de dia” os podéis imaginar los madrugones que nos dimos….
A las 8.30 estoy con Vinko Zulim (el primo de Grga) en el hotel, tomo un cafelito, hago tiempo y a las 9.30 llega el señor Nenadj con el Opel Corsa prácticamente nuevo, 10.000 kmts, aire acondicionado y sillita para Silvia (que decía que un señor como se va a llamar “nena”).
916 y pocos euros, con todo riesgo sin franquicia y hay que dejarlo el 19 en el aeropuerto de Dubrovnik. Menos de la mitad de lo que nos pedía Avis por 13 dias...
Al rellenar el contrato (por cierto, el iva en Croacia es del 23%) ve que somos de Sevilla y sale el tema del “furgo” e inevitablemente me pregunta si soy del Sevilla y menciona a Davor Suker, todo un dios allí… Educadamente le respondo que es un grandísimo jugador, pero mi religión y la de Silvia es la verdiblanca. Le hablo de Jarni, también croata ex-jugador como Suker del Hajduk Split, que es su equipo (la verdad es que en aquellos años todos los futbolistas eran yugoslavos, luego supimos que Vidakovic era serbio, Jarni croata y Hadzibegic bosnio…, pero no era cuestión abrir otro tema espinoso). Alabó a Jarni y me contó que ese año había entrenado al Hajduk pero le había ido mal.
Por cierto la agencia de alquiler de coches era Mercis www.mercis.hr
Aquí aparece Jarni con la selección croata,
junto a Finidi en el Betis (que tiempos)
y como entrenador de Hajduk
Un pequeño homenaje al gran zurdo
Hablamos con Nenadj sobre las carreteras, la policía, la seguridad… En general nos dijo que yendo con cuidadito no deberíamos tener problemas, como afortunadamente fue. También nos advirtió que si íbamos a Bosnia y hacíamos noche que guardáramos el coche en un garaje. Ahí recordé lo que leí creo que en el libro de Kaplan “fantasmas balcánicos” que los eslovenos y croatas se percibían a sí mismos como el final de occidente y a partir de allí hacia el este todo era “oriente”. Cuando estuvimos en Bosnia me di cuenta que el comentario tenía mucho de cierto.
Montamos la sillita para Silvia y nos despedimos, dijo que si íbamos a Korcula que lo llamásemos, que él es de allí.
Nos subimos en el Corsa como el que estrena un Mercedes y tomamos la Adria Magistrale, antigua via romana que iba desde Eslovenia hasta Albania, pegada al mar con curvas continuas y rodeada de pinos y acantilados, esta carretera nos acompañará hasta el final del viaje. Impresionante.
Pasamos por varios pueblecitos y legamos a Primosten, precioso pueblo medieval que forma un pequeño islote amurallado y rodeado de mar. Paseo, almuerzo en Konoba Dalmacija y tarde en la playa.
Compramos un calzado para la playa ya que el suelo es de piedrecitas y es molesto andar descalzo. Allí nos dimos el primer remojón en el Adriático (Jadran). Por cierto, la inmensa mayoría de las playas de Croacia es de piedras o de roca, apenas hay oleaje y la temperatura es muy cálida. Por supuesto el agua es cristalina como solo he visto en el Caribe.
Más tarde hicimos la compra en el supermercado Konzum, precios similares a los nuestros salvo el aceite de oliva que es mas caro, sobre unos 11 € el litro. Compramos queso de la isla de Pag, riquísimo y jamón ahumado dálmata, también muy rico.
Por la noche una gran tormenta con enorme aparato eléctrico a lo lejos. Intenté hacer fotos pero no pudo ser.