Salimos temprano y cogimos la autopista, la que no dejariamos hasta llegar a la frontera con Francia, ya de día.
Las autopistas en Francia son parecidas a las de aquí, con unos peajes donde te meten sablazos, prepararos para pagar 20 y tantos euros en un par de ellos, y más si te equivocas como nos pasó a nosotros, en los famosos cruces de las autopistas fracesas, dónde el GPS se perdió y bien perdido, así que dimos un pequeño paseo en coche por Grenoble.
Al mediodía entrabamos ya en tierras suizas, y lo primero que hicimos fue comprar la famosa Vignette, 30€ y 2 francos de cambio.
Sin ella no se puede circular por Suiza, es válida durante un año, y se debe pegar en el parabrisas, en la parte superior izquierda, bien visible!
Como ya teníamos habruna, paramos en una area de servicio de la autopista, aprobechamos un atasco para comer, así al terminar, la cola ya se había ido y podiamos continuar con el viaje.
A eso de las 16.00 entrabamos en la región de Interlaken, camino al camping que habíamos visto por internet, y al que no llevamos reserva, pero no nos preocupaba, ya que en la región hay 7 campings, en alguno cabríamos!
Así que llegados a Bonigen nos dirigimos al camping y nos quedamos con la última parcela del interior del camping vacía. Digo interior, porque por nuestro asombro, pasada la valla del camping había otras parcelas más pequeñas, y en medio del camino que recorre el Lago de Bonigen... alucinante.
Montamos y nos dirigimos a explorar la zona, y a disfrutar de los paisajes increibles de esta región.
Y nos fuimos a dormir temprano, ya que a la mañana siguiente el despertador pitaba a primera hora.
Las autopistas en Francia son parecidas a las de aquí, con unos peajes donde te meten sablazos, prepararos para pagar 20 y tantos euros en un par de ellos, y más si te equivocas como nos pasó a nosotros, en los famosos cruces de las autopistas fracesas, dónde el GPS se perdió y bien perdido, así que dimos un pequeño paseo en coche por Grenoble.
Al mediodía entrabamos ya en tierras suizas, y lo primero que hicimos fue comprar la famosa Vignette, 30€ y 2 francos de cambio.
Sin ella no se puede circular por Suiza, es válida durante un año, y se debe pegar en el parabrisas, en la parte superior izquierda, bien visible!
Como ya teníamos habruna, paramos en una area de servicio de la autopista, aprobechamos un atasco para comer, así al terminar, la cola ya se había ido y podiamos continuar con el viaje.
A eso de las 16.00 entrabamos en la región de Interlaken, camino al camping que habíamos visto por internet, y al que no llevamos reserva, pero no nos preocupaba, ya que en la región hay 7 campings, en alguno cabríamos!
Así que llegados a Bonigen nos dirigimos al camping y nos quedamos con la última parcela del interior del camping vacía. Digo interior, porque por nuestro asombro, pasada la valla del camping había otras parcelas más pequeñas, y en medio del camino que recorre el Lago de Bonigen... alucinante.
Montamos y nos dirigimos a explorar la zona, y a disfrutar de los paisajes increibles de esta región.
Y nos fuimos a dormir temprano, ya que a la mañana siguiente el despertador pitaba a primera hora.