SÁBADO 13 FEBRERO 2010
Nos levantamos y no hay hervidor, así que no hacemos hoy chocolate, pero desayunamos zumo y gofre caliente. En el hall vemos un anuncio de un restaurante de comida típica noruega y tras mirar en google maps donde estaba me lo apunto para la noche.
Nos vamos los cuatro a Akersus, la fortaleza. Un frío como ningún día. Damos toda la vuelta alrededor porque resulta que sólo se puede entrar por el lado del puerto pequeño, mirando hacia el ayuntamiento. Hay unas vistas preciosas del puerto y Aker Brygge.
Nos vamos los cuatro a Akersus, la fortaleza. Un frío como ningún día. Damos toda la vuelta alrededor porque resulta que sólo se puede entrar por el lado del puerto pequeño, mirando hacia el ayuntamiento. Hay unas vistas preciosas del puerto y Aker Brygge.
Allí hay un museo de la Segunda Guerra Mundial (abren a las 11:00), los nazis y la participación y batallas en Noruega. Muy entretenido, hay maquetas muy logradas y utensilios originales de entonces. Muy duros tiempos aquellos. Lo vemos todo y nos vamos.
Pasamos por delante del ayuntamiento hacia la Galería Nacional (Nasjonalgalleriet), que está en una perpendicular a Johansgate (todo está cerca). Allí, pues la verdad que nada del otro mundo, unos cuantos cuadros muy bonitos pero para ser la galería nacional es bastante pobre. Eso sí, El Grito y el resto de Munch sí que estaban, pero no mucho más. Hay taquillas, baños y tienda de recuerdos.
Vamos a la parada tranvía donde cogimos el bus, en Nasjonaltheatret y cogemos el tranvía 11 a Majorstruen, fin de línea, que está junto a Vigelandspark. Lo vemos. Precioso, todo blanco, encima como hacía sol y era sábado estaba bastante lleno de turistas y gente de allí.
Pasamos por delante del ayuntamiento hacia la Galería Nacional (Nasjonalgalleriet), que está en una perpendicular a Johansgate (todo está cerca). Allí, pues la verdad que nada del otro mundo, unos cuantos cuadros muy bonitos pero para ser la galería nacional es bastante pobre. Eso sí, El Grito y el resto de Munch sí que estaban, pero no mucho más. Hay taquillas, baños y tienda de recuerdos.
Vamos a la parada tranvía donde cogimos el bus, en Nasjonaltheatret y cogemos el tranvía 11 a Majorstruen, fin de línea, que está junto a Vigelandspark. Lo vemos. Precioso, todo blanco, encima como hacía sol y era sábado estaba bastante lleno de turistas y gente de allí.
Nos sentamos en un banco tras apartar la nieve de semanas atrás y nos hacemos unos bocadillos de lomo. Subimos a lo más alto del parque que es donde está el monolito de 70m de Vigeland, que tardó 3 años en tallarlo en la piedra y luego nos volvemos pasando por una zona que estaba llena de perros con sus dueños. Qué bonito todos los perros igual de civilizados que los amos, jugando los Rottweiller con los galgos, perros de agua portugueses, pitbulls, todos tan amigos jugando con los pequeñitos y sin dar un solo ladrido. No como otro perro que me sé yo (jejeje)
Salimos del parque y cogemos el tranvía otra vez, la línea morada y nos paramos en Akersus para ir a ver la catedral, pero está en obras y sólo la vemos por fuera. Nos entretenemos con unas tiendas de souvenirs y Laura se compra un gorro de esos tipo Nepal de lana, pero con polartek por dentro, que también allí se usan mucho porque tapan las orejas.
Es pronto pero ya es de noche y hemos hecho todo, así que vamos a cenar con la intención de levantarnos pronto al día siguiente. Vamos al restaurante que había apuntado esta mañana: se llama Nilsen Spiseri (Esquina Tollbugata con Skippergata) . La parte de abajo es más bohemia, con sofás, alfombras, mesas bajas… muy bonito. Tenemos unos problemas con el chef por un malentendido con la palabra “buffet” y finalmente nos tomamos Laura y yo dos platos:
Es pronto pero ya es de noche y hemos hecho todo, así que vamos a cenar con la intención de levantarnos pronto al día siguiente. Vamos al restaurante que había apuntado esta mañana: se llama Nilsen Spiseri (Esquina Tollbugata con Skippergata) . La parte de abajo es más bohemia, con sofás, alfombras, mesas bajas… muy bonito. Tenemos unos problemas con el chef por un malentendido con la palabra “buffet” y finalmente nos tomamos Laura y yo dos platos:
- Una pizza de salmón (laks), cebolla (løk), olivas negras y lima. Posiblemente la pizza más buena que haya probado nunca, el sabor de la lima exprimida sobre el salmón era… (104NOK)
- Un plato de Reno!! Con patatas asadas, zanahoria, pepino y una salsita muy buena (199NOK). Resulta que es parecido a la ternera pero más duro, más fibroso.
Nos quedamos un buen rato en el restaurante y cuando vamos a pagar nos dicen que no admiten tarjeta, así que hay que tener dinero en efectivo.
Cogemos el tranvía 17 en Trafikanten (como todo es gratis con la Oslopass, coges cualquier medio de transporte) y en 2-3 paradas llegamos a Haussmanngate, el hostal. Subimos a la habitación y hoy coincide que no hay nadie, así que los de Madrid se cambian a nuestra habitación. A dormir.
Cogemos el tranvía 17 en Trafikanten (como todo es gratis con la Oslopass, coges cualquier medio de transporte) y en 2-3 paradas llegamos a Haussmanngate, el hostal. Subimos a la habitación y hoy coincide que no hay nadie, así que los de Madrid se cambian a nuestra habitación. A dormir.