DÍA 4 (Bhaktapur, Namobudha, Patan) ✏️ Diarios de Viajes de Nepal

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DÍA 4
Las vistas desde la habitación son increíbles.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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La pega es que amanece gris y lloviendo. Desayunamos y salgo a buscar a Andich a la plaza…pero qué plaza? Buena cuestión….No lo encontré. Dimos una pequeñita vuelta por el tradicional y precioso pueblecito de Bhaktapur, sin la compañía de Andich.
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El tallado de madera de las casas newaris es increíblemente laborioso.
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Sus metodologías para barrer también…por qué no le ponen un palo?
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Por el camino encontramos niñitas preciosas.
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Y niñitos preciosos también…
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Jovencitos disfrutando de un buen baño lucrativo…
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Y maduritos porteando cargas imposibles.
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Rumbo a Namhobuddha. Llegamos en taxi hasta el pueblo desde donde parte la excursión hasta el gran buda de 26 metros. El cansancio empieza a hacer mella en el equipo.
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Me despierto a tiempo para ver que el pueblo al que vamos tiene una ligera tendencia al comunismo y plasmar la prueba con mi cámara.
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Preguntando, nos indican que el buda esta en lo alto de la montaña que tenemos en frente. A Marta le empieza a cansar el plan de paliza diaria subiendo y bajando montañas. A regañadientes, sigue nuestros pasos con sus hawaianas, el calzado con el que recorrió medio Nepal. Le salieron unas ampollas considerables pero decidió ignorarlas y fluir, su gran filosofía durante el viaje.
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Dejamos las mochilas en un colmadito donde compramos chaar chiso pani (4 aguas frias), ya que habíamos llegado al pie de la montaña y solo nos quedaba subirla. En España esto no lo hubiéramos hecho. Los nepalíes inspiran muchísima más confianza.

Llegamos a la entrada del recinto pasando por unos caminitos de tierra con vistas espectaculares y, como no, para llegar hasta el buda, tuvimos que subir un chorro de escaleras. Qué piernas se nos pusieron!
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Nos tomamos las fotos de rigor, descansamos un poco, disfrutamos de las vistas, y seguimos con nuestro camino.
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Por los caminos de montaña encontramos una caseta donde en la parte superior había unos niños jugando a billar. Pedimos permiso a unos adultos que había junto a la casa para unirnos al grupo de jovencitos.
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Al salir de allí nos encontramos con una preciosa estampa. Qué chicas y bebés tan guapos que hay en Nepal!
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No nos pudimos resistir una vez más…
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El siguiente destino es un monasterio del que no me acuerdo del nombre. Por el camino fuimos testigos una vez más de lo relativas que son las medidas de tiempo que nos proporcionan los nepalíes. Si te dicen 1 hora, quiere decir 2 horas y media. Siempre échale el doble y un poco más. No queda otra que fluir. Al llegar, encontramos a los pequeños monjes en clase, igual de concentrados que en la última escuela en la que estuvimos.
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Repiten en tono muy elevado sus oraciones sin distraerse. A Nica no le gustó ese enseñamiento tan estricto a pesar de que los tibetanos son las personas más amables y curiosas con las que hemos tratado. Quizás porque no han conocido mucho más que el monasterio y sus votos.
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Yo insistía que aún nos quedaba el valle de Lele y Tika Bhairab (lugar sagrado donde confluyen dos ríos) para finiquitar el día según el plan previsto. Estos dos sitios fueron los únicos que tenía planeado en mi ruta inicial y a los que no pudimos llegar. Se nos hizo oscuro en el monasterio y vimos que si seguíamos andando por el caminito por donde íbamos anochecería y nos encontraríamos perdidos. Así que decidimos retirarnos a tiempo. No fue tan fácil… No había taxis ni buses por ese camino, además el Gui Jatra seguía y el transporte era muy limitado. Difícil pero no imposible…Al final conseguimos que un amigo de un primo (como no)de uno del pueblo, nos llevara en su bus de manera particular por unos 12 euros hasta Patan. Con un poco de dinero en Nepal puedes conseguirlo todo…
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Desde el bus, vemos como los nepalíes siguen con la fiesta…
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Llegamos a Patan muertos de hambre. Pedimos habitación y nos dirigimos, parece ser, al único restaurante con luz del pueblo. Convencemos al camarero que nos prepare platos calientes ya que decían que era ya muy tarde. Nos acaban trayendo unas deliciosas pizzas y espaguetis. Las cervezas nunca faltaron. Brindis por otro día fenomenal!!
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Estamos de risas en el resturante hasta altas horas, con nuestras cervecitas y cigarros adobados armando el jaleo típico que montamos los españoles.. y de repente, Santi pregunta,
Y como es que aún no nos han echado?
Y le digo…pues porque están rodando una peli!!
Los demás me miran extrañados…con cara de..qué se ha fumada esta?...
Santi se levanta, se asoma al balconcito y….jajajajajajaajaj….se echa al suelo de la risa
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Ese día se lo pusimos muy difícil a la pobre actriz…la desconcentrábamos cada dos por tres.
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Al cabo de un rato insistí en marchar y así dejar de molestar…pero aún la liamos más intentando salir del restaurante por diferentes puertas por medio del plato ya que estaban cerradas. No podían contener la risa, qué escándalo!!
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Otra noche en la que necesitamos un merecido descanso.

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