No nos levantamos pronto, aunque pudimos disfrutar de los rayos de un soleado día sobre la Basílica de Santa Lucía desde la terraza de nuestra habitación, situada en la tercera planta de nuestro hotel. Cómoda, funcional y de moderno diseño serían los adjetivos que mejor la definen. Tras ducharnos y vestirnos, bajamos a la sala de desayunos, donde degustamos un estupendo desayuno, idóneo para afrontar la visita a la ciudad. Antes de salir, el recepcionista nos proporcionó un plano de la ciudad, indicándonos lo más destacado. Agradecidos por el trato y atención recibidos, cogimos el coche y nos dirigimos a la Basílica de Santa Lucía situada en la cima del monte alrededor del que se desparrama la ciudad. La carretera, con un adoquinado en la mayor parte de su trazado algo fastidiadillo, sube zigzagueando desde la parte de atrás de la Estación de Tren, la Avenida Do 25 de Abril, hasta lo alto del monte. Mientras ascendíamos, pudimos ver a unas cuantas personas subiendo a pie, cosa que nos sorprendió dada la inclinación de la carretera, digna en algún tramo de ser etapa en el Tour y recordamos que al ser domingo, probablemente irían a misa, por lo cual madrugaban ya que la subida les llevaría un tiempo.
Una vez arriba, aparcamos en un lateral y nos dispusimos a acceder a la escalinata de acceso a la Basílica, cuando nos salió al paso una chica que vendía unos muñequitos hechos con dos palos recubiertos de hilo de varios colores, con la forma de una pareja con el traje típico de la zona. Pedía 2€ por los dos y aunque no somos de souvenirs, los compramos porque nos hicieron bastante gracia la verdad.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Decir que es posible acceder también en funicular desde la misma Avenida Do 25 de Abril, al módico precio de 2€ el trayecto, dejándote este a los pies del santuario.
Entramos finalmente a la basílica, consagrada a pesar de su nombre al Sagrado Corazón de Jesús. Proyectada en 1898, se comenzó su construcción en los años veinte del siglo pasado, acabándose en 1954, de estilo neoclásico, predominan los elementos bizantinos, y una clara influencia del Sacre Coeur de París en el que se basaron para su construcción. En su interior, la bóveda está decorada con frescos que representan el vía crucis y la ascensión de Cristo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras ver el interior, que francamente me pareció muy frio, en comparación con su ostentoso exterior, salimos para disponernos a coger el ascensor que sube hasta el cimborrio del templo: Por 0,80€ se puede ascender hasta el punto más alto del templo y disfrutar de las mejores vistas de la ciudad y el estuario del río Limia, todo un espectáculo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Y mientras aparecían unas nubes que partían el día entre intervalos de un pertinaz sol y un nublado ocasional, nos bajamos de nuevo al centro para ver el casco histórico, dejando el coche aparcado en un parking junto a la Cámara Municipal y dirigiéndonos al punto neurálgico, la Praça da República: Allí se encuentran el antiguo Ayuntamiento (S.XVI), con su apariencia de castillo con sus arcos ojivales y almenas, y la Fuente de 1553, ambos Monumento Nacional.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Justo en la misma Plaza, la Casa Hospital de la Misericordia y la iglesia del mismo nombre. Espectacular también con fachada con decoración manierista, también del siglo XVI, con una planta baja decorada con arcos de medio punto y galería en los pisos superiores.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Bajando la Rua Cabral que parte de la misma plaza, no encontramos ante la Se (Catedral). Construida en el siglo XV, su fachada cuenta con dos torres almendas que la semejan más a una torre fortificada que a una iglesia, cuenta con un pórtico muy decorado con grabados y esculturas de los Apóstoles.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Poblada desde la Edad de Hierro, la fundación de Viana se produce en 1258 por el rey Alfonso III, convirtiéndose en uno de los puertos más importantes del Reino de Portugal tanto para el tráfico de mercancías como base de su flota.
Como apretaba el hambre decidimos tomar la Avenida Luis de Camoes y acercarnos a la Plaza de la Liberdade a comer en alguno de los locales allí existentes, a orillas del estuario del río Limia.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Decidimos comer en el restaurante “Foz” a orillas del río: Tomamos unas francesinhas con patatas fritas, plato típico de la zona de Oporto y limítrofe, consistente en un contundente sandwich con fiambre y un filete de ternera o cerdo con salsa, aunque en nuestro caso fue de pollo, todo ello acompañado de un par de Superbock, estupenda cerveza, y un par de helados, que contribuyeron a que nos apeteciera dar un paseo previo a nuestro regreso a España.
Salimos del local y justo a su derecha se encuentra el Monumento al 25 de Abril, una imponente escultura obra de José Rodrigues en acero, inaugurada el 25 de Abril de 1999 con motivo del 25 aniversario de la “Revolución de los Claveles”.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Justo desde la zona que da al río tras esta monumental escultura se puede ver el Puente Eiffel, realizado por el mítico arquitecto de la Torre de París, de 600 metros de longitud construido en hierro para permitir el acceso del tráfico rodado y del tren a la ciudad.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Seguimos caminando por el paseo marítimo, hasta el Castillo Santiago de Barra, mandado a construir en el siglo XVI por el rey Don Manuel. De planta hexagonal rodeado por un foso y rematada con baluartes en su patio existe una pequeña capilla de Santiago. El castillo divide el puerto en dos zonas, la comercial donde atracan grandes buques y la pesquera donde llegan los barcos más pequeños. También allí se encuentra el barco Gil Eannes, el primer barco hospital portugués, que cobija un museo naval sobre la historia del propio barco y al cual no entramos, ya que atardecía, por lo que nos despedimos de Viana y el Alto Minho, tras haber disfrutado durante dos magníficos días de su gastronomía y de sus paisajes, ya que queríamos regresar con tiempo para hacer una última parada, ya en Galicia, para cenar viendo la puesta de sol sobre las Cies desde la Playa de Xilgar en Sanxenso, y así lo hicimos, aunque esa es otra historia…