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2 Abril 2010
Despertar en Oslo. La habitación es acogedora y tengo tres compañeras de habitación, dos alemanas y una que duerme.. (las alemanas nunca llegarían a hablar con ella y yo marché antes que ellas!). Ordeno un poco las cosas mientras mi estómago se retuerce viendo el banquete de las germanas... ya se sabe que son gente organizada... Me siento en la mesa con mi barrita energética para no desfallecer y con el mapa abierto me aconsejan y comienzo a dibujar mi ruta. Incluso me ofrecen una hoja con los museos abiertos durante esos días (recordemos que es Pascua) obtenida en la oficina de turismo. Lo dicho, muy organizadas, se agradece.
La ciudad es muy manejable, recomiendo hacerlo todo a pie a menos que se vaya a algún lugar en el extrarradio. Mis expectativas son bastante bajas ya que en general amig@s me han hablado algo mal de la ciudad, o simplemente foreando se puede ver que no es del agrado de bastante gente. Supongo que para lo que es una capital, tal y como las tenemos conceptuadas se queda corta. Es un pueblo-ciudad, distancias cortas pero ¡tiene de todo! La arteria principal Karl Johans gate nos presenta la Catedral (cerrada por reformas hasta no se cuando), una avenida peatonal con multitud de tiendas, un espacio abierto donde se encuentra el Storting (parlamento) cuya rampa de acceso presiden dos leones pétreos (uno a cada lado por si acaso) y delante un parque alargado. A la derecha el Grand Hotel que no se si es famoso pero suena a escenario de alguna aventura de James Bond.
Echo en falta una guía de la ciudad ya que es de las veces que voy más perdido... no se muy bien lo que estoy viendo y a mi que me encanta la historia, me gusta estar ubicado. Pero son dos días y medio así que intentaré sobrevivir a mis inquietudes
Cruzando el parque está el NationalTheater que honra a Ibsen, Holberg y Bjorson, el primero de los cuales si que me suena un poco más -tiene un museo dedicado en Henrik Ibsens gate pero no fui porque había muchas cosas que ver y poco tiempo-. A mano izquierda por una calle se llega al Rådhus (ayuntamiento) y por la derecha se ubica la Universidad. Callejeando por detrás está el Nasjonal Museum for kunst (de arte) y el Historisk Museum. Volviendo a la avenida principal en frente topamos con el Slottsparken, donde "ficha" la familia real noruega., y varios soldados encargados de hacer la guardia.
Como véis todo está muy juntito y es muy agradable pasear por esta zona. Pero ahora me apetece ir a ver la zona portuaria así que tuerzo por una de estas calles y voy a parar al Nobels Fredssenter (Centro Nobel de la Paz). Como he indicado en el diario de Stockholm y muchos ya sabréis el premio Nobel de la Paz es el único que se entrega en el ayuntamiento de Oslo, contiguo al museo.
¿Qué ven mis ojos? Me dirijo hacia una especie de cabina en medio de la calle. Veo un mapa de Oslo y... voilà... es tàctil. Como si fuese un Google Maps puedes moverte por la ciudad, puedes aplicar filtros de lugares de ocio, restaurantes, sitios con buenas vistas, etc. Aunque le cuesta un poco reconocer mis manos es todo un lujo disponer de este servicio a pie de calle. Estos noruegos.. juegan en otra liga.
Volviendo al Centro Nobel, junto a la puerta están desplegados dos carteles anunciando la exposición temporal From King to Obama (haciendo referencia el primero a Martin Luther King Jr.). Entro y en el hall hay fotografías con frases del homenajeado del año, Mr Barack. Las entradas se consiguen en la tienda donde adquiero un par de postales e imanes pero ya antes de llegar vengo indispuesto a visitarlo. No se por qué pero no acabo de ver que se premie a alguien de las altas esferas por una labor que recae sobre aquella gente más necesitada. En un mundo ideal donde los políticos hiciesen todo lo posible por los ciudadanos no digo que no, pero tal como están las cosas.. Y no trato de desacreditar a Obama ya que me parece un avance para USA pero bueno... esto ya desvaría y sería digno de otro hilo. Además no se qué digo porque entaré mañana
Sigo mi ruta por Aker Brygge, una zona muy moderna llena de centros comerciales, restaurantes, yates y edificios. Hasta hay un McDonalds pero da miedo entrar. Esto me recuerda que Oslo ha estado varias veces entre las ciudades más caras del mundo. Se nota que la inversión en la zona es apabullante y de hecho aún hay proyectos en marcha.
Aquí el frío y el viento hacen mella en mi. Acostumbrado a las zonas cálidas de Europa y siendo friolero se hace dificil el callejear en estas condiciones. Es momento de ir a comer y sabiendo que es una ciudad cara intento no pecar de turista. La cosa es que voy buscando y doy con un döner kebab... pienso... esto es universal, no me pueden clavar. Me pido un falafel, unas patatas fritas y una cocacola 156 Kr, haced cuentas. Serían cerca de 18€, empiezo a sufrir la economía noruega en mis carnes. Claro que de estos sitios nunca sales con hambre, menos mal.
En Oslo al igual que en Estocolmo los reclamos turísticos cierran pronto así que como no tengo muy claro lo que quiero hacer decido seguir callejeando, siguiente parada: la ópera. Al día siguiente ya decidiré donde entro. Tras pasar junto a la bolsa y cruzar un puente llego a otra bahía por así decirlo. La ópera para mi gusto es espectacular. Por fuera ya llama la atención, no solo por la edificación sino por la ubicación. No voy a poner ninguna foto del edificio, solo de la puerta, porque creo que hace gracia verlo in situ pero aquí hay una muestra de las vistas que se pueden contemplar. Pensad que si os dais la vuelta veis una ciudad normal con sus casas, carreteras y coches.
El edificio data del 2008 y está pensado de forma que sea aprovechable incluso por el exterior. Las rampas y terrazas se convierten en magníficos paradores para contemplar el atardecer y que las familias lleven a sus niños a pasear. Los materiales escogidos y sus colores sugieren una armonía muy acorde a la finalidad de la edificación. Me informo y saco un ticket para visitarlo al día siguiente con un tour guiado (sólo en inglés), son 100 Kr, como siempre con tarjeta.
Tras sacar unas fotos veo los circulitos dibujados en mi mapa. Casi todos están tachados a excepción de un par de museos y del Frognerparken, el parque más grande de Oslo. Por la hora que es decido pasar lo que queda de tarde ahí. Desde la ópera hay un buen paseo pero así refresco la ruta de la mañana. De camino paso junto al ayuntamiento y la verdad es que es un edificio que no me llama la atención, me parece muy austero, y quizás tenga que ver con su origen en las primeras décadas del siglo cuando lo funcional primaba sobre lo decoroso.
Como quien no quiere la cosa estoy fuera contemplando algunos grabados en madera de los muros laterales, pequeñas muestras de la mitología nórdica. De repente veo de reojo que aparece gente... no estaban antes ahí. Y es que estoy yo solo en la plaza con lo cual tiene que haber salido de dentro. Así es, es increible porque abro la puerta y exceptuando un par de visitantes que descansan en unos bancos acolchados no hay nadie. Ni seguridad, ni ujieres, ni nadie a quien preguntar. El ayuntamiento es de todos y no hay ningún temor a compartirlo, por supuesto la entrada gratuita y cierra a las 18h.
Gracias a una serie de peanas con notas explicativas que cubren el recorrido me hago una idea de la historia del edificio y de las obras que en él residen. Su construcción se inició en 1931 pero sufrió un parón durante la invasión nazi. De hecho toda una pared-mural de la sala principal hace referencia a este periodo: al yugo que supuso la invasión, al esfuerzo de la clase trabajadora por salir adelante, la clandestinidad desde la que luchaban por su libertad y a la liberación posterior. Artísticamente tengo que decir que me encanta tanto el interior del edificio como los murales y los salones que actualmente se emplearán para fines diplomáticos, uno de ellos con una pintura del archiconocido pintor noruego Edvard Munch. Aquí una foto del salón principal donde se entrega el premio nobel de la paz.
Algo que me llama mucho la atención es la buena acogida que tiene el arte moderno/contemporáneo. Para ello solo hay que ver este retrato del rey noruego, y que conste que estamos en el ayuntamiento.
Después de estar prácticamente hora y media (es la ventaja de ir solo a los sitios, no agobias a nadie) salgo hacia afuera camino al parque. Desde fuera aún no doy crédito y me quedo embobado con el reloj de la fachada principal.
Bueno como veis es totalmente subjetivo, pero de eso se trata, es mi viaje. Por mi parte os recomiendo la visita
Voy hacia el palacio real y lo cruzo hasta dar con el barrio posterior. En cuestión de 5 minutos pasas del centro animado de la ciudad a una zona con mansiones, muchas de las cuales son embajadas. Unos veinte minutos separan de la puerta principal del Frognerparken, también conocido como Vigeland park por la inmensa cantidad de esculturas que contiene de este escultor, aquí dos que me gustaron especialmente.
No es plan de poner muchas fotos porque hay muchísimas estatuas. Es un lugar para perderse un par de horas y recrearse en su obra y ver como congenia con la naturaleza. Su obra se basa en el hombre y la mujer, en sus diferentes etapas de la vida, todos desnudos tal y como llegamos al mundo. Hay algunas poses que parecen macabras, pero eso ya sería entrar en su obra y no soy ningún entendido. Es ciertamente bonita la combinación naturaleza-humanidad que se percibe a lo largo del parque. Hay una serie de monumentos centrales dedicados a la familia, el monolito (en el fondo de la siguiente foto), la rueda de la vida, etc.
Anochece al rato y comienza a refrescar. Ha sido un día de mucho caminar y es hora de ir a cenar algo y reposar. Salgo por la puerta del parque y localizo la ruta hasta el hostal.
Intento encontrar un sitio donde comprar algo para hacerme mi cena y de paso evitar precios abusivos. Después de ver varios "7 eleven" acabo picando en uno de ellos pero de barato nada, unos 90 Kr por un zumo, un pan y dos tonterías más. Tiene pinta de ser un Opencor escandinavo donde se paga el hecho de que esté abierto a horas intempestivas. Lo mejor es cuando pregunto al dependiente que a qué hora cierran. El "We never close" me dio entre risa y pena. En Oslo hay muchísima inmigración, cerca del 24% y realmente se ven muchos en este tipo de establecimientos, que para qué mentir, aquí estarían en peores condiciones. Alcanzar el nivel de vida de un oslense (si, suena feo pero es el gentilicio) es un sueño para muchos.
En el hostal me informan de que a pesar de tener una habitación tan grande figura como para 4 por lo tanto ya está completa, así me quito la duda del día anterior. Me preparo la cena y comento la jornada con las alemanas, la cuarta huésped no está y no saben nada de ella. Me dicen que han ido al centro nobel de la paz, que hay muchísima información para leer, que es mejor de lo que esperaban y que les ha parecido muy interesante. Me pica el gusanillo y pienso que si se preparan esos desayunos son gente de fiar.
En cuanto a los utensilios de cocina el Anker hostel tiene un mecanismo. Solicitas en recepción un cubo con las sartenes, platos, vasos, cubiertos, etc. y dejas un depósito de 100 Kr (lo que venga dentro del cubo es aleatorio, si no hubiese ningún vaso, o tenedor, etc. ir a recepción y os lo darán de otro cubo). Tienes derecho a usarlo durante tres horas aunque si se es espabilado y se pide bastante tarde te dirán que lo entregues ya por la mañana. Así puede servir para la cena y el desayuno. Me preparo un par de sandwiches para el día siguiente y me voy a la recepción del hostal.
Me adjudico un smirnoff ice mientras navego por el internet del móvil y... aviso a navegantes: el wifi no es gratis. No se que tarifas tendrá cada uno pero en mi caso no tengo ninguna tarifa para internet en España. Al ver que había conexión gratuita en el hostal y sabiendo que mi terminal móvil tiene wi-fi decidí aprovecharlo para revisar el correo, el facebook y cuatro dudas que tenía. La sorpresa ha sido al recibir la factura de Movistar en mi caso donde me cobran entre 4, 8, 12 y llegando hasta 20 euros por una sesión. Según atención al cliente el móvil se conecta al wi-fi a través de la red de movistar, si señor, muy eficiente (para ellos). Lo digo para avisar, es intersante preguntar a la operadora las condiciones de conexión a internet en estos casos y más en el extranjero
De momento me han dicho que un par de las sesiones se han equivocado, encima hay que hacer de revisor. Por lo demás y sin malos rollos me está gustando el viaje. Para el día siguiente tengo pendientes la ópera, el centro Nobel y el museo nacional de arte por lo pronto.
Charlo con unos americanos en la recepción que casualmente hablan español, están estudiando en Sevilla y han venido en el mismo vuelo desde Stockholm y cogen el mismo vuelo de vuelta a Barcelona. Lo que son las cosas. Nos echamos unas risas y me retiro a mi guarida. Parece que no pero un smirnoff ice después de un día de aquí para allá sube! Para dormir la mejor receta
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