Delhi ✏️ Diarios de Viajes de India1501. 23:41 Hora local, hemos aterrizado suavemente en el vetusto aeropuerto de Delhi. Sellamos y vamos a recoger la vaina. Salimos y ya están esperando la gente del hotel. 0:38 Cambiamos en el mismo aeropuerto, 200 € . 12.800 rupias. NOTA : A...Diario: India 2010⭐ Puntos: 5 (20 Votos) Etapas: 45 Localización: India15/01 23:41 Hora local, hemos aterrizado suavemente en el vetusto aeropuerto de Delhi. Sellamos y vamos a recoger la vaina. Salimos y ya están esperando la gente del hotel. 0:38 Cambiamos en el mismo aeropuerto, 200 € . 12.800 rupias. NOTA: A partir de aquí no pondré rupias en los precios, ya que todos los gastos serán en esta moneda. Compramos una botella de agua 60 y dos sandwiches para cenar después en el hotel por 120. El chico ya nos sisaba, menos mal que anda la nena atenta. El del cartelito con mi nombre, nos ha dejado en el parking, donde nos recoge otra persona en una pequeña Suzuki Omni E, toda destartalada, que a duras penas nos lleva por las oscuras carreteras de los arrabales de Delhi. El parking tiene un precio de 60 por 4 horas para un coche de hasta 6 plazas. Por la carretera van pasándonos, por la derecha y por la izquierda, toda clase de vehículos; camiones con las ventanillas muy menudas, taxis, Embasador Classic bicolores, coches tuneados al estilo de Bangkok. Hay coches tirados, y un camión abandonado en mitad de la autovía. El parque automovilístico es muy viejo. La matrícula es DL. Se acaba la carretera y entramos en la ciudad por un callejón que no puedo ni describirlo, tan sólo diré que tuvimos , en ese momento, la sensación de estar ya en India. 1:50 Llegamos al hotel, Vivek, en 1534-50, Main Bazaar, en la zona turística de Pahar Ganj, frecuentada por mochileros. Hecho el check in, R-220 650 más 500 del taxi, 1.150, subimos a la habitación, censamos y a dormir. 16/1 11:00 Racaneamos un poco en la cama, estábamos cansados. Aquí en India es el Día de las Fuerzas Armadas (dato de dudosa utilidad), en fin, desayunamos en la terraza un American Breakfast y un Spanish Breakfast con dos cafés grandotes por 200. riquísimo. Hacemos en check in, 650 y compramos un plano 10. Salimos para la Estación de Trenes de Delhi, que está a 100 metros del hotel. Cerca del hotel nos paran y nos ofrecen un circuito, casi privado, por el Rajastán por el desorbitado precio de 1.260 €, salimos y nos vuelven a parar; aquí, en Delhi, la palabra paciencia adquiere otro significado. A pesar de que leímos sobre la manera de coger el billete, las dos primeras veces que lo intentamos no hay manera de pasar por delante de los freelance que tapan la puerta con escusas más o menos creíbles. Volvemos al hotel después de llevar un buen rato dando vueltas sin conseguir nada. Miramos en internet, otras 15, por 30 minutos. Salimos de nuevo con el firme propósito de no hacer caso a nadie y entrar a saco en la estación, pero de nuevo aparecemos lejos de donde es y medio enfadados. Vamos a la Oficina de Turismo y nos advierten de las tretas empleadas por estos freelance. Volvemos a la estación con la idea de entrar como sea y mira la casualidad que no hay nadie y pasamos sin más problemas, pero después de inspeccionar detenidamente todo no encontramos la famosa taquilla. Al salir vuelven a intentar lo de la “moto”, pero esta vez estamos resabiados y tan siquiera miramos ya a nadie. Acabamos en el animado mercado de Janpath, en la zona de Connaught Place que une la Estación de Trenes. 17:00 Volvemos al hotel, sin conseguir el billete, habiendo cogido por 50 tres rickhaws, el curioso, ligero, práctico y barato automóvil usado para trayectos cortos y medio cortos, que no es más que un triciclo, pero muy colorido. Subimos a cenar a la terraza del hotel, recomendada por el Lonely Planet es de estilo occidental pero tiene una vista a las calles cercanas que se agradece. La nena pide pollo rustido, yo non veg-thali, lo acompañamos de dos Kingfhiser, una cerveza nacional de 650 cc. Aguilas, milanos, cuervos y alguna cotorra ajenos a nuestra presencia, pelean y sobrevuelan entre los edificios cercanos, mientras disfrutamos de nuestro picante ágape. Y todo por 525. 18:00 El sol mortecino desaparece entre brumas de contaminación antes de ocultarse por el horizonte de casas y torres de luz. Salimos a ver la ciudad a la luz de las farolas y encontramos a dos chicas que hablan español, lo que aprovechamos para intercambiar información. Mañana hemos quedado con ella y a ver si por fin podemos comprar el dichoso de tren. Hacemos dos llamadas a casa, de unos cinco minutos por 224, y compramos dos libretas para ir tomando notas por 50. Volvemos al hotel y miramos una vez más en internet por 25 y vamos a dormir. Las calles de Delhi están llenas de gente humilde, niños que te piden algo de comer o que les compres unos zapatos, tullidos y enfermos de polio. A la entrada de los mercados, jardines o calles importantes hay puestos de control y arcos detectores de metales, (algo rudimentarios. Por otra parte, disfrutar de un paseo en rickhaws o pasear entre la gente y los tenderetes no tiene precio. Y lo curioso que te resulta ver a las vacas por mitad de la calle. Los hombres, en unas calles en particular, compran bebida y se la esconden en los ropajes, para después acabar tirados en mitad de la calle, expuestos a todo. Los niños, las mujeres con bebes y niños, los mendigos, los santones, los tullidos, todos piden limosna, todos quieren algo de ti y cuando se lo das nunca es suficiente. Otros en cambio piden unos zapatos, tu anillo, algo de comer, en las sucias calles de la ciudad del ruido. Hay mucha presencia militar de patrulla y también hay puestos con sacos de arena. Hay mucha gente desocupada, o eso parece, aunque seguramente tengan su cometido dentro de este “ordenado caos” que reina en la ciudad de Delhi. Increíble no es la palabra justa, ni tan siquiera es la palabra más cercana a lo que se siente cuando ves todo esto. A veces hace de cura de humildad tanta pobreza, cuanto tenemos que aprender. En fin, esta ciudad es locura maravillosa. 16/01 9:00 Diana. Ya lavados y desperezados salimos a desayunar a la estupenda terraza con su estupenda contaminación, me pica la punta de la lengua, creo que es de esto precisamente. Tomamos american y spanish breaskfast por 330, desayunamos con Nuria, la catalana que conocimos ayer. Y después de hacer el check in, salimos los tres en dirección a la estación de trenes, ella para coger uno hacia Varanasi y nosotros para reservar otro para mañana hacia Agra. La International Tourist Bureau está subiendo las escaleras del hall a la izquierda, en la primera planta, super fácil, con lo que nos costó ayer. Cogemos dos billetes hacia Agra, clase CC por 740. 12:20 Sin el peso de los billetes, cogemos un rickhaws, que por 100 nos deja entre el Lal Qila y el Red Fort. 13:12 Estamos ya en el fuerte, es grandísimo y como su nombre sugiere es de color rojizo intenso, muy alto y con un gran foso. Antes de entrar, por Lahore Gate, hay que pasar por un control militar, con cacheo a tope incluido. La entrada vale 500 los dos. Una antesala cubierta llena de tiendas de souvenirs te da la bienvenida a un jardín grande, enfrente el grupo de edificios y palacetes bastante descuidados y eso que son muy bonitos. Uno de ellos tiene una gran cantidad de columnas enormes y otro unas cúpulas muy espectaculares. En el jardín hay muchas ardillas, cuervos y perros y águilas y pájaros de muchos colores y formas, uno de ellos ya lo vimos en Camboya. En cuanto a flora, árboles del tipo de Camboya, con raíces a modo de contrafuerte y otros con las raíces fuera de la tierra y con gran cantidad de nudos. Las estancias están repletas de escolares, familias completas de visita, la verdad es que da gusto, está bastante animado. Unos chicos nos piden una foto, claro todos nos miran, tan blanquitos estamos y con el pelo. Hollywood star, dijeron ayer. A la salida vamos dando un paseo entre los puestos del mercadillo local y vemos el Lakhmi Narayan, otro palacio. Vamos hacia la mayor mezquita de Delhi, la Jama Masjid. Hay mucho control, la rodeamos y entre quiebros a los coches y motos y las miradas de los paisanos nos metemos de lleno en el mercado, como siempre rodeados de personas que nos miran extrañados. Volvemos al hotel en rickhaws, 100 es un precio medio aceptable para estos trayectos de media a una hora, eso sí siempre hay que negociar y renegociar y dejar claro dónde vas. Estos desplazamientos son muy baratos y sencillos de utilizar y hay miles. 15:30 Ya en el hotel, una ducha, que tuvo que arreglar uno de los que aquí trabajan. Subimos a comer, pasta y arroz con una fresquita Kingfisher, café y té. Va cayendo la tarde y salimos a dar un paseo. El sol no termina de verse con claridad. Compramos un bolso monedero que nos ha parecido muy práctico para llevar el dinero por 100, unos pantalones para la nena, con un sistema de abrochado extraño 150 y dos pantalones de tela para mí por 200. Comemos cuatro pinchos de pollo en un puesto callejero 90. Y de vuelta al hotel recogemos la mochila que dejamos cosiendo en una tienda, 100 más. Volvemos al hotel a disfrutar de la noche con dos Kingfisher. 21:22 La cerveza nos abre el apetito y salimos en busca de algo que echarnos al estómago. Tres pinchos, muslo de pollo, hamburguesa y lata de Pringels, 250. Piercing para la nariz para la nena 50 y reloj para la nena 100. 22:30 Volvemos y dejamos la mochila hecha antes de acostarnos. El día ha sido ajetreado. 17/1 6:20 Ya estamos en el tren, la estación estaba llena de gente durmiendo en el suelo, por el hall. Y muchos turistas moviéndonos entre ellos. Ha costado un poco encontrar el asiento pero ya está. La ciudad bulle de actividad y por la calle se ve gente durmiendo de cualquier manera. La entrada a la estación es un hervidero de gentes que se mueven en todas direcciones. El tren sale “casi” con la puntualidad inglesa y nos está sorprendiendo muy gratamente esta clase CC, pues nada más arrancar te ofrecen agua, después un desayuno con galleta y té, al rato la prensa. El tren, sin ser nuevo está limpio y lo atienden chicos con uniforme. El espacio entre asientos es muy aceptable y hay bandeja retráctil en cada asiento. La velocidad del tren es exageradamente lenta, da tiempo para escribir, leer. Pasa el revisor. OK Va amaneciendo y se ven las chabolas y vertederos pegados a la vía del tren. Los cuervos calientan sus plumas colgados de las catenarias de la luz, parece que seguimos por los arrabales de Delhi. A lo largo de la mañana se ve a los paisanos como hacen sus primeras y más sentadas necesidades, eso sí cada uno con su botellita de agua, la higiene por delante. Vamos pasando estaciones, Tuglabadat – Ballabh Gabh – Palwal y por fin una parada, Rundhi, donde los que esperan en el ánden nos miran con sorpresa y se sonríen. Se ven jabalíes domesticados y algún nido de alguna especie de pájaro tejedor. Traen la comida, mantequilla, mermelada, bollo y zumo de mango, ¡que aproveche!. 9:44 Seguimos sin ver más de 50 metros por delante y sin parar, las estaciones se suceden, Hodal – Kosikalan – Chata – Ajhai, con muchos macacos por la estación. Plantaciones de arroz y una planta de un metro de altura y flor amarilla, van dando paso a lodazales y charcas más o menos grandes, donde había un Martín pescador y unas garcillas boyeras al acecho. Por esta zona se ven macacos, no muchos. Es curioso cómo se aprovechan los recursos aquí. Hay secaderos de excrementos de vaca muy a menudo; las aplastan como si fuera una torta y las colocan para que se sequen, suponemos que sirven de combustible. Seguimos por, Sri no se qué – Buthershbar – y Mathura, donde hace otra parada. En poco tiempo el tren se detiene y nos quedamos largo tiempo allí en mitad de la nada. La niebla sigue sin levantar. Baad – Farah – Raja ki Mandi. Por aquí se ven pavos reales y niños jugando al cricket. Agra no queda lejos. Índice del Diario: India 2010
01: Antes de salir
02: Cómo nos movemos...
03: Paradas y mapa
04: Dónde dormimos
05: Salimos de casa: Hacia India
06: Delhi
07: Agra: Bajo las nieblas de enero
08: Jaipur: La ciudad rosa
09: Sawai Madhopur: Parque de Rathambhore
10: Bundi
11: Pushkar
12: Jodhpur: La ciudad azul
13: Bikaner: Safari en el desierto de Raisar
14: Jaisalmer: La ciudad dorada
15: Udaipur: Ciudad de maharajas
16: Indore: De paso
17: Aurangabad: Las cuevas de Ajanta y Ellore
18: Bombay: Un descubrimiento
19: Arambol: Por fín la playa
20: Hampi: En mitad de ninguna parte
21: Bangalore
22: Allapuzha: Navegando por los backwaters
23: Kochin: El teatro Kathakali
24: Varkala: Un descansito en el viaje
25: Kanyakumari: El punto más al sur de India
26: Madurai: Tierra de templos espectaculares
27: Tiruchirappalli: Trichy
28: Thanjavur
29: Pondicherry: A lo francés...
30: Mamallapuram: Filete con patatas... por favor
31: Chennai: ...oh Delibes
32: Bubhaneswar
33: Puri: Un lugar diferente
34: Calcuta: Sentimientos encontrados
35: Darjeeling: En busca del Everest
36: Bodh Gaya: Tierra de budistas
37: Varanasi: Donde se funden lo profano y lo místico
38: Khajuraho: Sensualidad en forma de piedra
39: Orchha
40: Gwalior
41: Agra: El esplendor del Taj Mahal
42: Amritsar: Los sij, todo un descubrimiento
43: Rishikesh: Algo de fresquito
44: Haridwar: El final del Kumbha Mela
45: Delhi: Volvemos a casa satisfechos
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