1º DÍA EN LA ISLA ✏️ Diarios de Viajes de Chile

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Nuestro viaje empieza en la zona de facturación del aeropuerto principal de Santiago de Chile, Comodoro Arturo Merino Benitez, donde las maletas de los pasajeros abultaban más que ellos mismos, facturaban neumáticos de motos entre toda clase de artilujios impensables, más tarde sabriamos porque.
Despegamos en el avión a las 8.10, a partir de ese momento nos separaban 5 horas para llegar a rapa nui y ya los nervios se dejaban notar. Un vuelo tranquilo ya que sólo ves desde la ventana del avión océano, ese océano tan inmenso y azul, hasta que… empezamos a discernir un diminuta mancha ¿sera eso rapa nui? Sí, se confirma. El piloto empieza a dar vueltas a la isla y los pasajeros empezamos a creer ver ya moais: mira mira ahí hay un moai, ¿oye eso que hay en ese lado es un moai?,… pero esas questiones quedan en segundo plano cuando empezamos a divisar la diminuta pista de aterrzaje: menudo fín de vuelo nos espera, nos sentimos como un pelícano lanzándose en picado al ver su alimento debajo del mar.
Superado el trance,a las 11.50 nos dirijimos a una pequeña y única terminal para recoger nuestro equipaje, mientras unos músicos nos deleitan con su música y un perro policia olisquea a un chico chileno, que fue registrado acto seguido. el aeropuerto se llama Mataveri.
Salimos de la terminal y después de salir del gran barullo de gente que esperaba a los “turistas” con sus collares de flores encontramos a nuestra guía,Maria Jose de Travel Rapa Nui, la cual después de la preceptiva entrega de los collares de flores, nos acompañó hasta el hotel IORANA, no tenía muchos lujos pero decir que la puesta de sol desde su terraza era muy chula.
Una vez allí y tras dejar las pesadas maletas, nos dirijimos a pie hasta HANGA- ROA, para hacer una pequeña toma de contacto ya que el hotel estaba a unos 2 km.
Llegamos al pueblo y nos encontramos con la calle principal Atamu Tekena, llena de casas, tiendas y pequeños restaurantes.
Como era hora de comer, elegimos el primer restaurante que tenía gente y tenía buena pinta ( Restaurante Te Moana) y pagamos la novatada porque la comida era muy rica, Cerviche para dos y un poquito de carne y pescado, pero más bien cara.
Recorrimos parte de pueblo y nos animamos a buscar los primeros Moais en el complejo ceremonial TAHAI, cuna del rey Nga'ara, a solo 1,5 km de distancia. Está compuesto por tres ahus: el primero que vimos fue AHU KO TE RIKU, Este ahu (altar sagrado) tiene un sólo moai al que le fueron puestos ojos de coral y escoria roja para que todos tuvieran la posibilidad de acceder a la visión de un moai con ojos, siendo el más representativo. Empieza la sesión de fotos interminable, para poder captar la sensación que tienes cuando estás delante del gigante con la mirada, díficil de describir, puesta en el cielo.






El segundo es AHU TAHAI con un sólo moai y
el tercerco AHU VAI URI,con 5.





También se encuentran las bases de una casa bote con la cara hacia abajo, Hare Paenga; una estructura de piedra con gruesos muros, Hare Maoa. De este último se dice que fue utilizado como gallinero y Paina, o lugar ceremonial. Es ideal hacer fotos al atardecer.




Ya emocionados del todo, desapareció el cansancio y decidimos al unísono, ver también el Moai que estaba al lado del museo,el HANGA KIO’E. Nos quedamos allí en la orilla del mar asimilando todo lo que habiamos visto.
Seguimos por la costa hasta llegar al pueblo, y allí en una calle paralela a la calle principal,donde se encuentra el puerto pesquero encontramos unas réplicas de moais pero a escala diminuta.






. Decir que en el puerto pesquero hay una heladeria muy recomendable y el famoso restaurante du Pecheur esta muy cerca ( no puedo opinar sobre la comida ya que no fui a comer, sólo fuimos a tomar un refresco y la verdad que no es nada del otro mundo)
La hora de cenar se acercaba y decidimos seguir el consejo de la guía que nos recomendó que no nos perdieramos las empanadillas de atún, que estaban buenísimas, así que a la busca y captura de ellas , pero no las encontramos por la que nos conformamos con la de carne, ya habría tiempo de deleitar las de atún.Las compramos en una panaderia cerca de la salida del pueblo en dirección a nuestro hotel.
Ya acabándose el día decidimos comerlas en la terraza del hotel viendo el atardecer en el mar. Es raro de explicar, pero allí sentados escuchando las olas como rompen, el atradecer.. te sientes perdido y abandonado del mundo ya que mires donde mires hay océano.






Sin Palabras , bueno foreros hasta mañana que seguimos la aventura.

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