Este día lo dedicaríamos plenamente al parque nacional de Skaftafell, al pie de los campos de hielo del Vatnajökull.
La localidad de la entrada al parque, llamado Skaftafell, se sitúa a 2km de la carretera principal 1, por la 998. Donde hay una oficina de turismo muy completa, donde proyectan videos sobre los desastres creados por los volcanes y una exposición sobre la evolución del glaciar.
Primero visitamos la pequeña central eléctrica de Vestragil y un poco más allá la granja de Sel, situadas en la subida a la cascada de Svartifoss.
La cascada de Svartifoss o la catarata negra, nos pareció más pequeña de lo que pensábamos, aunque es preciosa y muy fotogénica, con sus columnas de basálticas por las que cae el agua.
Volvimos por nuestros pasos durante unos 10 minutos al mirador de Sjonarsker, una pequeña cima a 290 metros de altura, donde se observa el valle inmediato a la lengua glaciar y por donde comienza la subida al Kristinartindar de 1126 metros de altitud. La subida y bajada desde este punto suponen unas 7 horas de caminata, bastante duro el último tramo hasta la punta, aunque las vistas bien merezcan la pena. Se observa todo el parque de Skaftafell y la lengua Skaftafellsjökull en toda su plenitud. Tuvimos suerte, a pesar de que a las 2 horas de empezar la excursión entro una tormenta con vientos que quitaba la respiración, finalmente desaparecieron todas las nubes y nos hizo el mejor día de todo el viaje, juzgar vosotros mismos.
Comentar que si os animáis a realizar esta excursión y os entra tormenta, antes de la última subida, donde hay un cruce, es mejor que no intentéis llegar a la cima, no lo disfrutaríais, apenas hay espacio y el viento es muy fuerte incluso con buen clima.
Volvimos al hostel exhaustos, pero contentos con la maravilla de paisaje que habíamos tenido la suerte de contemplar.