Lunes 16 de Agosto. Regreso a Puno, camino de Bolivia
6,30h. suena nuevamente el despertador, la noche no ha sido muy buena, como era de esperar, uno añora su cama y el almohadón no ha contribuido mucho. Frío no ha hecho mucho pero como la movilidad era escasa entre el saco y el excesivo peso de las mantas hacia que una no pudiera darse ni la vuelta.
Abajo, mientras tanto, Violeta nos había preparado unas tortitas y un mate de muña para desayunar, mientras Diego y Selene se preparaban para ir al cole tras quince días de vacaciones.
Nuestro camino hacia el embarcadero como ya he contado duró 40 minutos y allí nos esperaba el colectivo que emplean los isleños para ir a Puno. Nada tiene que ver con la embarcación que nos llevó esta era una especie de patera donde habíamos más extranjeros que del país.
La despedida de nuestras respectivas familias fue muy entrañable, Violeta me abrazó con tal sentimiento que supe que me llevaba lo más importante de esta comunidad, su cariño y respeto. Jamás olvidaré sus caras cuando se despidieron y veía su figura alejándose de nosotros mientras agitaban su mano para decirnos adiós.
Me quedo con el gran achuchón de Selene, ya que una imagen vale más que mil palabras.
La embarcación se puso en marcha y un silencio sepulcral nos inundó, el nudo en mi garganta se desvaneció en el momento que fui conciente de donde nos encontramos y la situación en que viajábamos.
Tras tres penosas horas de navegación por el Lago Titicaca, llegamos a Puno.
La anécdota nos la trajo Iván cuando quiso ir al baño y este se encontraba lleno de los salvavidas que el capitán tuvo que sacar y poner encima de un pobre pasajero que aguantó más de una hora enterrado entre los salvavidas mare mía no se porque esta de las patera ya me va siendo familiar…..
En el embarcadero nos esperaba un transfer que nos llevó hasta el hotel de Puno donde recogimos el equipaje y partimos rumbo a la estación de buses para coger el que salía a las 14h. hacia Copacabana.
El bus sale por 30 soles por pax, solo ida.
Subimos al bus y durante casi tres horas de camino estuvimos bordeando el lago Titicaca hasta llegar a Kasani, el paso fronterizo entre Bolivia y Perú.
Pasamos los trámites aduaneros, primero los peruanos, aprovechamos para cambiar algo de dinero y atravesamos caminando, el arco monumental de piedras pensando que sería la división física de ambas fronteras cuando en realidad es uno de los arcos de la Iglesia.
En cuanto pasamos el control policial boliviano, volvimos al autobús y unos quince minutos más tarde ya estábamos en Copacabana contemplando una maravillosa puesta de sol a orillas de la playa.
Nos llevaron hasta el HOTEL ROSARIO DEL LAGO donde nos alojamos. A Isidro y family les tocó un precioso bungalow, a nosotros una bonita habitación. En cuanto estuvimos alojados nos despedimos de Víctor hasta el día siguiente donde nos recogerían para iniciar el tour a la Isla del Sol.
Después salimos a cenar a un restaurante cercano al hotel. El pueblo estaba bastante tranquilo para ser zona costera y vacacional. Elegimos un restaurante más típico mexicano que boliviano donde pedimos pizzas y quesadillas y nachos, yo fui fiel y me pedí una truchita típica del Lago Titicaca, que estaba de muerte.
Tras la cena al hotelito a dormir que había que reponer fuerzas para iniciar las duras jornadas que nos esperaban, ya que durante dos días no íbamos a dormir en camitas mulliditas ni saber lo que era una duchita. Pero eso ya lo iré relatando….
ALOJAMIENTO
HOTEL ROSARIO DEL LAGO
Avenida Costanera esquina Rigoberto Paredes, a orillas del Lago Titicaca
Teléfono: (591-2) 8622141
Fax: (591-2) 8622140
Copacabana - Bolivia
www.hotelrosario.com