Estando en Florencia, una de las tantas noches que me tocó disfrutar de esa maravillosa ciudad, mientras comía una exquisita lasagna en un restó cerca de San Lorenzo, se me ocurrió desviar mi itinerario e irme al día siguiente a Pisa.
Me fui a acostar temprano pensando en levantarme a las 8, desayunar en el divino restaurante del hotel y cerca de las 9.30 o 10 estar en la estación de trenes de Santa María Novella para dirigirme a la ciudad. Mi idea era llegar, hacer una primera recorrida, almorzar, visitar el centro histórico y a media tarde emprender el regreso.
Muchas veces planear las cosas hace que todo nos salga mejor, otras tantas, la ley de Murphy se empeña en desviar lo trazado y terminamos haciendo algo completamente opuesto a lo soñado.
Esa medianoche se adelantó 1 hora por la temporada de primavera. Recuerdo haber escuchado eso de pasada por TV o haberlo leído en algún periódico, pero esa noche, antes de acostarme se me pasó por alto.
A la mañana siguiente me levanté a las 8 (9 en realidad) y luego de desayunar me fui a la estación que estaba a solo 3 cuadras del hotel.
Cuando fui a la boletería caí en la cuenta de mi error. Además de todo, los trenes funcionaban irregularmente ese día, no se si por lo del cambio de horario, porque era Domingo o porque el mundo estaba en contra mio.
La cuestión es que cerca del medio día y a punto de rendirme llega un tren que viajaba hasta Ventimiglia y a ese me subí, muy atento de no pasarme de estación, porque si algo me faltaba ese día era eso, perderme o bajarme en cualquier otro pueblo.
Resumiendo y sin entrar mas en detalles, en una hora y media llegaba a Pisa lleno de ansiedad por conocer la ciudad. Sentía bronca porque eran casi las 2.30hs de la tarde y tenía hambre porque desde el desayuno no había probado nada y el tren no tenía vagón restaurante.
En la estación salí medio desorientado porque no tenía plano de la ciudad y no sabía muy bien hacia donde dirigirme. No había carteles que indicaran dónde estaba el Duomo.
Lo primero que me llamó la atención era la poca actividad de la ciudad. Era Domingo y había poca gente en las calles. Los negocios cerrados, las ventanas de las casas también. No había casi ruido, de vez en cuando alguna moto y luego silencio. Pasos de tacos en las calles, alguna que otra charla entre turistas y nada mas.
Atravesé el Arno (si, el mismo que pasa por Florencia) y seguí el recorrido.
La ciudad seguía muerta. Pensé que me encontraría con todo desierto para mi.
Atravesé piazettas, vi iglesias maravillosas, pequeñas pero encantadoras y me deleité con la arquitectura medieval de la ciudad que parecía aletargada.
La caminata fue larga. Desde la estación hasta el Duomo mas o menos 2 km. Lejos de cansarme y a causa del hambre y de las características de la ciudad, mi estado de ánimo se sumió en un sopor melancólico que me puso bastante triste y desmotivado. Estaba con ganas de pegar la vuelta. Pensaba que nunca llegaría y sentía que nada me entusiasmaría.
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
Pero cuan equivocado estaba. A lo lejos empecé a divisar el icono de la ciudad. Por donde llegué es lo primero que se ve y el corazón me empezó a latir apresurado.
Ahí, a 300 metros estaba uno de los mas bellos edificios que el hombre haya podido construir.
La experiencia de estar en el Complejo del Duomo de Pisa es sobrecogedor. Está compuesto por la Catedral, el Baptisterio y la Torre. Completan el conjunto un cementerio que según cuentan es maravilloso y al que no pude entrar. Como conté antes y gracias a los mil contratiempos de ese viaje, todo estaba cerrado o a punto de cerrar por cuestiones que tenían que ver con celebraciones religiosas y ya no vendían entradas. No obstante, a mi pesar claro está, el espectáculo exterior es de una belleza sin par. Los tres bloques de mármol inmaculados, sobre el césped mas verde que he visto en mi vida no tienen comparación alguna.
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
Me gustaría contarles algunas cosas que investigué respecto a la torre y su historia.
La construcción de la Torre de Pisa se desarrolló en tres etapas durante un período de 200 años.
Existe controversia sobre la identidad del arquitecto: durante muchos años el diseño se atribuyó a Guglielmo y Bonanno Pisano, un artista conocido residente en Pisa en el siglo XII, famoso por su piezas de bronce fundido. En 1272 la construcción fue retomada por Giovanni di Simone, arquitecto autor del camposanto. En 1372 Tommasso di Andrea Pisano construyó la última planta (el campanario) y las campanas fueron instaladas.
La torre de Pisa tiene ocho plantas. Por suerte, la emblemática Torre de Pisa, ya no se inclinará más ni tampoco se derrumbará. Eso no sucederá por lo menos en los próximos 300 años.
Tras casi 18 años de labores en el lugar, científicos e ingenieros italianos y polacos lograron estabilizar este monumento histórico hecho en mármol, que desde hace 800 años empezó a ladearse hacia el piso –un milímetro al año– debido a sus 14.700 toneladas de peso y la debilidad de sus cimientos, de solo tres metros, en un subsuelo muy inestable.
Las obras para enderezarla empezaron en 1990.
Al concluir los trabajos en el 2001, se había conseguido corregir el ladeo en alrededor de 40 centímetros desde donde estaba en 1990”, dijo Jamiolkowski.
Hoy, 9 años más tarde (2010), la Torre Inclinada de Pisa está 48 centímetros más a la derecha y los ingenieros aseguran que ya no corre ningún peligro de caerse.
Actualmente la entrada allí se hace por turnos de 15 personas y cuesta 15 euros.
Por suerte hoy día se puede visitar, pero lamentablemente yo no tuve esa suerte.
Ya que no pude subir a la torre, decidí recorrer la Basílica.
Todos, cuando uno habla de esa ciudad, asocia inmediatamente la torre inclinada, pero muchos desconocen que dicha torre, forma parte de un complejo, integrado por la Basílica, el Baptisterio, la torre propiamente dicha y un precioso cementerio al que lamentablemente no pude acceder.
El inicio de las obras data de 1063 por el arquitecto Buscheto.
La catedral del período románico tiene una singularidad bien marcada. Según la tradición, la construcción de la catedral fue financiada por el botín de algunos barcos sarracenos en el puerto de Palermo.
La Catedral de Pisa fue consagrada en 1118 por el Papa Gelasio II, aunque su construcción culminó alrededor de mitad del siglo XII.
El aspecto actual del complejo edificio es el resultado de repetidas campañas de restauración que se sucedieron en diversas épocas.
Las intervenciones sucesivas se dieron durante el siglo XIX y se concentraron en las decoraciones internas y externas, que en muchos casos, por ejemplo para las esculturas de la fachada fueron sustituidas por copias.
La iglesia conserva además las reliquias de San Raniero, patrón de Pisa, y la fragmentaria tumba de Enrique VII, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, muerto en Buonconvento mientras asediaba Florencia.
Las fotos interiores son malas, pero espero haber ilustrado lo mejor posible esta joya, uno de los mas importantes aportes de la arquitectura toscana y que hoy día es considerada patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Habiendo recorrido el complejo, decidí seguir el recorrido por la ciudad y llegué a la espléndida Piazza dei Cavalieri (Plaza de los Caballeros), situada en el barrio de Santa Maria, el distrito universitario de la ciudad. La renombrada plaza, en forma de círculo, se encuentra en el mismo lugar en el que estuvo el foro romano de la ciudad.
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
En la Edad Media, en los tiempos de la República Marinera de Pisa, la plaza era el centro político de la República y se la conocía como la Piazza delle Sette Vie, debido a las siete calles más importantes de la ciudad que confluían en la misma.
A finales del siglo XIV, la gran plaza estaba constituida por diferentes tipos de edificios como casas, casas con torre incluida, torres e iglesias, construidas en su mayoría entre los siglos XI y XIV.
Los edificios principales eran: el Palazzo degli Anziani, un enorme edificio compuesto a su vez por una mezcla de casas y torres, cuya construcción se inició en el siglo XI y se terminó a mediados del XIV, cuya función era la de sede de los representantes del gobierno de Pisa.
*** Imagen borrada ***
En el extremo norte de la plaza se encontraban dos edificios emblemáticos: La Torre dei Gualandi, del siglo XI, y anexo a la misma el Palazzotto del Capitano. En 1288, Ugolino della Gherardesca, Conde de Donoratico, primer exponente de la poderosa familia della Gherardesca, Gobernador y Capitán de la Republica de Pisa, fue acusado de traición por el Arzobispo de Pisa, Ruggieri degli Ubaldini, quien actuó en contra suya movido fundamentalmente por intereses políticos. Ugolino della Gherardesca, que a la sazón contaba con 70 años, terminó siendo encarcelado en la “Torre dei Gualandi”, la prisión de la ciudad en la Edad Media, junto a todos los miembros varones de su familia: sus dos hijos, Gaddo y Uguccione, y sus dos nietos, Nino y Anselmo.Tras ocho meses de prisión, y para acabar con la dinastía, todos ellos fueron encerrados en una celda, cuya llave se arrojó al río Arno. En cuestión de días, murieron de hambre.
La actual y bellísima plaza se reconstruyó en estilo renacentista en el siglo XVI, bajo el gobierno del Gran Duque Cosimo I de Medici. En 1562, Cosimo I de Medici encargó al arquitecto Giorgio Vasari la restauración completa de la plaza. Vasari confirió a la plaza una configuración escénica. Para ello, hubo que modernizar las edificaciones medievales, de acuerdo con el estilo imperante en la época y con el gusto exquisito del arquitecto.
La antigua sede del Palazzo degli Anziani se transformó en el Palazzo della Carovana dei Cavalieri, constituyéndose en la sede central de la Orden Militar de Santo Stefano.
Vasari situó una majestuosa escalinata de dos rampas, para acceder a la entrada principal. La escalera estaba basada en un modelo diseñado por Miguel Ángel.
Actualmente, el magnífico Palazzo della Carovana alberga la Scuola Normale Superiore di Pisa, fundada por Napoleón Bonaparte como una universidad de elite, basada en el modelo académico de la Ecole Normale Superieure de París. En 1565, se empezó a construir la Iglesia de Santo Stefano dei Cavalieri, a partir del diseño realizado por Giorgio Vasari. El edificio religioso se encuentra a la derecha del Palazzo della Carovana dei Cavalieri, en el mismo lugar en el que antaño se encontraba la Iglesia de San Sebastiano alle Fabbriche Maggiori.
En 1594, el Gran Duque de Toscana Ferdinando I de Medici encargó al arquitecto y escultor Pietro Francavilla la creación de una fuente y de la estatua ecuestre de Cosimo I de Medici. Ambos soberbios monumentos se encuentran delante del Palazzo della Carovana, en el centro de la plaza.
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
Ya se había hecho tarde, estaba con frío, cansado y decidí volver temprano a Florencia. El objetivo, medianamente lo había cumplido.