TERCER DÍA EN BÉLGICA (31/12/2010): BRUJAS Y NOCHEVIEJA BRUSELENSE
Amanece el día en el apartamento Brubedandbreakfast y toca prepararse para uno de los días más esperados del año: Nochevieja. Y este año el día es doblemente esperado, pues vamos a visitar una de las ciudades que más ilusión nos hace conocer y de la que tan bien nos han hablado: Brujas (Brugge/Bruges).
Como el día anterior, nos dirigimos a la estación Gare Central, desde donde sale el tren IC con destino a Brujas. Rellenamos nuestra Rail Pass (rellenarla antes de subir al tren porque como te pillen en él con la tarjeta sin cubrir, la multa es considerable y que conste que siempre vino el revisor a comprobarlo). El tren es el mismo que va a Gante (dirección Ostende) solo que paramos una estación más lejos, en Brugge.
Llegamos a Brujas y una lluvia fina (orbayu en Asturias) nos recibe; no es muy intensa pero como bien sabemos aquí, un ratín al aire y la mojadura es fina.
Una vez fuera de la estación, comenzamos nuestra ruta por Brujas.
Como el día anterior, nos dirigimos a la estación Gare Central, desde donde sale el tren IC con destino a Brujas. Rellenamos nuestra Rail Pass (rellenarla antes de subir al tren porque como te pillen en él con la tarjeta sin cubrir, la multa es considerable y que conste que siempre vino el revisor a comprobarlo). El tren es el mismo que va a Gante (dirección Ostende) solo que paramos una estación más lejos, en Brugge.
Llegamos a Brujas y una lluvia fina (orbayu en Asturias) nos recibe; no es muy intensa pero como bien sabemos aquí, un ratín al aire y la mojadura es fina.
Una vez fuera de la estación, comenzamos nuestra ruta por Brujas.
Cruzamos la carretera y nos dirigimos hacia el Minnewaterpark (Parque del Lago del Amor). Algunos dicen que le debe su nombre a una mujer llamada Minna. Ella enamorada de un hombre que su padre no aprobaba huyó y se escondió en la zona del lago, donde finalmente acaba falleciendo. Según cuenta la leyenda, su amado separa las aguas y la entierra debajo del lago (snif, snif )
Otros dicen que su nombre tiene relación con la palabra “minne” que significa “amar”, o bien “puerto interior”.
Otros dicen que su nombre tiene relación con la palabra “minne” que significa “amar”, o bien “puerto interior”.
El parque es muy bonito y romántico (me ha dado un ataque sensiblón ) y destacan sus sauces llorones.
El paseo es muy agradable, el orbayu había parado, y vamos encaminándonos hacia el Begijnhof (Beatario).
Una vez cruzado el parque, llegamos al beatario. El beaterio es un grupo de casas alrededor de un jardín, donde durante los últimos siete siglos vivieron las beguinas de Brujas, mujeres que vivían su religiosidad de una manera muy similar a la de las monjas, pero sin haber realizado los mismos votos. En la actualidad es un monasterio de monjas benedictinas. Dentro se respira una tranquilidad impresionante, y sus casitas blancas dan una sensación de paz increíble.
Salimos del Begijnhof con nuestra alma limpia y caminamos por la calle Wijngaardstraat, quedando boquiabiertos con los edificios de Brujas y sus callecitas.
Giramos en la calle Katelijnestraat y llegamos al Museo Memling, que se encuentra situado en el antiguo Hospital de San Juan (Sint-Jan Hospital) uno de los hospitales más antiguos de Europa. En la actualidad alberga, además del museo, un centro de congresos.
Justo enfrente y cruzando la calle entramos en la iglesia de Nuestra Señora (Onze Lieve Vrouwerkerk). Nuestra Señora de Brujas es un templo de los siglos XIII al XV, con una torre que destaca por sus 122 metros de altura, hecha en ladrillo. En su interior destaca una Madonna con niño, en mármol blanco, obra de Miguel Angel.
Damos un pequeño rodeo y vemos por fuera la Catedral de San salvador, de ladrillo visto por fuera, pero cuyo interior nos encontramos cerrado. Es la iglesia más antigua de Brujas, corresponde a los siglos XI a XV; llama la atención su robusta torre, de casi 100 metros de altura.
Caminamos por la calle Steenstraat, calle comercial con multitud de tiendas de todo tipo, y llegamos a la Plaza de Simón Stevin (Simon Stevin Plain) donde hay el típico mercadillo navideño que nos encontramos en todas nuestras visitas belgas. Damos una vuelta y tomamos un aperitivo muy nutritivo: unas patatas fritas con salsa andaluza (2,50 euros) y un vino caliente (2 euros). Ya desde esta calle, puede verse la torre del Belfort.
Llegamos a la Grote Markt, la plaza principal de Brujas. En la plaza destacan dos edificios: el Belfort van Brugge y el Provincial Hof (Corte Provincial).
El campanario es el símbolo más popular de la ciudad, gótico, de los siglos XIII a XVI, con 83 metros de altura. Se trata de una poderosa torre de 366 escalones. Alberga un pequeño museo dedicado al edificio y su historia. Decidimos no subir tal cantidad de escalones, pero las vistas desde arriba tienen que ser realmente espectaculares (hay que dejar algo sin ver, para tener una excusa para volver a Brujas ).
El campanario es el símbolo más popular de la ciudad, gótico, de los siglos XIII a XVI, con 83 metros de altura. Se trata de una poderosa torre de 366 escalones. Alberga un pequeño museo dedicado al edificio y su historia. Decidimos no subir tal cantidad de escalones, pero las vistas desde arriba tienen que ser realmente espectaculares (hay que dejar algo sin ver, para tener una excusa para volver a Brujas ).
El Provincial Hof (Corte Provincial) es un edificio neogótico y data de 1878; sustituye al que había en ese lugar que fue presa del fuego.
Estos dos edificios son realmente impresionantes, pero todo el conjunto de la plaza es espectacular, con las casitas que allí se encuentran y la pista de patinaje.
Salimos por un extremo de la Grote Markt y a pocos metros nos encontramos con la Plaza de Burg, en la cual podemos ver el Ayuntamiento, el Palacio de Justicia y la Basílica de la Santa Sangre (Heilig-Bloedbasiliek), cuya entrada es gratuita pero que nosotros nos encontramos cerrada. En esta iglesia se guarda la Santa Sangre de Cristo, que según la tradición, fue traída por Thierry de Alsacia, conde de Flandes, a su regreso de Tierra Santa durante la Segunda Cruzada, desde Jerusalén en el año 1150. En recuerdo a esto, se celebra anualmente, la Procesión de la Sagrada Sangre se realiza el primer lunes después del 2 de mayo.
Y si lo que vimos hasta aquí nos había gustado mucho, salimos de la plaza por debajo de un arco y llegamos a la zona de los canales y puentes con los que cuenta Brujas, y el paisaje no se puede explicar con palabras, así que lo mejor es que veáis las fotos.
Después de quedar embobados con los canales, decidimos volver sobre nuestros pasos para buscar donde comer. Para no complicarnos mucho la vida, y al igual que el día anterior en Gante, nos decantamos por un Quick que se encuentra en la Grote Markt, en cuya planta de arriba hay unas bonitas vistas de la plaza principal. Cambiamos de menú y pagamos un precio total de 14 euros.
Aunque hemos seguido una ruta más o menos fija, lo realmente bonito de Brujas es perderse por sus calles y pasear por sus canales.
Volvemos de regreso hacia la estación de tren, parando antes en dos bombonerías para comprar unas cajas de bombones para regalos. En Leonidas compramos una caja de 500 gramos por 10,10 euros y en otra bombonería (Marie Brugge) compramos otra caja de 500 gramos por 8 euros y otra para consumo inmediato de 250 gramos por 5 euros seleccionados por nosotros mismos y que estaban de muerte.
Una vez a las puertas de la estación, decidimos entrar en una exposición de figuras de hielo (www.icesculpture.be) donde la temática del mismo son edificios y figuras representativas de países del mundo. Pagamos 13 euros por persona y entramos en la exposición. Las figuras que allí se exponen están muy bien hechas y se ve un trabajo muy laborioso.
Aunque hemos seguido una ruta más o menos fija, lo realmente bonito de Brujas es perderse por sus calles y pasear por sus canales.
Volvemos de regreso hacia la estación de tren, parando antes en dos bombonerías para comprar unas cajas de bombones para regalos. En Leonidas compramos una caja de 500 gramos por 10,10 euros y en otra bombonería (Marie Brugge) compramos otra caja de 500 gramos por 8 euros y otra para consumo inmediato de 250 gramos por 5 euros seleccionados por nosotros mismos y que estaban de muerte.
Una vez a las puertas de la estación, decidimos entrar en una exposición de figuras de hielo (www.icesculpture.be) donde la temática del mismo son edificios y figuras representativas de países del mundo. Pagamos 13 euros por persona y entramos en la exposición. Las figuras que allí se exponen están muy bien hechas y se ve un trabajo muy laborioso.
De España, la representación que había era la Sagrada Familia, un toro (representando una corrida) y una bailaora de flamenco... solo faltaba la paella para más tópicos .
Salimos de la exposición y lo primero que nos llama la atención es el calor que hace afuera, ya que salíamos de una temperatura de –6ºC, lástima que no llevamos el bañador...
Cogemos el tren de vuelta a Bruselas (Gare Central) y nos dirigimos hacia el apartamento para descansar un ratito antes de salir para celebrar la Nochevieja.
La cena de Nochevieja la teníamos reservada en Chez Leon en la Rue des Bouchars. El restaurante es muy grande, con muchas salas y buen ambientillo. La cena consistió en unos mejillones Provenzal, lasaña y waterzooi de pollo, acompañado con cerveza de la casa (birra leon). De postre una mousse de chocolate y una copa Leon. El precio total de la cena fue de 75 euros. A nosotros la cena nos gustó mucho, sobre todo los mejillones y la verdad que todas las fuentes y bandejas de distintos mejillones que vimos tenían muy buena pinta.
Salimos de la exposición y lo primero que nos llama la atención es el calor que hace afuera, ya que salíamos de una temperatura de –6ºC, lástima que no llevamos el bañador...
Cogemos el tren de vuelta a Bruselas (Gare Central) y nos dirigimos hacia el apartamento para descansar un ratito antes de salir para celebrar la Nochevieja.
La cena de Nochevieja la teníamos reservada en Chez Leon en la Rue des Bouchars. El restaurante es muy grande, con muchas salas y buen ambientillo. La cena consistió en unos mejillones Provenzal, lasaña y waterzooi de pollo, acompañado con cerveza de la casa (birra leon). De postre una mousse de chocolate y una copa Leon. El precio total de la cena fue de 75 euros. A nosotros la cena nos gustó mucho, sobre todo los mejillones y la verdad que todas las fuentes y bandejas de distintos mejillones que vimos tenían muy buena pinta.
Salimos del restaurante en dirección a la Grand Place para tomar allí las 12 uvas y ver el ambiente de esa noche en Bruselas. Tras un breve cacheo a la entrada de la plaza (para no meter petardos y objetos “rarunos” ) cogemos un buen sitio esperando que allí hubiese un espectáculo de luz y sonido espectacular cuando llegasen las 00 horas.
Nuestra sorpresa es mayúscula cuando llega la hora por el reloj de la plaza y allí no pasa nada; 4 petardos y la gente empieza a felicitarse sin más, así que sacamos las uvas y damos cuenta de ellas a un ritmo frenético.
Salimos de la Grand Place entre la multitud y empezamos a escuchar el sonido de fuegos artificiales, pero no los vemos por ningún lado. Nos damos cuenta que habíamos escogido mal sitio para comer las uvas, pues no vimos nada del espectáculo de artificio.
Tras un paseo por la noche bruselense, nos dirigimos al apartamento para descansar, pues hoy el día había sido agotador y mañana teníamos pendiente visitar el corazón de Bruselas (Ilot Sacre).
Nuestra sorpresa es mayúscula cuando llega la hora por el reloj de la plaza y allí no pasa nada; 4 petardos y la gente empieza a felicitarse sin más, así que sacamos las uvas y damos cuenta de ellas a un ritmo frenético.
Salimos de la Grand Place entre la multitud y empezamos a escuchar el sonido de fuegos artificiales, pero no los vemos por ningún lado. Nos damos cuenta que habíamos escogido mal sitio para comer las uvas, pues no vimos nada del espectáculo de artificio.
Tras un paseo por la noche bruselense, nos dirigimos al apartamento para descansar, pues hoy el día había sido agotador y mañana teníamos pendiente visitar el corazón de Bruselas (Ilot Sacre).