En esta ciudad partíamos con algo de ventaja que nos permitió hacer todos nuestros planes a pesar de haber perdido casi una mañana por el problema del avión, ya que mi marido había ido ya un par de veces por trabajo y así pudo hacerme de guía.
Lo primero recoger el coche al llegar al aeropuerto. Está todo muy bien señalizado y no hubo problemas. Se coge un shuttle en la misma puerta del aeropuerto (cada minibus va pintado con la compañía de alquiler correspondiente). Habíamos alquilado en Ealquilerdecoches un Jeep Liberty o similar con Dollar por 609€ y finalmente nos quedamos con un Ford enorme. Estaba incluido el conductor adicional y el tanque de gasolina. Soy muy mala para los coches y no recuerdo el modelo, pero podéis verlo en esta foto de Death Valley.
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Lo primero recoger el coche al llegar al aeropuerto. Está todo muy bien señalizado y no hubo problemas. Se coge un shuttle en la misma puerta del aeropuerto (cada minibus va pintado con la compañía de alquiler correspondiente). Habíamos alquilado en Ealquilerdecoches un Jeep Liberty o similar con Dollar por 609€ y finalmente nos quedamos con un Ford enorme. Estaba incluido el conductor adicional y el tanque de gasolina. Soy muy mala para los coches y no recuerdo el modelo, pero podéis verlo en esta foto de Death Valley.
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Ya con nuestro coche, y con nuestro inseparable Tom Tom que traíamos de casa con los mapas de EEUU, llegamos al hotel.
En hoteles tengo que decir que en este viaje nos dimos algunos caprichos, así que posiblemente se puedan encontrar opciones más baratas, pero nos guiamos sobre todo por la situación. En el caso de Los Ángeles nos alojamos en el Maison 140 de Beverly Hills. Un hotel de diseño muy acogedor que costaba 240$ la noche, pero cogiendo 3 noches seguidas te regalaban una.
Una ducha rápida y cambio de ropa (ahora que por fin teníamos nuestras maletas!) y salimos a descubrir la ciudad. La zona de Rodeo Drive estaba a cinco minutos del hotel, así que dejamos el coche aparcado y nos fuimos a ver las tiendas cual buena Pretty Woman.
Después de comer algo nos fuimos hacia el observatorio Griffith, donde hay unas vistas geniales de la ciudad.
Y desde ahí nos fuimos a ver si conseguíamos encontrar alguna de las direcciones que habíamos apuntado para acercarnos un poco a las famosas letras de Hollywood y sacar buenas fotos. Tras unas vueltas entre encantadoras casitas y calles sin asfaltar, llegamos a Lake Hollywood, un sitio estupendo utilizado por los corredores de la zona y seguimos un camino de tierra hasta que llegamos a nuestro objetivo. Por si os interesa, la dirección que le dimos al Tom Tom como referencia fue 3202 Canyon Lake Drive, pero la verdad es que no sabría decir el punto exacto, en algún momento encontraréis un pequeño camino de tierra que rodea el lago con una cadena a la entrada (sólo para que no entren los coches, no está prohibido entrar andando). Y estas son las vistas desde allí, justo al pie de las colinas:
Antes de que anocheciera volvimos a la ciudad y nos paseamos por el Teatro Chino y el paseo de la Fama. Visita obligada! Tal y como me habían avisado lo encontré un poco decadente, pero no podía dejar de visitar un lugar mítico, sobre todo para cinéfilos como nosotros. En el centro comercial al lado del Teatro Chino hay un puentecito del que también se pueden hacer fotos con las letras de Hollywood, aunque bastante más lejos.
Para acabar el día buscamos una hamburguesería a la que le teníamos muchas ganas: In & Out. Es una cadena de hamburgueserías tipo McDonalds, pero dónde le ponen mucho cuidado a que todo sea natural. La cocina está prácticamente a la vista y así descubrimos ¡que las patatas fritas son naturales! Puedes ver como tienen una enorme máquina que las pela y las fríe. Las hamburguesas estaban realmente buenísimas y decidimos que ya teníamos nuestro restaurante de comida rápida preferido para el viaje, ya que hay un montón por todo Estados Unidos (o al menos en la costa oeste).
Después de un sueño reparador y sin resto de jet lag, estábamos como nuevos para disfrutar al día siguiente de Universal Studios!
Qué decir del parque… ¡estos sí saben cómo montar un espectáculo! Como queríamos salir pronto cogimos el pase “Front of Line”. Lo primero, hicimos el tour en trenecito por los escenarios, con guía en español a varias horas. Y nos tocó una japonesa con acento mexicano muy simpática.
Algunas localizaciones que puedes visitar: Tiburón, El Grinch, Psicósis, La Guerra de los Mundos, Waterworld…. Y aún siguen construyendo para nuevas películas y puedes pasar por algunos en los que se está trabajando actualmente como las casitas de Mujeres Desesperadas. Durante el tour también pasas por algunas atracciones como la de King Kong, una experiencia en 4D alucinante sin salir del trenecito. Luego paseos y más paseos con algunas atracciones. Para los que no hayáis ido, no imaginéis un parque de atracciones lleno de sitios a los que subirte. Por supuesto que hay atracciones, pero para mí lo más interesante son los espectáculos y el simple hecho de sentirte “en medio” de un estudio de Hollywood.
Sobre las 5 de la tarde volvimos al hotel para cambiarnos de ropa y nos fuimos hacia el Downtown. Pasamos por el Staples Center, aunque por la hora no entramos, el Walt Disney Concert Hall y el Dorothy Chandler Pavillion.
Para acabar el día nos fuimos a Santa Mónica, a pasear por el muelle y cenar en el Bubba Gump.
Mis expectativas de Los Ángeles no eran muy altas y creo que eso ayudó a que la ciudad no me desagradara del todo. Es cierto que no es una ciudad pensada para andar, si no íntegramente pensada para los coches, pero para un par de días como estuvimos nosotros, creo que bien merece una visita.[/align]