¡¡¡Por fin llegó el día!!! Nuestro vuelo salía a las 7:20 de la mañana de los Rodeos (Tenerife Norte). Con esto de la crisis y los recortes de vuelos, tenemos que salir desde el Norte aunque somos de la parte sur de la isla. Llegamos un poco antes de las 6 de la mañana, que es la hora a la que abre el aeropuerto, facturamos nuestras maletas comprobando antes con el personal de Air Europa que efectivamente no tendré que recoger las maletas en Madrid, un café rápido y al control para embarcar. El avión sale puntual, dos horas y media de trayecto que pasamos leyendo y viendo videoclips que llevamos en el ipad.
Una vez en Madrid, cambio de terminal para el vuelo a Cancún y a esperar. Aprovecho para comprobar el tipo de cambio en las oficinas del aeropuerto: 15,649 pesos por 1 €.
Ojo con la hora del embarque porque en nuestro caso fue prontísimo y entre que compramos unas revistas y algo de picoteo para el vuelo... llegamos en la última llamada, con una azafata más que enfadada. No obstante, una vez en el avión oímos a las azafatas decir que faltaba un pasajero así que después de tanta prisa, tuvimos que esperar. Aún así salimos puntualmente a las 14:40
Del vuelo poco que decir, salvo que ¡PESADÍSIMO!. El comandante informa que serán ¡¡11 horas y 20 de viaje!!, ¡No recordaba que fueran tantas! Al parecer hay fuertes vientos en el Atlántico que causan el retraso o al menos eso nos dicen. El avión, con una distribución 2-4-2, va casi vacío, así que los más rápidos se acomodan en los asientos del medio, teniendo incluso 4 asientos por persona. Nosotros nos tenemos que conformar con 2 para cada uno... Hay que ser más rápidos la próxima vez. Una hora después del despegue nos dan el almuerzo típico de los aviones: ensalada de verduras y espaguetis a la bolognesa con un bizcocho de postre y una hora y media antes de aterrizar nos dan la merienda: un sandwich de pavo y queso y una palmera de chocolate. Entre esto y algo salado que nos habíamos traído de casa, no se pasa hambre.
Las películas previstas eran "Aprendiz de brujo", que no vi porque me dormí, y "Come, reza, ama..." que ojalá me hubiera dormido Ante tantas horas de vuelo, nos pusieron también "Eclipse" la última de la saga crepúsculo.
Tras 11 horas de vuelo, llegamos a Cancún. Según bajas del avión, hay alguien que revisa que lleves los papeles de inmigración y aduana rellenos correctamente. Si viajáis en grupo, que cada uno coja su pasaporte y su papel de inmigración. Nuestras 4 maletas salen todas juntas y de las primeras , así que nos vamos a pasar el famoso semáforo. Como mi pareja y yo no estamos casados, él tiene que pasar el control por separado. A mi madre, a mi hermano y a mí, nos sale verde pero a él, le toca rojo. La verdad que lo peor es la pérdida de tiempo: desplastificar la maleta, abrirla... porque mirar, miran más bien poco. Al fin salimos fuera, donde nos recibe una marea de carteles de diferentes agencias. Localizamos la de Travelplan y nos indican el número de guagua al que tenemos que ir. Entre el cansancio y la humedad que había, la espera se hizo larguísima. Cuando emprendimos el camino, nos explicaron que lamentablemente a 2 parejas les habían perdido las maletas y que nos agradecían la ausencia de quejas durante la espera. Antes de llegar al Palladium, hicimos una parada en otro hotel.
Después de 2 horas aproximadamente de recorrido, llegamos al Palladium. Hacemos el Check-in y de nada nos valió ser repetidores en el hotel y haber dejado claro en la agencia que queríamos la última planta porque nos pusieron en la planta baja. Le preguntamos al recepcionista que si no hay posibilidades de cambiarnos y nos dicen que no, que nos podrán en lista de espera y que en un máximo de 3 días nos concederán el cambio. Tampoco nos dan cóctel de bienvenida. Nos vamos a la habitación a dejar las cosas y rápidamente a cenar puesto que son las 22:15 y está a punto de cerrar el buffet.
De la habitación poco que decir, simplemente genial: enorme cama king-size, minibar que reponen todos los días con agua, refrescos y cervezas, un baño con todo lo necesario...
Una vez en Madrid, cambio de terminal para el vuelo a Cancún y a esperar. Aprovecho para comprobar el tipo de cambio en las oficinas del aeropuerto: 15,649 pesos por 1 €.
Ojo con la hora del embarque porque en nuestro caso fue prontísimo y entre que compramos unas revistas y algo de picoteo para el vuelo... llegamos en la última llamada, con una azafata más que enfadada. No obstante, una vez en el avión oímos a las azafatas decir que faltaba un pasajero así que después de tanta prisa, tuvimos que esperar. Aún así salimos puntualmente a las 14:40
Del vuelo poco que decir, salvo que ¡PESADÍSIMO!. El comandante informa que serán ¡¡11 horas y 20 de viaje!!, ¡No recordaba que fueran tantas! Al parecer hay fuertes vientos en el Atlántico que causan el retraso o al menos eso nos dicen. El avión, con una distribución 2-4-2, va casi vacío, así que los más rápidos se acomodan en los asientos del medio, teniendo incluso 4 asientos por persona. Nosotros nos tenemos que conformar con 2 para cada uno... Hay que ser más rápidos la próxima vez. Una hora después del despegue nos dan el almuerzo típico de los aviones: ensalada de verduras y espaguetis a la bolognesa con un bizcocho de postre y una hora y media antes de aterrizar nos dan la merienda: un sandwich de pavo y queso y una palmera de chocolate. Entre esto y algo salado que nos habíamos traído de casa, no se pasa hambre.
Las películas previstas eran "Aprendiz de brujo", que no vi porque me dormí, y "Come, reza, ama..." que ojalá me hubiera dormido Ante tantas horas de vuelo, nos pusieron también "Eclipse" la última de la saga crepúsculo.
Tras 11 horas de vuelo, llegamos a Cancún. Según bajas del avión, hay alguien que revisa que lleves los papeles de inmigración y aduana rellenos correctamente. Si viajáis en grupo, que cada uno coja su pasaporte y su papel de inmigración. Nuestras 4 maletas salen todas juntas y de las primeras , así que nos vamos a pasar el famoso semáforo. Como mi pareja y yo no estamos casados, él tiene que pasar el control por separado. A mi madre, a mi hermano y a mí, nos sale verde pero a él, le toca rojo. La verdad que lo peor es la pérdida de tiempo: desplastificar la maleta, abrirla... porque mirar, miran más bien poco. Al fin salimos fuera, donde nos recibe una marea de carteles de diferentes agencias. Localizamos la de Travelplan y nos indican el número de guagua al que tenemos que ir. Entre el cansancio y la humedad que había, la espera se hizo larguísima. Cuando emprendimos el camino, nos explicaron que lamentablemente a 2 parejas les habían perdido las maletas y que nos agradecían la ausencia de quejas durante la espera. Antes de llegar al Palladium, hicimos una parada en otro hotel.
Después de 2 horas aproximadamente de recorrido, llegamos al Palladium. Hacemos el Check-in y de nada nos valió ser repetidores en el hotel y haber dejado claro en la agencia que queríamos la última planta porque nos pusieron en la planta baja. Le preguntamos al recepcionista que si no hay posibilidades de cambiarnos y nos dicen que no, que nos podrán en lista de espera y que en un máximo de 3 días nos concederán el cambio. Tampoco nos dan cóctel de bienvenida. Nos vamos a la habitación a dejar las cosas y rápidamente a cenar puesto que son las 22:15 y está a punto de cerrar el buffet.
De la habitación poco que decir, simplemente genial: enorme cama king-size, minibar que reponen todos los días con agua, refrescos y cervezas, un baño con todo lo necesario...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de cenar, damos la primera vuelta de reconocimiento, más que nada por intentar dormirnos lo más tarde que podamos para que nos afecte lo menos posible el cambio horario. Nos volvemos a la habitación, nos damos una duchita y a la cama, que ya no aguantamos más.