Miércoles 22, Kahtmandu-Patan
Ducha, desayuno y al bus. Empieza la visita a Kahtmandu en serio.
La primera impresión de Kahtmandu a estas horas de la mañana, las 9, es que aquí ya está todo el mundo en la calle. Es muy diferente a la India, hay aceras en las calles. Muchos coches, y muchas más motos. El tráfico es caótico, por la cantidad de vehículos tardamos ½ hora en llegar a los pies de la Estupa de Swayambunath.
Ha sido una sorpresa encontrarnos con una liviana rampa no muy larga con unos pocos escalones, en vez de los pronunciadísimos 365 escalones, que habíamos visto en todos los reportajes sobre esta Estupa. Todavía recuerdo a los participantes del Pekín exprés del año 2009 como tuvieron que subirlos. (Con ese programa me entro el gusanillo de este viaje).
Una vez arriba te aquedas boquiabierto con la belleza del entorno. Los ojos de Buda te vigilan. Mires por donde mires tienes unos ojos pendientes de ti. Para mi tiene una belleza única.
Con razón le llaman el templo de los monos. Hay un montón de ellos, y además tienen alimento de sobra. Los Budistas llevan a la Estupa alimentos como ofrendas, y claro, a los monos les sobra tiempo para comérselo todo. Con una tranquilidad pasmosa.
Tenemos 40 minutos que aprovechamos para entrar en los templos que hay alrededor de la estupa, uno de ellos Tibetano.
Aprovechamos el tiempo para sacar unas pocas fotos. (si si si pocas), y bajamos por donde hemos subido para seguir con nuestra ruta.
El bus pone rumbo a Durbar Square.
Después de un corto trayecto, la Estupa está casi encima del aparte antigua de Kathmandu, llegamos a las proximidades.
Ya antes de entrar vemos los primeros templos, alguno de ellos antiquísimos. En casi todas las esquinas encontramos alguno.
Y ya entramos en Durbar Square.
Hay que decir que aunque es un recinto abierto, hay que sacar entrada para pasear por ahí. En las calles de acceso hay unas casetas de venta de tickets, ayer estuvimos cerca de una. Con nuestra entrada tenemos acceso para tres días, eso si , la tenemos que llevar siempre encima ya que nos la pueden pedir en cualquier momento.
Como estamos en la festividad de Indra Jarta, el palacio de Kumari está muy concurrido. Es el único día que sale a la calle en una procesión que la lleva a través de las masas. Pero eso será a la tarde, en una de las carrozas que están preparadas delante del palacio. Nos comentan que somos muy afortunados por poder estar en Kathmandu durante estas celebraciones.
En una plaza hay una máscara enorme, que el resto del año esta oculta tras una puerta, y esta semana esta visible. Pues qué bien.
Entramos en la casa de Kumari a ver si la vemos asomarse por la ventana. No hay suerte.
Templos, vacas, palomas,…forman parte de un paisaje muy peculiar.
Camino al hotel nos pregunta a ver quienes estamos interesados en hacer el vuelo de aproximación al Everest.
Son 140 euros, una hora de vuelo, y si no se ve el Everest, te devuelven el dinero. Me imagino que será que el avión entonces no saldrá. No me lo había planteado, pero la mayoría está muy ilusionada por hacerlo. Pues yo también.
Ya en el Hotel algunos se van al comedor, otros directamente a la habitación, y nosotros pasamos de comer. Me voy al supermercado de la esquina “Bluebird”, que ahí hay cervezas frescas.
Compro unas Everest y San Miguel, y unas galletas. Ya cenaremos bien a la tarde.
A las 4 salimos hacia Patan, en otros tiempos una población cercana a Kahtmandu, hoy en día está prácticamente absorbida. Nos cuesta mucho llegar, y no porque esté lejos, sino porque hay un tráfico infernal.
El bus nos deja a la entrada del pueblo. Tenemos que andar unos diez minutos para llegar a Durbar Square. Por el camino hay mucho s templos y comercios.
Durbar Square de Patan es espectacular. Para mi parecer mucho más que la de Kahtmandu.
Estamos más o menos una hora y de vuelta al bus, que nos va a dejar a la entrada de Durbar Square en Kahtmandu. Vamos a ver el ambiente festivo, y si hay suerte la carroza de Kumari.
El bus no nos deja en el mismo sitio de ayer. La policía ha acordonado la zona, y es imposible pasar. Parece ser que el presidente ya se ha unido a los festejos.
Para llegar al lugar de encuentro damos un gran rodeo, y con mucho cuidado para no quedarnos atrás. Parece como si toda la población de Kahtmandu, que no es poca precisamente, se hubiera juntado en el mismo lugar.
Queremos acceder lo más cerca posible de la casa de Kumari, y dando otro rodeo nos dirigimos, pero justo antes de llegar al comienzo de la plaza, nos topamos con una barrera de policías que no nos dejan seguir.
Decidimos irnos, junto a la pareja de Bilbao, hacia Thamel, pasando por “la diagonal” a ver si somos capaces de encontrar los sitios que vimos ayer.
Encontramos fácil la calle, y hoy esta mas llena aun que ayer. Las plazas de Shiva y Annapurna a reventar. En la de la diosa Annapurna la gente hace una curiosa ofrenda con comida.
Y ya llegamos al final de la calle , y ya de allí hacia la izquierda, que a pocas calles esta Thamel.
Si el trafico a la tarde era intenso, ahora es intensísimo, y eso que los coches van sobrecargados. Las furgonetas parece que van a volcar del pesp qiue llevan.
En primer lugar, lo mas importante es buscar un sitio para tomar una cervecita tranquilos, sin tanto agobio.
Ya se nota que esta zona es especial, mas occidentalizada. Hay muchos restaurantes, bares , y muchas tiendas , sobre todo de ropa de montaña.
Elegimos un bar que hace esquina y tiene terraza, The bakery café. Esta muy bien, pedimos unas “Nepal Ice”, y a disfrutar un poco.
Después de un merecido descanso, nos internamos en el interior de Thamel. Curioseamos un poco por las tiendas, vemos precios, escandalosamente baratos. Mañana dedicaremos la tarde a hacer compras. Por de pronto ya tenemos mucha hambre y buscamos un restaurante. Nos decidimos por uno al azar y acertamos. Buena comida, buen trato. Buen precio. No pedimos más.
Seguimos por Thamel un rato mas, y ya cansados, hechos polvo, cogemos un taxi (150 Rp)para que nos lleve al hotel.
Hoy hemos visto muchas cosas, hemos estado fuera casi todo el día, y mañana hay que madrugar. Me voy al Everest!!, bueno , eso no es exacto, vamos a sobrevolarlo. Qué gozada. Todos los días tenemos algo importante que ver. Esto es cojonudo.