No podíamos pasar por Croacia sin visitar alguna isla. Teniendo en cuenta que tampoco íbamos a estar muchos días en este país decidimos hacer una escapada de día a una isla cercana de Split. La elegida fue Hvar ya que la comunicación con el continente es bastante buena, tiene pueblos chulos y hablaban bastante bien de ella.
Así que salimos de casa prontito para coger el ferry a eso de las 8 de la mañana. La compañía, como para casi todos los viajes en barco por Croacia es Jadrolinija, y los horarios están en este enlace (188 KN los dos). El viaje no fue muy largo y las vistas desde cubierta estaban bonitas. Mientras íbamos de camino decidíamos si alquilábamos una moto o no. Al final nos quedamos con el no, así que nada más llegar cogimos el autobús que salía en dirección Hvar pueblo.
El ferry te deja a unos 2 Km de Stari Grad, para ir a este pueblo no se cómo está la cosa, pero para ir a Hvar el autobús sale poco después de la llegada del ferry. El viaje en autobús son unos 15 minutos y cuesta 50 Kn ida y vuelta por cabeza.
Enseguida llegamos a Hvar, ¡menudo calor! cómo cantaban las chicharras. El pueblo está muy bonito, con todas las casas de piedra, las calles también empedradas, la plaza central también muy mona...
Enseguida llegamos a Hvar, ¡menudo calor! cómo cantaban las chicharras. El pueblo está muy bonito, con todas las casas de piedra, las calles también empedradas, la plaza central también muy mona...
Esta isla es la parte de Croacia con más horas de sol al año, unas 2800 h y también de las más visitadas, por lo que para variar estaba bastante llena. Mucho del turismo de Hvar es de alto poder adquisitivo y eso se nota en los barcos ¡pedazo de barcos los de aquí! Toda la parte de delante del puerto estaba llena de yates, catamaranes...
Después de dar una vuelta por el pueblo y subir a la fortaleza para divisar las bonitas vistas del pueblo fuimos a la playa del hotel Ancona. Demasiado antropizada para mi gusto, aunque si te gusta disfrutar relajadamente es ideal porque hay un montón de terrazas super chulas, pérgolas...
Después estar un rato y comer fuimos a buscar un trozo de orilla más tranquilito. Fuimos andando por el paseo hacia el pueblo y a la sombra de unos pinos encontramos un rincón donde echar una cabezadita y bañarnos sin mucho follón, el agua estaba estupenda y super clara, para muestra un botón, el único pero que nos tuvimos que hacer hueco entre piedra, pero en cuanto lo encontrabas se estaba de lujo.
Como ya se hacía hora de coger el autobús de vuelta para llegar al ferry fuimos tranquilamente hacia la parada, disfrutando del último paseo por la orilla del mar en esta preciosa isla y con unas terrazas impresionantes.
Aún nos quedaba la última parte de la tarde y la noche para estar por Split, así que nada más llegar nos aseamos enseguida y cenamos para salir las últimas horas que nos quedaban. Mira que está chulo el casco antiguo de Split por la noche, las plazas de Voćni Trg y Trg braće Radića me encanta esta parte y eso que no es de las plazas supuestamente mejores de la ciudad. Después de tomarnos unas cervezas en la orilla del mar y nos fuimos de retirada, mañana más.