Delta del Okavango ✏️ Diarios de Viajes de Africa Sur

Hoy no necesitábamos madrugar tanto, ya que el vuelo escénico sobre el Delta lo teníamos reservado a las 10 am. Aun así, no nos levantamos muy tarde ya que queríamos hacernos con los últimos víveres, algunos repuestos y llenar el depósito hasta arriba, ya que no tendríamos opción de repostar en los próximos 6 días, en Kasane. El desayuno del Sedia Hotel es muy completo, así que desayunamos fuerte para coger las máximas fuerzas posibles ya que no sabíamos muy bien cuándo podríamos parar a comer.

Lo primero que hicimos fue ir a Maun (Riley’s) a comprar un bidón extra de 15L para el combustible y una nueva cinta para remolcar, pero de las buenas, no la mierda que nos dieron los de Britz. Aprovechamos también para preguntar sobre el estado de nuestro hi-lift jack y resulta que no funcionaba bien, tenía un problema con el mecanismo de bajada (menuda mierda de equipo que nos había dado Britz). Al menos ya sabíamos que no era nuestra culpa. De paso, nos hicimos con el libro de Veronica Roodt que incluye los mapas Shell de Botswana (los mejores si no tienes GPS), donde viene relativamente bien detallado el interior de los parques de Moremi y Chobe (aunque nada que ver con los mapas de T4A que llevábamos en el GPS). De aquí nos fuimos al aeropuerto para hacer el vuelo escénico que teníamos contratado con la compañía Kavango Air. Había reservado el vuelo algunas semanas antes, por si acaso. Nos costó 600 pulas por persona, una hora. Los precios que te ofrecen todos los lodges en Maun para el vuelo escénico son muchísimo más caros (más del doble), por eso es mejor contactar directamente con la compañía aérea. Pasamos el control del aeropuerto, anduvimos por la pista unos metros y nos subieron a una avioneta con capacidad para 8 personas (éramos 6 en total).

Cuando salimos del aeropuerto ya casi eran las 12, así que tomamos un café en el Bon Arrive (muy recomendado para comer/cenar) que está justo enfrente del aeropuerto. Ya solo nos quedaba llenar el depósito (150L) y el bidón que habíamos comprado (15L). Una vez hecho, nos pusimos en marcha hacia Moremi. De camino hay multitud de pilas de madera de mopani (buenísima para hacer fuego) por 5 o 10 pulas, muchísimo más baratas que las de la entrada al parque (unas 30 pulas), así que nos hicimos con unas cuantas. El primer tramo del camino es carretera asfaltada, y luego, grava, pero sin problemas. Sobre las 2pm estábamos en la puerta South Gate, hicimos el check-in y para dentro. Es siempre recomendable preguntar a los rangers, tanto en la puerta del parque como en la puerta de los campamentos, para que te orienten e informen del estado de los caminos. Nos dijeron que la mayoría de los caminos estaban inundados y que no se podía ir desde Xakanaxa hasta North Gate directamente sino pasando por South Gate. También nos comentaron que la laguna Xini estaba inundada por lo que era mucho mejor no hacer ese loop.

Con toda la info que nos dieron los rangers nos pusimos en marcha, deseando empezar a ver los primeros animales de este parque. La cantidad de caminos que hay en estos parques es increíble, ya que a medida que hay zonas que se inundan, la gente busca trazados alternativos que se van convirtiendo en un camino nuevo. Evidentemente, no todos estos caminos están cargados en los mapas, pero aun así es bastante sencillo ir de un lugar a otro siguiendo el GPS. Caprichosamente, el GPS nos llevo por la laguna Xini, y a pesar de que nos habían dicho que los caminos por ahí estaban inundados, no los encontramos especialmente complicados. Tan solo pasamos por un poco de agua por el flanco izquierdo del coche. Supongo que unos días antes sí que debería haber estado en peores condiciones. Pronto empezamos a ver los primeros animales, básicamente elefantes. Los hay a miles y al final hemos acabado un poco hartos. El sol apretaba de lo lindo, así que las opciones de ver animales activos eran bastante escasas. Conseguimos ver un árbol repleto de buitres, pero no dimos con los más que probables leones que deberían estar comiendo no muy lejos. Y es que esta zona está repleta de arbustos y maleza, lo que dificulta mucho la visión.

Dejamos atrás la laguna y el camino empezó a ponerse cada vez más complicado, con una arena mucho más profunda…hasta que nos enganchamos de nuevo. Nos dimos cuenta entonces de que los bajos del Hilux no tenían suficiente altura, y tanto el diferencial como el cubre-cárter nos iban a complicar las cosas. El peligro no es tanto la arena en sí, ya que con la reductora no hay problema en avanzar. El problema viene en que rozábamos con el diferencial el montículo de arena que se forma entre las rodadas, lo que nos hacía perder momento y dejar al coche sin fuerza, con lo que las ruedas empiezan a girar sobre sí mismas y se hunden. Menos mal que otra vez tuvimos el santo de cara, porque a los 2 minutos de quedarnos enchanchados pasó un Jeep en la otra dirección. Nos rodeó para tirar de nosotros hacia atrás, enganchamos la nueva cinta para remolcar que habíamos comprado por la mañana en Maun y nos sacó en un periquete. Después de esto, desinflamos las ruedas hasta 1.4 bares que es lo que teníamos que haber hecho al entrar.

Avanzamos en dirección al campamento. Pasamos por el primer puente (1st bridge) sin problemas, apenas un poco de agua pero que no llegaba ni a la mitad de las ruedas. El segundo puente (2nd bridge) estaba inundado y la alternativa que había a su derecha también. El tipo que nos echó una mano nos había dicho que se podía pasar, pero nos decantamos por la opción que nos recomendaron los rangers de rodear el puente por un camino a mano izquierda antes de llegar al puente y que estaba seco. Lo hicimos así y el camino, que pasa por una pequeña explanada con algunos tsessebe (antílopes), nos llevo justo hasta el otro lado del puente sin pasar por el agua. Eso sí, el camino desde ahí hasta el campamento de 3rd Brdige es mucho mas arenoso, pero después de desinflar las ruedas no tuvimos problemas en atravesar esa zona. No habíamos tenido mucha suerte en cuanto a animales, así que nos tuvimos que conformar con otro bonito atardecer y disfrutar de algunos elefantes más bordeando una charca antes de llegar al campamento.

Lo demás, ya como de costumbre. Descansar un poco, tomar algo alrededor del fuego, montar las tiendas y preparar las cosas para la cena. A eso de las 10 nos metimos en las tiendas con el ruido de fondo de los animales: hienas, hipos, y sobre todo el de los leones en la distancia. Tremendo.