Días 12 y 13. 3rd Brdige (Moremi)
Alguno de los integrantes del grupo amaneció un poco “cagado” (no fui yo :D) por los ruidos de los animales durante la noche, aunque no tuvimos la suerte de que alguno viniera a visitarnos (yo lo estaba deseando jeje). Al menos a la hora de desayunar pudimos ver a un pedazo hipopótamo a no mucha distancia de nosotros que aun andaba acabando su larga jornada nocturna de comer pasto. Cruzó el campamento en dirección al rio y ya no le volvimos a ver. Disfrutamos del desayuno con un precioso amanecer, algo de los que no nos cansamos en todo el viaje. Que bonitos.
Los baños y duchas comunes están muy bien y la limpieza de las instalaciones nos dejo bastante sorprendidos. Además, tienen un panel solar que permite que siempre tengas agua caliente. Después de una ducha, nos dirigimos al embarcadero de Mboma a través del loop del mismo nombre, donde teníamos previsto contratar una excursión en mokoro (canoa tradicional). No tuvimos mucha suerte en cuanto a avistamientos, pero no iba a faltar la emoción. Nada más tomar el desvío que sale del loop hacia el embarcadero nos encontramos con un charco, aunque no era mucho problema…aparentemente. Decidimos, por tanto, cruzarlo. Metimos la reductora para el agua y nos lanzamos…pero de repente el morro del coche se hundió totalmente en el charco y vimos cómo el agua llegaba por encima del capó (e incluso se metió en el coche por la zona de los reposapiés delanteros), salpicando completamente el parabrisas, como si nos echaran un cubo enorme de agua. Menos mal que llevábamos inercia y que el charco apenas tenía 4 o 5 metros de largo. Si llega a ser un poco más largo, nos quedamos ahí, seguro. En fin, esto nos pasó por confiarnos y no bajarnos del coche a comprobar la profundidad del agua, que es lo que hay que hacer. Desde el coche, a todos nos pareció poco profundo, no más que la altura de las ruedas. (Hicimos un video. Intentare subirlo cuando lo consiga). Con el susto en el cuerpo, llegamos al embarcadero alrededor de las 9 am. En seguida se acerco un tipo y preguntamos por la posibilidad de contratar un par de mokoros un par de horas. Dijo que si, pedimos presupuesto, nos pareció bien (225 pulas/mokoro-2personas-/hora, mas barato que cuando contacte con ellos varias semanas antes), aparcamos el coche y nos subimos a los mokoros.
Lo bueno que tiene hacer la excursión en mokoro desde Mboma es la tranquilidad del lugar, ya que no es un embarcadero muy transitado (la mayoría de estas excursiones se contratan en Maun y salen desde otros puntos del delta). Desde aquí, multitud de canales forman un autentico laberinto en el que perderse es lo más sencillo. Menos mal que los “palistas” son unos expertos y desde la parte trasera del mokoro, de pie, dirigen la embarcación impulsándose simplemente con un palo de unos 3 metros a modo de pértiga. Además, te informan de la flora y la fauna que habita estos canales, por lo que el paseo es muy ameno. La ruta de 2 horas te lleva hasta donde se ensanchan un poco más los canales, con aguas ya más profundas. Desde luego es una excursión para relajarte y disfrutar del entorno, y contemplar desde dentro la maravilla natural que es este delta. Y si no que se lo digan a los propios palistas…
Ahora bien, si llevas en la cabeza la idea de ver fauna, quizá Mboma no sea la mejor opción. Es posible que una excursión de 3 horas sea más productiva en este sentido, ya que te adentras más en el delta y la probabilidad de cruzarte con elefantes, hipos y cocodrilos es mayor. Supongo que también será cuestión de suerte. Otro aspecto a destacar, menos “romántico”, es que los mokoros ya no son de madera sino de fibra de vidrio.
De vuelta al embarcadero, retomamos nuestra ruta para completar el Mboma loop, no sin antes pasar de nuevo por el charco, ahora ya sabiendo lo que nos esperaba. No sé si era el calor o la mala suerte o ambas, pero lo único que vimos fueron elefantes dándose un festín con las cortezas de los árboles y una embestida de aviso (mock charge) que una elefanta hizo a un jeep que estaba demasiado cerca. Se acercaba la hora de comer, así que vuelta al campamento. Aprovechamos para hacer algo de colada y dejarla secar. En todos los campamentos siempre encontrareis los tucanes de pico amarillo (flying bananas) y de pico rojo (flying carrots) al acecho de la comida.
Después de comer, fuimos hacia el otro lado del 3rd bridge. Los rangers nos dijeron que la mayoría de los caminos estaban inundados, cosa que comprobamos después, y no pudimos ir más allá del 4th bridge (o al menos no confiábamos en poder cruzarlo), por lo que estuvimos dando vueltas por las hipo pools (unas de tantas que hay).
Estuvimos un par de horas pero no vimos nada interesante, así que decidimos ir hacia los otros puentes (1 y 2) que al parecer suele haber más avistamientos. Condujimos hasta el atardecer sin ninguna suerte (apenas vimos un lechwe), por lo que nos tuvimos que conformar con la puesta de sol, que al menos no defraudan. De vuelta al campamento, en seguida se hizo noche cerrada. Preparamos un buen fuego para tomar algo alrededor y poco después la cena.
Al siguiente día tocaba cambio de campamento: Savuti, donde pasaríamos las siguientes 2 noches. La mejor opción desde 3rd Bridge es vía Xakanaxa y North Gate, pero con las inundaciones los caminos estaban cortados, y para llegar a North Gate había que dar un rodeo enorme, bajando hasta South Gate y volver a subir. Decidimos entonces hacer caso a los rangers y salir por South Gate y entrar a Savuti por Mabibi Gate.
Desayuno y ducha, y listos para continuar la aventura. El camino de vuelta a South Gate fue el mismo que el de ida, dejando atrás las zonas más arenosas y evitando el 2nd Bridge por el desvío seco. El camino se hacía aburrido ya que no veíamos nada interesante y de repente…psssssss, pinchazo. ¡Qué mala suerte! Un viejo pero afilado tronco partido a un lado del camino se cargó nuestra ruedaca trasera. En fin, nos pusimos manos a la obra para cambiar la rueda y en 20 min ya estábamos en el coche de nuevo. Lo más gracioso es que mientras estábamos cambiando la rueda, se cruzó el mismo Jeep que nos ayudó un par de días antes (aunque esta vez no necesitamos su ayuda). A saber lo que se le pasó por la cabeza.
Desayuno y ducha, y listos para continuar la aventura. El camino de vuelta a South Gate fue el mismo que el de ida, dejando atrás las zonas más arenosas y evitando el 2nd Bridge por el desvío seco. El camino se hacía aburrido ya que no veíamos nada interesante y de repente…psssssss, pinchazo. ¡Qué mala suerte! Un viejo pero afilado tronco partido a un lado del camino se cargó nuestra ruedaca trasera. En fin, nos pusimos manos a la obra para cambiar la rueda y en 20 min ya estábamos en el coche de nuevo. Lo más gracioso es que mientras estábamos cambiando la rueda, se cruzó el mismo Jeep que nos ayudó un par de días antes (aunque esta vez no necesitamos su ayuda). A saber lo que se le pasó por la cabeza.
El paisaje era muy árido, y a las horas que eran ya (11 am) hacía mucho calor (pocas opciones de ver animales), así que probamos suerte a echar un ojo a la Xini lagoon, que ya habíamos visto que era transitable y siempre hay más probabilidades de ver animales cerca del agua. Algún que otro hipo, jirafas, cebras, un águila comiéndose su presa y un varano acuático fue lo más destacado que vimos. Ah si, y unos cuantos millones de elefantes más que ya habían caído a la categoría de impala, es decir, los ves y ni les prestas atención.
Nada más interesante hasta la salida. En general, un poco defraudado porque me esperaba más del parque, pero bueno, teniendo en cuenta que más de la mitad de los caminos estaban inundados o cerrados, poco más podíamos hacer. Justo al salir del parque, paramos para inflar las ruedas porque el camino hasta Mabebe Gate es de grava y está en buenas condiciones. Y de nuevo, problemas con el material suministrado por Britz. Esta vez el compresor, concretamente la manguera que va enganchada a él. No ajustaba bien y no salía aire a presión. Así que uno de nosotros tenía que sujetar manualmente la válvula que iba enganchada al compresor mientras otro la sujetaba a la válvula de la rueda. Con la tontería, inflar las 4 ruedas nos llevó casi una hora. Ya nos habían fallado demasiadas cosas del material que nos dio Britz.
Desde South Gate a Mababe Gate, la entrada a Chobe para llegar a Savuti, la carretera es bastante fácil excepto los últimos 7 km, con mucha arena. Así que decidimos desinflar las ruedas (a 1.4) de nuevo para ir más seguros en ese último tramo. Una vez pasado el control, los rangers nos recomendaron ir por el Sand Ridge en lugar del Marsh, ya que éste estaba parcialmente inundado. El camino era un continuo tobogán, muy arenoso, sobre todo a medida que nos íbamos acercando al camping de Savuti. Y dentro, aún más arenoso si cabe, una arena profunda bastante peligrosa sobre todo cerca de los baños. Vamos, que te podías quedar atrapado perfectamente en el propio camping (pagando 50$/p ya podrían tenerlo un poco mejor acondicionado). Llegamos con el tiempo más que pegado, justo con la puesta de sol. Y para variar, lo único que vimos fueron elefantes…
El camping es bastante grande, y los lugares para acampar son muy espaciosos. Había bastante gente, pero en general no era muy ruidoso. Lo peor fue la cantidad de mosquitos que había, ya que nuestra parcela estaba pegada al canal. Eso sí, no nos quitaron la pedazo cena que nos hicimos: unos filetazos y unos buenos boerewors (salchichas sudafricanas) a la brasa. ¡Qué bien sabe la comida al fuego! Y a dormir, a ver si mañana hay más suerte.