Día 10 (Miércoles 09/11)
Nos levantamos a las 7AM y observamos algunas nubes pero bastante sol y calorcito. Desayunamos, y después de pagar el camping, como buen hijo de vecino, tiramos hacia Marahau. La noche anterior lo habíamos preparado todo: huevos duros, bocatas, barritas, fruta deshidratada a tope, y bastante agua también. En el parque comentan que no hay nada: ni agua potable, ni luz, ni comida, y te tienes que llevar tu basura.
Así que cogemos a Copito y conducimos 15 minutos para llegar a Marahau y la parada de Aquataxi, que es el método de transporte que existe allí en el Abel Tasman NP. Aparcamos la caravana, que dejamos allí hasta el día siguiente, y nos vamos a las oficinas del Aquataxi.
Cuando es la hora de marchar, sobre las 10.30AM, nos subimos en una lancha que está atada a un tractor. Nos quedamos flipando cuando el tractor arranca y nos lleva la lancha hasta la playa. Nos mete directamente en el agua, y se desengancha la lancha del remolque. Entonces el conductor se pone a navegar la lancha, mientras nos va explicando la historia del parque, se va parando en diferentes sitios. De vez el cuando le mete caña, y vamos pegando botes sin parar. Sigue haciendo un tiempo fantástico, por lo que disfrutamos bastante del viaje.
Abel Tasman des del Aqua Taxi
Sobre las 12 del mediodía llegamos a nuestro destino, Awaroa Bay. Nos dejan a unos metros de la arena, por lo que tenemos que bajar y mojarnos hasta las rodillas. Una vez que se va la lancha, nos encontramos totalmente solos. El paisaje es espectacular.
Vista de la playa de Awaroa
Nos ponemos crema solar a tope, ya que el sol pega, y nos embadurnamos de repelente, ya que hay sandflies por doquier. Una vez preparados, empezamos la marcha. Nos quedan muchas horas por delante.
Pronto nos damos cuenta de que el camino se las trae. Se trata de una serie de subidas y bajadas pronunciadas, en las que en un momento estás delante de una playa, y al siguiente estás a 100 metros de altura enmedio de un bosque muy frondoso, acompañado en todo momento por el sonido de agua, en forma de arroyos, ríos, cascadas, lagunitas, etc... varios puentes permiten franquear estas masas de agua. Cada paso que damos es más sorprendente. Parece que estemos metidos en una película de Jurassic Park. Es increíble.
Al cabo de un rato desembocamos en una de las playas, Onetahuti Beach, que sólo se puede cruzar durante la marea baja. Después de descalzarnos para cruzar un mini-arroyo de agua fresquísima, nos sentamos un momento. Estamos aún totalmente sólos. Todavía tendríamos varias horas hasta que subiera la marea, pero no nos podemos quedar mucho rato, ya que tenemos bastante tute por delante. Así que hacemos unas cuantas fotos, y seguimos la marcha.
Vista de la playa de Onetahuti
Seguimos con el trekking rompe-piernas, subiendo y bajando una y otra vez, hasta llegar a la siguiente playa, Bark Bay, también en marea baja. Son las 3.00PM, así que decidimos tumbarnos un rato en la arena y comer un poco. Aquí ya encontramos a gente, aunque no mucha.
Al cabo de media hora nos ponemos de nuevo en marcha, esta vez con un poco de preocupación, ya que han aparecido muchas nubes que han tapado el sol, y ha empezado a bajar la temperatura. Así que proseguimos, y en quince minutos ya están empezando a caer gotillas. Durante el resto del día ya no para de llover, por lo que vamos cada vez más deprisa, y casi no podemos hacer más fotos.
Foto de la playa de Bark Bay
Foto "aérea" de Bark Bay
Aunque alguna vamos haciendo, ya que todo es tan espectacular que nos arriesgamos a mojar la cámara un poquito. A veces parece que estemos en medio de un bosque de montaña en vez de al lado de la playa. Como en esta foto, en la que a 100 metros empieza Bark Bay.
Uno de los múltiples ríos que llegaban a la playa en Abel Tasman.
Cuando llegamos a Torrent Bay Beach, mojados y muy cansados, tenemos que dar un rodeo de una hora y media, ya que la marea está subiendo rápidamente y no nos atrevemos a cruzar la playa.
Foto de Torrent Bay
Total, que acabamos llegando a Anchorage Hut, donde tenemos que dormir, a las 6.45PM; hemos recorrido más de 21kms y estamos un poco hasta las narices, sobre todo por el clima. Pese a llevar impermeable, se nos ha mojado todo: ropa interior, mochila, incluso la cámara (la funda se supone que es impermeable, pero no ha aguantado casi cuatro horas de lluvia constante). Así que nos cambiamos la ropa, sacamos los sacos de dormir y los ponemos en los colchones que nos han dejado (llegamos casi los últimos), y sacamos las cosas de cenar. Cuando nos metemos en el comedor/cocina, está super-calentito, ya que hay una chimenea dando fuego a tope. Dentro del comedor está casi todo el mundo cocinando. La verdad es que hay mucho pro, ya que vemos hornillos de gas, gente preparando pasta, vinitos, etc. Nosotros nos contentamos con nuestros huevos duros, unos sandwitches de atún, fruta y barritas, pero nos saben estupendos. Nos relajamos mientras se va yendo la luz.
A las 9PM ya no se ve nada, por lo que encendemos nuestra linternita, y nos vamos a dormir, con la esperanza de que el nuevo día nos traiga sol, ya que todo sigue totalmente mojado.
Día 11 (Jueves 10/11)
A las 6.30AM ya no podemos dormir más, así que nos levantamos y comprobamos que hace un día radiante. Atrás han quedado las nubes y la lluvia y, a pesar de que hace fresquito a esta hora (aunque un par de locas se ponen el bañador y se pegan un remojón matutino en la playa), el día promete. Así que recogemos las cosas, desayunamos y nos preparamos para seguir la marcha. Antes de irnos nos encontramos con la visita de una familia de patos que han dormido a los pies del hut. Como todos en este país, intenta conseguir comida como sea, y no se asustan de los humanos. Así que les hacemos unas fotillos, y a las 8AM nos vamos del Hut.
Foto de la familia de patos
Aún nos quedan más de 15kms, pero esta vez se hacen mucho más fácilmente. Vamos pasando por playitas, ríos, cascadas, puentes y otra vez estamos solos durante bastante rato, ya que a esta hora aún no han llegado los Aquataxis que transportan a la gente al parque; así que vamos disfrutando de las vistas, haciendo algún caché, y tiramos todas las fotos que no pudimos el día anterior por culpa de la lluvia.
Vista general de Abel Tasman
Otra fotillo del parque
Cascada en Abel Tasman
Al cabo de cuatro horas llegamos al final del parque (o por lo menos el cartel así lo anuncia). Cruzamos un puente, donde vemos unas piedras dispuestas en forma de texto con un mensaje que anima a los All Blacks. La verdad es que la pasión por el Rugby en Nueva Zelanda se demuestra en todas partes, más aún después de acabar de ganar la Copa del Mundo.
Pasión por el Rugby
Cuando estamos en este puente, haciendo fotos, nos encontramos a un chico de Madrid que ha estado un año viviendo y trabajando en Australia y ahora se está pegando el viaje padre (aún le quedan tres meses más en Tailandia, quien pudiera...). La verdad es que nos hemos encontrado a super-pocos españoles; supongo que la crisis tendrá algo que ver...
Seguimos caminando hasta llegar de nuevo al parking y cogemos a Copito. Al final han sido unos 36,5kms de marcha que hemos hecho casi sin enterarnos, aunque un poco cansados sí que estamos. Así que conducimos poco rato, hasta Motueka, y nos paramos en otro café que aparece en la Lonely para comer algo caliente y descansar un ratillo. Nos pegamos uno de esos desayunos ingleses que tanto nos gustan: huevos benedictine con bacon, sandwitch de bistec de ternera con salsas varias, bacon y patatas fritas, y los ya míticos capuccinos deliciosos. Ufff, como echaremos de menos estos "breakfast".
Después de reponer fuerzas, nos vamos a un super a reponer la alacena y a llenar la nevera, y repostamos, ya que luego se supone que hay pocas gasolineras y más caras. Aquí nos cuesta 2,07NZ$/ltr, y nos han comentado que en los glaciares sube hasta 2,25 o 2,30
Total, que nos vamos de Motueka sobre las 5PM, y tiramos directos hacia Punakaiki. Paramos varias veces para ir haciendo fotillos de la costa, con la puesta de sol (la primera vez que la vemos en Nueva Zelanda de esta forma, hundiéndose en el mar). Es precioso, y no hace mucho frío, por lo que nos paramos bastante. La verdad es que este país es sorprendente. A veces parece que estés en Parque Jurásico, otras en una isla desierta exótica, como si fueras un personaje de "Perdidos", y también otras en la campiña inglesa; y aún nos quedan tantas cosas por ver... es todo una pasada.
Vista típica de Nueva Zelanda. En mi vida había visto tantos tipos de verdes distintos. Estoy enamorado de ese país...
Imagen de la costa Oeste de la Isla Sur
Foto de la puesta del Sol
Cuando llegamos al camping, el único que hay, sobre las 8.30PM, ponemos una colada (que hace mucha falta), nos duchamos por fin, nos pegamos una cenita buena, con una buena botella de Riesling que compramos en Cloudy Bay (Blenheim), y a las 12.30AM estamos durmiendo.