Amaneció nublado. ¿Dejábamos Phi Phi para el día siguiente? Decidimos que no, las predicciones del tiempo eran un poco gallegas: al día siguiente podía hacer un sol espectacular o diluviar. Un buen refrán ese que dice: Virgencita que me quede como estoy.
Bajamos a desayunar, a mi me gustó mucho más que a mi marido. Influyó que pidiera una tortilla sólo con jamón y le pusieran una tortilla que llevara DE TODO menos jamón. Y el café cortito de café, se lo pusieron hasta arriba de café. Bromas aparte el desayuno estaba bien. Nunca entenderé a los que se quejan siempre del desayuno en los hoteles.
Teníamos que estar preparados a las 8:15 en recepción. Los de Ko Phi Phi Tours nos recogieron puntuales y como sólo habíamos dado una señal pagamos lo que faltaba y nos llevaron al embarcadero. Éramos muchos para ir a Phi Phi ese día, así que nos repartieron en tres barcos. Comodísimo lo del Speed Boat, nos plantamos allí en cuarenta y cinco minutos y además divertido el paseo. Ir a Phi Phi en Long Tail tiene que ser la muerte a pellizcos.
Llegamos a la primera parada, Viking Cave.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Aquello prometía, ¡qué agua más turquesa! Allí no nos pudimos bañar, ni tampoco en Pileh Bay, lo siguiente que vimos. Creo que en Pileh Bay podíamos haber aprendido a decir ¡qué bonito! en 8 idiomas diferentes porque gritaba todo el mundo en el barco de lo impresionante que es aquello. Es exactamente como te lo imaginas: montañas verdes saliendo del mar turquesa.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Además el sol salió. No se quedó mucho tiempo, pero ¡salió! Y justo cuando llegábamos a Maya Bay. Allí sí nos pudimos bañar con sol. Y vaya sí aprovechamos, nos faltó tiempo para bajarnos del barco. Me acordé de algunas de mis amigas que odian el agua fría, y disfruté por todas, porque el agua estaba calentita, daba gusto bañarse.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En esa playita que se ve al fondo no se debía de estar mal
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Ni la cantidad de gente que había me estropeó el momento. Lo que sí estropearon fue mi ilusión de volver con fotos de playas paradisíacas desiertas. Un objetivo nada realista por mi parte, lo sé, pero de ilusión también se vive.
Volvimos al barco para parar otra vez casi al momento: tiempo para hacer snorkelling. Las gafas y el tubo te las daban ellos. El sitio me parece que se llamaba Lohsamah Bay, pero no estoy segura.
Chulísimo, ¡¡Qué cantidad de peces!!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de eso, fuimos a Phi Phi Don a comer. Eran las doce, pero hacer snorkelling da hambre, así que nos pareció perfecto. Nos llevaron a un restaurante en una playa distinta de donde había atracado el barco y nos repartieron en varias mesas. La comida más o menos la misma que en las excursiones de Chiang Mai. La pena fue que justo cuando acabábamos de comer, empezó a lloviznar, así que no hubo baño en aguas turquesas de Phi Phi Don. Que graciosos los finlandeses, a ellos no parecía importarles lo más mínimo que chispeara, con el frío que debe de hacer por estas fechas en Finlandia se siguieron bañando como si nada.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Y en menos de una hora estábamos todos tan contentos en el agua otra vez con las gafas y los tubos puestos. Habíamos vuelto al barco y habíamos parado frente a Monkey Beach. Con la lluvia los monos se habían escondido, y además el barco no pudo llegar a la orilla porque estaba la marea baja. Si bajáis a la playa allí acordaos de que los monos mangan cosas de las mochilas o las mochilas enteras.
Al principio seguía lloviznando, pero concentrados en los peces y con el agua tan calentita ni lo notábamos, así que tampoco nos dimos cuenta de que había parado. Yo me habría quedado allí hasta arrugarme, y volví al barco a regañadientes cuando nos llamaron para seguir.
La última parada fue Bamboo Island. Allí la parada era para bañarse o tumbarse en la playa. Y eso era lo que nos estábamos haciendo cuando me di cuenta de que me había dejado la mochila en el barco. Fuimos a buscarla y una de nuestras guías, una muchacha muy simpática, nos dijo que ya la cogía ella. La pobre se resbaló al bajar del barco y se cayó completamente vestida al agua.
La parte buena es que como los tailandeses se bañan en la playa y en la piscina completamente vestidos, seguro que no le sentó tan mal como nos habría sentado a nosotros, pero aún así me dio apuro. Y además hubo un momento en que cundió el pánico, porque la mochila fue al agua también y no me acordaba de si la cámara estaba dentro. Ufff, ¡menos mal que estaba en la mochila de mi marido! porque se puso todo chorreando. Bueno, todo no, con mi cabeza de chorlito me había dejado el vestido en el barco fuera de la mochila, así que ni tuve que volver mojada a Ao Nang.
Antes de volver nos dieron de merendar en Bamboo un picnic de fruta y pastel de Krabi. Nos alegramos de haber hecho la excursión con Phi Phi Tours, estuvo todo muy bien.
Cuando llegamos volvimos a salir de excursión por nuestra cuenta, porque no queríamos volvernos sin ver la famosa playa de Railey. Está muy cerca de Ao Nang, pero sólo se puede llegar en barco.
Fuimos a coger un long tail que nos llevara. La calle principal de Ao Nang hace una L al llegar al paseo marítimo y justo en esa esquina es donde se compran los billetes. Esperan para salir hasta que ellos creen que va lo bastante lleno. Estuvimos quince o veinte minutos en el barco. No me cansaré de decir lo bonito que es aquello.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Vimos algún que otro escalador en las rocas y antes de llegar a Railey sacamos fotos desde el barco de otra playa muy bonita, Ton Sai.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Railey no nos decepcionó en absoluto. Alguna vez volveremos y nos quedaremos allí en vez de en Ao Nang, lo tengo decidido. Es preciosa, y eso que la tarde estaba nublada; un día de sol radiante el atardecer allí tiene que ser un espectáculo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El último long tail para volver salía a las 6, así que intentamos no despistarnos, pero por enésima vez ese día me monté de mala gana en el barco.
Esa noche cenamos en un sitio que nos gustó: el Tanta Seafood. Está en la calle principal de Ao Nang justo antes de llegar a la esquina del paseo marítimo. Muy bonito con una terraza de madera elevada y tanto la comida thai como la internacional, muy buena (lo digo porque probamos las dos). ¡Qué pinta tenía la pizza de la mesa de al lado! No hubo más remedio que copiarse y pedirnos una. Con eso y algo más que no recuerdo más que cenados (840 bahts, unos 20 €), y nos fuimos al hotel pensando que a ver cómo se portaba el tiempo al día siguiente.