30/06/2012.
Sábado 9 de Junio. 2.963 millas casi 5.000 kilómetros, esa es la distancia que sin saberlo tendríamos que recorrer para devolver nuestro Ford Edge al parking de Avis de donde lo estábamos sacando. La primera de las direcciones de la lista de destinos pre-memorizados que llevábamos en el GPS era nuestro hotel de Santa Mónica así que nos pusimos en marcha, como era Sábado por la tarde, el tráfico era muy fluido y llagamos en un momento.
El check in fue de lo más rápido, paré en la puerta del lobby del hotel, me tomaron los datos de la tarjeta y en 5 minutos habíamos aparcado y estábamos en la habitación organizando un poco las maletas... como serían aproximadamente las 9 de la noche decidimos ir al Pier de Santa Mónica, que estaba a unos 5 minutos en coche del hotel, para buscar algo de comer antes de irnos a la cama y de paso conocer uno de los puntos previstos en nuestra visita a L.A.
Nos dirigimos al parking público que está en el centro comercial de la 3er Street Promenade y antes de ir al Pier decidimos dar un rodeo y pasear por dicha calle. Unos cuantos minutos después llegamos a nuestro objetivo (que estaba muy ambientado) y tras la foto de rigor en el portal de entrada y en el banco de Forrest Gump, cenamos y paseamos por allí hasta llegar al final del Pier (fin de la ruta 66 pero comienzo para nosotros).
Quedamos encantados con nuestra primera toma de contacto con Los Ángeles y nos marchamos al hotel a eso de las doce con ganas de que llegara el siguiente día para seguir viendo más cosas.
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Domingo 10 de Junio. Al día siguiente a las 6 en punto de la mañana sonaba con puntualidad británica el despertador de mi móvil, pero como ya llevábamos una hora despiertos por los efectos del Jet Lag lo apagué justo cuando nos íbamos a montar en el coche para iniciar nuestro maratón por Los Ángeles (pensé: que bien, vamos a empezar una hora antes de lo previsto y ademas estoy como si hubiese dormido 14 horas).
El primer destino del día fue el Barrio de Bel Air, queríamos ver la mansión que se utilizaba de exterior en la serie de Will Smith, "El Príncipe de Bel Air" y donde vivió y falleció Michael Jackson (2 de mis artistas americanos favoritos).
De ahí pusimos rumbo al también exclusivo barrio de Beverly Hills, aquí teníamos previsto hacer 3 paradas, la primera en el Hotel Beverly Hills, la segunda en el gran cartel que da la bienvenida al barrio y la tercera en Rodeo Drive.
La verdad es que el hecho de que fuera Domingo y tan temprano nos daba la posibilidad de ir de un punto a otro con total rapidez, ya que prácticamente no había tráfico y había muchos aparcamientos libres (y sin necesidad de pagar el parquimetro).
Realmente no sabría decir que hora sería pero ya llevábamos unas cuantas dando vueltas y viendo cosas y empezábamos a tener hambre, como por la zona no vimos nada abierto excepto el hotel que estaba frente a Rodeo, (y tenía pinta de ser bastante caro), le propuse a Macarena ver un par de cosas rápidas de camino a Hollywood Boulevard y desayunar allí.
El primero de esos puntos intermedios en nuestro camino al Paseo de la Fama fueron los Pozos de Brea de Tar Pits ...
... que al final me gustaron más de lo que creía, aunque no entramos en el museo, el olor a alquitrán y el hecho de ver aquella laguna rezumando petróleo de forma natural me pareció de lo más curioso que vi en todo L.A.
El segundo de los puntos intermedios fue L.A. Ink, el famoso estudio de tatuaje del programa de la MTV.
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Al final el breakfast que teníamos previsto hacer en Hollywood Boulevard se convirtió en un lunch, por lo que decidimos tomárnoslo con calma y reponer fuerzas. Habíamos visto cosas muy interesantes por la mañana pero ahora empezaba realmente lo bueno, caminar por el Paseo de la Fama y ver las estrellas, poner las manos en el cemento, ver sitios tan emblemáticos como el Teatro Kodak o el cartel de Hollywood...
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En mi opinión definiría al Paseo de la Fama como un lugar divertido donde pasar un buen rato, el debate de si es más o menos bonito no tiene fundamento, es un sitio único.
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Bueno llegó el momento de conducir un poco más, ya habíamos visto el cartel de Hollywood pero queríamos verlo desde más cerca, así que pusimos rumbo al 2560 de North Beachwood, en aquellas colinas el navegador se lió un poco pero al final conseguimos llegar. Las vistas tanto del cartel como del downtown eran magníficas y el cielo que había amanecido nublado se había despejado completamente.
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Con nuestro botín de fotos del cartel de Hollywood fuimos bajando la colina hasta enlazar, muchas curvas después, con la calle Beachwood, última mirada por el espejo retrovisor al cartel y nos ponemos en camino hasta el siguiente destino "el Downtown". Esta vez el navegador nos llevó por una de las famosas Highways de L.A. aunque tampoco son para tanto, cosas peores he visto yo en Madrid o Barcelona.
Los puntos a visitar en nuestra siguiente parada iban a ser la Calle Carrol, el Pueblo de Los Ángeles, Union Statión, Walt Disney Concert Hall, Pershing Square y el Stapler Center. Pensaba que al enlazar estos puntos vería el resto de cosas interesantes del centro, y creo que así fue.
Carrol St: Merece la pena verla.
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El Pueblo de Los Ángeles: Mucho ambiente, (little mexíco), aquí se encuentra la casa más antigua de toda la ciudad, se puede visitar de forma gratuita.
Union Station: Como cuando vas a NY a ver la Estación Central, (por verla y para ir al restroom).
Walt Disney Concert Hall y alrededores: Aparcamos el coche justo al lado he hicimos una ruta circular andando entre los rascacielos del downtown hacia Pershing Square y volvimos por el Bradbury Building, el tiempo que nos llevo aprox. fue de una hora y media.
Stapler Center: No nos podíamos ir de L.A. sin ver la "casa" de Pau, última parada en el Downtown.
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Del Stapler Center pusimos rumbo a Venice Beach (hay una autopista que va directa, tardamos unos 40 minutos en llegar), íbamos muy bien de tiempo, recuerdo que miré la hora y serían sobre las 5 de la tarde cuando llegamos, nuestra idea era estar en Venice hasta un poco antes de que se pusiera el sol.
Había multitud de gente por todos lados, el ambiente era impresionante, parecíamos extras de una película de Hollywood, por donde miraras veías una escena de película o de serie de TV, solo faltaba ver corriendo por la playa a Mitch Buchanan.
Tras el paseo por Venice nos quedaba una última cosa que hacer en Los Ángeles, ver la ciudad desde el Observatorio Griffith. Sin saberlo, el camino se nos hizo muy ameno en parte porque pasamos por el barrio gay de L.A. donde vimos mucho "ambiente" por las calles. Unos 40 minutos más tarde llegamos al observatorio, había mucha gente queriendo aparcar, así que tuvimos que dar un par de vueltas hasta que por suerte encontramos un sitio, ya no se podía acceder al parking del observatorio así que lo dejamos en la cuneta de la carretera de acceso y tuvimos que andar unos 10 minutos para llegar.
Las vistas eran impresionantes, y la verdad es que quedé encantado con las fotos que tomé (en parte gracias al trípode que Macarena me regaló por mi cumpleaños un mes antes).
Finalizada la sesión de fotos y después de recibir la enhorabuena de un americano que tenía al lado y que había estado cotilleando, entramos en el observatorio para ver la exposición y un reloj de péndulo que había en la entrada, tras lo cual dimos por finalizado nuestro tour por Los Ángeles y decidimos ir a cenar al Universal City Walk antes de regresar al hotel.
Cenamos en un Johnny Rocket y dimos un paseo por la calle principal del centro comercial, ya solo estaban abiertos los restaurantes y las tiendas de souvenirs, por lo que decidimos marcharnos al hotel para descansar tras un largo pero fructífero día.
Ojo.... lo que fue alegría por la mañana se convirtió en un martirio por la noche, al montarnos en el coche para irnos al hotel nos dio el "bajón", el sueño llegó de golpe y tendríais que habernos visto cantando y haciendo el ganso en el coche para no quedarnos dormidos, la vuelta fue una tortura ya que el navegador nos llevó por el centro de la ciudad y con los semáforos tardamos una eternidad, o eso nos pareció a nosotros, en llegar al hotel.
Bueno, como conclusiones de nuestra estancia en L.A. comentar que es una ciudad que merece la pena ver, ofrece mucha diversión, el ambiente es impresionante y si vais en fin de semana os podréis mover con facilidad. Creo que llevando un buen planning, la ciudad se puede ver en un par de días, con un tercero si se quiere ir a uno de los parques temáticos.
Enlace al vídeo que resume nuestra visita a Los Ángeles: vimeo.com/129288662