Hoy es el último día real del viaje, porque mañana será el largo viaje de vuelta. Tenemos un día entero para explorar algunos puntos de la ciudad. Para variar, no salimos demasiado temprano del hotel (La puntualidad no va con algunas personas). Nos dirigimos a la estación de metro de la línea M Midosuji Line, concretamente la parada de Senri Chuo. Lo primero es comprar un billetito para todo el día para usar metro, tranvía y autobuses urbanos, por el módico precio de 850 JPY. La primera sorpresa que nos llevamos es que el billetito en cuestión no nos vale para la estación de Senri Chuo, porque estamos como en un tramo distinto al urbano. El tren que se toma aquí sólo va hasta la estación de Esaka , así que tenemos que pagar un suplemento . En la estación de Esaka cambiamos de tren y ya si podemos hacer uso de la tarjeta. En la 5ª parada, la de Umeda, nos bajamos. Nuestro objetivo es el edificio Umeda Sky. Comprobamos que la estación es probablemente casi tan grande como la de Shinjuku en Tokio. Empezamos a recorrer pasillos, salimos al exterior, donde podemos ver rascacielos, una noria, centros comerciales y puentes elevados. Es como estar en una ciudad futurista. Tras recorrer otra galería salimos nuevamente al exterior y ya vemos un lado del edificio Umeda, aunque la complicación es encontrar la calle adecuada. Tardamos más de media hora en llegar, a pleno sol. Definitivamente hemos tomado la salida incorrecta en la estación.
El edificio Umeda Sky es como una versión futurista del Arco de Triunfo de París. Son dos torres gemelas en cuya parte superior hay un mirador llamado "El jardín colgante". La forma de subir hasta este mirador es espectacular. En primer lugar se toma un ascensor que a ritmo vertiginoso te lleva hasta las últimas plantas. Aquí se toma una escalera mecánica que literalmente colgada del vacío te lleva hasta la parte inferior del mirador. Afortunadamente la escalera está acristalada.
El edificio Umeda Sky es como una versión futurista del Arco de Triunfo de París. Son dos torres gemelas en cuya parte superior hay un mirador llamado "El jardín colgante". La forma de subir hasta este mirador es espectacular. En primer lugar se toma un ascensor que a ritmo vertiginoso te lleva hasta las últimas plantas. Aquí se toma una escalera mecánica que literalmente colgada del vacío te lleva hasta la parte inferior del mirador. Afortunadamente la escalera está acristalada.
Desde el Jardín Colgante hay una preciosa panorámica de la bahía de Osaka y de la zona de rascacielos de Umeda. El día ha salido muy despejado.
Bajamos del Umeda Sky y volvemos hacia la estación de Umeda. Conseguimos encontrar un camino que nos lleva más directo a la estación, aunque la complicación ahora es diferenciar la estación de metro de la de tren. Lógicamente tenemos que preguntar. Una vez que entramos en la estación tenemos que llegar al andén de la línea Yotsubashi. Es toda una odisea, un recorrido larguísimo de 15 ó 20 minutos por los subterráneos de Umeda, total, para bajarnos en la siguiente parada,la de Higobashi. Nuestro próximo objetivo es visitar el Museo Nacional de Arte (420 JPY), que está a unos 10 minutos aproximadamente de esta parada de metro.
Al museo hemos llegado tardísimo, sobre la 13:00, así que sólo tenemos 1 hora para visitarlo, de modo que no se nos haga muy tarde para almorzar. El museo alberga 2 colecciones temporales: una de arte ruso, de la época imperial, con joyas de los zares y de la iglesia ortodoxa (la más interesante desde mi punto de vista; la otra de arte contemporáneo, donde sigo manteniendo mi opinión de que es una tomadura de pelo, salvándose para mi gusto sólo algunas obras.
Después de esta visita tan rápida nos vamos a pasear y comer a Dotombori. Cogemos la misma línea de metro y nos bajamos en Namba. Dotombori es una en el distrito de Minami, zona con muchos bares, restaurantes, clubes de alterne, salas de striptease, galerías comercialess, salas recreativas (destacan las salas de pachinko) y sobre todo mucha animación, con un punto bastante hortera. ¡Me encanta!. Los primeros edificios que vemos son un hotel del amor (o al menos lo parece), otro con unos pies (de gusto un poco dudoso) y un establecimiento con un barco pirata.
Después de esta visita tan rápida nos vamos a pasear y comer a Dotombori. Cogemos la misma línea de metro y nos bajamos en Namba. Dotombori es una en el distrito de Minami, zona con muchos bares, restaurantes, clubes de alterne, salas de striptease, galerías comercialess, salas recreativas (destacan las salas de pachinko) y sobre todo mucha animación, con un punto bastante hortera. ¡Me encanta!. Los primeros edificios que vemos son un hotel del amor (o al menos lo parece), otro con unos pies (de gusto un poco dudoso) y un establecimiento con un barco pirata.
Según avanzamos por Dotombori nos vemos inmersos en una marea humana de gente, restaurantes, comercios, etc...
Elegimos para almorzar el restaurante que tiene el cangrejo encima de la puerta de entrada, cangrejo que se mueve, por cierto. El restaurante no tiene menú, es para elegir a la carta, y está especializado en marisco. Pedimos tempura variada y patas de cangrejo. Aunque es algo caro y no se come demasiado, porque el marisco tiene cáscaras fundamentalmente, merece la pena probar otro tipo de gastronomía diferente. El restaurante tiene una buena vista del canal y de las calles más concurridas.
Salimos y seguimos por la calle principal. Llegamos a una sala de pachinko, un juego parecido a las clásicas máquinas recreativas. Se caracteriza sobre todo por lo ruidoso que es, ya que se utilizan unas bolitas de acero. El objetivo supongo que debe ser conseguir los máximos puntos posibles. Al terminar la partida los puntos conseguidos se pueden canjear por premios. Parece que están prohibidos los premios con dinero, aunque creo que se suele hacer la vista gorda. Estar más de 5 minutos en una de estas salas es una buena forma de conseguir una buena sordera.
Salimos y seguimos por la calle principal. Llegamos a una sala de pachinko, un juego parecido a las clásicas máquinas recreativas. Se caracteriza sobre todo por lo ruidoso que es, ya que se utilizan unas bolitas de acero. El objetivo supongo que debe ser conseguir los máximos puntos posibles. Al terminar la partida los puntos conseguidos se pueden canjear por premios. Parece que están prohibidos los premios con dinero, aunque creo que se suele hacer la vista gorda. Estar más de 5 minutos en una de estas salas es una buena forma de conseguir una buena sordera.
Son las 5 de la tarde y no nos queremos ir sin visitar el acuario. Volvemos al metro y hacemos transbordo para llegar a la estación de Osakako, de donde el acuario queda a 5 minutos. Este acuario tiene el tanque de agua más grande del mundo. Su atracción estrella es el enorme tiburón ballena, que está acompañado de otros escualos más pequeños, rayas y tortugas. La entrada es cara, 2000 JPY, pero merece la pena. Cuando entramos, el acuario está a tope. No sólo vemos los animales anteriores, sino también medusas, un ejército de centollos, pingüinos y fauna del océano Pacífico en general.
Salimos ya al cierre del acuario, sobre las 8, y nos vamos a cenar a un restaurante japonés en el centro comercial que hay frente al acuario. Menú de sushi, tempura, arroz, encurtidos vegetales y sopa de miso por 1400 JPY. No está mal para despedirse. Tras la cena volvemos a Dotombori para ver el ambiente nocturno. Serán sobre las 10 de la noche y nada que ver con el gentío que había al mediodía. Hay muy poca gente, a pesar de que se suponía que en esta zona habría mucho ambiente nocturno. Será que está todo el mundo en los locales de alternes y de striptease, así que recorremos la calle principal y volvemos al hotel.
Finalmente la tarjeta de 1 día que compramos nos ha aprovechado bastante, puesto que hemos subido en el metro al menos 6 veces. Cuando llegamos al hotel ya tan sólo nos queda hacer la maleta y dormir.