Aunque el horario del desayuno es a partir de las 6.30, el hotel tiene la deferencia de abrir la cocina para los viajeros del tren a la hora necesaria y es que Riobamba se ha reactivado mucho gracias a esta atracción turística.
5.30 am, primer cirulo marcado en rojo del viaje. Empezábamos nuestro paseo por el ferrocarril nariz del diablo considerado uno de los ferrocarriles más difíciles del mundo. Discurre por una altitud media de casi 3000m y unía en su origen (principios del siglo xx) la costa con la sierra (Guayaquil- Quito).
La nariz del diablo es una roca con unos 1900m de desnivel que para superarla el ferrocarril hace un zig zag especial en el que hay tramos en los que se va marcha atrás.
Hoy en día es un tren meramente turístico ( realmente es un vagón locomotora y no se puede ir encima de los vagones como antes porque”algún gringo pendejo se cayó y lo han prohibido”, aunque lo están renovando y mejorando para que sea lo que un día fue) pero el paisaje andino que se vislumbra es merecedor de los 10 $ que cuesta el boleto. (… y eso que el Chimborazo no se dejó ver en ningún momento y es que “ese man es tímido con los turistas”).
El recorrido del tren es Riobamba-Alausí-Sibambe-Alausí y desde allí volvimos en bus a Riobamba después de comer.
Salimos tras recoger las maletas y tomar café en el hotel para llegar de día a Baños segunda etapa del viaje ya en la pre-selva. El paisaje cambia drásticamente la vegetación se hace mucho más densa y las frutas se convierten en las reinas del paisaje dejando los campos serranos con tapices de herencia inca lleno de grano.
A lo lejos se asoma la Mama Tungurahua uno de los volcanes activos del Ecuador, cuya última erupción fue en 2010. Ahí es donde aprendí que hay volcanes Mama y Taita (madre y padre en quichua).
Esta vez nos alojamos en el Hotel-Spa Monteselva; unas cabañas en lo alto del pueblo con vistas a Baños y a 10 minutos caminando del centro ( muy recomendable sobre todo para grupos). Baños es un lugar muy interesante donde el turista se mezcla con el autóctono, con tranquilidad pero con vida nocturna, con una naturaleza increíble y un deleite para los amantes de los deportes de aventura.
Hicimos un primer contacto con el pueblo y nos retiramos tras cenar y reservar un par de atracciones de deporte aventura para los siguientes días.