4 de Septiembre 2011:
Se ríen de nosotros… ¡en nuestras narices!
Adiós Holanda, una estación de trenes monumental y perdidos por Brujas, lloviendo…
Parte 2
Salimos de la estación por la puerta principal y nos encontramos con una ciudad majestuosa, enorme, una ciudad, ciudad, como mandan los cánones. Y en esta zona estamos justo en el barrio de los diamantes, algo que caracteriza sobremanera a Amberes, pues es el centro del mundo en cuanto a este mercado se refiere. Barrio judío, barrio de los diamantes o barrio de la estación, como queráis llamarlo, una zona llena de gente, de joyerías, etc. Con la calle De Keyserlei que va recta hasta que pierdes la vista.
www.visitantwerpen.be/
Aquí la web de la Oficina de Turismo, aunque no la encontraréis en español, por eso os dejo una web donde veréis info en nuestro idioma. Pero qué bueno que soy! Aunque nosotros no visitamos la oficina, porque íbamos servidos con nuestra guía Lonely Planet de Bélgica y Luxemburgo, que tiene de todo. Tenéis una Tourist Office en la estación de trenes y otra en el centro del casco histórico, en la Grote Markt.
www.flandes.net/ ...e/amberes/
Amberes, segunda ciudad más importante de Bélgica, reconocida por la moda a nivel mundial, en definitiva, tenéis que visitarla si vais algún día a este país. Yo, no os cuento mucho más, eso sí, os cuento lo que nosotros hicimos por allí y lo que nos dio de sí la visita.
Seguimos la calle sin desviarnos, to’tieso, y vamos viendo los edificios monumentales y las tiendas, es como la Gran Vía de Madrid versión belga. Pasamos por fuera de la Opera y de la estatua a Van Dyck, y pillamos la calle Leystraat que es la que sigue a la que estamos atravesando, todo recto, pero el nombre de la calle cambia. A los pocos minutos llegamos a la casa de Rubens, es decir, la Rubenshuis, que data de 1611 y recomendaba nuestra guía.
www.rubenshuis.be/
Podéis poner la web en inglés, es la casa que se construyó como residencia y estudio del célebre pintor Pieter Paul Rubens. Allí, pagando 1 euro (precio jóvenes y estudiantes) pudimos disfrutar de un rato agradable, visitando la casa (no dejan sacar fotos dentro) donde se pueden ver muebles de la época y cuadros realizados por el propio pintor. Además hay un patio con unos jardines preciosos, con esculturas, etc. Recomendable 100%. Atentos si llegáis por la tarde porque cierra a las 17:00, por cierto, hay taquillas para que dejéis las mochilas totalmente gratis.
Salimos, y nos vamos hacia el centro de la ciudad por la calle que ahora se llama Meir, y no, no tenéis que desviaros porque es todo el mismo camino desde la estación, aunque vaya cambiando de nombre. Esta zona comercial tiene mucho ambiente, muchas tiendas y centros comerciales, da gusto pasear por allí. Llegamos al Meibrug, donde la calle se divide en dos, cogemos la de la izquierda, en realidad cojáis por donde cojáis llegaréis al mismo lugar, la Groenplaats, pero por la izquierda se llega al principio de la plaza, pudiendo recorrerla toda y llegar hasta la catedral, mientras que por la derecha os lleva directamente a la zona de la catedral , quedando toda la plaza a vuestras espaldas.
Esta plaza fue el cementerio principal de Amberes hasta el s. XVIII y ahora, en el centro, alberga una estatua de Rubens que data de 1840, cuyo alrededor encontraréis cafés y restaurantes con terraza, entre otras cosas, como personas haciendo malabares, tocando música, etc.
Estuvimos por allí paseando y paramos en un McDonalds, comimos, y proseguimos el camino, esta vez hacia la plaza de la catedral, para ver su fachada. Simplemente al llegar al final de la Groenplaats coged a la izquierda por un callejón, no tiene pérdida, y tras pocos pasos estáis en la Handschoenmarkt. A no ser que vuestra cámara posea un gran angular enorme no creo que podáis captar la totalidad de la fachada. Yo me acosté en el suelo y aun así no pillaba su totalidad.
Esto se debe a que la Onze Lieve Vrouwekathedraal, o catedral de Nuestra Señora en nuestro idioma, es con su torre de 123 metros, lo más alto y bello que podréis encontrar en Bélgica, al menos así lo afirma nuestra guía. El precio de 5 euros nos hizo echarnos para atrás y simplemente la admiramos por fuera (en un viaje con mi novia unos meses después pude entrar y flipé en colores, pero eso lo dejo para ese diario de viaje, que llegará en cuanto termine este).
www.dekathedraal.be/
Tardaron 169 años en contruirla, desde 1352 a 1521. Dentro de ella se encuentra, por ejemplo, el célebre tríptico del Descenso de la Cruz de Rubens.
Yendo hacia la izquierda nuevamente, si estás mirando hacia la catedral, atravesando otro pequeño callejón os topáis de bruces con la Grote Markt o Plaza Mayor de Amberes, desde donde se ve la torre de la catedral tan bonita como en la imagen que os acabo de poner aquí encima.
Allí se encuentra el Ayuntamiento y una fuente muy especial y característica de la ciudad, la de Brabo. Todo el conjunto es realmente precioso, la mejor plaza que habíamos admirado hasta el momento, por la arquitectura y la riqueza de las casas o gremios situados a su alrededor, por su suelo adoquinado, por sus terracitas con mesas y gente tomando algo, por el espléndido ayuntamiento de 1565, y por… UNAS JODIDAS GRADAS ROJAS QUE NOS IMPEDIAN DISFRUTAR DEL MOMENTO COMO SE MERECIA!!!
¿Pero qué pintaba aquello allí… tapando la fuente casi al completo y gran parte de la plaza?
No lo entendíamos… aquello era como quitarle el caramelo a un niño. Para muestra un botón:
Me quité la espinita unos meses después, como os dije antes, en mi segunda visita al país que me enamoró, Bélgica, pero continuemos con la ruta.
Nos disponemos a dar un rodeo por la zona del puerto, de los más grandes del mundo, y para ello cogemos por una de las callejuelas que salen a la izquierda de la plaza, por donde se encuentra la oficina de turismo, para luego torcer de nuevo a la izquierda por la Oude Beurs, donde pudimos ver cosas como la siguiente imagen, justo encima del portal de una casa, arte gratuíto.
Disfrutando del paseo llegamos a la Kulperstraat, que desemboca justo frente al castillo de la ciudad, el Het Steen, en Steenplein. Es un castillo que data de 1200 y que ocupó el primer asentamiento galorromano de Amberes. Pero no nos entretuvimos, el tiempo premia y teníamos que acabar de ver la ciudad y llegar a Brujas. Con el río Escalda al ladito, paseamos con unas vistas maravillosas.
Simplemente andamos por la ribera del río para torcer de nuevo a la izquierda por la Suikerrui, que te ofrece estas preciosas vistas:
Y así llegamos de nuevo a la Grote Markt, lugar de un merecido descanso en una terracita tomando una cervecita y un cigarrillo, hablando de lo que hemos hecho durante el día, de la gente que va y que viene, disfrutando de una buena tarde, había dejado de llover, qué más se podía pedir en esos momentos…
La fuente que hay en su centro, la de Brabo, hace referencia a una leyenda popular muy arraigada a la ciudad, la que dio origen a su nombre. Esta leyenda comienza con Druon Antigoon, un gigante que controlaba de forma malvada el río Escalda y cobraba peaje a todo aquel que quisiera pasar. Un guerrero romano, Silvius Brabo, puso fin al terror matando al gigante, para luego cortarle una mano y tirarla al río. Esto es el hand werpen o lanzamiento de mano, que acabaría convirtiéndose en Antwerpen, que significa Amberes. Esta es la leyenda resumidita, si queréis saber más podréis encontrarla en guías, en San Google, o visitando la ciudad. Pues eso, que la fuente hace referencia a este hecho.
Ya se está haciendo tarde, y vamos hacia la estación de trenes por la otra parte de la ciudad, tomando un recorrido diferente al que habíamos hecho antes. Por la calle trasera a la catedral se llega a la plaza Hendrix Conscienceplein, cuyo nombre rinde homenaje al escritor romántico de mismo nombre, nacido a principios de s. XIX. Allí nos topamos con la hermosa fachada de la iglesia barroca St – Carolus – Borromeuskerk. Fue diseñada por Rubens, allá por el año 1621, cuando éste se pasó a la arquitectura. En 2009 sufrió un incendio que produjo daños graves, se salvó poca cosa, entre ellos sus confesionarios y el retablo mayor, y estaba, pues, de reformas, por lo que no pudimos entrar.
Pasamos por su parte trasera, por la calle St Katelijnevest, para torcer a la izquierda por la Lange Nieuwstraat. Caminando encontramos otra iglesia, la St Jacobskerk, o iglesia de Santiago, en cuya acera había una concha del camino del peregrino, que pasaba por allí.
Desde allí a la estación no hay pérdida, porque siguiendo recto llegas fácilmente, aunque callejees un poco, está todo bien señalizado. Llegamos a la estación, cansados, y nos vamos a recoger las mochilas a las consignas y a mirar el próximo tren que nos llevara a Brujas. Lo cogemos a las 19:34 y nos despedimos de Amberes.
Llegamos a Brujas a las 20:58, y como el alojamiento quedaba un poco alejado de la estación, tenía mirado un bus que salía de allí y nos dejaba en la Markt. Así que, ya de noche y lloviendo a mares buscamos el bus y preguntamos a la conductora si nos avisaba al llegar a nuestra parada, pues no sabíamos dónde era y menos de noche. Ella afirmó educadamente y nosotros, en un bus repleto de gente, nos quedamos de pie con el mochilón y la mochila de asalto a la espalda y al pecho, allí apretadillos e incómodos, pero pensábamos que no tardaríamos mucho en llegar al centro de la ciudad. La conductora era primeriza, o eso creemos, porque a su lado había un tío bizco que le indicaba dónde parar y dónde girar, muy simpático el tío, riéndose de nosotros todo el camino hablando con la conductora, no paraban de hablar.
Tras una hora dando vueltas en la jodida guagua, lloviendo, de noche, atravesando la ciudad a un lado y a otro, y nosotros de pie, ya nos empezamos a mosquear, mucho… Hasta las narices le preguntamos que por qué no hemos llegado a la Markt y se empiezan a descojonar en nuestras caras, la conductora y el bizco, y nos dicen que nuestra parada quedaba a tomar por el culo y que se habían olvidado de avisarnos.
Nos dejaron tirados en una de las últimas paradas del bus, en una de las puertas antiguas de la ciudad, lloviendo a cántaros, a oscuras, sin mapas, a las 11 de la noche casi… Y se van tan panchos, no nos devolvieron ni el dinero del ticket…
Media hora caminando dirección al centro, con las navajas suizas en el bolsillo por si las moscas, vemos venir a un grupo de gente a lo lejos y las empuñamos por si nos atracan o algo, que estábamos a las afueras, en territorio desconocido, y cuando se nos acercan era una familia con niños… jajajaja qué mal pensados somos, pero en esos momentos…
Llegamos a la Markt, la plaza central de Brujas, y de allí al hostel otros 10 minutos caminando, y lloviendo. Llegamos, check – in y preguntamos por algún sitio para comer, porque la cocina cerraba a las 11 y no podíamos cocinar nada, y nos dice que para comer a la Markt!!! Pues va a ir caminando de nuevo otro porque yo no iba…
Subimos a la habitación, nos acostamos sin cenar, y cuando creíamos que todos dormían, pasó algo realmente inquietante, pero eso lo cuento en el próximo capítulo… os quedáis con la intriga chavalines!!!
Gastos del día:
- Tercera parte de taquilla Dordrecth = 1.80 €
- Pan Pizza en Dordrecht = 1.90 €
- Tercera parte de taquilla Amberes = 1.16 €
- Casa Rubens = 1 €
- McDonalds = 6.15 €
- Cerveza en Amberes = 3.80 €
- Guagua en Brujas = 2 €
Total del día = 17.81 €