Bajamos a desayunar (el desayuno se sirve de 7,30 a 10 de la mañana) a la terraza. La marea estaba alta y si te asomabas a la barandilla veías un montón de peces, algunos de colores, esperando a que se le cayera alguna miga a los comensales. En el desayuno consiste en café, té o chocolate (sólo 1 a elegir) con tostadas bien sea con mantequilla y mermelada o con huevo frito o en tortilla. Cualquier otra cosa (zumos, fruta…) se paga aparte.
“D” fue a preguntar a la agencia de buceo que hay al lado, pero por horarios les resultaba imposible admitirlo. En la agencia de al lado le planificaron todo para que el día que nos marchamos en avión no haga ninguna inmersión (por temas de presión y esas cosas). La escuela se llama Diver Universal.
Hacen bautismos de buceo o cursos para obtener el PADI (inmersión hasta 18 metros). El calendario le quedó así: 19 de julio: cursillo teórico por la mañana y primera práctica en la playa por la tarde. 20 de julio: 3 inmersiones. 21 de julio: examen final. Si mañana 21 no hubiéramos tenido que volar, le regalaban una inmersión, pero qué le vamos a hacer…! El curso completo cuesta 980 RM y cargan un 3% más por pago con tarjeta de crédito.
Dado que el curso de submarinismo empezaría a las 12, alquilamos unas gafas con tubo en la recepción del hotel (5 RM) y contratamos un wáter taxi para ir a la Playa Tortuga. El precio era de 15 RM por persona y trayecto, es decir 60 en total, pero regateando conseguimos que lo derajan en 50 RM.
A las 9 salíamos hacia la playa Tortuga. En menos de 10 minutos llegamos. El sitio es precioso y sólo había un chico. Quedamos con el “taxista” en que vendría a buscarnos a las 12 del mediodía. La playa es muy larga, de arena blanca y fina y agua color turquesa. Hay una zona vallada donde guardan los huevos de las tortugas, aunque el guarda nos contó que hacía 6 días que no aparecía ninguna para el desove. “D” se fue a nadar y dice que vio un banco de peces de colores y 2 peces gigantes justo a su lado, pero no tuvo suerte con las tortugas.
A las 12 llegó nuestro barquero y nos llevó de vuelta a nuestra playa. Le pagamos cuando ya nos había dejado en nuestro destino.
El resto del día se pasó tomando el sol yo y de cursillo él. Para la cena repetimos en nuestro hotel. Nos habría gustado probar en el Mama, que esté en otra playa, pero para llegar hasta allí hay que coger wáter taxi (que de por sí es caro y hay que sumarle el recargo por ser de noche) o caminar por la selva…y a mí me daba miedo.
Esta noche cenamos:
Zumo de piña (6 RM), zumo de mango (7 RM), arroz thai (10 RM) y un cornete (5 RM)
200 gr de gambas (30 RM)
500 gr de pescado (35 RM)
350 gr de calamar (24,50 RM)
Total: 124,50 RM
De nuevo un rato de ordenador con wifi del restaurante…y a intentar dormir.
“D” fue a preguntar a la agencia de buceo que hay al lado, pero por horarios les resultaba imposible admitirlo. En la agencia de al lado le planificaron todo para que el día que nos marchamos en avión no haga ninguna inmersión (por temas de presión y esas cosas). La escuela se llama Diver Universal.
Hacen bautismos de buceo o cursos para obtener el PADI (inmersión hasta 18 metros). El calendario le quedó así: 19 de julio: cursillo teórico por la mañana y primera práctica en la playa por la tarde. 20 de julio: 3 inmersiones. 21 de julio: examen final. Si mañana 21 no hubiéramos tenido que volar, le regalaban una inmersión, pero qué le vamos a hacer…! El curso completo cuesta 980 RM y cargan un 3% más por pago con tarjeta de crédito.
Dado que el curso de submarinismo empezaría a las 12, alquilamos unas gafas con tubo en la recepción del hotel (5 RM) y contratamos un wáter taxi para ir a la Playa Tortuga. El precio era de 15 RM por persona y trayecto, es decir 60 en total, pero regateando conseguimos que lo derajan en 50 RM.
A las 9 salíamos hacia la playa Tortuga. En menos de 10 minutos llegamos. El sitio es precioso y sólo había un chico. Quedamos con el “taxista” en que vendría a buscarnos a las 12 del mediodía. La playa es muy larga, de arena blanca y fina y agua color turquesa. Hay una zona vallada donde guardan los huevos de las tortugas, aunque el guarda nos contó que hacía 6 días que no aparecía ninguna para el desove. “D” se fue a nadar y dice que vio un banco de peces de colores y 2 peces gigantes justo a su lado, pero no tuvo suerte con las tortugas.
A las 12 llegó nuestro barquero y nos llevó de vuelta a nuestra playa. Le pagamos cuando ya nos había dejado en nuestro destino.
El resto del día se pasó tomando el sol yo y de cursillo él. Para la cena repetimos en nuestro hotel. Nos habría gustado probar en el Mama, que esté en otra playa, pero para llegar hasta allí hay que coger wáter taxi (que de por sí es caro y hay que sumarle el recargo por ser de noche) o caminar por la selva…y a mí me daba miedo.
Esta noche cenamos:
Zumo de piña (6 RM), zumo de mango (7 RM), arroz thai (10 RM) y un cornete (5 RM)
200 gr de gambas (30 RM)
500 gr de pescado (35 RM)
350 gr de calamar (24,50 RM)
Total: 124,50 RM
De nuevo un rato de ordenador con wifi del restaurante…y a intentar dormir.