LE MONT SAINT MICHEL - CANCALE - SAINT MALO - COSTA GRANITO ROSA (PLOUMANACH). Amanece otro día maravilloso de sol. Tras uno de los días más satisfactorios de las vacaciones, nos dimos la licencia de no madrugar. Teníamos el desayuno incluido y...
LE MONT SAINT MICHEL - CANCALE - SAINT MALO - COSTA GRANITO ROSA (PLOUMANACH).
Amanece otro día maravilloso de sol. Tras uno de los días más satisfactorios de las vacaciones, nos dimos la licencia de no madrugar. Teníamos el desayuno incluido y bajamos a las diez menos diez a desayunar. Ni que decir tiene que todo el mundo se había ido ya y éramos los únicos en el comedor. Los camareros nos miraron con cara no sé si de extrañeza o de espanto, pero como el horario era hasta las 10 no les quedó más remedio que llevarnos a una mesa las viandas que ya habían desaparecido de los mostradores del buffet. La silueta del monte y su abadía permanecía ante nosotros, ahora iluminada de costado por el sol.
Las excavadoras y las máquinas estaban trabajando a todo tren añadiendo una perspectiva terrenal a la mágica silueta.
Después de hacer unas compras, emprendimos la búsqueda del Menhir de Champ Dolent. El GPS no reconoció el lugar, así que nos acercamos a la oficina de turismo de Dol de Bretagne para pedir información, lo que nos permitió ver su Catedral y su preciosa calle principal. Amablemente, me dan un mapa y llegamos al Menhir. Es enorme y no pude evitar imaginarme a mi querido Obelix cargando con la monumental piedra.
Nos dirigimos a Cancale ppor la costa, pasando por Le Vivier-sur-Mer. Paramos al borde la carretera para ver un paisaje sorprendente: bajando la marea, el agua adquiere un extraño color verde claro mientras va dejando grandes brotes de arena y algas al descubierto. Muy al fondo, se divisa un inquietante triángulo envuelto en bruma: apenas se distingue la abadía. Unos kilómetros más adelante, surge sin avisar una hermosa vista aérea de Cancale y alrededores.
Comemos marisco y pescado excelentes a un precio óptimo en un restaurante del Front de Mer de Cancale. Después, vamos a Pointe du Grouin, donde seguimos un rato el sendero de los aduaneros, viendo preciosos parajes de una costa recortada por suaves acantilados, encantadoras calas e islotes enmarcado por aguas verdes, que ayudan a entender por qué se la conoce como “Costa Esmeralda”.
De camino a Saint Malo el tráfico se complica. Quien aún no está en la playa, todavía espera llegar a tiempo de darse un chapuzón. El aparcamiento en Saint Malo se ve casi imposible, así que para no perder tiempo, dejamos el coche en un parking subterráneo frente a la Puerta de Saint Pierre. Es todo un acierto que solo nos cuesta 4,20 euros. Saint Malo es un hervidero de gente, aunque en las murallas el sol y el calor dejan un poco de sitio libre a los turistas más ávidos. Las vistas son preciosas, pero los fuertes varados en la arena por la marea baja y el gentío que abarrota las playas dificulta imaginarse las andanzas de los corsarios... algo ayudan los cañones protegiendo los muros. De todas formas, bonita ciudad y muy agradable paseo.
Para ganar tiempo, vamos por autovía a Ploumanach (costa del Granito Rosa). Nuestro hotelito nos regala unas vistas preciosas del pequeño puerto, cuyas casitas parecen dibujar un paisaje de acuarela.
El sendero de los aduaneros sale junto al hotel. Son cerca de las 8 de la tarde y el sol agudiza con su destello dorado el tono salmón de las piedras pequeñas, grandes y enormes con formas caprichosas que aparecen por todas partes: en el bosque, configurando la costa o en medio del mar, formando islas e islotes. Constantemente hay que separarse del sendero para trepar a las enormes rocas y ver el mar. Me quedo abstraída, contemplado un paisaje idílico, con el bucólico castillo de Ploumanach asentado en una isla. Siguiendo el sendero, aparece la playa de Saint Guirec con aguas de mil colores.
Más adelante, divisamos el famoso faro Mean Ruz con su puente, todo rosa, como las piedras. Esperamos la puesta de sol en el faro y comienza un interminable crepúsculo rosa.
Ya sin sol, nos preguntamos si tendremos luz suficiente para volver a Ploumanach por el sendero. Caminamos más deprisa y el retorno es más corto, pero la luz se desvanece muy despacio y asistimos a un sorprendente crepúsculo con la silueta negra de las islas, perfiladas por rocas y árboles, recortándose contra un increíble fondo que va diluyéndose del fucsia al malva. No paro de hacer fotos aun sabiendo que ni por asomo conseguirán reflejar lo que veo.
@Salodari Jajaja! Bueno, no tanto. Hemos ido muchas veces a Francia. Nos gusta mucho. No nos atenemos a zonas concretas sino a sitios que nos llaman la atención. Por eso, hay bastante mezcla de destinos y he querido recopilar un poco todo. Intentaré arreglarlo un poco más. Gracias y un abrazo.
FRANCIA Y SUS PUEBLOS-2016/2022VIAJE QUE REALIZO CON MI HIJO EN NUESTRO PROPIO COCHE,CON MUCHAS GANAS,MUCHAS EXPECTATIVAS,MUCHA...⭐ Puntos 4.80 (10 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 385
Los faros bretones celebran el bicentenario de la
Lente de Fresnel
El origen del destello que iluminó la costa
El 23 de julio de 1823, Augustin Fresnel y sus revolucionarios dispositivos lenticulares equiparon a no menos de cien faros en Francia y en ultramar. Este invento moldeó el paisaje de nuestras costas, les permitió brillar a lo largo y ancho del mundo y garantizó también la seguridad de las rutas marítimas francesas. De Bréhat a Ouessant, de Gironda a Finistère, de Belle-Ile a la isla de la Reunión, estos guardianes de la costa son testigos de un patrimonio técnico e histórico único. Doscientos años después, los faros celebran el origen de sus destellos a través de exposiciones, visitas insólitas y talleres que dan a conocer a estas lentes y a las grandes innovaciones a que dieron lugar. Los curiosos y apasionados a los faros pueden aprovechar el otoño para acudir a estas tierras y disfrutar, sin prisas, de los grandes paisajes del Finisterre bretón.
Hola !
A ver si me podeis echar una mano con la ruta que queremos tomar, será el próximo septiembre , por lo que hay tiempo de sobra para poder planificar, tenemos 4 días completos que seran así: (coche de alquiler)
Dia1
Aeropuerto de Nantes - Vannes - Rochefort En-Terre - y dormir en Josselin
Día 2
Dinan y Saint Malo (dormimos aquí)
Día 3
Monte San Michel y Fougeres
Para el día 4 no tengo ni idea, habia visto algunos castillos en Blois y cercanias, pero esta bastante lejos en coche (creo que mas de 3 horas). También la parte de Locronan lo veo algo lejano, por otro lado... Leer más ...
Buenas. El castillo de Vitré es muy bonito, pero por dentro...meh. Aunque muy cerca está La Roche aux fées. No te pierdas el menhir de Duchant-Dolent. Yendo dirección a Nantes, podrías visitar Combourg y su impresionante castillo, Dol de Bretagne y Becherel. Y, cerca de Nantes, la poco conocida Clisson.
Lo del día 1 lo veo demasiado apretado. Rennes te da para medio día y a mi sí me parece bonito, y Nantes te da para un día sin problema, no es que sea espectacular pero es perfectamente válido.
El día 2 también va cargadito, solo recorriendo la muralla de S,Malo y la ruta rápida que recomienda la oficina de turismo de Fougeres, has gastado gran parte del día.
En S.Malo dependes de la marea si vas a ver algún fuerte o la piscina natural.