LAS TERRAZAS DE ARROZ DE IFUGAO
Para visitar las terrazas de arroz de la provincia de Ifugao, habíamos reservado tres noches en el Native village, Inn. de Banaue
www.nativevillage-inn.com.
Una vez allí, ya repartiríamos el tiempo sobre la marcha. Teníamos prácticamente cuatro días disponibles, por el hecho de viajar en autobuses nocturnos.
Para ir hasta Banaue, salimos de Manila en el autobús de los 10 de la noche, este trayecto lo hace la empresa Ohayami, que también tienen pagina web, donde hay mas información sobre horarios, reservas etc. El precio son 450 php. ( 9€) (www.ohayamitrans.com)
Sala de espera de Ohayami trans. La de Banaue es mucho mas cutre, pero... tiene karaoke
Los autobuses son bastante viejos. En el de subida, además de sufrir el intenso A/A, tuvimos que aguantar el agua que sale por las toberas del aire. El que mas y el que menos fue haciendo algún invento, unos con precinto, otros con las cortinillas, para tratar de solucionar el molesto goteo.
Después de un pesadísimo viaje en el que no pegamos ojo, (hay algunos que consiguen dormir), llegamos a Banaue a las 7 de la mañana. Allí cogimos el primer triciclo, de los muchos que te acosan y nos encaminamos al Vilage Inn.
Está claro, no? viaje mínimo, 10pp por persona. (20 ctms de euro)
El viaje fue tan largo que hubo que repostar. 1 LItro.. Como en casi todos los viajes con estos vehículos.
La distancia es de 9 km., pero aquí las distancias no se miden en km. Se miden en horas.
Yo ya estaba mosqueadisimo con el del triciclo, porque llevábamos casi media hora, por un camino infernal. Pero es que se tarda una hora...!
A pesar de ello, hemos vuelto encantados con el Village, con los empleados, con el propietario Graham y su hija Monique, con la limpieza, con la comida, con el precio y con el entorno.
Es un sitio encantador, aunque quizás haya que organizar mejor el recorrido, de lo que nosotros hicimos.
Nada mas llegar nos pusieron un desayuno y mientras desayunábamos, aparecieron Mikel y Fátima. Una pareja de Bilbao.
Una vez hechas las presentaciones, nos dijeron que iban a Batad, por si queríamos ir y compartir transporte.
Los jeepnys los pagan los turistas. Los locales se suben al carro por el morro.
No me lo pensé, nos apuntamos de inmediato, sin saber muy bien donde íbamos. Sabía que es uno de los pueblos a visitar, pero poco mas.
Batad es el pueblo que tiene las mejores terrazas. Las mas grandes y las mas bonitas. Con diferencia.
Se encuentra separado de Banaue por una montaña. Esta montaña se puede subir totalmente con jeepny o parcialmente con triciclo. En el caso del triciclo, luego queda una horita de fuerte subida hasta la cima.
El caminito se las trae, sobre todo si te encuentras alguno de frente.
Una vez en la cresta de la montaña, toca bajar a pie un tramo de escaleras de 300 o mas. A mi se me hizo larguísimo.
Al final de las escaleras, hay unas casas, donde encargamos la comida, para que la tuvieran lista a la vuelta.
A partir de allí, nos metemos en un inmenso anfiteatro de terrazas, de una gran belleza.
Aunque las había de diversos colores, en general, las estaban recolectando. Por lo que el color dominante era el dorado.
Al fondo del anfiteatro, se encuentra el pueblo de Batad, dividido en tres minúsculos núcleos urbanos. Todo ello hace un entorno precioso.
Al llegar al ultimo grupo de casas, había otra fuerte bajada, para ir a una cascada en el cauce del río. Yo ahí me planté. No me veía con fuerzas para hacer todo el camino de vuelta. Todavía estaba sin dormir...
Los esperé en una especie tejadillo con un banco, que los nativos emplean para resguardarse de la lluvia. Me quedé profundamente dormido.
A la vuelta recogimos a mi esposa, que se había quedado dormida en las casa donde habíamos encargado la comida. Ella estaba aun mas mermada que yo.
Después de comer iniciamos el penoso ascenso, sobre todo en nuestro estado, por el tramo de escaleras. Solo os voy a decir que llegué al limite.
Una vez arriba, nos esperaba el coche, con el que regresamos al Vilage Inn.
Nosotros pagamos 3600 pp entre coche y guía. A repartir entre tres parejas. 600 por cabeza. O lo que es lo
mismo, 12€. Por pareja. El guía, totalmente innecesario. Al menos el nuestro, que no abrió la boca.
En esa visita conocimos a otra pareja de valencianos, M. Carmen y Luciano, con los que también sintonizamos muy bien y quedamos para compartir la excursión del día siguiente, junto con Mikel y Fátima.
Al regreso de Batad, una vez en el Vilage inn, nos duchamos y me quedé dormido mientras hacían la cena, cenamos y a las 8 y media, ya estaba otra vez dormido. Estaba muerto.
BATAD
- Por el hecho de ser las mejores terrazas, son imprescindibles.
- A Batad solo se puede ir desde Banaue. No hay mas caminos.
- Se puede hacer el camino andando, en Jeepney o combinando triciclo y andando.
- Se puede compartir el jeepny, para que salga mas barato.
- No hacer esta visita sin haber dormido o descansado del viaje en autobús.
Banaue.
Es es un pueblo pequeño, entre feo y horrible, que tiene varias cualidades:
- Es el mas próximo a Batad, por lo que es el origen obligado de esa visita.
- Es el final de trayecto del autobús.
- tiene unas terrazas muy bonitas, muy fotogénicas, aunque no muy grandes.
- es un cruce de caminos. De aquí salen, además del camino que va a Batad, el que va a Bontoc, Sagada y Baguio. Y también el que va a Hapao.
- tiene bastante oferta hotelera de baja calidad, siendo el Native Vilage Inn el mejor con mucha diferencia. Aunque no por ello es caro 1700 pp.
Las terrazas de Banaue son preciosas
O sea que en el núcleo urbano, la construcción y la estética es mas que deprimente, así como la oferta de vehículos disponibles. No vi ni un triciclo decente, ni tampoco un jeepny
Al día siguiente decidimos, con las otras dos parejas, coger un jeepny público y hacer la visita a Sagada.
Así es que nos levantamos prontito y nos pusimos en marcha. Se tarda hora y media hasta Bontoc y otra media hora hasta Sagada. Es otro de los pueblos a visitar.
Tiene mas estructura urbana que los anteriores y mas oferta de actividades.Posee unas bonitas vistas a las terrazas desde un punto de vista diferente, ya que hay que subir un monte y la perspectiva es verlas desde arriba, desde un mirador.
Así es que para verlas, cogimos esta preciosidad y nos fuimos al monte..
Nosotros, después de verlas, decidimos volver al día siguiente, a las cinco de la mañana, para ver la salida del sol. Disfrutamos de unas preciosas vistas.
Primero, solo nubes.
También visitamos el famoso cementerio, en el que cuelgan los ataúdes de una pared, dándole un aspecto insólito. Se ven desde mas lejos de lo que pensaba, lo que obliga a tirar de zoom o de prismáticos, para los detalles.
Otro punto a visitar son unas cuevas y unas cascadas. Esto no lo hicimos por falta de tiempo, pero si lo hicieron nuestros compañeros que lo habían organizado diferente y se quedaron en Sagada un día mas.
Nosotros, al tener el alojamiento pagado en el Vilage, regresamos a Banaue.
Aquí nos despedimos de nuestros amigos, Mikel y Fátima, que regresaban por Baguio a Manila y de allí a Japón . Y de Luciano y M. Carme que lo harían por Banaue.
Por ello, es interesante, no estar mas de dos días en Banaue. Uno para visitar Banaue y su entorno y otro para Batad. Luego, es mejor abandonar la zona hacia Sagada.
Otro pueblo que se puede visitar es Bontoc, que está ante de llegar a Sagada a una media hora de viaje.
Me pareció el mas importante de los que vimos, con mas estructura urbana, con mas oferta turística: rutas de BTT, escalada, Rafting, etc. Además de disponer de unas bonitas terrazas.Por tener, tiene hasta catedral.
Para el ultimo día visitamos la zona de Hapao, que posee las terrazas mas antiguas. Nos aseguró el guia que tienen mas de 4000 años. Para entrar en esta zona hay que pagar una pequeña contribución al mantenimiento del entorno. Me pregunto a que irá destinado, realmente.
Para esta visita nos acompañó, como conductor y como guía, el mejor de la zona: Elvis. Todo un crack. No solo conoce la zona a la perfección, también toca la guitarra y canta.Y no lo hace mal.
Nos acompañó por el valle, entre arrozales hasta llegar a su casa familiar, a la orilla del río.
Transportando el arroz. Pesa 60 kilos y hacen un largo trayecto.
Allí estaba su padre y juntos nos enseñaron la casa, nos dieron una exhibición de como trabajar el arroz, una vez cortado, hasta obtener el arroz limpio.
Quería que nos lleváramos un kilo, pero declinamos la oferta ya que el espacio disponible, en el equipaje, es nulo.
Nos llevó a la iglesia local donde se celebraba un bautizo y al pasar por una carretera nos encontramos una boda, que como local de celebración usaban la carretera.
A la puerta de la iglesia, había unos grabados con unos nativos bailando, exactamente igual que el anciano de la boda.
En definitiva un día muy entretenido.