Tartu, además de la segunda ciudad más grande de Estonia, es su centro neurológico estudiantil ya que en ella se halla la Universidad más prestigiosa y antigua del país
Nuestra visita a la ciudad comenzó en la Pza. del Ayuntamiento donde además de este edificio se contempla la "Estatua de los Amantes"
. Nuestra visita a la ciudad comenzó en la Pza. del Ayuntamiento donde además de este edificio se contempla la "Estatua de los Amantes"
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[/align]Paseando fuimos viendo todos los lugares que indica la guía hasta llegar al Museo del Juguete. Es un museo extraordinario: un lugar para volver a la niñez, no dejéis de visitarlo.
Tras esta entrañable visita, nos encaminamos a Toome, la parte alta de la ciudad donde sobre todo destaca:
> La Catedral, bueno sus ruinas
> La Catedral, bueno sus ruinas
> El Puente del Angel.
De vuelta a la Plaza del Ayuntamiento, tras una pequeño refrigerio en una bodega medieval, nos encontramos con un curioso desfile de música: diferentes bandas.
Aunque el destino final era Tallin, la visita turística era el Lago Peipsi. Según la guía hay arios pueblos de interés de los que nosotros visitamos : Alatskivi, Nina, Kallaste y Mustee pero sólo os recomiendo el primero, a menos que os guste la Naturaleza
Alatskivi fue fácil la llegada, incluso encontrar el principal lugar de interés: su Palacio
Se llega por un camino rodeado de bosque hasta un reluciente castillo blanco con unas excelente vistas al Lago. En este castillo hay dos cosas que hacer:
1.- Visitar el castillo por sólo 5 euros.
2.- Comer en el restaurante situado en las dependencias del propio castillo. Es un lugar acogedor donde podrás degustar tres tipos de comida: estona, escocesa y alemana.
Después de una buena y nada cara comida en el Palacio seguimos nuestra ruta.
Un consejo: si no sois de mucha naturaleza suprimir esta parte de la ruta. Nosotros en nuestro intento de llegar a Mustvee terminamos en Kolja, donde ya estaba cerrado el Museo de los Viejos Creyentes. Después de una vista del lago seguimos hacia Mustvee donde tampoco pudimos visitar sus iglesias (eran ya más de las 19 horas) y volvimos a contemplar el lago
Con todo la llegada a Talin fue con el tiempo justo para cenar a la oscura luz de las velas de Old Hansa. Degustamos una ensalada y carne de caza, o eso creemos porque sólo lo saboreamos no lo vimos.