Tras levantarnos, bajamos a tomar un delicioso, abundante y casero desayuno mientras disfrutamos de una magnifica vista de los Alpes.
Con el estomago lleno partimos hacia el Castillo Neuschwanstein o del Rey Loco, en el que dicen se basa el castillo de Disney. Tardamos aproximadamente unos noventa minutos en llegar por una bonita carretera, rodeada de naturaleza y buenas vistas, por ejemplo del Zugspitze el pico más alto de Alemania con 2962 metros. Eso si la carretera llevaba mucho trafico, incluido muchos camiones. Nosotros nos sacamos antes de ir la tarjeta de 14 días para los castillos y palacios de la zona de Baviera, nos sacamos la familiar por 40€, valida para los dos, nos la mandaron a casa y todo perfecto, nos salio más que rentable ya que con ella visitamos el Castillo del Rey Loco 12€ por persona, Linderhof 8.5 por persona, palacio Herrenchiemsee 8€ por persona, palacio Nymphenburg 11.50€ por persona y la Residenz de Munich con la entrada a combinada al teatro, los tesoros y el anticuario 13€ por persona, el total hubiera sido de 106€, con lo que nos ahorramos 66€ una cantidad considerable y nos ahorramos algunas colas otra cosa a destacar. En el Castillo del Rey Loco teníamos reserva que habíamos hecho por Internet dando el numero de nuestro tarjeta de 14 días, cuando llegamos había una cola para las reserva muy pequeña, nos atendieron rápido y nos atrasaron un poco la visita para que tuviéramos más tranquilidad. Antes de subir al bus que te lleva al castillo sacamos algunas fotos del castillo de Hohenschwangau muy bonito por fuera.
El bus cuesta 2.60€ ida y vuelta, te deja cerca del puente Marienbrücke, desde donde se obtienen unas impresionantes fotos del castillo y de la naturaleza que lo rodea. Nosotros fuimos primero hacia el castillo, llegamos en unos 10 minutos tras hacer varias fotos del entorno.
Nos dio tiempo a deleitarnos con el lugar hasta nuestra hora de entrada.
El Castillo es impresionante por fuera, lastima de una zona de andamios que había por obras, pero por dentro también es interesante, la pena es que no se puedan hacer fotos. La visita dura alrededor de media hora, donde te cuenta un poco la historia del lugar y algunas de las manías del Rey Luis II, mientras te muestran algunas de las salas del castillo donde destaca sobretodo la sala del trono. Como ya digo el sitio nos encanto.
Tras la visita al interior del castillo hicimos unas cuantas fotos más del fascinante exterior, para más tarde dar un paseo hasta el puente de María.
El puente estaba bastante concurrido de turistas sacando la típica instantánea para el recuerdo, nosotros nos hicimos unas pocas, pero también aprovechamos para descansar un rato disfrutando del lugar y su entorno.
Esta visita en la que llevábamos puestas muchas expectativas no nos defraudo, es un sitio que no debería perderse si se esta por la zona. Al bajar de nuevo en el bus nos dirigimos andando al cercano Alpsee un lago cercano a los dos castillos,
disfrutamos un rato por la zona y después nos tomamos unas salchichas típicas de la zona con un refresco de medio litro bien fresquito. Después de reponer fuerzas continuamos nuestro camino con dirección hacia el palacio de Linderhof, pero antes como a una media hora se encontraba el precioso y tranquilo Plansee. Un lago rodeado de montañas y de una verde vegetación y donde aun había rastro de nieve en las cimas que lo rodeaban. Paramos el coche colocamos las toallas en el cesped y tomamos un rato el sol, aparte de pegarnos un refrescante baño en sus cristalinas aguas.
Lo pasamos genial aproximadamente durante una hora, estos momentos son los que más merecen la pena en este tipo de viajes. Luego continuamos muy relajados hasta Linderhof. Una vez llegamos al palacio aparcamos muy cerca de la entrada. En el palacio visitamos la casa marroquí, los jardines, la gruta de Venus y por supuesto el edificio principal.
Es el más pequeño de los tres palacios construidos por Luis II de Baviera y el único que vio terminado, esta hecho en estilo rococó, es digno de ver, la visita es guiada y se tarda poco en ella.
Los jardines del palacio son uno de sus principales atractivos, merece la pena darse un paseo por ellos y disfrutar de sus fuentes. La fuente principal se enciende cada media hora más o menos y las vistas desde arriba son muy buenas.
La fuente en cascadas que da a la parte trasera del palacio también llama la atención.
La gruta de Venus es curiosa de visitar y ver lo que crearon para este rey impresiona. De hecho la denominan la primera central eléctrica de Baviera.
El palacio nos gusto mucho y es una visita muy recomendable. Tras la interesante visita, paramos en Oberammergau, otro pueblo tradicional con bonitas casas pintadas, la mayoría con motivos religiosos, pero sobretodo destaca por sus adornos navideños con motivo religioso o no.
La mayoría de las tiendas y negocios del pueblo están orientados a la navidad. Nosotros tras dar una vuelta por el pueblo, entramos en una de sus tiendas con un montón de cosas para el Belén y el árbol de navidad y compramos un adorno para nuestro árbol. Luego decidimos pasar el resto de la tarde de forma relajada, tomando algo, cosa que hicimos en Telfs, donde pasamos casi toda la tarde. Llegamos al hotel atardeciendo
y tras pasar un rato disfrutando de las vistas desde la terraza,
se nos hizo de noche y nos fuimos a dormir.
Con el estomago lleno partimos hacia el Castillo Neuschwanstein o del Rey Loco, en el que dicen se basa el castillo de Disney. Tardamos aproximadamente unos noventa minutos en llegar por una bonita carretera, rodeada de naturaleza y buenas vistas, por ejemplo del Zugspitze el pico más alto de Alemania con 2962 metros. Eso si la carretera llevaba mucho trafico, incluido muchos camiones. Nosotros nos sacamos antes de ir la tarjeta de 14 días para los castillos y palacios de la zona de Baviera, nos sacamos la familiar por 40€, valida para los dos, nos la mandaron a casa y todo perfecto, nos salio más que rentable ya que con ella visitamos el Castillo del Rey Loco 12€ por persona, Linderhof 8.5 por persona, palacio Herrenchiemsee 8€ por persona, palacio Nymphenburg 11.50€ por persona y la Residenz de Munich con la entrada a combinada al teatro, los tesoros y el anticuario 13€ por persona, el total hubiera sido de 106€, con lo que nos ahorramos 66€ una cantidad considerable y nos ahorramos algunas colas otra cosa a destacar. En el Castillo del Rey Loco teníamos reserva que habíamos hecho por Internet dando el numero de nuestro tarjeta de 14 días, cuando llegamos había una cola para las reserva muy pequeña, nos atendieron rápido y nos atrasaron un poco la visita para que tuviéramos más tranquilidad. Antes de subir al bus que te lleva al castillo sacamos algunas fotos del castillo de Hohenschwangau muy bonito por fuera.
El bus cuesta 2.60€ ida y vuelta, te deja cerca del puente Marienbrücke, desde donde se obtienen unas impresionantes fotos del castillo y de la naturaleza que lo rodea. Nosotros fuimos primero hacia el castillo, llegamos en unos 10 minutos tras hacer varias fotos del entorno.
Nos dio tiempo a deleitarnos con el lugar hasta nuestra hora de entrada.
El Castillo es impresionante por fuera, lastima de una zona de andamios que había por obras, pero por dentro también es interesante, la pena es que no se puedan hacer fotos. La visita dura alrededor de media hora, donde te cuenta un poco la historia del lugar y algunas de las manías del Rey Luis II, mientras te muestran algunas de las salas del castillo donde destaca sobretodo la sala del trono. Como ya digo el sitio nos encanto.
Tras la visita al interior del castillo hicimos unas cuantas fotos más del fascinante exterior, para más tarde dar un paseo hasta el puente de María.
El puente estaba bastante concurrido de turistas sacando la típica instantánea para el recuerdo, nosotros nos hicimos unas pocas, pero también aprovechamos para descansar un rato disfrutando del lugar y su entorno.
Esta visita en la que llevábamos puestas muchas expectativas no nos defraudo, es un sitio que no debería perderse si se esta por la zona. Al bajar de nuevo en el bus nos dirigimos andando al cercano Alpsee un lago cercano a los dos castillos,
disfrutamos un rato por la zona y después nos tomamos unas salchichas típicas de la zona con un refresco de medio litro bien fresquito. Después de reponer fuerzas continuamos nuestro camino con dirección hacia el palacio de Linderhof, pero antes como a una media hora se encontraba el precioso y tranquilo Plansee. Un lago rodeado de montañas y de una verde vegetación y donde aun había rastro de nieve en las cimas que lo rodeaban. Paramos el coche colocamos las toallas en el cesped y tomamos un rato el sol, aparte de pegarnos un refrescante baño en sus cristalinas aguas.
Lo pasamos genial aproximadamente durante una hora, estos momentos son los que más merecen la pena en este tipo de viajes. Luego continuamos muy relajados hasta Linderhof. Una vez llegamos al palacio aparcamos muy cerca de la entrada. En el palacio visitamos la casa marroquí, los jardines, la gruta de Venus y por supuesto el edificio principal.
Es el más pequeño de los tres palacios construidos por Luis II de Baviera y el único que vio terminado, esta hecho en estilo rococó, es digno de ver, la visita es guiada y se tarda poco en ella.
Los jardines del palacio son uno de sus principales atractivos, merece la pena darse un paseo por ellos y disfrutar de sus fuentes. La fuente principal se enciende cada media hora más o menos y las vistas desde arriba son muy buenas.
La fuente en cascadas que da a la parte trasera del palacio también llama la atención.
La gruta de Venus es curiosa de visitar y ver lo que crearon para este rey impresiona. De hecho la denominan la primera central eléctrica de Baviera.
El palacio nos gusto mucho y es una visita muy recomendable. Tras la interesante visita, paramos en Oberammergau, otro pueblo tradicional con bonitas casas pintadas, la mayoría con motivos religiosos, pero sobretodo destaca por sus adornos navideños con motivo religioso o no.
La mayoría de las tiendas y negocios del pueblo están orientados a la navidad. Nosotros tras dar una vuelta por el pueblo, entramos en una de sus tiendas con un montón de cosas para el Belén y el árbol de navidad y compramos un adorno para nuestro árbol. Luego decidimos pasar el resto de la tarde de forma relajada, tomando algo, cosa que hicimos en Telfs, donde pasamos casi toda la tarde. Llegamos al hotel atardeciendo
y tras pasar un rato disfrutando de las vistas desde la terraza,
se nos hizo de noche y nos fuimos a dormir.