Día 6: Salzburgo ✏️ Diarios de Viajes de Austria

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Lo primero que hicimos tras desayunar es coger el coche y dirigirnos al palacio de Hellbrun. Sé que se llega en transporte público, pero para no complicarnos la vida con combinaciones de bus y como teníamos parking en el propio hotel, pusimos el gps y en 15 minutitos ya estábamos aparcando en el palacio (parking de pago).

Sacamos la entrada (gratis con la SC) e hicimos tiempo dando una vuelta por los jardines, esperando que llegara nuestro turno para hacer el tour por los juegos de agua:


El tour era en inglés, pero se entiende perfectamente, y es muy divertido. Te van pasando por las diferentes fuentes... y mojándote. Ojo con las cámaras, hay que llevarlas siempre medio tapadas con la mano porque puede caerles agua, y de qué manera en algunos sitios!


Te van explicando el funcionamiento de las fuentes y para qué las utilizaba el arzobispo, y la verdad es que es todo sorprendente. Especialmente un teatrillo de figuras que se mueven con la fuerza del agua:


Tras el tour nos acercamos hasta el límite de los jardines, y subimos por un camino que conducía hasta el zoo, y como estaba incluído en la la SC entramos, con la idea de dar una vuelta rápida, pero al final estaríamos casi 2 horas. Tiene muchos animales y hacía mucho que no entrábamos en un zoo, así que como niños... Nos gustó mucho, sobre todo porque los animales tienen bastante espacio y el entorno es precioso, con mucha montaña y ambientes muy logrados.


Después del zoo volvimos al palacio y lo visitamos por dentro, con audioguía en español. De nuevo muchos cuartos suntuosos, no sé donde quedaría la regla de pobreza.


Volvimos al hotel, dejamos el coche y cogimos el autobús para ir al centro. Paramos cerca de Mirabell y estuvimos paseando por los jardines (el palacio estaba cerrado), de los que esperábamos más:


De allí fuimos a la casa donde vivió Mozart y, más tarde, a la casa donde nació, ambas incluídas en la SC. Están bien para un vistazo rápido y hacerte una idea de cómo vivía, pero si se tienen que pagar las entradas yo ni me lo plantearía (unos 10€ cada una, creo recordar). Entre medias, comimos en Burger King con la idea de aprovechar al máximo el tiempo en Salzburgo.

Paseamos un poco por Getreidegasse y subimos en el ascensor a Mönchsberg (SC), aunque el museo estaba cerrado por ser lunes, pero se tienen buenas vistas desde allí.


De vuelta al centro, entramos a ver los cuartos de la Residenz (SC), la galería estaba también cerrada por ser lunes, con audioguía en español, que se hace un poco coñazo por el tono monótono de las explicaciones.


seguimos visitando las iglesias del centro y la catedral, muy bonita, con la mala suerte de que se nos pasó el tiempo tan rápido que cuando fuimos a entrar en el museo de la catedral ya iban a cerrar y no nos dejaron entrar. Para otra vez...


De ahí subimos ya a la fortaleza, utilizando el tren cremallera, y empezamos a recorrerla, justo cuando empezaba a llover un poquito, si bien tuvimos suerte y rápidamente paró. Visitamos el museo, las marionetas,...


e hicimos la visita guiada (con audioguía), en la que lo más destacado son las vistas desde una de las torres


Bajamos de nuevo a la ciudad, y visitamos el cementerio. Cuando ya había anochecido, dudamos si cenar por el centro (incluso entramos en el enorme restaurante del centro), pero finalmente optamos por lo bueno conocido y volvimos al Augustiner Brau, esta vez ya como expertos entrando por la puerta de atrás, la que parece que te estás equivocando porque hasta bajada la escalera y pasada una sala está todo en silencio y realmente parece que entras en un convento. 27€ la cena, esta vez con codillo.


Salzburgo también nos gustó, sobre todo Getreidegasse y la imagen nocturna de la fortaleza sobre las iglesias es una gozada, recomiendo pasear por la ribera del río. En un día sí da tiempo a verla bastante bien si no se entretiene uno en los museos. Y la Salzburgo Card es totalmente recomendable. No hicimos tour con barco por el río porque nos pareció que el recorrido "interesante" es muy corto y se hace perfectamente andando por la ribera. La Augustiner Brau es parada (y fonda) obligada.

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