Nada mas llegar a la estación del tren nos metimos en el metro con dirección al albergue a pesar de que lo más probable era que no pudiéramos hacer el chekin como nos había pasado en San Petersburgo. Para estos días habíamos elegido el CHILLAX HOSTEL, también en el TOP de la página de reservas, cocina, buenas críticas y ubicación. El precio 13 euros noche en habitación de 14 personas y eso que dicen que Moscú es una de las ciudades más caras del mundo.
www.chillax-hostels.com/
Con el plano que llevábamos no nos costó llegar y, efectivamente, no pudimos hacer el chekin pero una vez mas dejaron a nuestra disposición todas las instalaciones del hostel.
La zona común estaba muy chula, con una impresionante TV, play station y dos ordenadores para los huéspedes. La cocina estaba bien, pero durante esos dos días nos dimos cuenta que estaba un poco abandonada, sobre todo el frigorífico o el mantel de la mesa ya sucio cuando llegamos y aun mas sucio que se quedo cuando nos fuimos… No tiene incluido el desayuno.
Al igual que en San Petersburgo no nos quedó mas remedio que desayunar – menos mal que lo habíamos previsto y llevábamos galletas – y echarnos en el sofá a descansar un poco. Ese rato dormí mejor que toda la noche en el flecha roja incluso con gente por el salón desde que llegamos.
Mi chica que había conseguido dormir en el tren, solo se tumbó un rato y después se bajó a comprar al supermercado más cercano y preparó un platón de pasta que me llenó a tope de energía. Ya pintaba el día de otra manera.
La primera visita que teníamos prevista era el museo Pushkin o de bellas artes, que comparte estación de metro con la Catedral de la Anunciación. A escasos 100 metros esta el museo al que accedimos completamente solos, pensamos hasta que estaba cerrado. La entrada son 400Rb.
Quedamos sorprendidos cuando pedimos un mapa del museo y nos dieron una fotocopia en blanco y negro.. En fin, el museo básicamente se compone de copias de piezas de otros museos: el David de Miguel Ángel, los restos del Partenón, frisos asirios, el código Hammurabi, incluso los frisos del altar de Pérgamo que me alegré mucho de volver a ver. Una sala egipcia y griega. Posee también una pinacoteca con unos cuantos cuadros de cada escuela europea y una pequeña colección de arte medieval. También leímos en la guía que tenía una colección de arte contemporáneo que no aparece en la fotocopia por ningún lado.
La colección en si es abundante y tiene piezas buenas pero saber que estas viendo copias quita cierta autenticidad a la visita y aún más si ya has visto las originales en el Louvre, Londres, Berlín o Atenas.
En
la parte griega
donde hay una zona dedicada a las ruinas de Troya – similar a las del museo arqueológico de Estambul – nos encontramos con parte del tesoro que encontró Heinrich Schliemann custodiado por dos guardias con chalecos y armados, lo que nos hizo suponer que eran verdaderos…La sala griega posee tanto piezas originales como copias, que solo se diferencian por la reseña de la descripción
La pinacoteca muestra una colección italiana, francesa e inglesa. Para variar empezamos por la primera y pasamos ligeros por el resto. Un par de cuadros de Perugino y una pequeña anunciación de Boticelli, no la que en su día criticó Leonardo.
Un retrato de una cardenal de Tiziano, otro retrato de Tintoretto y una crucifixión en Gólgota de Veronese.
Y poquito más que destacar: agonía en el jardín de Leandro Bassano, una alegoría de Battista y una sagrada familia con Juan de Bronzino.
A destacar de la colección una representación de la sagrada familia con el infante Juan de Giorgio Vasari, pupilo de Miguel Ángel y fundador de la academia de diseño de Florencia y del que veremos en nuestra próxima escapada a esta ciudad sus obras arquitectónicas y los frescos inacabados de la cúpula de la catedral.
De ahí como he comentado pasamos por las escuelas de Francia e Inglaterra rápidamente para llegar a la escuela holandesa donde hay otra buena colección de
Rembrandt
, un pintor por el que cada vez voy teniendo más devoción. Puedes estar horas mirando uno de sus retratos, dicen tantas cosas... El mas destacado de l a colección Jesús azotando a los mercaderes del templo.Van Dyck y Rubens tienen su hueco en la sala con retratos del primero y una última cena del segundo
Para nuestra sorpresa pasamos sin saberlo a una sala española donde nos recibió la visión tan personal de San Juan Bautista del Greco. Zurbarán con la virgen amamantando al niño y un retrato de Murillo completaron nuestro particular TOP de la sala.
Por la sala egipcia pasamos también sin pena ni gloria, la mayoría del material es de la época Ptolemaica.
Estuvimos poco más de 3 horas y la visita nos dejó un tanto indiferentes; es un museo que tiene mucho material clásico, pero según se mire no tiene ninguno. La pinacoteca es “la cara B” del Ermitage.
No tuvimos que andar mucho para nuestra siguiente visita, ya que desde la puerta del museo se ve perfectamente, La catedral de la Anunciación. Fue destruida en la época soviética y después la reconstruyeron tal y como era, ole los… de los rusos!!
Es enorme y muy compacta. Darle una vuelta entera para ver las decoraciones de los laterales de las puertas. La entrada a la iglesia es gratuita pero no se pueden hacer fotos; por dentro es más pequeña de lo que parece por fuera y el interior es bonito.
Comimos en un lateral de la iglesia el bocadillo de atún de rigor y mi dosis de antibiótico e ibuprofeno que me recargó un poquito las ganas de seguir. sin nada de prisa fuimos por la rivera del río hasta llegar al Kremlin.
Dimos una vuelta rápida por la plaza Roja con tan mala suerte de encontrarnos la mitad de la plaza cerrada con unas gradas montadas para un espectáculo de caballos según parecía anunciar unos carteles de alrededor. No se podía acceder al Mausoleo de Lenin ni hacer una buena foto de la Catedral de San Basilio. Para colmo detrás de esta también había un espacio cortado donde había montado un campamento militar de tiendas de campaña..
De todas maneras como teníamos esta visita prevista para el día siguiente y tampoco tenía excesivas energías nos salimos a los tenderetes de fuera de la plaza y descansamos otro ratito. Para terminar el día – aunque eran las 6 de la tarde – decidimos ir a la zona comercial de Arbat que no esta muy lejos de allí y ver las animaciones y tiendecitas que tanta vidilla le dan según ponía en la guía… pues nada mas lejos de la realidad. Tan sólo es una calle sin ningún tipo de ambientación ni tiendas especiales, nos defraudó bastante. Por tomar algo y no acabar con ese mal sabor de boca nos sentamos a tomar un café en la terraza del Hard Rock Café. La cantidad de ellos que he visto y es en el primero que entraba. 130 Rb el cafecito y para casa. Volvimos al hostel en metro y cenamos tortilla de patata mmmmm