Tenemos por delante un día de larga caminata. Día con nubes altas, algo de viento, y, ¡sin lluvia!
Salimos del Paine Grande, y llegaremos a las cabañas Los Cuernos, tras recorrer el imponente Valle del Francés, es decir, la pata central del circuito W.
El primer tramo transcurre del refugio Paine Grande al Campamento Italiano, previsto para 2.5 horas, lo hacemos en 2h 5min.
Recorremos las orillas del lago Pehoé, de color turquesa intenso, entre las siluetas de montañas nevadas.
Resulta desolador atravesar enormes extensiones de bosque quemado, una lástima. ¡Cuántos animalitos habrán muerto en el incendio!
Las vistas son increíbles, contemplando Los Cuernos del Paine de frente todo el tiempo.
Tras dejar el lago Pehoé, pasamos por el pequeño lago Skottsberg
A nuestra izquierda, el imponente macizo Paine Grande.
Fijándonos bien, descubrimos un secreto,…………….. un pico que nos recuerda mucho a nuestro querido Urriellu.
Empezamos a bordear el lago Nordenskjold, que nos acompañará durante muchos km. Y la visión de Los Cuernos, siempre como telón de fondo
A orillas del río Francés, la vegetación reverdece, en el bosque de lengas. El puentecillo de madera que lo cruza nos deja una de las imágenes que más habíamos visto en fotos. Un corto trayecto nos separa del Campamento Italiano, que no dispone de ningún tipo de instalación ni servicio, sólo camping. Dejamos mochilas y subimos sólo con comida.
La ruta por el valle del Francés es impresionante.
Empezamos al lado del río, por un sendero muy pedregoso.
Hacia atrás, tenemos vistas del lago Nordenskjold.
Y de frente, el espectáculo del Macizo Paine Grande, con el glaciar Francés
A la derecha, vemos en continuo Los Cuernos, paredes verticales de roca, coronadas por sedimentos que le dan su característica forma y color negro superior.
En 1h desde el Italiano llegamos al primer mirador, el Mirador del Francés. Vistas 360 º sin desperdicio!
¡Grandioso!: el Valle del Francés, el lago Nordenskjold, Los Cuernos, y sobre todo, algo realmente espectacular, como es el Glaciar Francés reposando sobre el regazo del macizo Paine Grande. Casi nos parece verlo caminar hacia la morrena, para después derretirse poco a poco y formar el río que baja vigoroso por el valle.
Por momentos, oímos el estruendo que se genera cada vez que se desprenden bloques del glaciar. En alguna ocasión, incluso podemos apreciar la nube de hielo que originan los desprendimientos.
Continuamos camino hacia el Campamento Británico.
Bosques nativos, ríos, cascadas, montañas, glaciares………..auténtica naturaleza salvaje.
Un poco antes del campamento Británico, nos paramos en otro mirador natural, sobre un circo glaciar, con paredes prácticamente verticales 360º.
Para obtener una mejor perspectiva de este circo glaciar, pasamos el campamento Británico, y seguimos hasta el último mirador, subiendo para ganar más altura. Llegamos hasta el final del camino.
¡Una vista……………..sin palabras!,
¡Qué barbaridad!
La ruta es larga, pero ha merecido muchísimo la pena llegar hasta el final. Hasta aquí llegan pocos, la mayoría se quedan en el primer mirador, y algunos llegan al segundo. Pocos suben hasta el último, que es el tramo de mayor dificultad.
Nevando ligeramente en las alturas………
Todavía tenemos que bajar, 2 horas y media más hasta el Campamento Italiano. Recogemos mochilas, y nos quedan otras 2 horas de camino hasta las Cabañas Los Cuernos.
En este tramo, bordeamos el lago Nordenskjold, precioso. Aguas turquesas con montañas nevadas de fondo.
La mayor parte de este tramo discurre entre bosque nativo, de árboles, y principalmente, arbustos, florecidos en primavera. ¡Es como un gran jardín!
La playa del lago
Una caminata larga, 26 km en poco más de 10 horas.
Las cabañas Los Cuernos están ubicadas en un entorno increíble, con unas vistas indescriptibles. (También hay refugio y camping).
Y aprovechamos la mejor forma de relajarnos, metiéndonos en la tina de agua caliente al aire libre, disfrutando de aquella barbaridad de vistas.
Charlando con el personal del restaurante, nos cuentan cómo es su vida aquí. 2 semanas trabajando sin parar, de 7 de la mañana a 2 de la madrugada, aislados del mundo y de la familia, sin teléfono, sin televisión, sin internet. Cada 15 días disponen de unos días libres, que aprovechan para ir a sus casas, recorriendo a caballo los 11 km que separan el refugio de la carretera. Porque no hay acceso en vehículo hasta este lugar. Sólo es posible llegar andando o a caballo.
Desde la ventana de nuestra cabañita