ETAPA 12. 560 Km.
Estuvimos tres noches alojados en AMARANTE y todavía lamentamos no haberle dedicado todo el tiempo que hubiera merecido esta hermosa localidad, junto al río Támega.
Hay que pasear tranquilamente por ella, descubriendo sus mansiones del siglo XVII, sus callejuelas, la iglesia de Sao Gonçalo y las vistas desde el puente.
Además, nos alojamos en un hotel con mucho encanto (Hotel Casa da Calçada), ubicado en un emplazamiento excelente, junto al río, en medio de un enorme y precioso jardín. Muy recomendable darse este gustazo. Es el edificio amarillo del fondo:
Ya de regreso a Madrid, visitamos la CASA DE MATEUS, muy conocida por la etiqueta del vino espumoso. Construida a principios del Siglo XVIII es un buen ejemplo de arquitectura barroca portuguesa. Es un alto en el camino romántico, sobre todo por la vista de la fachada reflejada en el estanque.
Y muy bonitos los jardines tan verdes salpicados de flores, en los que destaca el túnel de cedro, con 35 metros de largo y 7,5 metros de alto. Cuando pega el sol, se agradece el frescor que se nota en su interior.
PESO DA REGUA. El vino de oporto madura en las bodegas de Vila Nova de Gaia, pero proviene en su mayor parte de los viñedos del Alto Duero. En el siglo XVIII, los rabelos (barcos de vela tradicionales) transportaban los barriles de oporto por el río hasta Vila Nova de Gaia en un trayecto bastante peligroso, hasta que llegó el ferrocarril a finales del siglo XIX.
Es interesante dar una vuelta por el llamado “país del oporto”, tanto a la orilla del río como recorriendo las pequeñas carreteras estrechas y empinadas que atraviesan las terrazas de viñedos y que descubren también estupendos miradores sobre el Duero. Además, en Peso da Regua se come bien y a buen precio.
BRAGANÇA, a 22 kilómetros de la frontera con España, fue nuestra última etapa por tierras portuguesas. La ciudadela se asienta sobre una colina y dentro del recinto amurallado vimos sus pequeñas casas blancas, el Castillo del siglo XII con su Torre del Homenaje de 33 m. de altura.
Y el Domus Municipalis, edificio pentagonal del siglo XII que está considerado como el consistorio más antiguo de Portugal.
Allí acabó nuestro intenso recorrido por Portugal. El último día fue apretado en visitas, como todos los que pasamos en esas tierras lusas, y también un poco amargo porque literalmente nos cruzamos con varios incendios, uno de los cuales nos obligó a desviarnos por otra carretera. Era muy triste pensar que, quizás, alguno de los hermosos paisajes que habíamos recorrido podía estar siendo consumido por las llamas. Pero hay que ser positivo y desear que la naturaleza se regenere y recupere su esplendor.
CONCLUSIONES:
Nos gustó mucho Portugal, realmente más de lo que imaginábamos: sus ciudades, sus pueblos, su paisaje… Quizás esperábamos más de su gastronomía, la comida en general es buena y sabrosa pero poco variada (seguramente es que los españoles estamos mal acostumbrados, jeje). No cito nombres de restaurantes porque, salvo en Vila Nova de Gaia, no encontramos lugares que nos llamaran la atención tanto como para recomendarlos aquí. En cuanto a comida y hoteles, suelo ser bastante cauta porque cada cual es cada cual.
Por lo demás, la ventaja es que al ir por libre el presupuesto se puede ajustar según las necesidades de cada uno, acortando o alargando itinerarios con el coche, eligiendo restaurantes más o menos caros y la oferta de hoteles también resulta muy variada y para todos los gustos y posibilidades. Hicimos en total cerca de 3.000 kilómetros, de los que unos 2.000 fueron en tierras portuguesas por carreteras mayormente secundarias para ir tranquilos y disfrutar de los paisajes. Estas carreteras suelen ser estrechas y con muchas curvas, algunas con buen firme y otras no tanto, pero están poco concurridas, al contrario que las carreteras nacionales que tienen mucho tráfico. Mejor llevar GPS pues la señalización es a veces bastante deficiente.
He citado los nombres de los hoteles de Ëvora y Amarante porque tienen un encanto especial y nos gustaron mucho. En Lisboa y Coimbra, hay mucha variedad para elegir, así que es una cuestión muy personal. Para comparar y decidirse no hay nada mejor que visitar alguna página de reservas por internet (¡qué gran invento, la independencia que dan!).
El itinerario que seguimos fue muy apretado, pero pudimos hacerlo sin agobios porque a finales de julio los días son muy largos y las horas de sol te permiten aprovechar toda la tarde. No obstante, hay que recordar que en Portugal llevan una hora de retraso respecto al territorio peninsular español y que, por ejemplo, anochece una hora antes que en Galicia. Dejamos de ver algunos lugares por falta de tiempo, recuerdo muy especialmente Tomar y el Parque de Peneda-Gerés. Tuvimos suerte una vez más y sólo nos llovió una noche en Lisboa, y un ratito a la salida del Palacio da Pena, en los jardines de Monserrate. Vinimos cansados, pero satisfechos, ya que íbamos con intención de ver cosas, no de descansar; para descansar, tenemos la playa. Y ver, vimos mucho, muy bonito e interesante.
Por último, agradecer a este foro y a sus foreros toda la información que proporcionan, que ahora se me hace imprescindible para preparar cualquier viaje. Espero que este diario no resulte demasiado tostón, lamento que algunas fotos salieran con esa sombra que me ha obligado a cortarlas en algún caso y, sobre todo, deseo que pueda ser de utilidad a algún viajero que esté planeando ir a Portugal pues mi intención ha sido mostrar unos lugares de los que tantos disfrutamos y animar sinceramente a todos a visitar este bello país que tan cerca tenemos.
¡Hasta siempre, Portugal!
CONCLUSIONES:
Nos gustó mucho Portugal, realmente más de lo que imaginábamos: sus ciudades, sus pueblos, su paisaje… Quizás esperábamos más de su gastronomía, la comida en general es buena y sabrosa pero poco variada (seguramente es que los españoles estamos mal acostumbrados, jeje). No cito nombres de restaurantes porque, salvo en Vila Nova de Gaia, no encontramos lugares que nos llamaran la atención tanto como para recomendarlos aquí. En cuanto a comida y hoteles, suelo ser bastante cauta porque cada cual es cada cual.
Por lo demás, la ventaja es que al ir por libre el presupuesto se puede ajustar según las necesidades de cada uno, acortando o alargando itinerarios con el coche, eligiendo restaurantes más o menos caros y la oferta de hoteles también resulta muy variada y para todos los gustos y posibilidades. Hicimos en total cerca de 3.000 kilómetros, de los que unos 2.000 fueron en tierras portuguesas por carreteras mayormente secundarias para ir tranquilos y disfrutar de los paisajes. Estas carreteras suelen ser estrechas y con muchas curvas, algunas con buen firme y otras no tanto, pero están poco concurridas, al contrario que las carreteras nacionales que tienen mucho tráfico. Mejor llevar GPS pues la señalización es a veces bastante deficiente.
He citado los nombres de los hoteles de Ëvora y Amarante porque tienen un encanto especial y nos gustaron mucho. En Lisboa y Coimbra, hay mucha variedad para elegir, así que es una cuestión muy personal. Para comparar y decidirse no hay nada mejor que visitar alguna página de reservas por internet (¡qué gran invento, la independencia que dan!).
El itinerario que seguimos fue muy apretado, pero pudimos hacerlo sin agobios porque a finales de julio los días son muy largos y las horas de sol te permiten aprovechar toda la tarde. No obstante, hay que recordar que en Portugal llevan una hora de retraso respecto al territorio peninsular español y que, por ejemplo, anochece una hora antes que en Galicia. Dejamos de ver algunos lugares por falta de tiempo, recuerdo muy especialmente Tomar y el Parque de Peneda-Gerés. Tuvimos suerte una vez más y sólo nos llovió una noche en Lisboa, y un ratito a la salida del Palacio da Pena, en los jardines de Monserrate. Vinimos cansados, pero satisfechos, ya que íbamos con intención de ver cosas, no de descansar; para descansar, tenemos la playa. Y ver, vimos mucho, muy bonito e interesante.
Por último, agradecer a este foro y a sus foreros toda la información que proporcionan, que ahora se me hace imprescindible para preparar cualquier viaje. Espero que este diario no resulte demasiado tostón, lamento que algunas fotos salieran con esa sombra que me ha obligado a cortarlas en algún caso y, sobre todo, deseo que pueda ser de utilidad a algún viajero que esté planeando ir a Portugal pues mi intención ha sido mostrar unos lugares de los que tantos disfrutamos y animar sinceramente a todos a visitar este bello país que tan cerca tenemos.
¡Hasta siempre, Portugal!